Marco Antonio Figueroa
Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño,
así una vida bien usada causa una dulce muerte. Leonardo Da Vince
Los días pasan con una rapidez
inusitada, nada escapa a esa vorágine de tratar de hacer las cosas mucha veces
sin la emoción y devoción que cada una de ellas merece. Hoy por fin tengo el
ánimo de tratar de plasmar algunas letras en honor de un amigo que se nos
adelantó en su camino al eterno oriente, si me refiero al fallecimiento del
Lic. Ernesto Rizzo Murrieta a causa de una de las enfermedades de nuestra época
que irrumpió en su vida hace más de diez años. Como los antiguos estoicos
Ernesto soportó dicha enfermedad con la entereza y valentía que siempre lo
caracterizó, una sonrisa plena y un don
de gente inigualable. Y lo que son las cosas, lo conocí en la ciudad de
Coatzacoalcos hace ya más de tres décadas, cuando el abrió un espacio en su
vida periodística para fundar un medio de comunicación en esta industriosa
ciudad, y frente a una taza de café prometimos continuar esas charlas
edificantes, positivas y benévolas, que invitaban a la reflexión y análisis de
todo cuanto acontecía en el ámbito local, estatal, nacional y mundial, en la
capital de nuestra entidad, donde cada uno de nosotros tenía a su familia y
casa. Tal reencuentro aconteció hace dieciséis años, incorporando para ello a
dos amigos mutuos, el connotado maestro Marcelo Ramírez R. y el poeta y funcionario público Emilio Ruz Ávila,
después se agregó el también hoy fallecido Carlos Domínguez Millán. Sin duda
que la frase de que los amigos son
Ángeles que el señor pone en nuestro camino para levantarnos cada vez que
tristemente caemos y quedamos sin fuerzas para seguir, se hizo evidente en este
grupo, donde el eje de las reuniones lo fue Rizzo Murrieta. Entre ellos aprendí
que los amigos verdaderos son esos hermanos que aunque no lleven en sus venas
la misma sangre llevan en su corazón no solo sanos y bellos sentimientos, sino
la preocupación por todo cuanto acontece a su alrededor. Sin esperar los integrantes de este cuarteto
amistoso favores, prebendas o beneficios, observé que los amigos se convierten
en los apoyo que necesitamos cuando desistimos de luchar y nos damos por
vencidos en la búsqueda de la felicidad o nos acontece algún percance; pues
cada uno de nosotros sabía de los alcances de cada quien, así como sus
limitaciones, entre nosotros no ceben los egos, y cualquiera que lo intentara
quedaría evidenciado. Para pertenecer a este grupo que de repente era abordado
por otros personajes, considero que deberían de haber tenido sueños,
valores e ideales pues recurrían a estas reuniones con otros fines, en busca de
cuestiones muy personales que ahí no encontrarían, ahora sé que cuando alguien
no tiene plenos valores o éstos se pierden, uno muere. Hay tantas personas
caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan. De igual manera este
grupo se reducía por muchas razones, sean personales, familiares, sociales y
políticas, lo puedo decir, porque se me comisionaba para organizar tales
reuniones, que oscilaban entre desayunos, comidas o simples charlas de café; en
su mayoría originadas por el amigo Ernesto; que siempre tenía alguna cuestión
interesante que tratar, su idea era crecer a través de la vida y encontrar
siempre oportunidad en la novedad de emprender nuevos retos y
mejores acciones, así surgió “La Coordinadora de Comunicadores, Escritores y
Reporteros Gráficos del Estado de Veracruz A.C.” donde su primer y único
presidente lo fue nuestro amigo Ernesto Rizzo, incluyendo a los amigos antes
descritos y a muchos otros periodistas entre los que recuerdo a Quirino Moreno
Quiza, Emiliano Sánchez S. los hermanos Vázquez Gándara, así como los abogados
Silvio Lagos y Alejandro Dorantes, donde efectuamos eventos que dignificaban la
labor periodística y el pleno derecho a la libre expresión. Esta agrupación
pasó a formar parte de las estadísticas por muchas razones, pero sé que la
principal fue no confrontar con otra organización similar, que veía en esto una
amenaza a su modus vivendi y se sintieron desplazados, lo que nunca fue la idea
de su fundador, siempre fue enemigo de alguna confrontación, no por falta de
valor, sino que siempre fue un pacifista, que lo demostró cuando no pidió nada
contra los vándalos que en alguna ocasión destruyeron su imprenta, solicitando
solamente la reposición de sus materiales. Recuerdo que mi amigo me alentaba en
cualquier proyecto cultural, educativo o deportivo que emprendiese, y su
argumento era que los hombres con voluntad y mística de servicio generalmente
no se arrepienten por aquello que hacen, sino por aquellas
cosas que dejan de hacer. Después de estas cuestiones su empresa sufrió una
transformación y muchos de sus discípulos y protegidos emprendieron camino
hacia otras latitudes, enfrentando con entereza esta crisis existencial, donde
me obsequió la invitación de que me hiciera cargo de alguno de los proyectos
que tenía en mente, fueron los inicios de incursionar en los medios de
comunicación cibernética, en la cual estoy desde esa fecha. Conoció claramente
en qué consistía su enfermedad, lo que nunca lo amedrentó para seguir con
acciones que otros hubieran abdicado, expresaba que las únicas personas que
tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen
remordimientos por el mal realizado y metas nunca alcanzadas. De
igual manera recuerdo cuando comenté la enfermedad de mi hija al grupo, todos y
cada uno de ellos externó hacia mí lo mejor de sus palabras, ahí supe lo que
realmente son los amigos, él y Marcelo conocían mucho de mis emociones,
sentimientos, ideas y juicios, y no se sorprendieron cuando veían a su amigo en
desgracia siendo yo mismo, un hombre abatido y desconcertado. Sin duda que
fueron en cierta manera el bálsamo para soportar ese dolor que se acentuó con
la muerte de mi hija, pero que me secundaron en la formación de un concepto
literario musical “La Peña Bohemia Veracruzana”
donde las familias podían divertirse los viernes de manera sana con lo
mejor de los escritores, músicos, danzantes, poetas y declamadores de esta
ciudad capital, la entidad y del país, que me pidió mi inolvidable Etna
Berenice que organizara y le cumplí. El criterio sobre la amistad se fortaleció al
lado de este HOMBRE donde los amigos no tenemos derechos de juzgar, mal interpretar, condenar, criticar, o
menospreciar sino se nos pide opinión. Tampoco hay que sobrestimar, despreciar,
o equivocar conceptos sin saber el fondo de la problemática que se enfrenta y
en ocasiones diferente a nuestro verdadero yo. Muchas cosas de mi amigo quizá
no mencioné, pero puedo decir que fue ejemplar empresario, excelso periodista y
extraordinario amigo. Donde quiera que esté bien sabe que nuestra amistad
trascenderá a pesar de los designios de Hades. ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com
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