Mario Jesús Hernández Pérez
La “calidad”, como concepto ha sido utilizado para buscar
encontrar la parte intrincada del proceso educativo, y después de los años 90’s
se empezó a posesionar en el discurso educativo, pero tomó un nuevo auge a
partir de la Reforma Educativa que empezó a discutirse nuevamente a partir de
2012, y que fue aprobada durante el año 2013, generando la movilización de una
buena parte del magisterio a nivel nacional.
Y aunque las movilizaciones magisteriales tomaron otro rumbo
y sentido, la discusión sobre el tema de la calidad cada día tiene mayor
relevancia. Por esta razón, si buscamos una definición que satisfaga todas las
expectativas de los investigadores, maestros, alumnos, padres de familia o de
la sociedad en general, es posible que no la encontremos inmediatamente o en
entera satisfacción.
Por ello es importante el trabajo que realizó Silvia
Schmelkes, y que publicó en 1994: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas,
INTERAMER, Serie Educativa. OEA/OAS; muchos años antes de ser nombrada
presidenta del Instituto Nacional de Evaluación Educativa; documento en donde
buscó definir y contextualizar a la calidad, como parte del proceso educativo,
pero sobre todo en el proceso que se desarrolla dentro de la escuela y de la
relación que surge al interior de la misma y de su entorno social.
Así, la calidad se define en un primer momento como la
capacidad de proporcionar a los alumnos el dominio de códigos culturales
básicos, así como el dominio de las capacidades básicas para la participación
democrática y ciudadana, desarrollo de valores y actitudes, además de
desarrollar la capacidad de resolver problemas y seguir aprendiendo.
Pero esta definición no tendría sentido si no se
contextualiza al interior de la escuela, en donde Schmelkes, define que los
maestros y los directores de los centros educativos, son los responsables
directos para poder alcanzar la calidad.
Sin embargo, este concepto de calidad parte de la premisa de
la calidad total, un concepto que define un proceso productivo que busca no
tener errores en la elaboración de productos, situación que considero es muy
atrevida sobre todo porque los procesos sociales siempre tendrán
características muy heterogéneas, paradójicas y complejas, cosa que no sucede
en un proceso productivo.
Y aunque Schmelkes, asegura que la educación tiene como
finalidad crear seres humanos de calidad, esta afirmación contrasta totalmente
con cualquier proceso productivo, que es mecánico, rígido, y que en la mayoría
de los casos puede ser monótono y sin cambios, pues el proceso siempre será el
mismo en cualquiera de sus etapas.
Por ello cuando se emplea la comparación del proceso
productivo y del proceso educativo, empezamos a encontrar diferencias
significativas, la primera es que en el proceso productivo tendremos como parte
final de éste un producto. En el caso de la escuela, son los alumnos los que
son la prioridad de la escuela y hacia quienes va dirigida la calidad, y que
muchos han considerado como un producto, resultado de la estadía del estudiante
en la escuela.
Si las políticas educativas, consideraban a la escuela como
una institución en donde se buscaba atender la demanda de estudiantes, sin
importar los aspectos cualitativos; ahora encontramos que se vuelven más
importantes estos aspectos: se educa para la vida, pero a la vez se da la
posibilidad de tener movilidad social, mejorar las oportunidades de empleo e
ingreso, fomentar personas críticas, entre las más relevantes; también en
sentido inverso, se determina que la escuela, sólo es reproductora de la
ideología dominante, la legítima y da la oportunidad de ser parte del proceso
productivo pero como mano de obra generadora de riqueza.
Schmelkes asegura que la escuela busca encontrar dentro sus
objetivos que la sustenten, educando para la escuela y no para la vida, que es
un proceso que se da fuera de ella, y que de la misma manera la justifica y
consolida.
Y es que el sistema educativo, no puede por si sólo generar
todo lo que la sociedad exige. Hay que estar consientes que este es un proceso
complejo pero que involucra a todos los que participan en la escuela. Así no
solo es el alumno, también son los maestros y los directores, los padres de
familia, las autoridades educativas y escolares, la sociedad, cada uno dentro
de su rol.
Por ello Schmelkes considera que el principal beneficiario de
este proceso son los alumnos, quien deberá convertirse en un sujeto activo y
participante, que mejore cualitativamente, y que le permita seguirse
desarrollando como persona. Así, la escuela se convierte en el detonante de
estos aprendizajes, aunque si consideramos que la educación es un proceso
permanente y por toda la vida, pues la escuela solo cumplirá una función
histórico-temporal-espacial.
Asimismo, los padres de familia, son los segundos
beneficiarios, pues forman parte de la educación de sus hijos, y entran en ese
entorno formativo de los estudiantes, ya que deciden, determinan a que escuelas
asistirán sus hijos, y vigilan, en un plan ideal, el desarrollo educativo de
los niños y jóvenes.
En tercer lugar se considera también como beneficiario, los
maestros del grado siguiente, puesto que tendrá que asistir a los estudiantes
en el grado correspondiente y tendrá la oportunidad de conocer si el trabajo
que se realizó con los estudiantes le da la posibilidad o no de continuar con
este proceso formativo.
Es por esto que se dice que la centralización de los
beneficiaros, es determinante en la forma como se juzga la educación dentro de
la escuela, pero sobre todo como se determina la calidad de los servicios que
se ofrecen a los estudiantes, y en este caso, son los padres de familia, los
que llevan a cabo los juicios y determinan la permanencia o no de sus hijos en
el centro escolar.
Así Schmelkes considera que la calidad no es estática ni
absoluta, pues tiene muchas escalas de medición, no es única; y por su parte la
escuela tendrá como principal punto el aprendizaje; aquí es importante conocer
qué y cómo deben aprender los alumnos, siempre basados en el currículum, aunque
sabemos que a pesar de que existe un currículum oficial, siempre los docentes
tendrán la posibilidad de que exista un currículum oculto, que puede restarle o
aportarle a la calidad de la educación que se ofrece.
Y aunque la escuela, dice Schmelkes, no puede transformar la
sociedad, si puede contribuir a que las transformaciones que se lleven a cabo
en la misma, se centren en la calidad de las personas, y de una mejor calidad
de vida.
Un aspecto muy importante que se debe reconocer es que
existen problemas dentro de la escuela o el proceso educativo, porque si
simulamos o somos complacientes, lo único que logramos es que no se desarrolle
correctamente el proceso de calidad, y en este proceso deben participar todos
los involucrados.
Por ello se dice que debe existir un cambio cultural, que se
debe dar a largo plazo en los movimientos de calidad, esto lo define Schmelkes
como un proceso lento, gradual y permanente, con constancia, compromiso y
liderazgo. Por lo tanto, se requiere de una nueva cultura de la organización
escolar, que resuelva los problemas que se presentan al interior de la escuela,
y que en algunos casos eran indicadores de poca calidad, como el caso de la
deserción, la equidad, el no aprendizaje, las relaciones entre el personal, por
mencionar algunos.
Aunque para Schmelkes, la escuela típica no existe, asegura
que se deben aplicar estrategias uniformes de desarrollo educativo que ofrezcan
un servicio escolar estandarizado; a pesar que significativamente, se observa
como las escuelas se encuentran cada vez más, en situaciones desfavorables, por
las condiciones de vida cada vez más difíciles.
Así, la calidad depende de las personas que laboran en la
escuela, y aunque la calidad es un proceso total, porque es constante y
permanente, que esta dirigida a los beneficiarios, en este caso los alumnos, y
por otra parte, a las relaciones de quienes trabajan en la escuela. Por lo
tanto, Schmelkes asegura que la baja calidad es producto de los procesos y no
de las personas. Por ello, se observa que será el equipo docente el encargado
de producir la calidad, debido a que se acrecienta un cambio de actitud y del
mejoramiento del proceso de aprendizaje, y donde todas las actividades están
vinculadas entre sí.
Es importante destacar, que la calidad tiene como principio
que las personas se desarrollen, se humanicen y humanicen el trabajo que
realicen, con participación activa y de manera colectiva para el mejoramiento
de los procesos de trabajo.
Otro aspecto que Schmelkes destaca, es el liderazgo como un
rasgo que basado en la experiencia y en la convicción personal, podrá
coherentemente contribuir a la calidad. Y considera que son los directores los
que no han realizado atinadamente este trabajo, al no desempeñar correctamente
su función, debiendo preocuparse por investigar, por sus docentes, por la
formación en el trabajo; lo que puede lograr a través de la innovación y del
mejoramiento continuo.
Otros aspectos relevantes que menciona Schmelkes y que
contribuyen a alcanzar la calidad, son los valores, la justicia, la equidad; la
planeación del trabajo: en equipo y personal; la participación de la comunidad
en distintas actividades que nos lleven a un mejor proceso de aprendizaje.
Asimismo, algunas implicaciones de la
calidad son: aceptar la crítica y autocrítica, valorar la diversidad, implica
consensos y relevancia, justicia y creer en los alumnos, como los más
relevantes, todos buscando fortalecer el proceso de calidad.
Schmelkes concluye diciendo: que la calidad de la educación
se logrará cuando se rindan cuentas, pues es un proceso que inicia en la
escuela con los que en ella participan, y forman parte de un sistema, que
muchas veces adolece y no provee de lo más fundamental a los centros escolares
para que lleven a cabo su labor.
En este sentido de rendir cuentas, considero que hoy
Schmelkes busca justificar esta situación, porque al situar en la práctica del
sistema educativo mexicano, una reforma que está en proceso y cuyos resultados,
cuantitativos y cualitativos, en corto, mediano y largo plazo, tendrán que ser
evaluados para saber si la Reforma Educativa fue viable o fracasó.
Mientras tanto, la calidad es un proceso global que se
desarrolla y trata de consolidar a la educación, a la escuela y a los que en
ella intervienen, ¿cómo reproductora de una ideología dominante?¿cómo una
estrategia de transformar a los individuos, para que estos después transformen
su entorno? Las preguntas ahí están y quizás tendremos tiempo de analizar,
reflexionar y evaluar este proceso que llegó a la educación para quedarse y
buscar transformarla.
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