c
Javier Ortiz Aguilar
“Los viejos no tenemos que investigar,
simplemente recordar”
Renato Leduc.
Durante los años cincuenta del siglo pasado, el sistema
de educación estatal, mantiene un índice de crecimiento muy lento. Tres
ejemplos ponen en evidencia la afirmación: sólo existen tres escuelas preparatorias en la entidad
veracruzana. El Colegio Preparatorio de Jalapa cubre las necesidades de la
región central del estado; no obstante su población estudiantil procede de
todos los municipios veracruzanos y algunos estados de la república. Esa misma
característica la tienen las facultades de la recién fundada Universidad Veracruzana,
en sus asentamientos regionales, puerto de Veracruz, Orizaba y Poza Rica. Vale
señalar que las instituciones educativas de enseñanza media básica y media
superior pertenecientes a sistema educativo estatal dependen de la Universidad
Jalapa, la ciudad capital de la entidad veracruzana, ocupa
hasta 1965, más o menos, lo que ahora
llaman el primer cuadro: el límite de la avenida Jalapa está dos cuadras
después de la Facultad de Economía (antigua sede de la Escuela Normal
Veracruzana); la avenida Veinte de Noviembre
Oriente en la Gasolinera la Piedad. Frente de la gasolinera, sobre la calle
Jalapeños Ilustres, había una cantina llamada la Frontera, lo que queda de ella
es el anuncio. La zona Universitaria y la
antigua estación de los ferrocarriles marcan también los linderos de loa urbe. El fraccionamiento
Veracruz, es otro extremo, reservado a
los sectores sociales privilegiados. Para los provincianos la ciudad parecía inmensa, pero aquellos que tenían la experiencia de viajar
decían que la ciudad era un rancho grande.
La ciudad deja de ser la ciudad de las luchas obreras, en
la medida que su organización va transformándola en una sociedad de servicios;
quedando solo en la memoria física o virtual de los jalapeños. Incluso, el
sector obrero del Partido Revolucionario Institucional pierde la capacidad para
ocupar la presidencia municipal y las curules en la legislatura. Esas
posiciones caen en la Confederación Nacional de Organizaciones Populares. Esos son
los tiempos de la segunda modernización política.
Si bien la ciudad pone en evidencia su futuro, también
muestra un deseo por mantener una
tradición aristocrática y una cultura clásica. Hay grandes trasformaciones
educativas, desde la fundación del Colegio preparatorio, los Congresos
Pedagógicos organizados por los positivistas en el siglo XIX, la fundación de
la Escuela Normal Veracruzana. La incorporación a la cultura extranjera es
evidente, desde la producción de poesía y narrativa modernista, la visita de
Rubén Darío, la escuela mexicana inspirada en Dewey, la presencia de los
estridentistas, y la actividad docente
de Ramón Alva de la Canal, promoviendo el muralismo.
A pesar de una tradición cultural inocultable, la que
viene a conformar un núcleo de creación, recreación y difusión de la cultura es
la Universidad Veracruzana. Esta institución, como lo anota María de Lourdes
Becerra en su tesis profesional, es fundada en 1944, con “el propósito de organizar
la enseñanza técnica, secundaria, profesional y de altos estudios en la entidad veracruzana”.
Con esta guía integró a su proyecto la Escuela Superior
de Música, la de enfermeras y parteras, colegios preparatorios, y bibliotecas públicas.
Y a la vez, desde el inicio de la fundación de la Universidad, y acorde con un
estudio de los polos de desarrollo de la
entidad, establece sus campus universitarios.
Desde su inicio, afirma María de Lourdes Becerra en su
tesis de licenciatura en Antropología, la Universidad Veracruzana potencializa la
creación, recreación
y la extensión y difusión cultural. Hay una conservación
de la cultura que en esa época adquiere el nombre de La Atenas Veracruzana. Nombre que denomina al espíritu de la época.
En la
presentación titulada Poliantea del
director, del número 71, fechada M
15 de julio de 1958, de la revista Xalapa.
Síntesis de evocaciones provinciales, Gerardo García H. presenta un informe de las actividades culturales realizadas
el primer semestre del citado año:
1. La Escuela de Pintura y Escultura dependiente de la
Universidad Veracruzana y bajo la dirección
de Ramón Alva de la Canal monta una exposición en la Librería de La
Universidad Veracruzana ubicada en la
entrada del Pasaje Tanos. La muestra es titulada “Homenaje a la Madre”
2. El 8 de mayo se funda solemnemente el Curso de la Escuela de Verano de la Universidad Veracruzana, El acto es
presidido por el Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, Rector de la Máxima Casa de
Estudios. Las disertaciones corrieron a cargo de Roberto Bravo Garzón,
estudiante, el Ingeniero Raymond Krotzer y de la máxima autoridad de la
Universidad.
3. La presidencia municipal de Jalapa, el periodista Rubén
Pabello Acosta organiza una temporada de conciertos en el Parque Juárez.
En esa construcción de adaptar el pasado clásico en la
modernización de nuestra entidad
veracruzana, suceden acontecimientos de gran trascendencia social: hay
una apertura a la cultura occidental, la presencia de los exiliados españoles
en la Universidad, especialmente en la entonces Facultad de Filosofía y Letras,
en la Facultad de Derecho: pero también egresados de la Universidad
Iberoamericana. La estancia del grupo la Espiga
Amotinada, unos interesados en estudiar, y otros para publicar, o hacer
presentaciones de sus obras. La editorial de la Universidad Veracruzana ocupa
un lugar privilegiado en el ámbito nacional, la Orquesta Sinfónica mantiene un
auditorio significativo. Existe un personaje extraordinario, cargador que
portaba con orgullo el número 13, un hombre muy fuerte, que cargaba los pianos
de la Orquesta Sinfónica, conocido como El
Juanote. Este personaje era un asistente permanente en el Auditorio del
Teatro del Estado siempre que la Orquesta Sinfónica de Jalapa ofrecía sus
habituales conciertos. En su casa, tenía una discoteca de música clásica. Entre
las diversas manifestaciones musicales, destaca la obra completa de Beethoven.
Jalapa también era ámbito de los concursos de oratoria y
declamación Las conferencias, mesas redondas, presentaciones de libros o de
obras pictóricas eran frecuentes. Lo concursos de teatro estudiantil eran
esperados por la comunidad universitaria. La Compañía de Teatro, además de sus
actuaciones en el teatro del Estado, monta obras clásicas en espacios abiertos
con la presencia de un pueblo heterogéneo. Recuerdo con mucha satisfacción
estar presente en los lavaderos del Xalitic, cuando se presentó Hamlet, de Williams Shakespeare. Los
efectos del paseo por el Puente de Xalitic, del fantasma del personaje
asesinado.
--1—
Llego a Jalapa en el año de 1958 con la intención de
estudiar en el Colegio preparatorio, en el área de humanidades. Encuentro este ambiente
cultural que vincula armónicamente una tradición con la modernidad; ambiente
que me deslumbra y me atrae.
La formalidad de maestros y alumnos me sorprende
gratamente. La razón es simple: el criterio para seleccionar el personal
docente es el dominio del curso que se necesitaba. Los magistrados de justicia
ocupaban los cursos jurídicos políticos, el mejor especialista en medicina
atendía los cursos de biología o medicina. Los escritores son llamados para
investigar y enseñar metodología de la investigación. Los documentos que
acreditan sus estudios no importa, lo decisivo es el conocimiento de una
ciencia o arte, y el reconocimiento entre sus pares. Este criterio está presente en el subsistema
de educación básica hasta la universidad. Por tanto sus disertaciones no son
solamente teóricas sino producto de la
teoría y la práctica. No hay recetas sino enseñanzas y aprendizaje. Su
vestuario es formal.
Los alumnos aprenden con el ejemplo, el lenguaje verbal y
no verbal de la alta cultura. Hay un uniforme para los estudiantes de la
preparatoria: los alumnos pantalón y corbata, y las alumnas, falda y blusa. Los
estudiantes de las facultades iban cotidianamente a la escuela con traje formal, sacos o
chamarras serias.
Las “novatadas”, que en la preparatoria consistían en
rapar a los alumnos de nuevo ingreso, es un símbolo que identifica al pelón como universitario. El estudiante
rapado, representa un joven que iniciaba el ascenso en la escala social. Es la
expresión de la confianza en el sistema educativo.
Algunos estudiantes de la Facultad de Arquitectura
alquilaban cuartos de servicio de los edificios, principalmente el de Enríquez,
para instalar sus lugares de estudio, realizar sus planos y diseños
arquitectónico. Otros en los cafés, principalmente en las terminales de los
ADO, o en los ferrocarriles porque permanecían abiertos día y noche,
algunos en el Parque Juárez, de lado donde está la estatua del Benemérito, leyendo, reflexionando o discutiendo los
textos de interés común; también alrededor de los edificios de la Rectoría y
del Instituto Mexicano del Seguro Social
Los bailes de Gala del Colegio Preparatorio y la normal
eran esperados por la sociedad. Al igual que los carnavales y las ferias. Otras
diversiones cotidianas de los estudiantes era ver pasar a las jovencitas en la
Avenida Enriques entre Carrillo puerto y Lucio,
o los bailes familiares conocidos como huesos o los cafés y las cantinas. Una expresión común era pedir al
mesero un estudiante que significaba un
agitador, utensilio para remover sus bebidas alcohólicas.
---2—
Ese ambiente cultural permeaba en todos los sectores y
prácticas sociales desde los primeros
meses de mi estancia en Jalapa. Además del Colegio Preparatorio de Jalapa, son
tres acontecimientos que potencializa mi integración a la modernización, con
todas sus contradicciones:
Primero. Huelga en Jalapa.
Un compañero de la Escuela Secundaria me
invitó generosamente a vivir en casa de
su madre, cuando supo mi intención de estudiar
la preparatoria en Jalapa. Acepte y así llegue a vivir en la Colonia Federal Ubicada
en la avenida Miguel Alemán, enfrente del cine Tajín.
Una noche del año
se 1959, regresábamos de la escuela preparatoria y
decidimos ir a ver la huelga en la estación de ferrocarriles. Llegamos y estaba
sin luz, bajamos a los rieles y ya había empezado la represión. Salimos
inmediatamente, ya no había paso ni a taxis ni camiones. Ante esa situación
caminamos a la casa de mi amigo. Pero a la altura del puente vimos el cerco
militar, y luces intermitentes. Recuerdo muy bien, que me dijo: - No tengas
miedo, yo contesté: - - ¿Por qué? Si no
tengo nada que ver en esto.
Un mayor nos hizo el siguiente interrogatorio
-
¿quiénes
son ustedes?,
-
Somos
estudiantes.
-
¿Sus credenciales?
-
Las
dejamos en casa, traemos libros.
-
Yo
también puedo traer libros y no soy estudiante.
Y así siguió e dialogo, e inmediatamente vio nuestra
ingenuidad. Después de unas palabras, nos advirtió: “Cuando sean problemas
estudiantiles métanse, pero este es un problema nacional”.
Las preguntas que no podía contestar cambiaron mi actitud
de estudiante. Busco información de la huelga en periódicos y revistas
disidentes, más tarde libros que me llevaron pronto a tomar una conciencia crítica
en mi formación estudiantil y ciudadana.
Segundo: La Feria
de Jalapa. Asistí a la feria de Jalapa del mismo año. Y asistí a un
concierto ofrecido por el mejor chelista del mundo, Pablo Casals, uno de los Tres divinos Pablos, como solía
decir Efraín Huerta (Los otros dos son Pablo Picaso y Pablo Neruda.) La invitación al singular
artista la hizo Rubén Montiel, alumno y otro orgullo de la música culta de
Jalapa,
Un auditorio completamente popular lleno el estadio
Heriberto Jara. Risas, susurros invaden el ambiente, pero al oírse las primeas notas,
todo el auditorio quedo en un silencio de respeto auténtico, casi místico
durante todo el concierto. Al terminar la
interpretación, se oyó el aplauso respetuoso y sincero.
La audición de un virtuoso y la sensibilidad del
auditorio me hicieron valorar los mensajes estéticos. Hasta ahora no se a quien admiré más, al artista singular
o al público jalapeño.
El chelista Jalapeño, en la revista citada, informa que
el proyecto inmediato de su maestro consiste en impulsar y participar en todos
los países del mundo, el mismo día y a la misma hora El día mundial de la paz. La celebración será ofrecer al mundo La Novena Sinfonía de Beethoven con los mejores músicos. Dicho evento será
auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas. Este dato significa la
preocupación por luchar por la paz, en el frente que sea, en tiempos de la
guerra fría.
Tercero: Un
carnaval y un libro. Con un accidente automovilístico en el Puente de
Sedeño inicia el carnaval en Jalapa. La noticia que despierta morbo, pronto se
convierte en preocupación intelectual gracias a la novela La comparsa de Sergio Galindo, entonces director de la Editorial de
la Universidad Veracruzana.
Hay aquí tres espacios claves: el mundo de la tradición
aristocrática, el espacio de la Facultad de filosofía y la comparsa de apoyo a
la recién triunfante Revolución Cubana (Fidel Castro entra a la Habana el 1 de enero de 1959)
En esta obra de creación literaria, Sergio Galindo afirma
que el carnaval es una catarsis tanto para la sociedad tradicional como para el
nuevo estrato que emerge: la intelectualidad progresista. En ese contexto
inicia la ciudad capital al tiempo de agotamiento de un modelo de desarrollo que su crecimiento ocultó sus
contradicciones.
El recuerdo de esos años, volvió a mí, con la lectura de
la obra de Carlo Ginzburg titulada El
hilo y las huellas, publicada por el Fondo de Cultura Económica. Aquí el
historiador italiano da una respuesta al positivismo y al escepticismo
posmoderno. En ella dice que si bien es cierto hay narraciones ficticias y
narraciones históricas, su diferencia no está en la verdad ni en la falsedad
del relato, sino en la lucha de estas narraciones por legitimar la
representación legítima de la realidad.
Así surge la idea
de publicar esta nota, que no pretende ser aporte a la microhistoria, sino
comunicar las vivencias provocadas por
esos acontecimientos tan lejanos al presente, con los cuales me recibió y me
adopto esta ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario