viernes, 30 de junio de 2017

Espiar a México, cuenta bien o el regreso de la guerra sucia


Ángel Rafael Martínez Alarcón.
Con la novedad que la administración de Enrique Peña Nieto, también tiene su debilidad de espiar a los opositores, a los que no piensa como él, no debe ser ninguna novedad que una administración del PRI no haya recurrido al espionaje. Nuevamente tuvo que ser una investigación periodística del New York Times, en primera plana donde se nos diera a conocer la gran labor de espionaje del actual gobierno, cf.: https://www.nytimes.com/es/2017/06/19/mexico-pegasus-nso-group-espionaje. Sobre todo los millones de dólares desviados para esta actividad ilegal.
          Oficialmente el gobierno de la república no ha emitido una declaración seria sobre el tema, son muchas las interrogantes para esta situación que nunca será superado en la humanidad, de espiar al enemigo, para conocer sus próximos movimientos; en los gobiernos de la revolución siempre hubo una estrategia en  construir toda una red de espionaje desde el jefe de manzana, ayuntamiento, gobierno del estado y la federación, para mantener informado al presidente de la república en turno, miles son las historias de los espías o agentes especiales al servicio del poder público y seguramente en la actualidad del crimen organizado.
          La historia del espionaje  es sin duda una de las actividades más antiguas, ya desde la guerra del fuego, hubo que espiar para robarse la nueva arma secreta que era fuego, en la prehistoria. En el antiguo testamento nos encontramos una larga lista de episodios donde el pueblo de Israel, ya ocupa los servicios del espionaje. En Roma, Grecia y el resto de la antigua occidental, el espiar era parte de la preparación de la guerra entre los pueblos.  Los pochtecas en el mundo mesoamericano, aparte ejercer el comercio también realizaban labores de espionaje.
          Seguramente en el siglo XX, el espionaje ha tenido una de sus máximas expresiones, primero con las naciones que participaron en la primera guerra mundial, luego entre la fascismo en Italia, el nazi con Adolfo Hitler,  la URSS de Stalin, Inglaterra y Francia también desarrollaron dicha actividad.  En el mundo bipolar de la guerra fría, los Estados Unidos  y la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se consolido desde el estado con agencias especializadas  como el CIA ó la KBG ya una política de estado a favor del espionaje.  Sin olvidar que los gobiernos  post revolucionarios  de México desde Carraza hasta Enrique Peña Nieto, el espionaje es sustancial del ejercicio de poder en México,  sin más marco legal que la voluntad política del titular del ejecutivo y su secretario de gobernación en turno.
           Miguel Alemán Valdés, ya como Secretario de Gobernación de 1940-1946, tuvo muy vinculado con los servicios secretos de la Alemana Nazi, cf: CEDILLO, Juan Alberto 2013 Los nazis en México. La operación pastorius y nuevas revelaciones de la infiltración al sistema político mexicanos. Grijalbo-Proceso. México, 214 pp. En la primera crisis política social sindical durante la admiración de  Adolfo López Mateos, y sumando el triunfo de la Revolución Cubana, enero de 1959; el estado consolida su sistema de espionaje desde la Secretaría de Gobernación, y otras dependencias como las fuerzas armas. Los grandes orquestadores del espionaje son sin duda alguna: Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, en los momentos complejos del movimiento estudiantil de 1968 y la guerrilla urbana.  Sin dejar de mencionar el especialista  el capitán del ejército mexicano, el hombre leyenda Fernando Gutiérrez Barrios,  unas de las más altas glorias del priismo veracruzano, ex gobernador de Veracruz 1986-1988, ex secretario de gobernación durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari,  1988-1994, que su objetivo era espiar y asesinar a los integrantes del recién fundado Partido de la Revolución Democrática, al igual que los asesinados durante la guerra sucia no conocemos el número exacto de los asesinados, en esos años.
          Espiar a activistas sociales, periodistas, organismos no gubernamentales, a partidos políticos, y los que resulten; más 80 millones  de dólares invertidos para su estrategia del gobierno de la república. Miles de interrogantes para esta ilegalidad de la federación; y que gobierno niega que sea el responsable. 
          ¿Por qué no se espió a las negociaciones de la Casa Blanca, a Javier Duarte de Ochoa y el  resto de gobernadores corruptos? O espiar a mis enemigos políticos debe contar bien.


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