Neftalí Morales Herrera
Los
medios de comunicación desde su aparición han transformado a la sociedad, la
cultura y la vida cotidiana de los individuos. En el siglo XV la imprenta de
Gutenberg propagó poco a poco la lectura y la circulación de ideas, recordemos
que el primer libro impreso fue la biblia, en principio vulgarizó el
pensamiento religioso dominante de aquella época pero posteriormente, los
libros y periódicos proliferaron y dejaron de ser sólo un medio de difusión de
ideas religiosas para transformarse en el medio de expresión de connotados
filósofos y científicos. La lectura se va extendiendo de manera paulatina a
todas las clases sociales dejando de ser sólo el privilegio cultural de las
clases dominantes y de los religiosos. Libros, periódicos y revistas serán los
primeros medios de comunicación o de información masiva por varios siglos.
Desde
mediados del siglo XIX y a principios del siglo XXI surgirán infinidad de
medios de comunicación: Telégrafo, radio, cine, teléfono, televisión y
finalmente la Internet. Con la llegada de estos medios de comunicación, la
comunicación entre los individuos trascenderá las barreras de la distancia.
Algunos medios de comunicación son principalmente individuales, válgase la
redundancia de persona a persona, como el teléfono o muy restringidos como el
telégrafo. Algunos serán capaces de llegar a muchos individuos o a poblaciones
enteras, como el periódico, la radio y la televisión. El cine será un medio de
comunicación que llegara a tantas personas como puedan caber en una sala cinematográfica.
La
Internet o la red es un vehículo o medio de comunicación que pone en contacto o
en posibilidades de comunicación a prácticamente todo individuo de cualquier
parte del planeta que acceda a la red por medio de un procesador. La
comunicación por este medio es de individuo a individuo o en pequeños grupos.
De igual manera se puede acceder a la radio o a la televisión por internet. Las
posibilidades de comunicación en internet son variadas y cambiantes.
Cada
medio de comunicación ha transformado gradualmente el modo de vida de los
individuos y de la cultura de cada sociedad y época, desde luego que también
han provocado cambios políticos y económicos o han servido a intereses
políticos y económicos. Hay una infinidad de estudios de importantes
intelectuales que han abordado desde distintas ópticas y paradigmas el impacto
de los medios de comunicación en la sociedad, desde la escuela de Frankfurt,
Jean Baudrillard, Armand Mattelart, Umberto Eco, Giovanni Sartori y Román
Gubern, entre tantos otros. Los medios de comunicación han sido utilizados con
fines positivos o negativos para influir en la ideología, los pensamientos,
hábitos y comportamientos de los individuos de cada época y sociedad.
Los
libros y la prensa han servido para transmitir las ideas más conservadoras y reaccionarias
de la iglesia o de algún grupo o partido político, Adolf Hitler reprodujo por
miles su libro Mi lucha, distribuyéndolo entre los alemanes como un medio de
propagar sus ideas racistas en contra de los judíos, este libro era su ideario
político. Pero igualmente por este medio han circulado lo mejor de las ideas de
los grandes pensadores humanistas de todos los tiempos, en libros, periódicos y
revistas la escritura materializada en papel ha dado cuerpo a las ideas de
hombres excepcionales que han hecho reflexionar a una parte de la humanidad
para buscar mejores modos de vida.
Lamentablemente,
a mediados del siglo XX, los medios de comunicación fueron canalizados de
manera preponderante hacia los fines de la lógica capitalista: el consumo.
Principalmente la radio, el cine, la televisión y la internet han potenciado su
capacidad de llegar a las masas en perjuicio de los individuos. El sistema
económico y político capitalista se adueñó de estos transformándolos en
promotores de consumo de mercancías pero también de control político. El
desarrollo del sistema capitalista después de la segunda guerra mundial
experimentó un impulso frenético, sobre todo en algunos países de Europa y
Estados Unidos pero después se sumarian también Japón y China. Surgen empresas
y capitales transnacionales y la jornada de trabajo experimenta una reducción
paulatina, de ser en principio en la mayoría de los países de Europa y América,
de casi doce horas diarias de trabajo se reduce en promedio a ocho horas de
trabajo al día, abarcando igualmente en promedio seis días de trabajo a la
semana, lo que suma cuarenta y ocho horas de trabajo en promedio a la semana.
Casi en todos los países señalados está regulado en las legislaciones este tipo
de jornada laboral.
Aunado
a lo anterior después de los años setenta la mujer se incorpora al mercado
laboral casi en todas las economías desarrolladas, lo que en apariencia da más
ingreso a los hogares pero que a la vez marca un cambio en la familia. La
familia tradicional tenía un esquema de funcionamiento donde el hombre trabajaba
para subsidiar las necesidades del hogar y la mujer permanecía en el hogar al
cuidado de los hijos, la educación de estos y realizando las labores del hogar.
Al trabajar la mujer aumenta la tasa de divorcio y la educación de los hijos se
da en las guarderías, por medio de algún familiar o la servidumbre.
Entramos
en lo que algunos pensadores como André Gorz han descrito como sociedad del
ocio y de la que han sacado provecho los dueños de los medios de comunicación y
las empresas nacionales y multinacionales.
Entramos
a la sociedad del consumo, o como dice Gilles Lipovetsky, la sociedad del
híperconsumo. En esta sociedad del híperconsumo, el individuo hedonista se
caracteriza por una compulsividad a adquirir siempre lo nuevo, según sus
posibilidades, ropa, electrodomésticos, autos o lo que hoy en día está de moda:
computadoras y celulares. Vivimos en una sociedad de lo efímero.
El
medio de comunicación que más ha influido para transformar a los individuos en
un ser compulsivamente consumista es la televisión. Es interesante analizar en
particular este medio de comunicación porque representó sobre todo después de
los ochenta el medio por excelencia para manipular a las masas en prácticamente
todos los países. Sartori hace una reflexión interesante de lo que caracteriza
al homo sapiens contemporáneo, su capacidad de pensar y reflexionar
prácticamente de todo como resultado de la explosión del desarrollo de la lectura
desatada por Gutenberg y consolidada en el siglo XX en escuelas y universidades
donde la lectura conducida y perfeccionada por los maestros desarrolla la
capacidad de abstracción en el individuo. Del siglo XV al XX la lectura se
convirtió en una obligación en los países desarrollados y en una aspiración por
diversos motivos en los países en vías de desarrollo. Las escuelas proliferaron
prácticamente en todo el mundo. La lectura tiene la necesidad de que el
individuo piense, imagine, fantasee, cree mundos imaginarios o invente
infinidad de soluciones a las situaciones que se le planteen y así sucedió por
varios siglos. Pero a finales del siglo XX y a principios del siglo XXI, dice
Sartori, hemos transitado a una sociedad donde cada vez se pierde más la capacidad
de abstracción que caracteriza al homo sapiens que privilegia la lectura y
surge lo que se denomina homo videns (hombre de imágenes).
La
televisión que funciona con imágenes y que en la sociedad del ocio se convirtió
en niñera de millones de infantes y en “desestresante” del padre o la madre de
familia después de la jornada laboral o en la compañera permanente de la madre
de familia o esposa en las horas de las labores del hogar, transformó la vida
cotidiana de todos.
Hay
inventos que tienen un impacto determinante en la sociedad, la televisión es
quizá uno de los inventos que más ha transformado la vida de los individuos. En
casi todos los hogares cuando menos de Europa y América hay uno o más
televisores. El televisor ocupa el espacio central del hogar, la sala o frente
el comedor donde se reúne la familia y es el centro de atención y de las
miradas. Si se tienen más televisores también están en el lugar de descanso: la
recamara. En todo caso se le designa a la televisión el espacio central de cada
hogar.
Los
niños crecen frente al televisor, las caricaturas los entretienen y (des)educan.
Hay suficientes estudios que analizan los programas infantiles y advierten de
toda la carga de agresividad que caracteriza la programación infantil y la
correlación de ésta con las conductas agresivas y antisociales de los niños,
desde temprana edad los niños asimilan y reproducen un lenguaje común a lo que
ven, podríamos decir que se masifican. Los padres de familia abandonan a los
niños a la televisión y a lo que los productores de estos programas consideran
apropiado para este público. Las legislaciones de cada país no han podido poner
límites a las cadenas televisivas, Estados Unidos y en Europa a pesar de ser en
apariencia democracias avanzadas a la fecha de manera general no han logrado
someter a los grandes corporativos televisivos para que estos tengan criterios
de calidad y pertinencia cultural en sus programas. Generación tras generación
los más indefensos de la sociedad, es decir los infantes, son presas de las
programaciones ya mencionadas.
No
es casual que por ejemplo en Estados Unidos el sistema educativo venga en
franco retroceso en sus parámetros de calidad ya que los niños, adolescentes y
jóvenes pasan más tiempo frente a la televisión que estudiando o incluso
jugando como antaño. El niño se la vive frente al televisor a merced de la promoción
de la comida chatarra y comúnmente come frente al televisor, lo que provoca que
al paso de los años provoque problemas de obesidad. Los niños de hoy en día y
los estudiantes en general cada vez leen menos y pierden poco a poco lo que
anteriormente decíamos que es propio de la lectura, la capacidad de
abstracción, el individuo actual está acostumbrado a ver imágenes y pensar les
resulta cada vez más difícil.
Esto
que señalamos para el caso de Estados Unidos aplica prácticamente para la
mayoría de los países del mundo. Quizá excluyendo algunas poblaciones de África,
hoy en todos los hogares del mundo la televisión entretiene a los integrantes
de las familias.
En
el caso de México y según estudios recientes el 97% de los hogares tiene
televisión. En cada vivienda hay en promedio 1.7 televisores. El 1.1% de los
hogares no tiene televisión, el 15.3% tiene de tres a cinco televisores. El 45%
tiene contratado un sistema de recepción por cable es decir 10,495,981 hogares
tienen contratado algún servicio de cable por pago. Según datos de la
secretaria de educación pública los estudiantes de 8 a 14 años de edad pasan en
promedio 4 horas frente a la televisión. Con estos datos nos damos cuenta de
que la televisión se ha convertido en un artículo imprescindible según los
criterios de la población en general. En México existe un duopolio de la
televisión por parte de Televisa y TV Azteca. El contenido de los programas de ambas
televisoras es pésimo, vasta nombrar algunos de ellos para corroborar los
anterior: el chavo del ocho, la rosa de Guadalupe, Laura, Venga la alegría,
cosas de la vida. Ambas televisoras también cuentan con programas de noticias
que se caracterizan por una alabanza permanente al gobierno en turno o al
candidato o partido de derecha que quieran apoyar, beneficiándose también del
erario público con contratos multimillonarios al captar las campañas
promocionales de los partidos políticos. Recientemente se discute una ley que
tiene que ver con las telecomunicaciones y se detecta un grupo a fin a las
televisoras al que se le conoce como Telebancada. Hay en el país junto a los
dueños de estas televisoras: Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, otro
gran competidor pero en el área de la telefonía que es Carlos Slim. La lucha
por el poder en cada sector de estos empresarios multimillonarios impacta las
decisiones más importantes de la clase política de partidos de derecha e
“izquierda” ya que en México es evidente que ellos han jugado un papel
determinante en las últimas elecciones nacionales y estatales que hemos vivido.
Aquí también se pone de relieve lo que Sartori denomina como sociedad
teledirigida, es decir, el poder que tienen los corporativos televisivos en la
dirección del desarrollo de los países. Estas empresas no solamente controlan
la televisión nacional si no que tienen repetidoras estatales y en donde
aplican la misma lógica con los gobernadores y presidentes municipales,
diputados o personajes públicos para beneficiar o perjudicar e igualmente para
servirse de las campañas publicitarias. Por si fuera poco también tienen
periódicos y revistas todas en la misma línea de una política publicitaria de
apoyo y desprestigio.
Las
televisoras de manera general también promueven el gusto por un tipo de música,
un artista, la moda, patrones de conducta y de valores regularmente basados en
el individualismo y el narcisismo. Con sus ideales de belleza donde predominan
las chicas delgadas y con determinados rasgos faciales, son los responsables de
tantos problemas de bulimia y anorexia. El ejemplo extremo de esto es la muñeca
que por tantas décadas ha entretenido a las niñas de muchas partes del mundo:
Barbie. Que en la vida real estaría en un hospital por que con ese cuerpo no
pondría andar de manera sana por el mundo.
Nos
hemos extendido en el análisis de la televisión y toca ahora hablar un tanto de
la internet. Se pensaba que la internet, que posibilita la llamada sociedad del
conocimiento, ayudaría a crear una
sociedad con individuos más preparados. Efectivamente a través de internet podemos
acceder prácticamente a cualquier información, lo que no quiere decir que
podamos tener acceso al conocimiento. El conocimiento tiene características y
connotaciones más profundas e importantes para los individuos. La información
es eso, datos de diversa índole que están frente a nosotros, en la pantalla de
un procesador y que podemos almacenar en un dispositivo. Pero tanta información
también tiene su lado negativo ya que los individuos al no tener la asesoría
adecuada no seleccionan críticamente y no hacen un uso óptimo de la información.
Por otra parte a través de la internet circulan cantidad de imágenes, videos e
información perjudicial para los individuos, pero no solo esto sino que también
se crean formas de comunicación que atrofian a los individuos. El individuo
característico de la internet es un solitario que navega en las redes sociales
pero que no puede convivir con sus más cercanos, hay infinidad de estudios que
hoy en día hablan de las enfermedades propias de la dependencia de la internet.
Igual hay que reconocer que este medio de comunicación ha servido como un medio
de libertad de expresión, que recientemente en algunos países ha favorecido
cambios políticos que eran impensables como el de los países Árabes.
Los
sistemas educativos de prácticamente todos los países están incorporando la
internet y los procesadores en la enseñanza cotidiana. Es verdaderamente
favorable usar estas herramientas tanto para el maestro como para el alumno,
incluso podemos decir que hay un cambio de paradigma en los sistemas educativos
a partir de la internet y las computadoras. Un antes y un después pero también
hay que reconocer que no todos los sistemas educativos del mundo han logrado
asimilar estas herramientas.
En
el caso concreto del sistema educativo mexicano desde el gobierno de Vicente
Fox al de Enrique Peña Nieto demagógicamente se ha dicho que las computadoras
son indispensables y que se van a introducir en todas las escuelas, lo que
resulta falso. En primer lugar el sistema educativo carece de los elementos
básicos: estructura. La mayoría de las escuelas están pesimamente
acondicionadas, tienen aulas inadecuadas para la labor educativa, no tienen el mobiliario
básico: pizarrones, sillas, laboratorios, baños, canchas deportivas, etc., de
hecho una gran mayoría de escuelas en el país son lo que se llama unitarias.
Por eso resulta incongruente por parte del gobierno de hablar de incorporar las
herramientas de lo que se denomina TIC cuando tiene un rezago de décadas en lo
anterior y que está ampliamente documentado en diversos estudios y en las
propias estadísticas oficiales del INEGI. Contrasta la intención de modernizar
la educación mexicana y de introducir en ella el principio de calidad cuando
por otra parte el gobierno tiene otro programa de carácter nacional denominado Cruzada
contra el hambre. Recordemos aquí nuestro caricaturista de prestigio nacional,
Rius, con su famosa frase y libro: La panza es primero.
Es
muy extenso el tema de los medios de comunicación y su influencia positiva o
negativa en la educación. Entendemos que hoy en día es más propicio hablar de
TIC ya que aquí se engloban los primeros medios de comunicación con los
actuales. Decíamos al principio que hay infinidad de autores que han abordado
uno u otro medio de comunicación o la amalgama de estos. Igual en pedagogía hay
infinidad de estudios sobre el uso positivo o negativo de las nuevas
tecnologías aplicadas a la educación. En el caso de México es evidente que los
medios, por decirlo de una manera, han ido en contra de los individuos, sus hábitos,
sus pensamientos, sus gustos, sus valores, sus tradiciones y desde luego su
educación, pero sin duda a nivel personal y en ciertos sectores del magisterio
hay en principio una reflexión y practicas individuales y grupales para
revertir esta influencia negativa en los jóvenes, lo primero es que nosotros
los docentes nos adentremos en el conocimiento y uso positivo de las
tecnologías y en segundo lugar las apliquemos en el aula, en nuestras clases e
incluso en la planeación y la organización administrativa. Con el uso crítico
que hagamos nosotros de esta herramienta podremos enseñar a los alumnos a
utilizar los diversos tipos de procesadores con los que están en contacto ellos,
ya sea a través de sus celulares o de sus computadoras. Tenemos que enseñar a
que los alumnos sepan seleccionar la información, criticarla, y hacer un uso
reflexivo de ella. También tenemos que advertirles de los peligros que hay en
las redes sociales ya que se están viendo casos de extorción y secuestro. Por
otra parte tenemos que seguir ayudando a que nuestros alumnos se relacionen más
entre ellos y con su familia que con la gente virtual. Cuando más modernos
somos más tenemos que valorar el camino que nos ha llevado a ser lo que somos,
seres de razón, imaginación y sentimientos, eso es la humanidad.
Bibliografía
Sartori, Giovanni. Homo
videns, la sociedad teledirigida. Ed Taurus. España. 2001.
Gubern, Román. El eros
electrónico. Ed Taurus. México. 2000.
Estudiante de la Maestría en
Tecnologías
Aplicadas a la Educación
Del Centro Regional de Educación
Superior
Paulo Freire A.C.
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