Juan
Francisco Gaspar Velasco
En este instante para nadie
es rara la educación virtual, la
enseñanza instrumental, o una escuela de carácter productivo. En nuestro tiempo la educación
persigue elementos pro laboral en
contra de elementos en favor del desarrollo de la persona. El carácter de la
educación está circunscrito
en los conceptos de producción,
eficiencia y rapidez, haciendo con ello una educación de primera mano instruccionista y por ende empresarial.Por tanto las intenciones que persigue el conjunto de personas que integran el sistema educativo
es la complacencia a la exigencia de una sociedad que consume, que es cómoda y clasificadora.
El siglo XXI, ya ha empezado a mostrar los rasgos que lo caracterizaran,
algunos de ellos son el clientelismo, la
oferta, la demanda, la eficiencia, la velocidad, la virtualidad y la carencia
de rostro, asunto que está vinculado con la virtualidad. Cuestión
donde se puede inventar tanto la figura como el contorno, donde
podemos hablar de tiempo y de espacio
pero que estos son intangibles o pudiendo hablar de la existencia pero sin
tener la visible presencia de lo que se alude. Este siglo se encuentra
caracterizado por la cuantificación,
asunto que conlleva a solo remitirnos al resultado, es decir, solo interesa el
acto mismo, no importa la potencia ni el agente. Se habla de lo concreto como
lo único y lo sustantivo de la realidad.
Pensar
que la estadística o la simple
compilación de datos sonsuficientes para comprender la problemática y el estado
que guardan las cosas es permisivo. Dado a que queda abierta la
posibilidad de la alteración; y por lo tanto falsear la realidad anulando así
el conocimiento de todo el problema da como resultado impedir la solución; este siglo XXI trae a su espalda una larga enumeración de problemas que no
están correspondidos únicamente al siglo anterior. Si hacemos un análisis por culturas, por
países, etcétera nos remitiríamos a una
lista compleja pero no inacabable de problemas
que requeriría de una labor gigantesca tan solo en su análisis, pero aun
así debiera de efectuarse si es que
realmente se tienen intenciones de un cambio.
Pero dado a que el sistema que
nos dirige es tecnócrata, cibernético, calificador y econométrico la solución está en la alteración y la simulación de datos, por lo tanto este
siglo XXI está condenado al disfraz de las problemáticas y no a la presentación
de resoluciones de carácter consolidado, sino falseado.
Lo enumerado en los anteriores párrafos repercute de
manera severa en el sistema educativo, dado
a que inmersos en estas
tendencias mundiales no es posible
mantenerse a salvo de estas perspectivas
econométricas; siendo la educación
una tarea encomendada a la formación de personas que continúen
en estas mismas directrices, no
será posible que el sistema educativo lo mismo que los encargados de la
educación se preocupen por la persona, tanto
porque no existe una noción
cuantificadora de persona, así como que el sistema actual no permite entender la cualificación del concepto de la misma. Expresándolo de
manera clara: la educación circunscrita en este siglo no se preocupa por el desarrollo de la persona, sino en lo
que esta persona ´puede producir, no se busca el despliegue de la potencialidad del sujeto, sino que se le establece como
único futuro la característica de empleado o cualquiera dela semejanzas de este
concepto. Debe aclararse que la
intensión es estadística, dicho esto gracias a que no se antepone el concepto
ético de bueno <buen empleado> sino que solo se le ve como particular, es decir, se refiere a
empleado sin rostro, sin nombre, sin
perspectiva. Por eso habrá de verse que
la educación en este tiempo se sostiene
en el hacer y el tener, anulándose
todas las formas del ser y el deber; es decir, no hay una educación con trasfondo
ético, solo es mera utilidad.
Esta condición no es ajena
a la sociedad en su conjunto, esta asume
el carácter utilitario de la educación, le ve como trampolín, como puente; por lo tanto no
hay en la sociedad una preocupación porque la escuela realmente enseñe, la preocupación radica en
la acreditación, ya que el numero permitirá advertir el cumplimiento de una obligación
o de un requisito que se exige para emplearse. Se ha generado una cultura que ha desprendido a la escuela de su referente personal, se ve a quienes la
integran como meros entes que la
conforman para el cumplimiento de un instinto sistémico.Esto implica que la
educación no se encuentre preocupada por
el desarrollo, crecimiento o transformación social, la labor recae
en el mantenimiento del consumo para la continuidad de un sistema.
Por lo anterior expresado, la educación
tiene fines de lucro, aspecto que deslinda la escuela de toda ética subjetiva, fortaleciéndose en
una ética justificadora de los fines. Por
tanto la escuela en estas condiciones se
encargará de amparar todas las intenciones tecnócratas, cibernéticas y
econométricas de la sociedad anulando la
nociónde persona, es decir, ya no se busca en las intenciones del hombre o que despliegue sus preocupaciones por lo bello,
lo justo y lo armonioso, dado a que ya se le ha presentado un modelo al
cual se deberá circunscribir, o dicho en términos más precisos deberá someterse
para poder ser concebido como un miembro
de la sociedad y no como un loco.
Se desarrollaran un conjunto
más de ensayos en donde se buscaran presentar, demostrar y analizar las situación del concepto de persona en el actual sistema educativo, lo mismo que desdibujar
una perspectiva de este concepto en distintos
autores preocupados por el rescate de una educación humanista y
personalista, esto con la preocupación
de presentar un modelo alternativo de educación en esta sociedad.
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