miércoles, 11 de junio de 2014

...“la verdad que nos une y desechando las mentiras que nos dividen”


Wilfrido Sánchez Márquez

Presentación
Juan Márquez  Cuevas, autor de este libro, dejó en él, un resumen de experiencias y vivencias personales adquiridas durante su participación en acontecimientos socioculturales y políticos que constituyeron partes importantes del devenir histórico de la comunidad zapoteca del istmo de Tehuantepec; por este medio nos legó los valiosos resultados de sus investigaciones sobre el ideario y la participación de los zapotecas istmeños en las fases del desenvolvimiento histórico de México desde su pasado remoto, la época prehispánica, hasta el siglo XX.
En el curso de su contenido, se advierte la intención del autor de fortalecer y mantener la unidad sociocultural de las comunidades zapotecas del istmo, privilegiando “la verdad que nos une y desechando las mentiras que nos dividen”.
Wilfrido Sánchez Márquez

PRIMERA PARTE
SIGLO XVI
PARTICIPACIÓN DE ITSMEÑOS EN EL DESCUBRIMIENTO DE NUEVAS TIERRAS

PARTICIPACIÓN DE ITSMEÑOS EN EL DESCUBRIMIENTO DE NUEVAS TIERRAS

Fernando de Magallanes, navegante portugués, según el escritor austriaco Stefan Zweig,  “fue el autor de la aventura más audaz de la humanidad”. Fue el primero en descubrir la ruta marítima hacia el poniente, para dar la vuelta al mundo. Abandonó la rada de Sevilla el 10 de agosto de 1519, descubrió el paso que lleva su nombre: Estrecho de Magallanes y llegó hasta las Filipinas; durante su estancia en esta región, fue muerto en un combate contra los  indígenas de la isla de Mactan en 1521, infortunado acontecimiento que le impidió regresar vivo a España de donde partió.

 Juan Sebastián Elcano, su compañero de aventura tomó el mando de la expedición y  continuó el viaje hasta su retorno a España el día 6 de septiembre  de 1522.  Esta hazaña hizo que Elcano fuera  el primero  en dar  la vuelta al mundo pasando por el estrecho por ellos descubierto.

El emperador Carlos V, premió a Elcano por su hazaña con un escudo que decía: “primus circundediste me” (primero en circunnavegación). El emperador bien informado de todo lo acaecido a la expedición dirigida por Magallanes, organizó una segunda misión comandada por José de Loaisa llevando como piloto mayor y guía a Juan Sebastián Elcano. El 24 de julio de 1525,  Loaisa partió del puerto de Coruña rumbo a la Especiería;  la expedición se componía de siete embarcaciones las que  llegaron al Estrecho de Magallanes, el cruce de este lugar estuvo lleno de dificultades, en esta travesía parte de la tripulación pereció, los sobrevivientes  desembarcaron en el cabo deseado después de diez meses de navegación, salieron del Estrecho de Magallanes y cinco días después “les dio un fuerte temporal, de tal manera que se destrozaron las cuatro velas que iban en conserva con la capitana, que nunca más volvieron a verse”… Loaisa Capitán General de la Armada, murió en su embarcación por enfermedad”… y con sendos padrenuestros y avemarías” –su cuerpo fue echado al mar. Elcano, también iba muy enfermo por lo que también falleció, en igual forma su cuerpo fue echado al mar. Así término “el hombre que circunnavegó el mundo por primera vez”. El patache “barco de guerra redondo”, mandado por Santiago Guevara de la Expedición Loaisa, una de las embarcaciones dispersas en el fuerte temporal, llegó a las costas de la Nueva España, la carencia de víveres forzó a la tripulación enviar a tierra al Capellán Juan Aréizaga en una caja improvisada por carecer de lancha. Gracias al auxilio oportuno que le proporcionaron los indios nativos, se libró de morir ahogado; los indios construyeron una balsa que sirvió para el desembarco de toda la tripulación; al día siguiente informaron de lo acontecido al Gobernador de Tehuantepec, quien una vez enterado del suceso, visitó a los hombres extraños “preguntándoles quienes eran, en nombre de quien venían y si eran cristianos”; éstos  contestaron que eran españoles cristianos, vasallos del Emperador Carlos V.
El Capellán Aréizaga  fue enviado a México donde su información incitó a Cortés para lanzarse a nuevas aventuras; fue Aréizaga quien conectó a Cortés con la Expedición Loaisa y fue el primer navegante que arribó a México por la costa del Pacífico.


LAS EXPEDICIONES DE HERNÁN CORTÉS

A fines de 1526 llegó Cortés a Tehuantepec, su Capellán fray Bartolomé Olmedo bautizó al rey zapoteca Coosijopii,  Cortés sugirió  a éste “la construcción a su costa de un convento”; edificación magnífica  que se admira hasta la fecha. Coosijopii, con el nombre de Juan Cortés también regaló muchos objetos de valor que fueron destinados al culto católico. Este acontecimiento debe haber tenido lugar en el año 1544 y los siguientes, pues la cédula real se expidió en Valladolid el 7 de septiembre de 1543. (J. A. Gay, HISTORIA DE OAXACA  Vol. II tomo I p. 478)
Cortés siempre había tenido en mente el descubrimiento  de nuevas tierras por lo que ordenó la construcción de navíos para ese  fin, “ordenando el corte de madera necesaria que conducían los indios en hombros, así como material de guerra, jarcia, velas, etc., todo este material era enviado al Golfo de Tehuantepec, pueblos enteros cooperaban para estos trabajos, dejó en Tehuantepec cuatro navíos casi acabados a los que agregó otro más construido en el mismo puerto convertido en astillero” (P. Gay p. 417)
Fueron embarcaciones que partieron de las playas de Tehuantepec las que utilizó Diego Ocampo para hacer el viaje a Callao, Perú, siendo el primero que viajaba hacia ese rumbo en 1529 y que siguió utilizando en otras expediciones.
 Cortés, en todos sus esfuerzos realizados para el descubrimiento de nuevas tierras, siempre tuvo la oposición y la obstrucción del Virrey Antonio de Mendoza como veremos más adelante.
 Cortés al regresar de España, después de la expedición de Higueras (Honduras), recibió del Emperador Carlos V, instrucciones de socorrer a las expediciones que habían salido de España hacia el Pacífico, “yo os encargo y mando –dijo el rey− deis orden con dos de las dichas carabelas de Moluco hasta hallar gentes que en ellas están”. El emperador tenía noticias de sus esforzados navegantes de las expediciones de Magallanes y Loaisa. Con la premura que las circunstancias requerían. Cortés organizó una Armada compuesta por tres navíos Florida, Santiago y Espíritu Santo, el pastache de la expedición Loaisa que llegó ya desgajado a Tehuantepec, ya desgajado,  no pudo ser utilizado. La Armada lo puso a las órdenes de su primo Álvaro Saavedra Cerón (estos navíos ya fueron de construcción mexicana), zarpó de Zihuatanejo hacia los mares del Pacífico, el primero de noviembre de 1527; ya en alta mar se reunieron para conferenciar, estando reunidos, se desató “un recio viento que los dispersó. El Santiago y el Espíritu Santo, no volvieron a ser vistos jamás”, la embarcación “Florida” que mandaba Saavedra, halló un  Archipiélago que llamó de los Reyes, en Mindanao rescató a un náufrago de la expedición Loaisa llamado Sebastián del Puerto, quien sirvió de guía e intérprete, pasó a Gilolo, luego a Tidore, donde se encontraron con los españoles de la expedición de Loaisa en plena lucha con los portugueses, participaron en su defensa, “fue un socorro venido del cielo” que los salvó. Fue entonces cuando se enteraron de la existencia de la Nueva España y de Cortés quien  les enviaba socorro. Saavedra proveyó de ropa a Urdaneta  y a sus compañeros pues estos estaban casi desnudos; también los proveyó de plomo para su defensa de los portugueses. Repararon su navío y siguieron en el cumplimento de su misión de explorar la Especiería, navegaron por el Golfo de Padua, descubriendo la Nueva Guinea; persistiendo en sus propósitos llegaron a la isla Almirantazgo, lugar en el que se encontraron con fuertes vientos y corrientes contrarias, por tal motivo se vieron obligados a regresar a Tidore; sitio de donde partieron por segunda vez cuando su navío  “Florida” fue debidamente reparado.  En el curso de esta nueva aventura,  el 19 de octubre de 1528, murió Alvarado Saavedra Cerón  quien  antes de fallecer llamó a la tripulación para recomendarles que si encontraran vientos propicios volvieran a Tidore; los tripulantes, a pesar del consejo recibido,  dispusieron salir hacia Malaca, sitio donde fueron hechos prisioneros por los portugueses. Así terminó esta expedición.
En el mes de mayo de 1532, Cortés organizó otra Armada con dos naves que   bajo las órdenes de Diego Hurtado de Mendoza salieron del puerto de Acapulco con el fin de descubrir nuevas tierras; en el curso de esta expedición,  ya en alta mar, parte de la tripulación se amotinó;  Hurtado de Mendoza  con el fin de contener a los rebeldes, les entregó uno de los navíos, y en el otro continuó su derrotero hasta las costa de Sonora, donde pereció en manos de indios lugareños; por otra parte,  la nave de los insubordinados cayó en manos de Nuño de Guzmán-
Cortés después de conocer el resultado de la expedición comandada por  Hurtado de Mendoza, se dirigió a Tehuantepec donde ya se encontraban en construcción dos navíos (Concepción y San Lázaro) los que una vez terminados, despachó bajo los mandos respectivos de Diego Becerra y Hernando de Grijalva, dándoles  instrucciones de buscar y apresar  a Hurtado, de no encontrarlo, se introdujeran en alta mar en busca de islas y nuevas tierras. Los jefes de esta expedición, al no encontrar al perseguido, decidieron introducirse en la altamar en busca de islas y tierras nuevas. Luego que salieron de Tehuantepec, un fuerte viento contrario apartó los navíos, situación que Grijalva aprovechó para apartarse de Becerra; Hernando, haciéndose a la mar con su nave,  descubrió una isla que llamó Santo Tomás y después volvió a Tehuantepec. Por otra parte, Becerra  por haber reñido con el piloto Jiménez, fue asesinado por éste cuando estaba dormido; el asesino  tomó el mando de la nave Concepción y dejó en las costas de Jalisco a dos frailes franciscanos que lo acompañaban, el navío siguió rumbo al norte hasta tocar Baja California, donde sus tripulantes desembarcaron y fueron muertos por los indios; posteriormente, la embarcación cayó en poder de Nuño de Guzmán.
Un vez que Cortés conoció el fracaso de Becerra, redobló sus esfuerzos y tomó la determinación de salir personalmente en una nueva expedición, para la cual  ya contaba con tres navíos en Chiametla, con el mismo propósito ordenó que le siguieran otros que tenía preparados en Tehuantepec. La desgracia lo seguía persiguiendo y tuvo que sufrir junto con los que lo acompañaron, hambre, peligro y miseria por lo tanto en México corrió el rumor que había muerto; sin embargo, logró regresar vivo para proseguir con la construcción de otros navíos que utilizaría en nuevas expediciones. Los sufrimientos no lo amedrentaron; por tal motivo ordenó acelerar el  proceso de construcción de las embarcaciones que estaban siendo armadas en la costa de Tehuantepec. Una vez que éstas fueron terminadas,  las abasteció de todo lo necesario y con personal suficiente que puso al mando de Francisco Ulloa, con el propósito de descubrir más tierras en California; esta misión tampoco logró  obtener éxito.  Una de las naves que volvía a la costa para informar de las tierras descubiertas, fue hostilizada y perseguida por tierra con tropas de caballería en viadas por el virrey de Mendoza. Un fuerte temporal forzó a la embarcación a entrar al puerto de Huatulco, el piloto y los marinos fueron apresados y el navío se perdió.
Don Antonio de Mendoza, de quien ya nos referimos en párrafo anterior, siempre trató de hacer fracasar las expediciones organizadas por Cortés y con el fin de evitar que se pudieran armar más navíos en socorro de Ulloa, ordenó que ninguna persona saliera de la Nueva España   sin licencia y también ordenó a Gómez de Villafañe Corregidor de Guatemala, que en Tehuantepec se apoderase de las naves, velas, jarcia y demás aparejos que allí estaban, e intimidó con la aplicación de graves penas a los oficiales y maestres, si se atrevían a votar al agua las embarcaciones y seguían  construyéndolas. Como se ve, el infortunio continuaba  persiguiendo  a Hernán Cortés; no obstante, “Tehuantepec tuvo la gloria de haber contribuido a los descubrimientos de aquella época y que hubieran salido de sus astilleros las naves que hicieron  conocer la navegación de  las Molucas, del Perú y de Baja California”. J. A. Gay. p. 455
−“Sacra católica cesárea majestad. A vuestra Majestad he escrito haciéndole saber cómo yo estoy en este pueblo Tecoantepeque, costa de la mar del Sur; que en él he hecho para engolfarse y descubrir por ella, y que placiendo a Nuestro Señor se harán a la vela con todo buen aderezo para el mes de Marzo primero. Asimismo habrá vuestra majestad por otras cartas más como por el mes de Mayo pasado despaché otros dos para que corriesen todo lo más que pudiesen la costa adelante…" Cortés; Cartas de Relación p. 313
Cortés se fue a España en 1527, nuevamente regresó a España en 1531 año de su muerte en Castilla de la Cuesta.
JUAN MÁRQUEZ CUEVAS

•             Nació en el barrio de Guichivere de Tehuantepec, Oax., el 16 de junio de 1904.
•             Sus padres fueron: Macario Márquez y Carmen Cuevas.
•             En 1919 fue soldado del Primer  Batallón del Istmo, Escolta Especial del Gral. Francisco Murguía, entonces mandado por el Mayor Enrique Porras, contando con 14 años de edad.
•             En 1924 fue Sub-Teniente de las fuerzas huertistas mandadas por el General Enrique Brena.
•             1925 participó en el movimiento de huelga contra la Cía. Petrolera “El Águila” en Minatitlán, Ver., como miembro del Sindicato Nacional del Petróleo.
•             En 1929 fue Presidente del Partido Vasconcelista de Azueta, Ver.
•             En 1931 fue responsable del Grupo de Oposición Revolucionario de la  Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM) que desapareció al fusionarse para constituir la C.T.M. en 1936.
•             En 1935 fue presidente de la Alianza Popular Electoral de Agua Dulce, Ver., organización política que sostuvo la candidatura para la gubernatura del Estado de Veracruz del Lic. Manlio Flavio Altamirano.
•             En 1937 fue Secretario General del Sindicato de Locatarios y Pequeños Comerciantes del Mercado de Agua Dulce, Ver.
•             En 1938 ocupó la Secretaría de Interior de mismo Sindicato.
•             En 1937 fue Secretario General del Sub-comité de ayuda a los niños del pueblo español de Agua Dulce, Ver.
•             Fue Presidente del Comisariado Ejidal del poblado de Guichivere en dos ocasiones y Secretario del mismo al principio de la década de 1940-50.
•             En el periodo 1942-44 fue Concejal Municipal y Presidente interino en 1944.
•             En 1945 fue Secretario de la Sociedad de Usurarios de Río Tehuantepec.
•             En 1947 fue 1er. Vocal del Consejo de Administración e Inspección del Distrito de Riego de Tehuantepec y después Representante de los Ejidatarios en el Comité Directivo del Distrito de Riego No. 19.
•             En 1952 fue Vocal de la Junta de Administración Civil.
•             En 1953 fue Vice-Presidente de la Unión de Plataneros de Tehuantepec, San Blas y Mixtequilla.
•             En el periodo 1957-59 fue presidente de la Asociación Agrícola Local de Tehuantepec, Concejal  Municipal y Presidente del Comité Pro-Mejoramiento de la Vivienda del Barrio de Guichivere.
•             En el periodo 1957-59 volvió a ocupar el cargo de Concejal Municipal.
•             En 1964 ocupó la Sindicatura Municipal por elección popular.
•             En 1964 fue electo en Asamblea General del Comité Regional Campesino de Tehuantepec como Secretario General cargo que ocupó por más de nueve años.
•             En el mismo año del 64 en Asamblea General de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado, fue electo Secretario de Acción Educativa de la Liga.
•             En 1965 fue electo Diputado Local en la XLVI Legislatura del estado, periodo 1965-68.
•             En 1968 fue nuevamente nombrado en Asamblea General de la Liga de Comunidades Agrarias del Estado Secretario de Acción Agraria del Comité Estatal de la Liga.

•             En 1972 fue Tesorero del Comité Pro-Ampliación y Rehabilitación del Sistema de Agua Potable Tehuantepec, periodo 1972-76.

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