Armando Mestizo
Intenté decirlo sin lastimar a nadie. Pero las palabras a veces cumplen con su objetivo, aunque en ocasiones se maquillen para evitar lo inevitable.
Los oídos atentos. Las miradas inquietas. Las manos sudorosas y mi vientre inestable. Te busco con las ganas inmensas de tener suerte, y que estés de buen humor. Que me regales una sonrisa, al menos, una mirada de intriga, un comentario tonto e inadecuado. Pero nada de eso pasa. Porque sigues así, en plan diva, inalcanzable, soberbia y loca. Hoy te vi más acabada. Ayer aún guardabas un poco de juventud virgen. Esta tarde la juventud te dió la espalda y la virginidad es un capítulo más en un tomo de historia. Pero aún así, sin pensarlo tanto, intentaría hacer lo que aquella tarde de primavera guarda celosamente. Te lo dije sin miedo. Aceptaste incrédula. Tus sentidos se agudizaban y mi corazón acelerado comulgaban en un secreto mutuo. Intercambio de oraciones cortas. De frases sin sentido. Respiraciones agitadas y de acercamientos inimaginables. Milimetros me detuvieron de sentir tu piel. Tu aroma se combinaba con los viejos muebles. Tu piel se erizaba con mis palabras y uno que otro roce entre ambos. Te pregunté algo íntimo y sin pena respondiste. Y te imaginé al verte, sin tocarte. Y te toqué, sin quitarte nada. Agradezco no haber hecho una locura, pero me arrepiento de no haberte dicho más.
Ha pasado un tiempo. Ahora te alejas. Te escondes de mi presencia. ¿Te escudas o proteges? ¿Quién te hizo cambiar? ¿A quién tratas de engañar? Si bien sabemos que no tienes límites cuando te sientes libre...pero no eres tan astuta de defender esa libertad y te pierdes en ese mar de superficialidades, de tonterías y boberías. Mujer niña...niña mujer...mujer. Reíste cuando te lo dije. Que mezclas la ingenuidad con la malicia sensual de tu ser. Reíste, porque lamentablemente es lo único que sabes hacer, reír porque no aceptas con la frente en alto la decisión de ser lo que más te gusta ser, aunque la gente te etiquete de loca, zorra, golfa. ¡Sí lo eres y eso qué!, no serás la primera ni la última. Pero sí la más deseada en mis noches de insomnio y mis resacas matutinas.
eamp.ver.mex.jul.2020
Intenté decirlo sin lastimar a nadie. Pero las palabras a veces cumplen con su objetivo, aunque en ocasiones se maquillen para evitar lo inevitable.
Los oídos atentos. Las miradas inquietas. Las manos sudorosas y mi vientre inestable. Te busco con las ganas inmensas de tener suerte, y que estés de buen humor. Que me regales una sonrisa, al menos, una mirada de intriga, un comentario tonto e inadecuado. Pero nada de eso pasa. Porque sigues así, en plan diva, inalcanzable, soberbia y loca. Hoy te vi más acabada. Ayer aún guardabas un poco de juventud virgen. Esta tarde la juventud te dió la espalda y la virginidad es un capítulo más en un tomo de historia. Pero aún así, sin pensarlo tanto, intentaría hacer lo que aquella tarde de primavera guarda celosamente. Te lo dije sin miedo. Aceptaste incrédula. Tus sentidos se agudizaban y mi corazón acelerado comulgaban en un secreto mutuo. Intercambio de oraciones cortas. De frases sin sentido. Respiraciones agitadas y de acercamientos inimaginables. Milimetros me detuvieron de sentir tu piel. Tu aroma se combinaba con los viejos muebles. Tu piel se erizaba con mis palabras y uno que otro roce entre ambos. Te pregunté algo íntimo y sin pena respondiste. Y te imaginé al verte, sin tocarte. Y te toqué, sin quitarte nada. Agradezco no haber hecho una locura, pero me arrepiento de no haberte dicho más.
Ha pasado un tiempo. Ahora te alejas. Te escondes de mi presencia. ¿Te escudas o proteges? ¿Quién te hizo cambiar? ¿A quién tratas de engañar? Si bien sabemos que no tienes límites cuando te sientes libre...pero no eres tan astuta de defender esa libertad y te pierdes en ese mar de superficialidades, de tonterías y boberías. Mujer niña...niña mujer...mujer. Reíste cuando te lo dije. Que mezclas la ingenuidad con la malicia sensual de tu ser. Reíste, porque lamentablemente es lo único que sabes hacer, reír porque no aceptas con la frente en alto la decisión de ser lo que más te gusta ser, aunque la gente te etiquete de loca, zorra, golfa. ¡Sí lo eres y eso qué!, no serás la primera ni la última. Pero sí la más deseada en mis noches de insomnio y mis resacas matutinas.
eamp.ver.mex.jul.2020
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