martes, 11 de noviembre de 2014

Wilfrido Sánchez Márquez: Amigo solidario.


Víctor Manuel Vásquez Gándara

El 18 de julio del 2009 asistí a un desayuno organizado por la Academia Mexicana de la Educación, Sección Veracruz, presidida ese trienio por el profesor Mariano Ortiz Galván. En El Itacate nos dimos cita: Jesús Jiménez Castillo, Javier Ortiz Aguilar, Gregorio Castañeda Orozco, Raúl Romero Ramírez, Dinora Lucien Blásquez, Alfredo Villa Báez, Reynaldo Ceballos Hernández, Carlos Jorge Aguilar Aguilar, Lisardo Enríquez Luna, Wilfrido Sánchez Márquez, todos miembros de número de esa organización y como invitado especial el periodista Juan Tosca encargado de la Sección Opinión de Diario de Xalapa. Fue mi primera participación oficial en la AMEAC, con pretensiones de ser aceptado.
A partir de esa ocasión fui cultivando la amistad de ellos y de los demás integrantes de la asociación fundada en 1983 por el maestro Marcelo Ramírez Ramírez y un grupo de intelectuales vinculados con la Educación.
La gestión de Mariano culminó, asumiendo la presidencia de la nueva Mesa directiva el profesor Sánchez Márquez eligiéndome la Asamblea de socios con la responsabilidad de Secretario de Comunicación Social. Así inició un mayor acercamiento con el maestro Willy convirtiéndose en amistad por la solidaridad frente a la problemática inherente a nuestra gestión.  Las experiencias vividas juntos son tema a tratar en otro espacio.
En septiembre de 2010 con el profesor Lisardo empezamos el proyecto editorial Tlanestli. La entrega mensual del ejemplar, práctica que aún continuo haciendo después de cuatro años, abrió  la posibilidad de conocer más al maestro Willy, afianzándose la amistad, ahora por su apoyo incondicional hacia la edición literaria, educativa, cultural, sobre todo por la sinceridad de su trato.
Durante cincuenta meses he visitado al maestro quien no únicamente me abrió las puertas de su hogar y a miembros de mi familia, también desbordó su sensibilidad compartiéndome en sus charlas parte de la historia de su vida profesional y lucha social.
Su personalidad destaca en principio por el humanismo demostrado en sus acciones sociales, políticas y literarias. Su participación activa en la AMEAC ha dejado huella como lo hizo en su tiempo dentro del Sistema Educativo Nacional. De la misma manera es respetado por múltiples colaboraciones en la preservación de tradiciones de la cultura nacional a través de la Fraternidad Istmeña. El Instituto de Relaciones Culturales Mexicano-Cubanas “Flores Magón-Mella”, le reconoce su labor y esta publicación ha recibido apoyo de él no sólo con sus textos sino apoyo financiero.

En dos recientes reuniones muy significativas tuve la fortuna de ser uno de sus invitados: conmemoración del su nonagésimo cumpleaños de existencia y el festejo de la festividad de Todos Santos. Sendas reuniones celebradas en su domicilio particular en las que afloró generosidad, sinceridad y el reconocimiento hacia él y su familia. 

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