Gerardo Yorhendi Ceballos Marín
La
ciencia histórica siempre se ha desarrollado en unambiente multidisciplinario,
en donde los historiadores crean y construyen conocimiento histórico retomando
diversas fronteras metodológicas, innovando nuevas aportaciones e
interpretaciones de los hechos históricos, de las concepciones de la sociedad y
del pensamiento histórico, en este sentido,el historiador en la actualidad se
enfrenta con una diversidad de recursos digitales para publicar sus avances de
investigación, el cual, algunos desconocen y en el peor de los casos, los
historiadores tienen apatía por el uso de las tecnologías de la información
para uso didáctico y mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En
la actualidad, el oficio del historiador ha dado una vuelta de 180 grados, esta
necesidad de los historiadoresde publicar sus propuestas de investigación en
beneficio de la sociedad, se ha vuelvo indiscutiblemente necesario, y que a
pesar de las problemas existentes para incorporar las TIC en la educación
actual, en este caso como instrumento para facilitar el proceso de edición y
manejo de información, así como de estrategias de divulgación y de publicación
de los resultados, coadyuva para publicar y difundir el trabajo académico de
los historiadores.
Entremos
en tema, el historiador-docente o el historiador-investigador formado en los
años 90´s es un inmigrante digital, en
aquel entonces, la revolución digital estaba empezando a detonar y existía
pocos o nulos centros de capacitación para enseñar a navegar adecuadamente en el
internet. Los años 90´s fue una etapa muy difícil para impulsar proyectos
educativos en donde se permitiera el uso de la navegación en la internet y de
la búsqueda de la información a través –en ese entonces- de la web 1.0, de esta
manera, damos cuenta que las políticas públicas educativas tenían la
responsabilidad de impulsar proyectos para el uso de la web 1.0 a través de los
modelos educativos actuales en México.
En
el caso de los historiadores de los años 90´s en México, tenían la obligación y
necesidad de incorporarse a centros de capacitación para el conocimiento,
utilización y creación de recursos digitales complementando su labor académica
como historiador/docente o historiador/investigador, debemos mencionar, que las
universidades públicas –en ese entonces- no proporcionaban esa capacitación,
esto obligaba al historiador, a buscar por su propia cuenta, dicha capacitación
o en caso contrario, las instituciones universitarias creaban convenios con
empresas especialistas del sector privado para dicha labor.
Ahora
bien, es pertinente la siguiente pregunta ¿Para qué capacitar a los
historiadores en el ámbito digital? este planteamiento es la justificación del
tema en cuestión.
Los
historiadores nativos digitales de
principios del siglo XXI ya estaban revolucionando la nuevas funciones
académicas del historiador mediante la web 2.0, a pesar de ello, todavía
existían muchos huecos que rellenar; en primer lugar, la poca capacitación de
los historiadores inmigrantes digitales; en segundo lugar, la poca creatividad
y planeación para desarrollar y aplicar los proyectos educativos digitales de
los historiadores nativos, es decir, dentro de los años 2000 al 2010 –diez años
aproximadamente-fue una época de experimentación de proyectos pilotos, fue una
época de transición precaria en el ámbito de proyectos históricos digitales
dentro de las universidades públicas del país, mencionemos un ejemplo, los repositorios institucionales digitales
de las universidades publicas tuvieron su lanzamiento en los primeros años del
siglo XXI con la web 2.0, en los últimos tres años
existen alrededor de 50 repositorios –de diversa índole-- en la república
mexicana con estándares de alta calidad de edición, impacto y científica.
De
esta manera, damos cuenta que estos dos problemas no se podían soslayar, y
necesariamente la urgencia de coadyuvar en la capacitación, planeación de
proyectos educativos, y así, transformar el oficio del historiador para la
mayor profesionalización de futuros historiadores en México y ofrecer nuevas
alternativas del oficio y de abrir el campo profesional del historiador en la
actualidad.
El
problema fundamental que exponemos a continuación es sobre la formación de los
estudiantes de historia, de esta manera, planteamos la siguiente pregunta ¿En
realidad las facultades de historia del país están formando verdaderos
profesionistas de la ciencia histórica? al parecer la pregunta queda muy
abierta y ambigua; en primer lugar, cada universidad pública del país es
autónoma, se rige por su propio estatuto de pertenencia y laboral para estudiantes y académicos de cada
institución; en segundo lugar, cada universidad se rige por su propio sistema o
modelo educativo universitario, esto radica de varios factores: del contexto
social, cultural, geográfico, político y económico, perodesde una amplia
perspectiva histórica, los programas académicos de las facultades de historia
del país, están quedando obsoletas, y para contrarrestar esta problemática, mediante
el diálogo y la adecuada comunicación en un ambiente académico, se tendría que
pensar en reestructurar los programas académicos y pensar en incluir materias
de innovación interdisciplarias, es decir:incorporar nuevas materias teóricas
de diversas fronteras científicas-metodológicas; materias opcionales técnicas
de innovación, creatividad, profesionalización de divulgación de las ciencias y
de las artes, así como seminarios de investigación de frontera y
epistemológicas, emprendimientos de proyectos históricos-culturales para el
beneficio de la sociedad local y regional; de la creación de redes sociales a
nivel estatal, nacional e internacional sobre nuevos proyectos creativos de
investigación y divulgación; de la creación de asociaciones civiles para la
discusión y promoción de la historia, en general, de la creación de proyectos
que necesite cada región y en beneficio social.
Ahora
bien, resulta pertinente la siguiente pregunta ¿Cómo lograr estas propuestas?
en primer lugar, existen desafíos que habrá que pensar y uno de estos
desafíos radican principalmente en la falta de creatividad y practicidad
en cada proyecto histórico, no debemos de descartar, la falta de precisión en
los planteamientos del problema de cada investigación, este es el principal
desafió que tendrá que superar cada historiador, no así,es importante mencionar,
que la articulación de las tecnologías de la información y el oficio del
historiador, está en su primera etapa, habrá que esperar y en su momento, las
oportunidades de trabajo aumentará con la implementación de proyectos digitales
entre la docencia, la investigación a través de metodologías de la computación
combinándolas con el arte, para desarrollar, promocionar la historia en la
actualidad, con valor agregado, con sentido ético, ecopedagógico e innovador.
Tenemos
que fortalecer los programas curriculares de las facultades de historia del
país ¿Cómo? desde sus propias circunstancias históricas de cada institución a
través de sus políticas públicas educativas estatales, de sus modelos
educativos universitarios, de las autoridades educativas, alumnos, empresarios,
gobiernos estatales y de todos los gremios productivos, es decir,mediante el
diálogo, buscar alternativas y las posibilidades para alcanzar la necesidad
histórica que reclama la sociedad y que habrá que atender.
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