Por Lisardo Enríquez L.
El tema de este texto se refiere a una obra de autor mexicano que es historia, leyenda y literatura. Rescata una parte esencial de nuestras raíces con una creatividad extraordinaria. Nos sumerge en el mundo del misterio y de la magia, porque mucho de eso hay en esta historia. La historia de los mayas que es magia y misterio. Empiezo por presentar al autor, quien dirá cómo escribió este libro y más adelante nos llevará por el encantamiento de aquella tierra y de aquellos seres del pasado.
Antonio Mediz Bolio
México ha dado al mundo a través de su historia muchos y grandes escritores. Yucatán, una entidad de la federación mexicana rica en cultura y en historia, ha aportado una cuota importante en este aspecto. Uno de sus más notables escritores fue sin duda Antonio Mediz Bolio, quien nació en la Ciudad de Mérida en el año de 1884 y murió en la Ciudad de México en 1957. Destacó como periodista, historiador y poeta, así como en estudios de la lengua maya, la que dominaba y de la que hizo traducciones al español tanto como de éste al maya. Estudió la carrera de leyes e incursionó en política.
A su talento se deben poemas como Manelich y Mater Admirábilis, que innumerables niños y jóvenes aprendieron durante muchos años en las escuelas de nuestro país. A él se deben también esos hermosos poemas que Guty Cárdenas musicalizó: Caminante del Mayab, Yukalpetén y Campanitas de mi tierra. Escribió más poesía, ensayos, guiones de películas y textos en prosa.
La tierra del faisán y del venado
Es una obra de prosa poética considerada como la más importante de este autor, con prólogo de Don Alfonso Reyes e ilustrada por Diego Rivera en su primera edición, la cual se publicó en Buenos Aires, República de la Argentina, en el año de 1922. Es un libro del que se han hecho numerosas ediciones, y el cual se ha traducido a seis idiomas. Editorial Dante, S.A., “La Editorial del Mundo Maya”, de Mérida, Yucatán, ha hecho edición popular y edición de lujo. En la edición popular de 1990, Ermilo Abreu Gómez dice que esta obra es “un ejemplo y una lección para la literatura de América”, y que en ella “se alcanza la verdad hermética del maya”1.
En su prólogo, Alfonso Reyes transcribe unas palabras que el autor de este libro le escribió diciéndole: “He pretendido hacer una estilización del espíritu maya, del concepto que tienen todavía los indios-filtrado desde millares de años-de sus orígenes, de su grandeza pasada, de la vida, de la divinidad, de la naturaleza, de la guerra, del amor, todo dicho con la mayor aproximación posible al genio de su idioma y al estado de su ánimo en el presente. Le repito, para explicarme, que he pensado el libro en maya y lo he escrito en castellano. He hecho como un poeta indio que viviera en la actualidad y sintiera, a su manera peculiar, todas esas cosas suyas. Los temas están sacados de la tradición, de huellas de los antiguos libros, del alma misma de los indios, de sus danzas, de sus actuales supersticiones (restos vagos de las grandes religiones caídas) y, más que nada, de lo que yo mismo he visto, oído, sentido y podido penetrar en mi primera juventud, pasada en medio de esas cosas y de esos hombres”2.
En la primera página de la obra, Soy la tierra del Mayab, está escrito: “Lelí é lá, ú lúumil cutz, ú lúumil ceh, Mayab ú kabá. Ésta es la tierra del faisán y del venado, y el Mayab es su nombre”3. Se explica que Mayab viene de ma, no; y yaab, mucho; es decir, la tierra de los pocos, la tierra de los escogidos. También se le nombra Yucalpetén, que significa perla de la garganta de la tierra. Así es que esos son los tres nombres con los que se conoce o identifica también a Yucatán con su rico pasado histórico.
La estructura de la obra consta de Siete libros, que en este caso son los capítulos, con un Antes de los Siete Libros que se titula: Se dice del indio del Mayab, y un Después de los Siete Libros que dice: Se canta el vuelo del faisán y el salto del venado. El Antes está dividido en cuatro partes, de donde transcribo la parte I, por su belleza y trascendencia. Dice así:
“Sin que nadie se las haya dicho, el indio sabe muchas cosas. El indio lee con sus ojos tristes lo que escriben las estrellas que pasan volando, lo que está escondido en el agua muerta del fondo de las grutas, lo que está grabado sobre el polvo húmedo de la sabana en el dibujo de la pezuña del ciervo fugitivo.
El oído del indio escucha lo que dicen los pájaros sabios cuando se apaga el sol, y oye hablar a los árboles en el silencio de la noche, y a las piedras doradas por la luz del amanecer.
Nadie le ha enseñado a ver ni a oír ni a entender estas cosas misteriosas y grandes, pero él sabe. Sabe, y no dice nada.
El indio habla solamente con las sombras. Cuando el indio duerme su fatiga, está hablando con aquellos que le escuchan y está escuchando a aquellos que le hablan.
Cuando despierta, sabe más que antes y calla más que antes”4.
Como dice Abreu Gómez sin mayores explicaciones, este libro nos habla de las verdades secretas de los mayas. Verdades o revelaciones que han pasado de generación en generación; que se volvieron mito y leyenda a través del tiempo, pero en las cuales hay un conocimiento profundo del mundo y de la vida. La historia y la leyenda de la grandeza de una cultura. Revelaciones primeras a las que seguirán otras que permanecen hoy en el misterio. Los investigadores siguen descubriendo todavía lo que hicieron nuestros antepasados prehispánicos, entre ellos los mayas. Y queda mucho aún por descubrir, por conocer, por comprender. Pero esta es una llave.
Los siete libros de la Tierra del faisán y del venado relatan con bellas y simbólicas palabras el origen y declinación de los grandes pueblos del Mayab. En el principio es Itzmal (hoy Izamal), considerado de lo más antiguo; luego Chichén Itzá y la princesa Sac Nicté; después Zacquí y el príncipe Nazul; más adelante Uxmal y el rey Enano; a continuación el Libro de las Siete Danzas; posteriormente el caminante y la X’Tabay; y finalmente El Libro de Maní, Que quiere decir que “todo pasó.”
El Libro Primero habla así de la fundación de Itzmal: “Delante de los Itzás, que eran los hombres limpios, de lo muy antiguo, llegó el señor Zamná, después de caminar siete y otros siete días, desde el mar por adentro de la tierra, y vio un lugar bueno sobre la llanura.
Allí se detuvo y dijo a los sacerdotes y aprendices y a la multitud de hombres y mujeres, que debían hacer un templo, y alrededor del templo una ciudad. Él se sentó sobre una piedra y vio lo que hacían.
La santa Itzmal se alzó así, en un día del tiempo de atrás, del que no se lleva cuenta”5.
En el Libro Cuarto, apartado III, se lee: “Dicen los que lo saben, que en el tiempo antiguo se profetizó que la grande Uxmal aparecería sobre el lugar que así era nombrado, y que el rey que habitaba en la pequeña casa blanca sería destronado entonces, y habría de venir otro rey que dominaría el Mayab entero.
Y así estaba dicho en profecía: “Cuando sea llegado el tiempo, vendrá el rey de Uxmal, de donde nadie sabe”6.
El Libro Sexto, del Caminante y La X’Tabay, dice: “El indio va solo y en silencio por lo espeso de los montes, muy adentro de la noche, y oye lo que no ve. Porque de la tierra salen voces que le hablan. Llena está la noche para el caminante de buen sosiego y de frescura cuando sabe ver y oír, y siente el poder de la tierra. Santa es la tierra del Mayab”7.
El Libro Séptimo sentencia: “Hijos de los hijos del Mayab, hijos de los hijos ciegos y sordos de la gran sabiduría, vosotros, los que habéis de venir en el día que se acerca, naceréis con ojos para ver y oídos para oír y con luz dentro de vosotros para comprender.
Vosotros, que habréis vuelto de lo hondo del tiempo a pisar la tierra sagrada del Mayab, oiréis todos sus enigmas y los explicaréis al mundo”8.
Además de los pasajes literarios y literales entresacados de esta obra, que el lector podrá dimensionar con su buen juicio en cuanto a los mensajes de la palabra antigua y oculta, Mediz Bolio refiere un simbolismo que atribuye a la sabiduría de los Mayas, tales como los siguientes: los libros son siete; el señor Zamná caminó siete y otros siete días; el príncipe Canek, señor de Chichén Itzá, cuando tenía siete años, cuando tenía dos veces siete años y cuando tuvo tres veces siete años; el príncipe Nazul fue a Chichén. . . subió al gran templo del Sol, y allí pasó siete días en meditación y soledad; los siete templos de Uxmal; Chichén Itzá, en donde están los siete templos de la luz y la casa de los hombres del espíritu gigante; Labná, donde está labrado el Arco de los Siete Capitanes. En el Libro Séptimo de Maní, que quiere decir que “todo pasó”, leemos: “Siete viejos están en una cueva oculta y velan, sin cerrar los ojos de noche ni de día, sobre las siete cosas sagradas que nadie puede ver ni nadie entiende”9.
Ya vimos que Mayab es la tierra de los pocos, de los escogidos. Visto así, y de acuerdo con el desarrollo de toda la obra de Mediz Bolio, los mayas eran esotéricos, como todas las grandes culturas antiguas, que por esto son “los de dentro, los iniciados”. Lo anterior nos remite, entre otras, a las enseñanzas de Pitágoras, para cuya escuela el Número no era considerado únicamente como una cantidad abstracta, sino como la virtud del UNO supremo que es Dios, fuente de la armonía universal. Schure dice “Con los principales maestros de la ciencia esotérica, Pitágoras concedía una gran importancia al número siete y al número diez. Siete, siendo el compuesto de tres y cuatro, significa la unión del hombre con la divinidad. Es la cifra de los adeptos, de los grandes iniciados, y como explica la realización completa de toda cosa por siete grados, representa la ley de la evolución. . .”10.
En las últimas páginas de La tierra del faisán y del venado se encuentra una similitud con la cultura de los aztecas, según lo dejó dicho Don Antonio Caso, respecto a que la serpiente es el símbolo terrestre del hombre y el águila aquello que lo eleva al cosmos. Antonio, el de Yucatán, dice: “El venado era el cuerpo del Mayab y el faisán era su espíritu”11.
Nota: Algunos fragmentos de este libro se utilizan en el espectáculo de Luz y Sonido de Uxmal.
Referencias bibliográficas.
1. Mediz, Bolio Antonio. La tierra del faisán y del venado. Producción Editorial Dante, S.A. de C.V. Mérida, Yucatán, México, 1990.pp.17-18.
2. Mediz, Bolio Antonio. La tierra del faisán y del venado. Editorial Dante, S.A. de C.V. 1ª. Edición (de lujo), 2008.pp.8-9.
3. Ibídem, p.13.
4. Ibídem, p.15.
5. Ibídem, p.25.
6. Ibídem, p.56.
7. Ibídem, p.81.
8. Ibídem, p.99.
9. Ibídem, p.96.
10. Schure, Eduardo. Los grandes iniciados. Grupo Editorial Tomo, S.A. de C.V. 1ª. Edición, junio de 1998. p.303.
11. Mediz, Bolio Antonio, op. cit. 2008, p.102.
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