Víctor Manuel Vásquez Gándara
Es evidente la transformación social
producto entre otros factores del cambio de rol de la mujer, el uso de la
tecnología y la globalización. Esa transformación ha desembocado en desarrollo
y paradójicamente también en crisis en los diferentes órdenes: social,
político, económico y humano: inseguridad, desempleo, pobreza extrema,
corrupción y desigualdad, transformación ética, moral y axiológica, entre
diversas consecuencias.
En
la formación del individuo el entorno familiar, los medios de comunicación e información,
la sociedad y la educación son elementos determinantes. Ante la problemática
mencionada un ideal sería unir esfuerzos visualizando el tipo de ciudadano que
se desea formar: en el entorno de la educación, por lo tanto, responder al
cuestionamiento ¿cuál debe ser el rol actual de las Instituciones de Educación
Superior (IES) en los albores del siglo XXI?
Fines de la educación.
El
primer problema a enfrentar, quizá, sea unificar el criterio y determinar
cuáles deben ser los fines de la educación en relación a la realidad individual
y social experimentada en esta segunda década del siglo naciente. Los intereses
son múltiples y al interior de las IES convergen tres, por los menos:
concernientes a las propias instituciones (diferentes en públicas y privadas),
al docente y al alumno. Hay otros intereses tema de análisis por separado.
Desde
una óptica legislativa existe una directriz. En el artículo 3º Constitucional
se establecen las finalidades educativas desplegadas a través del Sistema
Educativo Nacional (SEN).
En los párrafos, segundo y tercer, la
Carta magna expresa textualmente:
“La
educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las
facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el
respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional,
en la independencia y la justicia.
El
Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los
materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura
educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo
logro de aprendizaje de los educandos.”
Contradicciones
por la discordancia de intereses individuales y colectivos o desconocimiento de
los preceptos de la Ley suprema, incluso por la propia política educativa
surgida del mismo SEN, dificultan u obstruyen el logro de estos fines de la
educación.
Una de esas dificultades surge al
interpretar el concepto Estado cuando cita “La educación que imparta…”, deja al
margen la educación brindada por Instituciones educativas privadas, no así el
SEN que sí incluye ambas.
Otra ambigüedad emerge al referirse a
las facultades del ser humano por las diferentes ideologías prevalecientes. De
la Constitución se deduce inclinación a la educación humanista y la realidad
social corresponde a un capitalismo deshumanizado en consecuencia no hay
coherencia en educación y realidad social.
La
discusión al respecto debe considerarse para establecer cuál debe ser el rol
actual de las IES y sí bien es cierta la necesidad de conocer las diversas
teorías inherentes para el logro de la Calidad educativa que el Estado
tácitamente está comprometida a otorgar, también lo es la necesidad de retornar
al origen del problema ¿cuáles son los fines de la educación para esta realidad
actual?
Algunos estudios
Es
indispensable de igual manera definir el marco conceptual regulador de la
calidad educativa y la teoría correspondiente. Desde su historia y sus
representantes, como Deming, Ishikawua o Juran hasta instituciones como la
Interntional Satdarization Organization. Terminología: cliente interno, usuario
final son de obligatoria compresión para los involucrados en evaluar la calidad
o implementación de sistemas de Gestión calidad. No puede dejarse de citar, en
consecuencia, los Cuatro pilares de la calidad expuestos por Pulido : Que todos
sepamos lo que tenemos que lograr con nuestro trabajo; Que nos capaciten para
hacer nuestro trabajo bien hecho siempre a la primera vez; Que hagamos lo
necesario para hacer nuestro trabajo bien hecho siempre a la primera vez, y;
Que todos tengamos un profundo deseo de hacer siempre un buen trabajo. Lo
anterior se traduciría en términos educativos como el establecimiento de los
fines de la educación vinculados con planes y programas de estudio y estos con
un diseño curricular acorde a la realidad actual. En programas de formación
docente acordes a lo anterior. Uso de tecnología como parte del compromiso
institucional y docente y vocación, todo en términos muy generales.
Los
criterios son múltiples y por ejemplo los “DIEZ FACTORES PARA UNA EDUCACIÓN DE
CALIDAD PARA TODOS EN EL SIGLO XXI” propuestos por Braslavsky . El autor parte
de seis premisas a las cuales denomina sorpresas y “constituyen el marco de la
determinación socioeconómica y cultural para la educación” constituyen marco de
referencia para estudio y análisis de la educación y la calidad educativa
pretendida.
Braslavavsky
transita desde “la posibilidad de un incremento consistente en la expectativa
de vida de las personas”, hasta “el incremento de las interdependencias”
considerando también movilidad de las personas, crecimientos del conocimiento y
comunicaciones.
De lo anterior deduce su propuesta de
factores para la educación de calidad: El foco en la pertinencia personal y
social; La convicción, la estima y la autoestima de los involucrados; La fortaleza ética y profesional de
los maestros y profesores; La capacidad de conducción de los directores e
inspectores; El trabajo en equipo dentro de la escuela y de los sistemas
educativos; Las alianzas entre las
escuelas y los otros agentes educativos; El currículo en todos sus niveles; La
cantidad, calidad y disponibilidad de materiales educativos; La pluralidad y
calidad de las didácticas, y; Los mínimos materiales y los incentivos
socioeconómicos y culturales.
Se observa en la propuesta Braslavavsky
aspectos axiológicos, metodológicos, de contenidos y liderazgo, incluso hasta
administrativos. La complejidad de la calidad educativa, en la que a cada uno
del actores del SEN le corresponde una fracción de responsabilidad, se ve
reflejada en alguno de los actores, siendo estos enunciativos no limitativos.
A su vez Marín propone una autoevaluación de calidad de la
gestión educativa a través de una metodología basados en índices que la midan.
Él destaca cuatro tipos de gestión: Gestión de gobierno; Gestión
organizacional; Gestión académica, y; Gestión de recursos.
En cuanto a la elaboración de los
índices, Marín establece la siguiente metodología: Identificación de Variables
para cada dimensión; Desagregación de las variables en subvariables e
indicadores; Establecimiento de valores para cada indicador, otorgando puntajes
máximos, según las diferentes respuestas opcionales; Definición técnica y teórica del índice;
Justificación de la puntuación máxima, mínima y estándar para el índice, y;
Detección de aspectos de la gestión a atender con diversos grados de urgencia,
en orden a mejorar la calidad de la gestión educativa.
Conclusión
El
entorno social actual reclama a la educación solución a crecientes problemas,
considerando su injerencia en la formación del individuo. Las IES como último
eslabón entre educación y sociedad son corresponsables de la problemática
social al no satisfacer las necesidades individuales y sociales. Es imperante
elevar la calidad educativa y esa calidad educativa es posible alcanzarla
definiendo y difundiendo los fines de la educación entre todos los integrantes
del SEN. Existen infinidad de investigaciones, algunas de ellas abordadas aquí,
cuyas aportaciones son necesariamente objeto de estudio y análisis al interior
del las IES, tanto en relación con la filosofía de la la calidad como de la
teoría educativa: formación docente y evaluación constituyen únicamente algunos
de los temas torales. Debe analizarse política educativa, currículum y evaluación
del propio SEN. En esencia el rol actual de las IES públicas y privadas será
formar individuos que resuelvan la causa origen de los problemas sociales,
económicos y axiológicos.
Bibliografía
Braslavsky,
C. (2006). Diez factores para una educación de calidad para todos en el siglo
XXI. Revista Iberoamericana Sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 4
(1) 84-101. Recuperado el 6 de febrero de 2013. Disponible en
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/551/55140206.pdf
Carbonell,
Miguel. (2014) Leyes y Códigos de México. Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. México. Porrúa.
Marín,
Plácido. (2008) DESARROLLO DEL INDICE DE CALIDAD DE LA GESTIÓN EDUCATIVA.
Fundación de Estudios Superiores Dr. Placido Marín.
Pulido,
S. (2003). Los cuatro pilares de la calidad. En Manual de calidad total para
operarios.México: LIMUSA/Noriega Editores. Recuperado el 6 de febrero de 2013.
Disponible en
http://books.google.com.mx/books?printsec=frontcover&id=Ptht2oGtn1kC&redir_esc=y#v=onepa
ge&q&f=false.
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