Por Manuel Alexander Martínez
Medina
Fernando Botero Angulo es un artista y escultor
colombiano, nacido en Medellín el 19 de abril de 1932; gracias a su estilo
propio, que también es conocido como «Boterismo», representa personas y figuras
en un volumen grande y excesivo, su trabajo, puede personificar la crítica
política, social o religiosa e inclusive hace referencia a grandesobras de
épocas pasadas como lo son “ El matrimonio Arnolfini” de Jan van Eyck y “ La
Gioconda” de Leonardo da Vinci, gracias a su forma tan peculiar, podemos
identificar fácilmente sus trazos ya que sus obras destacan por la opulencia
que tienen las figuras que representa, que rompen absolutamente con el canon
impuesto por las escuelas griegas.
Entre sus obras más destacadas podemos encontrar:
• Bodegón con sandía
• La muerte de Pablo Escobar
• La cornada
• The dancers
• Mona Lisa a los 12 años
• Self-Portrait
En este texto, analizaremos una de sus obras con
mayor impacto y repercusión que tuvo en su carrera artística las cual conocida
como “Los obispos muertos”. Esta obra se caracteriza por presentar una montaña de cuerpos de sacerdotes
que reposan plácidamente, como si hubieran cedido su poder; lo que Fernando
pretende mostrar en este lienzo es que ironiza las jerarquías eclesiásticas
que, tradicionalmente, han condicionado la idiosincrasia e identidad en su
natal Colombia.
De esta obra, botero realiza dos versiones, la
primera en 1958 y la segunda en 1965, plasma los obispos con sus trajes, mitras
y báculos, dispuestos unos sobre otros a manera de un gran bodegón de frutas.
La obra en general fue sumamente criticada por la iglesia siendo representada
por sus trazos sumamente grotescos así como también, su crítica hacia la iglesia
de aquella época llegando incluso a considerarse fea debido a estos aspectos;
pero, a pesar de ser una obra polémica por la deformación de los cuerpos, la
violencia de las pinceladas y la estridencia del color, se convirtió en el
primer premio de pintura en el Salón de Artistas de ese año, consagrando a
Botero como el máximo pintor colombiano con tan solo 26 años
de edad.
Cabe resaltar que lo anterior ocasionó que Botero
generara un cambio de perspectiva para la estética porque él propuso abrir
nuevos horizontes. Un claro ejemplo de
esto sería su percepción misma de sus obras, ya que Botero dijo que su pintura
no se basaba en pintar a las personas “gordas”, a las frutas u objetos
distintos, porque si de esto se tratara simplemente pintaría a las personas u
objetos tal cual se presentan; Botero va más allá de lo que a primera vista
parece. A él le gustó profundizar tanto en los seres y cosas de modo que
incluso llegó a satirizar obras emblemáticas con el propósito de que estas
tuvieran mayor repercusión e impacto en la sociedad.
Finalmente, considero a Botero como uno de los
mayores exponentes artísticos de toda Latinoamérica en toda su historia, ya que
rompe con los estigmas previamente planteados, con lo cual genera un mayor
impacto en sus obras, y para mí lo más bello del arte es poder dejar huella y
trascender. A partir de la obra de Botero, considero que podemos reconocer la
importancia de visibilizar otras perspectivas, otras formas de creación frente
al canon estético instituido. Esto es equivalente a abrir líneas de fuga donde
parece que todo ya está dado y decidido. Y creo que seguir luchando por el
reconocimiento del valor libertad en general y de la libertad de creación en
particular, es muy necesaria en nuestros tiempos.
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