Alicia Soto Palomino |
No puede enseñarse lo que se
ignora, ni puede estimularse lo que se desconoce.
Gustavo Pereira[1]
Durante
mi trayectoria como docente de Telebachillerato he experimentado la riqueza de
ser docente en un centro escolar rural y logré apreciar la belleza de la vida
comunitaria.
He
trabajado en el área técnica como encargada del área de lenguaje y
comunicación, como instructora de Taller de lectura y redacción y soy fundadora
de los círculos de lecturas en esta institución. Al estar a cargo de la
recepción de materiales provenientes de todo el Estado, me percaté de la
riqueza del lenguaje que poseen los alumnos de varias regiones de Zongolica,
por ejemplo y en ellas expresaban que el hecho de ser indígenas les ocasionaba
vergüenza, pero que ellos no tenían la culpa… A través de sus textos me di
cuenta del amplio mosaico de culturas, tradiciones, historias que podemos rescatar
desde nuestra intervención como docentes frente a grupo.
En
esta ocasión les hablaré de mi experiencia como docente de Telebachillerato y
de las etapas por las cuales he ido transitando hasta llegar a ser una
promotora de lectura y escritura que pretende rescatar los valores y
tradiciones de nuestro pueblo. Además de demostrar que si es posible editar
libros y hacer algunos proyectos que impulsen la gestión cultural.
Eran
los años 80’s cuando movida por la invitación de un compañero de la carrera de Letras Españoles fuimos a
pedir trabajo como guionistas en el área técnica de Telebachillerato. Durante dos ocasiones nos dijeron que no necesitaban nuestra
colaboración y decidimos ya no regresar por tercera vez, pues nos
sentíamos rechazados.
Pero
la vida da muchas vueltas y después de
ejercer la docencia durante seis años en
una escuela particular, decidí consolidar mi situación laboral y decidí presentar
un examen para formar parte del grupo de docentes de Telebachillerato. Bueno,
ya había estado realizando a través de
la importación de talleres lúdicos de
promoción a la lectura y la literatura en
el Telebachillerato de Totutla, uno de los maestros me pidió ir a su
centro y tratar de hacer que los jóvenes se enamoraran de la lectura y la literatura,
posteriormente asistí a otro centro escolar situado en la comunidad de
Chiltoyac. Ahí además de compartir mi
amor por la lectura, compartí mi amor por la danza y les impartí de forma
gratuita clases de danza folklórica.
Como les iba contando, pasaron
los años y presenté examen para obtener una plaza en esta institución y el 10 de marzo de 1995,
hace 20 años, logré ser aceptada y logré formar parte de esta formidable
institución.
Llegué
al centro escolar Pinoltepec, situado
a 18 kilómetros de Xalapa, la capital del Estado, era
formidable llegar a la comunidad que lleva el mismo nombre del centro escolar.
Mi primera impresión al llegar a este
lugar fue ver las casas de color café o gris, el suelo árido y las personas casi siempre estaban
dentro de sus casas, parecía un pueblo fantasma,
como salido de un cuento de Juan Rulfo “En el centro había un árbol.
Cuando me encontré en medio de la plaza, me di cuenta de que aquel pueblo, en
apariencia fantasma, en realidad estaba habitado”[2]. En cambio al conversar con los habitantes eran
amables, sencillos trabajadores y estaban muy entusiasmados por tener en su
comunidad un centro escolar de este nivel, pues los primeros profesionistas de esa comunidad nos contaban que ellos habían
tenido que irse a estudiar fuera, pagar sus estancias y sufrir lejos de casa.
Recuerdo
los nombres de algunos de los señores
del patronato: Don Carlos, don Nacho, doña Claudia, doña Chepa, en fin eran
hombres y mujeres que siempre nos recibían con un fuerte apretón de manos y una
gran sonrisa en sus caras… Ellos con sus esfuerzos fueron a gestionar junto con nosotros todo lo relativo a los
materiales para hacer las aulas, los alumnos aportaban la mano de obra para
hacer bloques, echar colado, pintar, chapear y a diario se les asignaba hacer
el aseo del salón para tener una escuela limpia.
El Telebachillerato
de Pinoltepec comenzó solamente con una mesita de madera y después se logró
comprar un televisor, el cual fue extraído por los rateros que acosaban la región.
Así, con carencias de todo tipo comenzamos a echar a andar este centro escolar,
el primero en llegar fue el maestro Roberto Peralta, luego el maestro David
Reyes, por un tiempo corto estuvo la maestra Leticia Barradas y yo llegué a suplirla. En ese tiempo nos
invadieron unas fuerzas que solamente
tienen los titanes comenzamos a construir nuestro centro escolar, sin importar
los inconvenientes.
El
maestro Alberto siempre había predicado con el ejemplo y el esfuerzo, decía que
los maestros nos debíamos acoplar a la comunidad “la presencia de un telecentro también
promueve el ahorro, pues los jóvenes ya no se ven obligados a salir de su
comunidad para continuar con sus estudios … y que el maestro logre ejercer una
labor de auténtica cooperación social”.[3] Así lo hicimos. Mi
compañero y yo, nos fuimos s a vivir a Pinoltepec. Rentamos una casa situada en
una loma y desde ahí se contemplaba
parte del poblado, Se apreciaba el camino principal, el panteón y por ahí
pasaban las personas que a diario iban a tomar el camión.
El
calor era insoportable, no había manera de dejar de lado las actividades
académicas y de asesoría casi de tiempo completo, pues los padres de familia acudían
a nuestra casa cada vez que tenían un problema o requerían de alguna asesoría.
Nuestra
biblioteca se convirtió en la biblioteca secreta del poblado, pues cada vez que
salíamos a comparar algo a la ciudad, la chica que se quedaba en casa que era nuestra ayudante, dejaba pasar a todo
mundo y a veces hasta revisaban documentos propios de la familia, claro esto lo
supimos años después.
Nuestra
casa y nuestras vidas ya no eran nuestras, ahora se habían incrustado a una
dinámica diferente, ya éramos parte de la comunidad y de su entorno.
Era
muy satisfactorio saber que nuestras decisiones, opiniones y consejos eran
relevantes en sus vidas. Creo que ahí radica lo esencial de ser un maestro
tebano, no solamente éramos maestros de grupo, que impartían sus materias y
conocimientos a los jóvenes, sino que nos habíamos convertido en habitantes y
vecinos de esta comunidad, es más ya éramos parte de ella.
Varias
veces tuvimos que ser padres, amigos, consejeros, psicólogos y asesores
jurídicos o incluso gestores para mejorar desde la construcción de la escuela,
buscar a personas que nos dieran dinero o materiales para hacer de ésta nuestra
segunda casa.
En
este lugar dejé los mejores años de mi vida y de mi vocación como promotora de
lectura se afianzó, pues al llegar a la
escuela solamente había unas rejas con
libros que pertenecían a la telesecundaria y que no debíamos tocarlos, pues se
enojaban de sobremanera si se extraviaba algún libro. Era como el tesoro
prohibido, porque los libros eran bellos y no podíamos tomarlos, usarlos y
disfrutarlos.
Con
mis alumnos procedimos a hacer una compilación de textos, algunos fotocopiados,
otros los llevaba en ediciones sencillas
y otros eran libros con imágenes bellas
y atractivas, de todas ellas nos fuimos apropiando, logrando hacer de la lectura
una actividad necesaria y divertida.
Tuvieron que pasar algunos años para lograr
consolidar un ejemplar muy extenso de obras literarias. Con el pasar del tiempo
y contando con la orientación del maestro Alberto Ruíz Quiroz y de Isabel Domínguez,
se logró transformar en un Manual
práctico de lecturas[4]
el cual fue editado por la Dirección General
de Educación Media Superior y Superior
(DGEMSyS), posteriormente se digitalizó y actualmente la llegado a las manos de muchos docentes del Estado de Veracruz que jubilosos lo han
aprovechado.
Regresando
a la búsqueda de libros y de material didáctico para mis clases de taller de
lectura y redacción y literatura implementé varias estrategias didácticas como:
lectura silenciosa, lectura modulación de voz, acompañada con música, pintura,
diseño de objetos reciclados, danza, teatro, creación literaria, contando con
una intervención didáctica y expositiva ante la comunidad y otros espectadores
de niveles escolares de primaria y kínder. Desde 1996 comenzamos a acercar a
los jóvenes con su entorno y como parte de su evaluación era compartir sus
conocimientos ante un público diverso e intervenir en el rescate de las
tradiciones de su comunidad. Sin saberlo, ya estábamos poniendo en acción lo
relativo a las competencias.
Recuerdo
que a los alumnos les encantaba leer a la orilla de la laguna, también
escribían textos y posteriormente los representaban en una obra teatral. Por
esa época inicié mis estudios de maestría y decidí que mi objeto de estudio
sería la utilización de estrategias didácticas para abordar los textos
literarios y que se pudieran desarrollar en un ámbito lúdico y ameno.[5]
Después
de cinco años de hacer observaciones, ejecutar diversas estrategias, compilar
evidencias, sistematizar y fundamentar la teoría y confrontar con la práctica,
logré presentar mi examen profesional y obtener el grado de maestra, pero
seguía sintiendo que un reto aún mayor era necesario iniciar y el 21 de
noviembre de 2005 inicio el proyecto de Círculo de lectores en Telebachillerato,
con 14 compañeros que asistieron y que a
lo largo de estos años han hecho actividades importantes cada uno en sus
centros de estudio.
Cada
seis meses les impartía talleres a los docentes provenientes de todo el Estado
de Veracruz. Durante tres días se les proporcionaba material cuyos contenidos
eran de gran relevancia teórica, pues eran tomados de los conocimientos
adquiridos en la maestría. Los docentes se llevaban cd’s, fotocopias y muchas
ideas para compartir con sus alumnos y compañeros de centro .Ellos se pagaban
todos los gastos y eso era un compromiso más fuerte para mí. Pues debía brindarles un excelente curso. Cada vez que
nos veíamos reforzábamos nuestro interés por mejorar las prácticas de lectura y
escritura así como los lazos de amistad, ayuda y solidaridad dentro de este proyecto. Estos eventos se
efectuaron durante tres años de 2005 a 2008. Luego surgió La Red Independiente
de promotores de Lectura y Divulgación Científica coordinada por una servidora
y esta red es una extensión de actividades, eventos, talleres y trabajos en los
cuales sigo vinculando a los docentes de Telebachillerato. Gracias a esta red
hemos logrado vincularnos a programas
como Salas de Lectura, Casas de la cultura, y proyectos de rescate cultural
en donde los docentes han sido los gestores.
Como ejemplo cito la compilación de leyendas de Mesa de Calcote Veracruz[6]
en donde hemos participado un grupo enorme de personas, comenzando por un
docente de Telebachillerato que laboraba en esta comunidad y me envió los
trabajos de 13 jóvenes alumnos quienes fueron a hacer entrevistas a las personas
mayores de la comunidad y escribieron algunas historias del origen de su
comunidad y leyendas en su lengua original el náhuatl y español, luego
intervine como correctora de estilo y
coordinadora de una serie de traducciones y posteriormente se hizo la
traducción al inglés y francés.
Este
proyecto me hace pensar que nuestras raíces vertidas en lengua náhuatl son tan
importantes y debemos hacer que prevalezca, se valore junto con el español, el
inglés o francés; que los lectores podamos apreciar su riqueza y amplitud de
concepciones que muestran la riqueza cultural que guardan los habitantes de las
comunidades rurales en este caso de Mesa de Calcote Veracruz.
La
sabiduría popular puesta en manos de los lectores hace que nuestra labor haya
visto reflejado el interés por rescatar una parte esencial del Telebachillerato:
rescatar, respetar y compartir nuestra cultura sin perder la esencia.
Los
docentes tebanos somos agentes de cambio en las comunidades en donde laboramos,
pero sobre todo somos promotores culturales, cuya principal misión es defender
nuestro idioma y cultura.
La
antología de Mesa de Calcote Veracruz, es un testimonio fiel de este proyecto y
junto con los compañeros Saúl, David, Elissa, María, Florence, Virginie, Nick,
Alicia Sevilla y todos los alumnos que participaron del Telebachillerato
de Mesa de Calcote y los informantes de la comunidad, realizamos
este proyecto con un solo afán: conservar nuestras tradiciones y hacerlas
extensivas para que puedan ser entendidas en otros idiomas y lograr alcanzar un
carácter cosmopolita, objetivo primordial que se exige en la educación actual.
Quiero
recordar que este proyecto fue hecho desde una iniciativa independiente y con
el apoyo altruista de todos los colaboradores, no hubo pago alguno, solamente
se obtuvo el agradecimiento en forma oral y la satisfacción de haber colaborado
en un proyecto colectivo de divulgación de la tradición oral.
Necesitamos
realizar más proyectos como este, en el que se refuercen las intenciones
sociológicas y pedagógicas de los docentes tebanos por lograr rescatar los
orígenes y raíces de las comunidades en donde laboran. Necesitamos cada vez más
de la profesionalización en toda la extensión de la palabra.
Es
preciso desplazarnos a nivel Nacional e Internacional pero con productos que
sean el reflejo de nuestro trabajo producto del esfuerzo, dedicación y
constancia.
A
partir de mi experiencia como docente en el Telebachillerato Pnoltepec, en
donde no había bibliotecas, libros, clima fresco, ni instalaciones adecuadas,
logré efectuar varios proyectos que han sido muy significativos y que han
tenido repercusión en la institución.
Si
soy lo que soy hoy en día y todo lo que he realizado a lo largo de estos 20 años
que llevo laborando en este subsistema es porque nació en mí ese amor por
compartir con los otros las bondades de leer y escribir, de soñar por un mundo
mejor, ese mundo que posiblemente pensaron los maestros Alberto, Thomás y
Vicente, ese mundo es el que necesitamos volver a reconstruir, edificar y
fortalecer, pero no con palabras, sino con hechos, con actitudes, con
testimonios que nos permitan alzar la frente y decir que somos maestros
tebanos, que hemos estado sembrando semillas en los lugares más alejados del
Estado de Veracruz y ahora con mucho más
énfasis, llevar estas experiencias a otros estados de la República Mexicana en
donde realmente lo necesitan y lo están esperando. Creo que en ese aspecto, la
modalidad es muy adecuada llevarla, compartirla y enseñarles que es posible
cambiar, crecer, hacer realidad los sueños, aun estando lejos de las grandes
urbes.
Hoy
festejamos 35 años de permanencia de este proyecto, que es una realidad que va cubriendo a la
República mexicana y en pocos años estará en todo el País.
Es
como una nube de esperanza que nos permite confiar en el futuro, en los jóvenes,
en los docentes que estamos luchando por la creación y consolidación de un mundo mejor.
Yo
creo que si es posible construirlo,
fortalecerlo, consolidarlo.
Creo
en los sueños, creo en los esfuerzos de los verdaderos maestros tebanos.
Confío
en que estos mensajes serán transmitidos a los nuevos docentes del
Telebachillerato y espero que dentro de sus mentes y corazones, surja esa
inquietud de unirse a la comunidad en donde laboren y que se conviertan en
habitantes de esa comunidad en donde les
brindarán refugio, confianza y afecto. Los invito para que se integren a ella y
se conviertan en gestores que abran senderos y logren construir nuevos campos
de conocimiento, pues solamente así, viviendo en armonía y empatía se puede
fortalecer desde la raíz el amor por la educación, por la identidad local y
nacional.
¿Cómo
podemos dar lo que no tenemos? No es posible, y si logramos fragmentarnos en
partes diferentes y dividir nuestro esfuerzo se debilitará, por eso los invito
a ser una unidad entre la vocación, a esforzarnos por alcanzar una profesionalización y el amor por enseñar,
aprender y compartir los conocimientos y aprendizajes de manera responsable,
siempre cuidando la calidad como personas.
Me
despido deseando que este festejo lo podamos seguir efectuando durante muchos
años más y los que hemos recorrido este camino
con gusto les enseñaremos los caminos por los que deban transitar.
En
hora buena y les deseo el mejor de los éxitos a los que están convirtiéndose en
compañeros y colegas de esta gran institución.
La
experiencia se va construyendo día a día con el paso del tiempo se convierte en
un cúmulo de saberes que nos permiten transitar por un camino más confiable que
seguramente nos conducirá al éxito.
Mis
experiencias giran en torno a la promoción de la lectura y escritura. Comencé
esta trayectoria haciendo un Manual
práctico de lecturas, luego la tesis de maestría, posteriormente un
proyecto de círculo de lectores vigente aún en Telebachillerato. Más adelante
hice guías de Taller de Lectura y Redacción I y II, Literatura II y Etimologías. Es importante
recalcar que en Internet he encontrado trabajos publicados que han tomado con
seriedad mis indicaciones y han logrado realizar excelentes productos, lo cual
me ha proporcionado una gran satisfacción.
En
la actualidad estoy dirigiendo varios proyectos editoriales y promoviendo la
escritura de textos que rescatan la tradición oral de varias comunidades
aledañas a la ciudad de Xalapa.
Mi
propuesta es la creación de un departamento que realice actividades de gestión
y promoción cultural en los centros de Telebachillerato vinculando acciones con
los Municipios, Programas de rescate de las tradiciones a nivel Federal,
Estatal e incluso Internacional, a partir de fundaciones que impulsan el
desarrollo cultural de nuestro Estado.
Bibliografía
Castañón A. (1999)"El evangelio de Juan Rulfo
según Julio Ortega",
-en una conferencia dictada en el I Seminario de Crítica Literaria celebrado en
Manizales, Colombia, IV-1999- Recuperado el 27 de agosto de 2015, de http://www.educ.ar/dinamico/UnidadHtml__get__f550d18b-cf32-420a-9efe-f993bccab61c/14906/data/42873986-c84e-1
Logros
de una Utopía Telebachillerato de Veracruz, (1999) material fotocopiado año
2015 Xalapa, Ver. Edit. Producción Gráfica Artes Gráficas año 1999.
Pereira G. (2015) Artículo:
Espantosa gramática. Publicado el 17 de agosto de 2015 publicado en la tinta invisible revista de
literatura en
https://latintainvisible.wordpress.com/2015/08/17/espantosa-gramatica/
Ruíz Q. A. (1992) El Telebachillerato de Veracruz, Departamento de Telebachillerato
de la Dirección General de Educación Media Superior y Superior, Xalapa, Ver. México.
Soto
P. A. (1996). Manual práctico de lecturas, publicado por la Dirección General de
Bachillerato en Xalapa Ver.
---------------
(2004). Diseño de estrategias didácticas
para el fomento de la lecto-escritura lúdica y placentera de los textos
literarios, realizada en el Telebachillerato “Pinoltepec”. El caso de los
alumnos de las generaciones 1998-2001 y 2000-2003. Tesis de maestría de la Universidad Pedagógica Veracruzana .
--------------
(2015) Antología de Mesa de Calcote Veracruz.
Xalapa, Ver. Edit, Red Independiente de
Promotores de Lectura de Ver.
Concurso de ensayo “Telebachillerato, 35 años de servicio educativo”
Tema: Mi experiencia como docente en el
Telebachillerato
Participante:
Alicia Soto Palomino
Clave del centro de trabajo: 30ADG2620E
Mail:
aliciasoto31@hotmail.com
Tel: 22 88 40 21 23
No
puede enseñarse lo que se ignora, ni puede estimularse lo que se desconoce.
Caso
contrario, quienes en su infancia y adolescencia tuvieron padres o preceptores
que a su vez fueron lectores y, por serlo, avivaron en ellos poderes creadores
e imaginación, no aburrirán ni atosigarán a nadie con falsos saberes y
ejercerán a plenitud el compartir y disfrute del conocimiento.
Cita
de Espantosa gramática de Gustavo Pereira publicado 17 de agosto de 2015
publicado en la tinta invisible revista
de literatura.
[2]
"Un
día llegué de noche a un pueblo. En el centro había un árbol. Cuando me
encontré en medio de la plaza, me di cuenta de que aquel pueblo, en apariencia
fantasma, en realidad estaba habitado. Me rodearon y se fueron acercando hasta
que me amarraron a un árbol y se fueron. Pasé toda la noche ahí. Aunque estaba
algo perplejo, no estaba asustado pues ni siquiera tenía ánimo para ello.
Amaneció y poco a poco aparecieron los mismos que me habían amarrado. Me
soltaron y me dijeron: «Te amarramos porque cuando llegaste vimos que se te
había perdido el alma, que tu alma te andaba buscando, y te amarramos para que
te encontraras.»”. "El evangelio de Juan Rulfo según
Julio Ortega", transcripción
hecha por Adolfo Castañón de las palabras de Julio Ortega -en una conferencia
dictada en el I Seminario de Crítica Literaria celebrado en Manizales,
Colombia, IV-1999-, al referir una anécdota que le había contado Juan Rulfo.
[3] “la
presencia de un telecentro también promueve el ahorro, pues los jóvenes ya no
se ven obligados a salir de su comunidad para continuar con sus estudios. Así,
el subsistema contribuye a frenar la migración temprana hacia los centros urbanos…El
Telebachillerato se propone lograr una verdadera vinculación entre la escuela y
la comunidad. Se trata de que docentes y alumnos se involucren en el desarrollo
de la comunidad donde se encuentran, en una labor de auténtica cooperación social” pp.91-94
[4] Soto palomino Alicia: Manual práctico de lecturas, publicado por la Dirección General de
Bachillerato 1996 en Xalapa Ver.
[5]
Soto Palomino Alicia . Tesis de maestría : Diseño de estrategias didácticas para el fomento de la
lecto-escritura lúdica
y placentera de los textos literarios, realizada en el Telebachillerato
“Pinoltepec”. El caso de los alumnos de las generaciones 1998-2001 y 2000-2003.
Dirigida por el Doctor Efrén Ortiz Domínguez, presentada en la Universidad
Pedagógica Veracruzana en 2004.
[6]
Soto Palomino Alicia : Antología de Mesa
de Calcote Veracruz. Compilación de
12 leyendas provenientes de la comunidad de Mesa de Calcote y que han sido
publicadas en náhuatl, español, inglés y francés de forma independiente.
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