Rafael
Mario Islas Ojeda
Profesor,
investigador y diplomático Mario Ojeda Gómez, (Xalapa, 1927 - México D.F,
2013) fue un hombre comprometido con su
vocación de formador de diversas generaciones de analistas, investigadores y
funcionarios públicos. Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México y
de la Universidad de Harvard fue
Profesor emérito de El Colegio de México, fue también Presidente del propio
Colegio, de 1985 a 1995. Institución en la que fue miembro fundador del Centro
de Estudios Internacionales. Catedrático y profesor visitante en instituciones
como la Universidad Nacional Autónoma de México, la Brookings Institution, el
Royal Institute of International Affairs y el Instituto Ortega y Gasset.
Reconocido internacionalista y académico fue honrado como Representante
Permanente de México ante la UNESCO de 1995 a 1998.Su obra ha sido calificada
por diversos analistas e instituciones como fundamental en el análisis y la
valoración de la política exterior y la historia de las relaciones
internacionales de México. Destacando su libro: Alcances y Límites de la
Política Exterior de México en 1976, reeditado en cinco ocasiones. Destacan,
entre otros de sus trabajos clave: Las relaciones de México con los países de
América Central (1985), México: el surgimiento de una política exterior activa
(1986), México antes y después de la alternancia política; un testimonio
(2004), Retrospección de Contadora: los esfuerzos de México para la paz en
Centroamérica, 1983-1985 (2007), y México y Cuba revolucionaria/Cincuenta años
de relación (2008).
Lorenzo
Meyer en un brillante artículo que le dedicó a Mario Ojeda a raíz de su
fallecimiento destaca lo que se ha llamado la "tesis Ojeda" como
resultado de un examen detallado de la política exterior mexicana frente a la
gran potencia hegemónica -Estados Unidos- en los tres decenios posteriores a la
Segunda Guerra Mundial, cuyo enunciado dice Meyer no era necesario repetir pues
en las aulas del Colegio de México todos sabían de qué se trataba:
"Estados Unidos reconoce y acepta la necesidad de México a disentir de la
política norteamericana en todo aquello que le resulte fundamental a México,
aunque para los Estados Unidos sea importante, mas no fundamental. A cambio de
ello México brinda su cooperación en todo aquello que siendo fundamental o aun
importante para los Estados Unidos, no lo es para el país". Una especie de
gaullismo “à la mexicaine” dijo Soledad Loaeza y según explica Meyer. La
"tesis Ojeda" sostuvo que la estabilidad interna del sistema mexicano
de la época requería mostrar que México podía disentir de Estados Unidos en
áreas que en la práctica le eran importantes pero no fundamentales, pero que,
en los asuntos realmente importantes para el vecino del norte, todos los
gobiernos mexicanos le "brindarían su cooperación" y colaborarían con
sus agencias de inteligencia, acomodo informal pero funcional tanto para
Washington como para los propósitos del régimen mexicano. Como fue el caso de
no romper relaciones con el régimen cubano. Señala también que Ojeda encontró
que el Talón de Aquiles de la independencia relativa de México era la creciente
debilidad de su economía. Lo que llevo a que los gobiernos del PRI y del
PAN abandonaron el nacionalismo como
fuente interna de legitimidad y con ello debilitaron los supuestos en que
descansaba la "tesis Ojeda" y los esfuerzos del gobierno mexicano por
sostener una independencia relativa frente a Estados Unidos. Lo que, indica
Meyer, así lo reconoció el propio Mario Ojeda en una de sus últimas obras:
México antes y después de la alternancia política: un testimonio (México: El
Colegio de México, 2004).
Fernando
Serrano Migallón actual Subsecretario de Educación Superior e Investigación
Científica de la SEP; mencionó en el emotivo artículo que le dedicó, que si
bien los diarios dieron cuenta del hecho, nadie esperaría que la noticia se
volviera una tendencia en redes sociales pues “Ojeda era un hombre dedicado a
su trabajo académico, el que cultivaba con el amor de un profesor de escuela y
con la pasión de un intelectual; sereno e inteligente” haciendo hincapié
en su labor como formador de muchas
generaciones de lo que hoy, nos dice, “constituye lo más selecto de nuestra
diplomacia, de nuestra crítica política y de nuestro análisis social. De su
cátedra salieron académicos y embajadores, hombres de Estado y autores, de su
gabinete de investigador obras fundamentales para comprender el desarrollo
internacional de nuestro pueblo y su trayectoria en la familia de las naciones”
Serrano Migallón lo califica como, “un hombre de montaña con vistas al mar; un hombre
de altísimos vuelos intelectuales, acostumbrado a ver el mundo desde la
perspectiva privilegiada al que su formación e inteligencia le proporcionaban
y, al mismo tiempo, era un hombre para el que las fronteras no eran sino líneas
imaginarias construidas por la historia y la conveniencia; apenas nada para
quien sabía desempeñarse con soltura y comodidad entre todas las culturas.”
Para
Soledad Loaeza su legado es diverso: como maestro, investigador y miembro de
una institución en la que ocupó diferentes posiciones de autoridad, destacando
su comportamiento ejemplar, y con eso lo que quiere decir es que Mario Ojeda
fijó estándares; sus hechos y sus dichos han sido una referencia en la vida de
El Colegio de México. Como lo mencionó también en el Homenaje que le brindó el
Colegio de México el martes 26 de noviembre de 2013, recordando anécdotas de su
vida.
Para
el actual Presidente Javier Garciadiego, Ojeda fue uno de los dos constructores
del actual Colegio, junto con Víctor Urquidi.
Por su parte Olga Pellicer recuerda al Mario Ojeda íntimo de sus
“Memorias” que le permitieron recordar vivamente a toda una generación y
momentos de la historia reciente de México de los que ella misma ha formado
parte. Recuerda igualmente su papel en la concepción y creación de El Colegio
de la Frontera Norte, que descentralizó las actividades académicas y es hoy un
referente en el estudio de la relación fronteriza. Pero también destaca
Pellicer que la desaparición de Mario Ojeda suscita reflexiones e interrogantes
muy variadas. Como son: ¿Cuánto se ha desarrollado aquí la teoría de la
política exterior desde aquel clásico de 1976? ¿Dónde se encuentra ahora el
impulso para dar a los estudiantes instrumentos para analizar con criterios
independientes lo que ocurre con la acción de México en el exterior? ¿Quién
dedica tanta pasión a construir instituciones? ¿Cuál es ahora el compromiso del
gobierno con las instituciones académicas? Y concluye: “Evocar con motivo de su
muerte las contribuciones de Mario Ojeda es, también, un llamado a responder
tales preguntas.”
También
le rindió homenaje la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM de donde
egresó, calificándolo de “Orgullo y Ejemplo de la Facultad” Fernando Castañeda,
director del plantel, reconoció entre las cualidades académicas de Mario Ojeda
que: no sólo destacó por sus calificaciones sino también por su participación
activa en la política estudiantil. “Pablo González Casanova presidió el jurado
de su tesis y José López Portillo fue el director de la misma. Su trayectoria académica
es un orgullo para la Facultad y un ejemplo de lo que esperamos de las nuevas
generaciones”, precisó en el evento celebrado en abril de este año 2014. Donde
también participaron Javier Garciadiego, titular de El Colegio de México, que
destacó la honradez y sabiduría de quien lo antecediera en el cargo. José Luis
Orozco, del Centro de Relaciones Internacionales (CRI), resaltó algunas obras
emblemáticas de Ojeda. Graciela Arroyo, también del CRI, hizo un llamado a que
este reconocimiento a quien fungió como representante de México ante la UNESCO
vaya más allá: sea el inicio de una reflexión sobre el rumbo del país y el
mundo, sobre todo en un momento crucial de la humanidad donde campea la
desigualdad. Asimismo, Jorge Bustamante, del Colegio de la Frontera Norte,
aseguró que los estudios de Ojeda sobre la migración de los braceros mexicanos
y el vergonzoso trato hacia éstos “nos exigen trabajar por nuestros
compatriotas.”
En
su momento, Porfirio Muñoz Ledo, se refirió a la fructífera vida intelectual de
Ojeda, un hombre “con apego al deber académico, rigor en la investigación y
calidez en la amistad; un ser con jovialidad, humor y picaresca jarocha, pero
además con una aguda visión crítica y realista. Ricardo Valero, Francisco Gil
Villegas, Hermilo López Bassols y Gerardo Estrada, figuras del ámbito académico
y cultural nacional, se sumaron a este reconocimiento, agradeciendo a Ojeda por
su “ética, lealtad y compromiso con las causas nacionales”. Como relató Leticia
Martínez.
La
Universidad de California en San Diego, Cal. (USCD) le dedicó un evento
conmemorativo en marzo de 2014 con la participación de Jorge Bustamante, David
R. Mares de la USCD y Manuel García y Griego
de la Universidad de Nuevo México bajo el título de Académico, Mentor,
Estadista y constructor de instituciones.**
a quien ya han honrado en otros lugares como el propio Colegio de México
que a través de su Centro de Estudios Internacionales instituyó la cátedra Mario Ojeda. Cuya primera conferencia
magistral la dictó Jorge Domínguez de la U. de Harvard en octubre de 2014.
En
sus memorias Mario relata sus primeros estudios en la ciudad de Xalapa con las
señoritas Ramos y posteriormente en la Escuela Primaria Práctica anexa Escuela
Normal Veracruzana E. Rebsamen, la cual quedaba justo enfrente de su casa pues
sus padres vivían en la Calle de G. Zamora 40.**
Gustaba
Mario de visitar esta ciudad y particularmente Coatepec, a donde en alguna
ocasión pensó en vivir su retiro. El fallecimiento de Mario Ojeda Gómez, él uno
de noviembre de 2013,en la ciudad de México y destacado por la prensa nacional
de esa, me ha llevado a considerar el hecho de que la ciudad de Xalapa, debe
reconocer en él a un Nuevo Jalapeño Ilustre
* “Scholar, Mentor, Statesman and Institution Builder”
**
La Academia Mexicana de la Educación A.C. Secc. Veracruz ha propuesto se
coloque una placa conmemorativa en la casa en que nació en esta ciudad de
Xalapa. Mario Ojeda Gómez falleció hace un año el día 1 de noviembre de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario