lunes, 9 de noviembre de 2015

¡Si no creyera?


Víctor Manuel Vásquez Gándara
Me siento muy honrado por la distinción de la escritora Blanca Luz Amezcua y compartir este espacio en la presentación de sus Testimonios, obra literaria que se presenta hoy  y de la cual realizaré mi apreciación.
Subyace en Testimonios una de las tres virtudes teologales: fe, y referirse a la fe implica pensar, imaginar dogmas, a su vez conduce al contraste, es decir al pensamiento racional.
El ser humano tiende a cuestionar todo, encontrar respuestas lógicas, racionales, surge así la filosofía y demás ciencias, sin embargo, de la misma forma se acepta lo inexplicable emergiendo también el escepticismo, los dogmas: ¿Quién creó el universo? Es una de las preguntas aún no respondidas plenamente por la ciencia.
Desde mi óptica la pregunta transversal en los relatos contenidos en Testimonios es precisamente quién hace posible esos aconteceres inexplicablemente resueltos favorablemente hacia quien aquí lo testifica.
Se ha afirmado una relación entre fe e ignorancia, en ciertos entornos, principalmente el científico –queriéndose apropiar de la verdad, del conocimiento. Esta aseveración es muy cuestionable debido a evidencias aportadas por grandes pensadores, representantes reconocidos por su elevado nivel intelectual: San Agustín, Teresa de Calcuta o Bartolomé de las Casas, por citar algunos.
Se deduce que la fe es un don, sujeta de cultivo, paulatinamente conquistable y tal vez ahí se encuentre otro valor de Testimonios compartidos por la licenciada y profesora Blanca Luz: evidencias de su fe, evidencias motivadoras de reflexión.
Desde una óptica literaria Testimonios es una obra precisamente impulsora de reflexión dentro de esta vorágine en la que se encuentra inmersa la sociedad, atraída, atrapada, atropellada por la tecnología, uso y abuso, adquisición de aparatos para satisfacer sus obsesiones de compras compulsivas y necesidad de atención, esnobismo o exhibicionismo.
En este contexto la literatura cobra ahora mayor relevancia en dos aspectos, por lo menos: como fuente de conocimiento; convirtiéndose también en alternativa de solución a la problemática social... humanizándola.
La obra de la maestra Blanca Luz la valoro en toda su dimensión no exclusivamente por la amistad que me une a ella, o por mi atracción hacia los libros, sino también por las actividades en las cuales me he visto involucrado: docencia, promoción de la literatura editando la revista Tlanestli y el trabajo editorial produciendo libros.
Desde la docencia veo Testimonios concretarse el proceso enseñanza aprendizaje, de vivir y escribir compartiendo esa experiencia al interior del Club Escritoras de Xalapa y ahora con quienes nos reunimos aquí.
Como promotor literario valoro, como ya lo indiqué, que la maestra Blanca Luz publique el producto de su creación literaria y comparta así una faceta de su multidisciplinaria personalidad, de licenciada en derecho, profesora y escritora: sensibilidad y fe ante lo inexplicable para algunos.
Como editor soy consciente del trabajo arduo implícito en Testimonios: desde la reflexión de cada uno de los acontecimientos que dan origen a la obra hasta plasmarlos en letra de molde; desde decidir publicarlo hasta invertir tiempo y recursos financieros.
Respecto al contenido no profundizo. Estoy plenamente convencido del interés de cada uno de ustedes por leer a la brevedad los ocho testimonios publicados y sólo me detendría en las palabras introductorias de aliento: “Con la finalidad de ayudarte si tu fe se ha quebrantado y crees estar derrotado, lee estos testimonios para levantar tu ánimo y fe en Cristo Nuestro Señor, quien intercede por nosotros ante nuestro Padre celestial, amen.”.
Nuestra existencia se encuentra dentro de una complejidad social, política, económica y humana y la insatisfacción por propia naturaleza se traduce en inconformidad permanente. Esa continua exposición a obstáculos, limitaciones y hasta frustraciones, pueden como subraya la autora en la condicionante citada, quebrantar la fe, sentirse derrotado. En Testimonios hay la posibilidad de encontrar una respuesta a la duda, incluso al margen de lo religioso. Refiere Volpi en su obra Leer la mente, “…quizá leer cuento, novela, literatura no haga que sea uno mejor persona, sin embargo contribuye a entender el mundo, a las personas y a uno mismo”. Testimonio probablemente coadyuve en ello.
Levantar el ánimo, expresa la maestra Blanca, ese ánimo decaído producto también de un entorno agresivo, del mundo de información al que está expuesta la sociedad en este entorno globalizado, de información exagerada, gran cantidad de ella incluyendo mensajes negativos, agresivos, dolorosos y que por un lado no se puede estar ajeno al sufrimiento ajeno y por el otro manipulado y en aras de capitalizar la buena fe.
Felicidades maestra, rescata usted un tema necesario de discusión, análisis y reflexión. Auguro respuestas halagadoras  en cuanto a generación de obras similares y desde luego respecto a su creación literaria.
Concluiría
Creer va más allá de lo religioso, es creer en los demás, creer en uno mismo. Viene a mi memoria una estrofa de la Maza melodía creada por Silvio Rodríguez:
Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte
si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura.
Si no creyera en la balanza
en la razón del equilibrio
si no creyera en el delirio
si no creyera en la esperanza.
Si no creyera en lo que agencio
si no creyera en mi camino
si no creyera en mi sonido
si no creyera en mi silencio.
Qué cosa fuera…
Invito a todos ustedes leer Testimonios


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