CONTRA LA CORRIENTE:
Tito Domínguez Lara.
Así dice el “Diario” de ayer, dicha declaración es de
Miguel Alemán Velazco a la prensa nacional sobre AMLO y sus programa político.
Efectivamente, el liderazgo de López Obrador se lo ganó a pulso, no fue un
invento o una creación de la mercadotecnia al estilo de Peña Nieto. Larga ha
sido la lucha contra los atropellos de los gobiernos neoliberales, siempre
junto a la gente. Su reconocimiento como líder popular se mostró desde el 2000 cuando
ganó las elecciones en la ciudad de México; y después nacionalmente, en el 2006 cuando le robaron el triunfo. La
lucha de los mexicanos en contra de los gobiernos corruptos y represores
tampoco empieza con López Obrador; han sido millares de pequeñas y grandes
luchas de los obreros, campesinos y estudiantes
y parte de la clase media que sufre y entiende la necesidad de un cambio
pacífico y legal. Otros optaron por la vía armada y entregaron su cuota de
sangre por lo que consideraron justo y necesario (estoy pensando en nuestro
entrañable amigo y compañero el doctor
Alfredo Zárate Mota y miles como el).
Un líder se hace, no lo hacen. Sí, pueden inventarlo y fabricarlo
como fue el caso de Peña Nieto, o
prometiendo una esperanzadora salida en
la alternancia, después viene el desencanto, al estilo Fox, para salir con más de los
mismo, o peor. Porque nos acostumbraron a ver y creer que todo lo malo provenía
de la maldad o de la torpeza de los gobiernos, sin entender que estos sirven a
sistemas económicos (el capital)desempeñando la función de administradores o
capataces. ¿Se ha preguntado usted
alguna vez porqué los grandes empresarios de este país no pagan impuesto, o cuando menos el que
deberían pagar? ¿Se ha preguntado usted
porque no van a la cárcel tanto político que ha robado descaradamente el poco dinero que debería destinarse a la
sanidad, a la educación, apoyo al campo
y a la obra pública? ¿Se ha preguntado porque el IMSS e ISSSTE no producen sus
propios medicamentos, que tanto se llevan de su presupuesto? Si no se ha
preguntado ni respondido, le digo : porque afectaría las ganancias de los
grandes laboratorios nacionales y
extranjeros.
El gobierno
suaviza el castigo a sus mismos, por eso en lugar de meter a Carlos
Salinas a la cárcel y sus mil
socios, mete solo al hermano, para
calmar las ansias justicieras de la sociedad. También al saqueo y el robo del dinero público, no lo llaman robo, eufemísticamente lo llaman “desvío”. Ocultando que detrás de esos robos hay
decenas de hospitales y centros de salud
que no se hicieron, o en la cantidad de niños o adultos que no tuvieron la
atención médica oportuna ni tardía y murieron. O en los cientos de escuelas o
de obra pública que no se hicieron. Y
nos entretienen que si la condena Duarte es suficiente o no. Pero nada dicen de
rescatar todo, todo lo que se robaron y verterlo a la sociedad en lo que no se
hizo.
Esta “Cuarta Transformación” de López Obrador sin tener
todavía un comienzo real y legal ya está
marcada por el cambio, mucha expectativa, mucha crítica y muchas esperanzas. En este periodo de transición –ya se nos hace
largo– ha permitido el arribo de muchos oportunistas cuyo ADN lo traen del viejo priísmo. Otros, como un servidor, que reconociendo el liderazgo indiscutible de
López Obrador, de la necesidad histórica y urgente de un programa de
reconstrucción nacional legal y pacífico creemos que en este momento lo debe y puede encabezar López Obrador, no nos adherimos
incondicionalmente ni religiosamente a sus “decires y haceres”. Pero de ninguna forma empeñamos nuestro derecho a la crítica. Aquí
mismo criticamos a Cuauhtemoc por su falta de apoyo a López Obrador. Y a Marcos que declaró en el 2006 que AMLO
“nos iba a partir la madre”. Ambos sin aportar una prueba o declaración alguna.
Así mismo criticamos la boda “Fi–Fí” de uno de sus más cercanos colaboradores:
la frivolidad y la ostentación insultante por encima de la filosofía de “Por el
bien de todos, primero los pobres”, la
“La austeridad republicana” y del “Gobierno rico y pueblo pobre”.
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