Por: Benito Carmona Grajales
a.- Definiciones.
Si buscamos las causas de tantas incapacidades o muerte por ataque cerebral, de ataque cardiaco, insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal y demencia, no vayamos muy lejos: en nosotros, en algún familiar o amigo, en algún vecino, debe estar acechando este mal: La presión arterial alta, mejor conocida como hipertensión. Más de un 20 %de mexicanos tiene que batallar para quitarse de encima a ese enemigo que espera el momento oportuno para complicar la vida del ser humano o definitivamente, acabar con ella.
A la hipertensión arterial se le denomina el “asesino silencioso” porque, por lo regular, avisa de su presencia cuando ya el bienestar y la salud están deterioradas. Es muy difícil que alguien tenga síntomas de este padecimiento; más bien se detecta cuando ya estamos en la antesala de un peligro inminente.
Desde el corazón, las arterias son las encargadas de llevar la sangre con nutrientes y oxígeno a todos los órganos y tejidos del cuerpo. A medida que se alejan del corazón, las arterias se van haciendo más finas o delgadas. En los tejidos y órganos del cuerpo hay unos finísimos vasos llamados capilares, que intercambian los nutrientes por dióxido de carbono y otras sustancias de desecho para ser llevados al corazón y de ahí, a los pulmones, donde la sangre se vuelve a purificar. Ya purificada, la sangre vuelve a ser enviada a los tejidos y órganos.
b.- Agentes que influyen en la presión arterial.El sistema circulatorio necesita una determinada presión, o fuerza, para hacer circular la sangre por todo el cuerpo. Esta presión está regulada de acuerdo a las necesidades del organismo. El corazón bombea alrededor de cinco litros y medio de la sangre que contiene el cuerpo humano regulando su propia fuerza. Así, envía la sangre a la arteria principal que es la aorta. Todas las arterias tienen que adaptarse al flujo de sangre enviado por el corazón. Para esto, se revisten de músculos lisos y elásticos que les permiten expandirse o contraerse sin tanta oposición al paso de la sangre. Al perderse esa elasticidad, encontramos la primera causa del aumento de la presión arterial.
La mayoría de autores que tratan la presión arterial nos la ejemplifican con la presión del agua en la manguera del jardín. Así, si la manguera es amplia, la sangre corre por ella sin presionar las paredes y éstas no ofrecen tanta resistencia al paso del agua; esto es, se desliza sin dificultad. Ahora, si la manguera tiene obstrucciones o se hace estrecha por alguna causa, ofrecerá mayor resistencia al paso del agua y tenderá a romperse. Lo mismo pasa a las arterias, si se estrechan, aumenta la presión de la sangre en las paredes de las mismas. Este factor está relacionado con la cantidad de sangre que circule y los diámetros de las arterias; pero hay más agentes que tienen que ver con la presión.
Los riñones son otro factor de regulación de la presión arterial porque equilibran la cantidad de sodio. Éste tiende a retener el agua en las arterias y, mientras más agua haya en la sangre, la presión es más alta.
Otros factores reguladores de la presión arterial son los baroreceptores que tienen que ver con la frecuencia de los latidos del corazón; otro factor es la adrenalina, que actúa en los momentos emotivos como los del estrés, en los sustos o en la ansiedad. También existen otros factores como la renina, hormona que sufre una serie de transformaciones e influencia en otras hormonas.
Destaca la presencia, entre estos reguladores, del óxido nítrico (NO), cuya función es la de permitir la expansión o relajación de los vasos sanguíneos. Este gas lo produce el propio organismo en el interior de las arterias. Su carencia produce hipertensión; cuando su producción es la suficiente, la presión arterial es normal.
Contrariamente a la función del óxido nítrico, una proteína llamada endotelina, funciona como un constrictor de las arterias, pudiendo así ser una de las causas de la aparición de la presión sanguínea alta.
c.- Cómo saber si se es hipertenso.
La presión arterial es un indicador del estado de salud. Para saber si se está convirtiendo en una amenaza, la debemos vigilar para darnos cuenta si rebasa los parámetros que han establecido las instituciones de salud de corte internacional. El esfigmomanómetro es un aparato que mide la presión en milímetros de mercurio. Hay en el mercado otros aparatos digitales que también miden las palpitaciones por minuto.
Cuando el corazón se contrae, esto es, cuando envía la sangre a las arterias, a la presión se le llama sistólica y, cuando se relaja, se le llama diastólica.
Parámetros:
- Límites normales: Sistólica: 119 o menos. Diastólica 79 o menos. (119/79).
- Prehipertensión: Sistólica. 120 a139. Diastólica. 80 a 89. (120/80 a 139/89).
-Hipertensión:
Etapa 1: Sistólica. 140 a 159. Diastólica. 90 a 99. (140/90 a 159/99).
Etapa 2: Sistólica 160 o más. Diastólica. 100 o más. (160/100 o más).
Se recomienda tomar la presión cuando se está descansado. De preferencia un poco después de que se han iniciado las tareas del día, hasta la noche; sólo cuidar de que no sea poco después de las comidas. Hay que cuidar que antes de tomar la presión, no se haya consumido cafeína (café, chocolate, te verde, etc.) ni alcohol; tampoco fumar. Si se hace, hay que dejar pasar media hora o más, para que sea confiable la lectura. También se recomienda reposar sentado de cinco a diez minutos, antes de la lectura.
d.- Síntomas.
Por lo regular la hipertensión no presenta signos o síntomas. Tal vez por eso se le llama el asesino silencioso; pero, si se presentan calambres, sudoración en exceso, ir a orinar con frecuencia, hemorragias por la nariz, o mareos, hay que buscar la causa, que puede ser una presión arterial alta; podríamos estar en las fronteras de una crisis.
e.- Consecuencias.
I.- Las arterias con demasiada presión dejan de ser flexibles para ponerse rígidas y gruesas; así, la primera consecuencia es la arteriosclerosis.
II.- La presión alta puede dejar cúmulos de grasa en el interior de las arterias, ese daño provoca también que algunos residuos de la sangre lleguen ahí para formar ateromas. A esta acumulación se le llama aterosclerosis. El peligro que se origina aquí es grave, ya que los desprendimientos de las plaquetas pueden ocasionar bloqueos en las arterias más delgadas evitando el paso de nutrientes y oxígeno para los tejidos y órganos. Además, un bloqueo aumenta la presión y esta puede originar rupturas y derrames.
III.- La falta de elasticidad de los vasos origina aneurismas. Alguna zona débil, por la presión, sufre abultamientos que corren el riesgo de romperse si la presión aumenta o persiste. Si esto ocurre la vida corre peligro. El aviso de que pueda estar ocurriendo la ruptura de una aneurisma, es un dolor intenso.
IV.- Ataque cardíaco. Cuando la presión alta no se controla ésta puede provocar desprendimiento de fragmentos de ateroma que al llegar a las coronarias pueden bloquear el paso del oxígeno al corazón. Recordemos que este desprendimiento también “engaña” al sistema inmunológico que asiste en defensa de la posible lesión y comienza una inflamación innecesaria.
V.- Otros órganos que son afectados con la hipertensión por las causas que ya se han mencionado, como la producción de ateromas, por el endurecimiento de las arterias y por la inflamación, entre otros, son los ojos, los riñones y el cerebro. Los daños a veces son irreversibles, por lo que creemos que el lector debe comprender la importancia de detener la hipertensión antes de que sea tarde. La buena noticia es que la hipertensión es corregible
f.-Sugerencias.
Recomendamos que se inicie por dejar la inactividad y buscar alguna alternativa de ejercicio. También hay que olvidarse del tabaco; el fumar es la causa de muchas muertes. Con un cambio de alimentación, además del ejercicio, podemos combatir la obesidad; así, la hipertensión tendrá que empezar a ceder.
Cuidado con el alcohol, es un gusto que casi siempre se convierte en disgusto; otro enemigo peligroso es el sodio (abunda en la sal de mesa, edulcorantes, saborizantes y en alimentos enlatados), aparentemente inofensivo, porque le da sabor a las comidas; tratémoslo con precaución, una descompensación entre el sodio y el potasio desencadena otros males, como la retención de líquidos que trae graves consecuencias. Hay una forma específica de hacer ejercicios de respiración que, en cuestión de segundos, es capaz de bajar la presión sistólica hasta 30 mm de mercurio y, la diastólica, hasta10 mm en el esfigmomanómetro. Esto es sorprendente ya que, en el mismo tiempo, ningún fármaco lo consigue.
Se recomienda, como suplementos, el omega 3, ya que el ácido eicosapentaenoico y el ácido decasaexaenoico, se equilibran con el omega 6 y controlan la inflamación arterial. El consumo de L –arginina y L –citrulina propician la producción de óxido nítrico en las arterias y les proporciona elasticidad y vitalidad. A estos suplementos se les debe agregar antioxidantes, como la vitamina E para que hagan sinergia en la salud corporal.
La herbolaria tiene grandes beneficios con plantas como: zapote blanco, sauce, espino blanco, ginkgo, magnolia, ajo, apio, ruda y cebolla.
Lo importante es que siempre hay una solución. Nuestra misión es poner a tu alcance esta posibilidad cultural. Compártela con tus amigos.
benitocarmona52@hotmail.com
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