Alberto Rafael León Ramos
Universidad
Veracruzana, México
Facultad
de Filosofía
Maestría
en Filosofía
RESUMEN
A raíz de la explosión de la
tecno-ciencia, la sociedad actual se desenvuelve de maneras diferentes; la
forma de adquirir información, de apropiarse del conocimiento, así como las
relaciones sociales han cambiado. Tanto la realidad como la vida humana se ven
modificadas de manera precipitada. Y éstas son mediadas por un aluvión de
aparatos, bienes y servicios, cacharros inteligentes, etc., que son en su
mayoría proporcionados por la ciencia y la tecnología. ¿Qué características
tiene esta sociedad? ¿Individuo y sociedad son afectados por la tecno-ciencia?
¿Hasta qué punto configura esa realidad tecnológica al hombre actual? Se
tratará de describir y defender que la tecno-ciencia configura una persona
diferente, es así que se llamará a ese tipo de sustantividad humana: homo
hipertecnologizado. Para ello se utilizará como herramienta teórica la
filosofía de Xavier Zubiri.
Palabras
clave: realidad, hombre, época digital, homo hipertecnologizado.
1. La novedosa realidad
llamada Época Digital
Con los avances tecnológicos y
científicos en la sociedad se ha generado un conocimiento mayor sobre la
realidad que nos rodea. El mundo no es aquello inhóspito y misterioso que había
que explicar por medio de fábulas, mitos o leyendas. Se tiene más control sobre
la naturaleza, se le explota asegurando así la supervivencia del hombre en la
tierra. La vida humana, se puede decir, es más placentera gracias a todos los
aparatos, medicinas, bienes y servicios, que proporciona la tecno-ciencia.
Mejores viviendas, transportes, aparatos para almacenar alimentos, máquinas que
ayudan a las labores del hogar, etc. También la comunicación entre los hombres
es cada vez más rápida y eficaz. Las computadoras con acceso a la red son
prueba de la magnitud del desarrollo tanto científico como tecnológico que la
sociedad tiene actualmente. Hoy en día se puede enviar gran cantidad de
información con tan sólo apretar un botón y casi al instante llega a cualquier
parte del mundo.
La forma en que se va desarrollando la sociedad es
interesante. Tanto las relaciones como la manera de ver el mundo que nos rodea
van a estar permeadas por una visión tecnológica, suponiendo muchas veces que
siempre ha sido así y que es la mejor forma de realidad. Las personas usan las
computadoras con acceso a la red principalmente para trabajar o divertirse. Los
Estados y las compañías privadas usan las tecnologías para hacer más fáciles
los trámites burocráticos. Ahora se puede pagar los servicios básicos por medio
de la red y de manera automática: la luz, el agua, el teléfono, entre otras
cosas. Ya no es necesario que una persona brinde atención, porque la máquina
cumple con esa función. Y casi todas las actividades que hacen las personas
están relacionadas, de cierta forma, con algún dispositivo electrónico o
mecánico. Desde las labores más sencillas como calentar la comida, hasta pagar
un boleto de estacionamiento son intermediadas por alguna clase de máquina.
Ésta es la realidad en la que le toca vivir al hombre del siglo XXI, es la
llamada Época Digital (ED).
Con respecto a nuestro presente, ED, se abre una
nueva forma de entender el mundo. ¿Qué caracteriza a la ED? Es la etapa de la
humanidad en donde los avances científico-tecnológicos envuelven la mayor parte
de la vida en sociedad. Educación, economía, información, comunicación,
sociabilidad, son algunas de las circunstancias que son mediadas en relación
con la sustantividad humana. La forma de entender y conocer el mundo ha
cambiado en el presente.
Así la vida de la
sustantividad humana se mueve en esta realidad novedosa. En donde ciencia y
tecnología están por todos lados. Cuando se hable de realidad, en el
presente trabajo se entenderá así: realidad, o para ser más fiel al pensamiento
zubiriano, la Reidad, es aquello que es <de suyo> de lo sentido.
Esta es la
nueva formalidad: formalidad de reidad o realidad. Inmediatamente voy a dar
razón de este neologismo <<reidad>>, que me he visto obligado a
introducir en la descripción de la formalidad de la aprehensión humana. Dado el
carácter completamente distinto que el término realidad pueda tener en el
lenguaje vulgar y aun en el filosófico, a saber realidad allende toda
aprehensión, el término reidad puede servir para evitar confusiones. Pero hecha
esta aclaración, emplearé los dos términos indiscernidamente: reidad significa
aquí simple realidad, simple ser <<de suyo>>[1]
Esto quiere decir que la
reidad es algo sentido, es una formalidad[2] de
alteridad. La reidad se siente en impresión de realidad y por lo tanto
es formalidad del mismo <de suyo>, pero es sentida en la impresión de
realidad por la sustantividad humana (el hombre) y sólo en impresión de
realidad, ya que el puro sentir sólo se da en los animales. “Realidad es algo
intelectivamente sentido en las cosas: es <<sentido>> y lo es
<<en>> la cosa”[3]
También se quiere hacer notar
que la realidad no son entes, como se venía pensando en la historia de
la filosofía. Ese modo de abordar la realidad lleva a un equívoco: pensar que
la realidad se puede entificar para acceder a ella. “Lo primero de las cosas no
es ser entes, sino ser realidades”[4].
Mucho menos la realidad es algo que está allende a nosotros a lo cual hay que
tratar de acceder.
La
siguiente cita explica mejor todo estos puntos:
La realidad no
es algo a lo que haya que ir, sino que es primariamente algo en que ya se está,
y en que, como veremos, nunca se dejará de estar. Al aprehender sentientemente
una cosa real estamos ya intelectivamente instalados en la realidad. Inteligir
es estar aprehensivamente en la realidad, en lo que las cosas son de <<de
suyo>>. Esta instalación tiene un doble carácter. Al inteligir una cosa
real quedamos instalados en ella. Pero esta instalación es, un primer aspecto,
muy fugaz en el fondo; inmediatamente sobreviene otra cosa real, y al
inteligirla quedamos en otra cosa. Según este primer carácter, instalación es
estar instalado en una cosa real. Pero esto no agota todo el carácter de la
instalación. Porque como vimos, la impresión de realidad en que inteligimos
cada cosa real es idénticamente y numéricamente la misma en todas las
aprehensiones. La realidad reifica cuando adviene a lo real. El contenido de
cada cosa real queda así inscrito, por así decirlo, en la misma impresión de
realidad que nos dio la cosa real anterior. Es decir, como ya vimos en el
capítulo IV, la impresión de realidad es transcendentalmente abierta. Lo cual
significa que al inteligir una cosa real aquello en que estamos instalados no
es solamente esta cosa real, sino que es también la pura y simple realidad. La
cosa real tiene así dos funciones: una la de ser algo real, y otra la de ser
pura y simple realidad.[5]
Aunado a eso el hombre, que
está en la reidad, cuenta con una facultad que lo ayuda a orientarse.
Esa facultad se llama inteligencia sentiente. ¿Qué es la inteligencia
sentiente?
Inteligencia
sentiente consiste en que el inteligir mismo no es sino un momento de la
impresión: el momento de la formalidad de su alteridad. Sentir algo real es
formalmente estar sintiendo intelectivamente. La intelección no es intelección
<<de>> lo sensible, sino que es intelección <<en>> el
sentir mismo. Entonces, claro está, el sentir es inteligir: es sentir
intelectivo.[6]
Ésta siente la reidad en
impresión de realidad. La impresión de realidad es aquella en que se capta la
reidad de dos formas. Una, primero por los sentidos, es el sentir, es la
pura aprehensión sensible. Mientras que
la realidad es la nota <en propio> lo que es. Entonces el hombre a través
de su Inteligencia sentiente puede captar la reidad como formalidad, <como
de suyo>. Como lo que es. Sin necesidad de ir a un allende o de captar una
idea platónica. Aquí se rompe radicalmente el dualismo metafísico sujeto-objeto
dando pie a una nueva forma de entender la reidad y la inteligencia. Se parte
de la reidad para poder analizar a la sustantividad humana: “Lo primario
es la realidad. Sólo hay ser porque hay realidad”[7].
Por lo tanto realidad en el sentido
zubiriano es el término que será de ayuda aquí. Explicado esto quiero dar un paso
más. La sustantividad humana vive en una realidad llamada ED. En ella los
avances científicos y tecnológicos configuran el presente.
Para proseguir es necesario
explicar tres conceptos, ciencia,
tecnología, técnica. Ahora bien, ¿qué es ciencia?, ¿Qué es tecnología? El
diccionario define ciencia como: “conocimiento exacto de las cosas por sus
principios y causas // Cuerpo de doctrina ordenado y formado metódicamente, que
constituye un ramo del saber humano”[8] y
tecnología: “La tecnología tiene por objeto la aplicación de los nuevos
conocimientos obtenidos por la ciencia al mejoramiento cualitativo y
cuantitativo de la producción”[9].
Esto en cuanto a su definición
académica, pero ¿qué importancia tiene meditar sobre la diferencia entre esas
palabras? Actualmente se vive en un mundo moldeado por la ciencia y la
tecnología, eso es claramente visible en la realidad cotidiana. El hombre
actual toma como algo ultra-obvio su relación con la ciencia y la tecnología[10],
tanto así que pocas veces se detiene a reflexionar sobre su entorno que es en
exceso tecnologizado, en ese sentido José Ortega y Gasset señala algo parecido
pero en la relación que se gesta entre la técnica y el hombre.
Como al abrir
los ojos a la existencia se encuentra el hombre rodeado de una cantidad
fabulosa de objetos y procedimientos creados por la técnica, que forman un
primer paisaje artificial tan tupido que oculta la naturaleza primaria tras él,
tenderá a creer que, como esta, todo aquello está ahí por sí mismo: que el
automóvil y la aspirina no son cosas que hay que fabricar, sino cosas, como la piedra o la planta, que son
dadas al hombre sin previo esfuerzo de este. Es decir, que puede llegar a
perder la conciencia de la técnica [11]
La importancia de aclarar los
términos ciencia, tecnología y técnica es significativa, ya que se pueden
confundir. La ciencia indaga sobre el mundo que le rodea de manera ordenada y
meticulosa, por esta razón obtiene resultados concisos. Esto es que la ciencia
al indagar sobre el mundo busca un resultado: el conocimiento científico.
¿Quién hace ciencia? El hombre es quien la hace, ahora lo llamamos científico.
En la técnica hay una necesidad de transformar la realidad, aunque se puede objetar
que los animales también transforman la realidad, solamente el hombre puede
hacerlo de manera racional, velando siempre por su interés y movido por su
voluntad. El resultado de esa técnica es
un bien o servicio. La tecnología es la unión de la técnica con la ciencia,
proceso por el cual se obtiene un resultado más efectivo; por lo que resulta
más novedosa, llamativa e interesante para las personas, tanto por su forma de
transformar la realidad como por los bienes o servicios que se derivan de ella.
Sintetizando
podemos decir que la ciencia está asociada al deseo del hombre de conocer
(conocer y comprender el mundo que lo rodea), mientras que la técnica y la
tecnología se vinculan a la voluntad[12]
Para terminar este apartado es
conveniente enfatizar lo siguiente: la realidad es la misma, en tanto que real,
aunque actualmente el desarrollo y la presencia de la tecno-ciencia se
manifiesta en casi todos los aspectos de la vida humana. Su importancia e
injerencia, ¿casi vital?, en la vida de las personas repercute en muchos
ámbitos. El hombre vive en ese mar tecnológico, lo que genera una relación
inevitable con la tecno-ciencia. Tomando en consideración lo expuesto se puede emitir
el siguiente juicio: el hombre actual se encuentra por doquier
con la tecnociencia. Por tanto se puede definir al hombre como un homo hiper-tecnologizado. Si se me vale
la expresión.
2. La configuración del
Homo hiper-tecnologizado
Aristóteles, San Agustín, Descartes, Hume, Kant,
Comte, Heidegger, Martín Buber han hecho antropología filosófica, pero ninguno de esos filósofos se esperaba que el hombre pudiera
llegar a configurar un mundo del cual hoy todos somos partícipes, el de la
ciencia y la tecnología. El siglo XXI es el tiempo que nos toca vivir pero
sobre todo desde el cual filosofar.
Si se acepta que a partir de la ciencia y la
tecnología se configura un homo
hipertecnologizado, se puede proseguir explicando el porqué llamarlo así.
El homo hipertecnologizado va a estar de un modo
primordial en la reidad que se le presenta. Está entre las cosas del mundo,
vive entre ellas, las siente, las capta como reales y es por eso que se puede
decir está <en> la realidad, que
es ahora llamada ED. Y tiene que tomar una postura ante ellas, se hace cargo
ante la realidad que se le presenta.
“Ejecutando acciones como agente, actor y autor de ellas, es como el hombre
realiza su vida personal”[13].
Es así como el homo hiper-tecnologizado está implantado en la realidad de
la ED, donde las tecnologías son el diario vivir. El
homo-hipertecnologizado está en la
realidad y se enfrenta a ella ¿cómo? Encargándose de aquella con la facultad
con que cuenta: la inteligencia sentiente.
En ese encargarse configura su <suidad> de un modo peculiar, ya que la
reidad a la que se enfrenta es la tecnologizada, lo que gesta una <suidad
hipertecnologizada>.
Para aclarar el punto anterior es menester entra en
otro tópico, el de la irrealidad. El hombre tiene la capacidad de forjar
irrealidades. Y aunque parezca que la irrealidad no tiene importancia, aquí se
le va a prestar atención a esto. Parece que por ser irrealidad no tiene
injerencia en la vida del hombre, pero tiene más de la que aparenta. Se ha
tomado la irrealidad como fantasía, como ficción, como inexistente y por lo
tanto como tema que no tiene interés para la reflexión filosófica, cosa más
errada. “La ficción es posible como una
construcción de cosas en el ámbito en que nos deja el momento de realidad
físicamente real, en cierto modo suelto o libre del contenido específico con
que cada caso se nos presenta”[14]
Para Zubiri las irrealidades[15]
que pueda forjar el hombre son parte importante en la realidad de la
sustantividad humana, puesto que son un paso necesario para poder estar
<en> la realidad. El hombre necesita, y así lo hace, la irrealidad para poder captar intelectivamente la
realidad en que se encuentra. Hay que explicar detenidamente que es la
irrealidad.
Se ha entendido que algo es
irreal porque no existe. O algo es irreal porque carece de realidad, en ese
sentido la irrealidad es una carencia, una falta. Un unicornio, un elefante
blanco o una sirena, pueden ser ejemplos claros de ello. También se entiende
como irreal algo que no es físico, lo cual es un error. Los números, las
teorías, las matemáticas, son un ejemplo paradójico, ya que si bien son
aceptados como universales no se puede decir que sean falsos por no tener
constitución física, material. Entonces, ¿qué es lo irreal?
Para Zubiri el tema es de
mucho interés y le pone especial cuidado. Responde: dejar en franquía a la realidad en punto de su contenido “no se
irrealiza el carácter de lo real. Irrealizar no es dejar de ser o de no ser,
sino dejar en franquía a la realidad en punto a su contenido: ése es
formalmente el proceso de la irrealización”[16] Dice
que: “la irrealidad se puede presentar al hombre en formas distintas”[17].
Principalmente en tres: espectro, ficción
e idea.
1. El espectro. La realidad no se
manifiesta en las propiedades que le competen de suyo, sino que se proyecta en
otras, que no le afectan, y por consiguiente podemos decir que la envuelven,
pero sin ser ella misma. La realidad está dentro del hueco de lo aparente. Es
justamente la irrealización y en ella la oquedad de lo real.
2. En la ficción la realidad queda
destituida de todas sus notas y se obtiene así, en la realidad en cuanto tal,
el carácter de realidad como algo inagotable, que permite naturalmente alojar
no sólo las cosas concretas que, efectivamente, son reales, sino aquellas que
construye el hombre libremente.
3. En la idea
la realidad queda abstractivamente delimitada según sus notas, que se elevan a
visión exacta y definida.[18]
Pero la irrealidad no es algo
que se presente por sí sola sino sobre una irrealización. Los tres tipos
anteriores son irrealizaciones.
Ninguna
irrealidad reposa sobre sí misma, sino que es resultado de un proceso de
irrealización. En cambio, la realidad sí que reposa sobre sí misma. Ésta es la
diferencia fundamental. Toda irrealización se apoya, pues, en una realidad.[19]
Solamente la realidad puede
reposar sobre sí misma. La irrealidad no. La irrealidad no es tampoco algo que
sea por sí solo, es un resultado de una irrealización que está apoyada en la
realidad. ¿Por qué pasa eso? Porque es
una necesidad del hombre, es decir, para poder estar en la realidad tiene que
dar un <rodeo>, ir hacia una irrealidad y después hacerse cargo de la
realidad en tanto que real. Eso es hacer su vida. Configurarla.
El hombre necesita forzosamente
figurarse, es decir, forjar lo irreal precisamente para estar en la realidad;
no solamente para comprenderla, sino para estar físicamente en la realidad,
apoyarse en ella, para hacer su vida. Esta necesidad funcional hace que,
justamente, lo irreal sea un intermediario, pero no entre las cosas y las
ideas, sino justamente al revés, entre el puro estar en la realidad y las cosas
concretas que están en la realidad.[20]
La tecno-ciencia configura al hombre. Una cita puede
apoyar más esto:
De ahí que si el hombre tiene que
apoyarse en estas cosas para poder hacer la figura de su ser, entonces el
hombre, ante esas recurrencias, lo que tiene que hacer es
<<figurarse>> cómo son las cosas. Justamente ahí está el momento de
lo irreal pero, como quiera que sea, el hombre se figura. Y se figura en el
sentido más medieval del vocablo. Se figura, porque tiene necesidad justamente
de figurarse cómo son las cosas para poder apoyar su vida sobre ellas; pero,
además, no solamente tiene necesidad de figurarse cómo son las cosas, sino de
figurase en el sentido medieval del vocablo. <<Se>> figura, es
decir, se autoconfigura. Figurarse es algo inexorable para ir fluentemente a
las cosas, apoyándonos en ellas para hacer mi propio yo.[21]
¿Cómo? En el modo de la irrealización de la idea y ese
precisamente de esa manera como también va configurando su <suidad>.
El hombre vive, siente e
intelige sentientemente[22]
la nueva reidad que se le presenta. A eso se le puede agregar que el hombre se
enfrenta con esa reidad de un modo muy particular, como realidades en tanto que reales y es así que a eso se puede llamar habitud.[23]
La habitud primordial es aquella que se da en modo de impresión de realidades,
es decir, la inteligencia sentiente[24].
De esta forma el hombre se enfrenta con la realidad; pero no solamente eso sino
que es <su> realidad y con ello llega un modo particular de
<autoposesión> que configura su realidad. Es una actualización de <su>
realidad y la convierte en una realidad propia lo que es <suidad>, es
decir, se cae en cuenta de que hay una realidad pero ahora esa realidad es
personal <suya, suidad> con lo que la realidad queda formalmente impresa
de un modo particular, en un Yo. Esta realidad soy yo. Es así que en la
realidad tecnologizada el hombre hiperctenologizado no sólo se configura como
sustantividad humana sino también a su suidad.
Como se viene explicando, el
hombre está rodeado por un aluvión de tecno-ciencia en todas sus variantes,
ello configura su vida misma. Cambiando un poco la frase de Ortega y Gasset “Yo
soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo” en el presente
que se vive quedaría “yo soy yo, hipertecnologizado, y mi circunstancia
tecno-científica”. La ciencia y la tecnología han dado un gran avance a la
conformación del hombre así como de la sociedad. Gracias a ello las personas
viven más, se cuenta con hospitales que pueden atender casi cualquier
enfermedad con pastillas o tratamientos novedosos, productos de la ciencia y la
tecnología, por lo cual la mayoría de las personas están de acuerdo en que es
benefactora para la vida humana. Eso no está en tela de juicio aquí, porque
está bien claro que sin aquellos avances la sociedad en que nos desarrollamos
no podría existir.
A lo que dirijo la mirada
específicamente es cómo aquella tecno-ciencia está configurando al hombre. Y lo
de configurando ya se explicó también. Es ella la que me preocupa. El
homo hipertecnologizado se encuentra viviendo en la reidad tecnologizada, que
ahora se llama época digital.
El preguntar sobre la realidad
del hombre es una preocupación personal muy fuerte. Aquí quisiera recuperar a
dos filósofos que no están alejados de nuestro tiempo y que se preguntan de otra manera por la realidad que nos toca
vivir:
Por eso estos
años en que vivimos, los más intensamente técnicos que ha habido en la historia
humana, son lo más vacíos[25]
Asistimos
a un cansancio cultural en lo que concierne al interrogarse sobre la realidad.
Sociológicamente no interesa ningún planteamiento metafísico. Lo que mueve es
el éxito más inmediato posible, la eficacia, el bienestar, el pasarlo bien, la
satisfacción inmediata del tener, acaparar, poseer y dominar. Poco importa el
ser, la realidad y la verdad[26]
Para terminar quiero preguntar
¿sirve de algo seguir filosofando? ¿Tiene algo que aportar la actividad
filosófica o es que ciertamente está en el crepúsculo del pensamiento?
“El
filósofo, indudablemente, se dedica a pensar, pero no se dedica a pensar un
pensamiento inane, estéril, lanzado al vacío de lo fabuloso o de lo
juguetonamente especulativo. El filósofo se dedica a pensar un pensamiento en
acción”[27]
Xavier
Zubiri afirma:
La
filosofía nace de la extrañeza, comienza con ver claro en la extrañeza; pero no
es plenamente filosofía más que con la madurez de la θεωρία. La dificultad de
la filosofía está en poder permanecer en esa interna violencia por la que nos
acostumbramos a mirar a las cosas mirando al horizonte total de todo. Por eso
decía Aristóteles que la filosofía es έξις, habito; παθος; pathos lo llamaba
Platón, pero un pathos que no tiene nada de patético. El hábito de que
Aristóteles nos habla no es una simple costumbre: es una de esas disposiciones
radicales humanas que no busca nada distinto de sí misma. Por eso, la teoría,
θεωρια, es una práctica, πράξις, esto es, una acción que no busca nada sino a
la acción misma. El filósofo ve θεωρίας ένεχα, por ver. El filósofo existe en
esta actitud: no se limita a alumbrarla. Por eso, su teoría es un βίος θεώϱητιχος,
una existencia teorética.[28]
Es la
actividad filosófica la pertinente para pensar la situación del presente sea
desde los temas políticos, sociales, culturales o del conocimiento, ya que
desde esa trinchera se puede, como siempre se ha buscado, encontrar respuestas
a las grandes interrogantes que la humanidad se ha planteado desde los inicios
de los tiempos ¡en aquella lejana y oscura edad sin teléfonos inteligentes!,
puesto que por su carácter de inquisidora, buscadora, amante de la verdad, del
conocimiento, la filosofía se ha plantado radicalmente tanto en la sociedad
como en el individuo, siendo sus resultados prolíficos. Y en este caso no puede
ser la excepción, que la filosofía sea una espectadora, ya que no está en ella
el germen de la pereza mental.
Bibliografía
· Hernanz
Moral, José Antonio, (2012), Guía de orientación en el presente. Hitos para la
comprensión de la tecnociencia en la sociedad del conocimiento, México.
·
Zubiri, Xavier, (2006), El Hombre y
Dios, España, Alianza y Fundación Xavier Zubiri, España.
·
Zubiri, Xavier, (2006), Inteligencia y
realidad, España, Alianza y Fundación Xavier Zubiri, España.
·
Zubiri, Xavier (1994), El Hombre lo Real y lo Irreal, España,
Alianza y Fundación Xavier Zubiri, España.
·
Zubiri, Xavier (1986), Sobre el hombre, España, Alianza y Fundación
Xavier Zubiri, España.
·
Zubiri, Xavier (2002), Sobre el problema de la filosofía, España,
Alianza y Fundación Xavier Zubiri, España.
·
·
Zubiri, Xavier, (1995), Los problemas
fundamentales de la metafísica occidental, España, Alianza- fundación Xavier
Zubiri, España.
·
Conill, Jesús (2010), El crepúsculo de
la metafísica, Taurus. España.
·
Gay, Aquiles en
“La ciencia, la técnica y la tecnología” tomado de Tecno Red Educativa
http://www.frrg.utn.edu.ar/
·
Ortega, José,
(1977) Meditación de la técnica, El
arquero.
·
Gran Diccionario
Enciclopédico Visual ( 1993). Edimusa.
Para citar los libros de
Zubiri se usa el siguiente sistema de siglas:
·
Zubiri, Xavier, (2006), El Hombre y Dios
(HD)
·
Zubiri, Xavier, (2006), Inteligencia y
realidad (IR)
·
Zubiri, Xavier (1994), El Hombre lo Real y lo Irreal (HRI)
·
Zubiri, Xavier (1986), Sobre el hombre (SH)
·
Zubiri, Xavier (2002), Sobre el problema de la filosofía (SPF)
·
Zubiri, Xavier, (1995), Los problemas
fundamentales de la metafísica occidental ( SPFM)
[1]
Zubiri, IR, pág., 57.
[2]
Formalidad se va entender como quedar. El
quedar no es acción.
[3]
Zubiri, IR., 194.
[4]
Ibid., pág., 35.
[5]
Ibid., pág., 251.
[6]
Ibid., pág., 84.
[7]
Zubiri, SH, pág., 55.
[9]
Ibid., pág., 1158.
[10]
Para escudriñar más en el tema el artículo “Ciencia y filosofía” de Diego
Gracia es muy clarificador no sólo porque retoma la difícil relación entre
ciencia y filosofía, sino porque explica la postura de Zubiri ante esos dos
tópicos.
[11]
Ortega, Meditación de la técnica, pág., 106-107
[12] Gay,
Aquiles en “La ciencia, la técnica y la tecnología” tomado de Tecno Red
Educativa http://www.frrg.utn.edu.ar/
[13]
Zubiri, SH, pág., 64-65
[14]
Zubiri, HRI, pág., 30.
[15]
Espectro, idea y ficción.
[16]
Zubiri, HRI, pág., 62.
[17] Ibid., pág., 15.
[18]
Ibid., pág., 61.
[19]
Ibid., pág., 61.
[20]
Ibid., pág., 129.
[21]
Ibid., pág., 125.
[22]
Zubiri, HD, pág., 39.
[23]
Habitud: es el modo de habérselas con las cosas de todo viviente, básicamente
es enfrentamiento con las cosas reales.
[24]
Inteligencia sentiente: El sentir es en
sí mismo un modo de inteligir, y el inteligir
es en sí mismo un modo de sentir. La realidad es aprehendida , pues, en
impresión de realidad. Es la inteligencia sentiente.
[25]
Ortega y Gasset, Meditación de la técnica, pág.,103.
[26]
Conill, Jesús, El crepúsculo de la metafísica, pág., 12.
[27]
Hernanz Moral, José Antonio, Guía de orientación en el presente. Hitos para la
comprensión de la tecnociencia en la sociedad del conocimiento, pág., 31.
[28]
Zubiri, SPF, pág., 22.
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