martes, 21 de julio de 2020

El ocaso de un Gigante

                                                                                                       
                    Marco Antonio Figueroa Quinto*                                                                                                                    Sin duda que los peores enemigos que uno puede tener en esta vida, son quienes nos conocen tal como somos, aquellos que compartieron parte de nuestra existencia, vivencias felices, amargas, dolorosas, angustiosas, cosas íntimas y personales, y que muchas veces sabían más de uno, que uno mismo. Quizá sea este el caso la nota que hoy comparto con ustedes. Mitómano, megalómano, fabulador, narcisista, compulsivo, carismático, seductor, envidioso o carente de escrúpulos. Estos son alguno de los adjetivos que le dedicaron en su vida pública tanto seguidores como detractores. La personalidad de Hugo Rafael Chávez Frías no dejaba a casi nadie indiferente. El fallecimiento del presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez se produjo a las 16:25 hora local (20:55 UTC) del martes 5 de marzo de 2013 en el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo de la ciudad de Caracas, sitio en el cual se encontraba recibiendo tratamiento médico para poder aliviar una infección respiratoria contraída durante la última intervención quirúrgica que se le practicó para combatir un cáncer que lo aquejaba, tras estar casi tres meses internado en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ) de La Habana (Cuba). Ante de que eso sucediese se dio a conocer un comunicado que se le atribuye a Nancy Iriarte Díaz, ex esposa de Hugo Chávez; carta que fue publicada el 9 de agosto de 2011 en uno de los periódicos venezolanos de mayor circulación “El Universal”. La nota en mención comienza con un título futurista y de mal gusto. Veamos el material en cuestión:  “Algunas consideraciones sobre tu muerte: No quiero que te marches de esta vida sin antes despedirnos, porque has  hecho un mal inmenso a mucha gente, has arruinado a familias enteras, has  obligado a legiones de compatriotas a emigrar a otras tierras, has vestido de luto a incontables hogares, a los que creías tus enemigos los perseguiste sin cuartel, los encerraste en ergástulas que no lo merece ni un animal, los insultaste, los humillaste, te burlaste de ellos, no solo porque te creías poderoso, sino inmortal... porque el fin de los tiempos no era contigo. Pero llegó tu turno, los plazos se acaban, el término de tu contrato llega a su fin, tu "ciclo vital" se apaga poco a poco y no de la mejor manera; probablemente morirás en una cama, rodeado de tu familia, asustada, porque va a tener que rendir cuentas una vez que des tu último aliento, te vas de esta vida lleno de angustia y de miedo, allí van a estar los curas a quienes perseguiste e insultaste, los representantes de esa Iglesia que ultrajaste a placer, claro que te van a dar la extremaunción y los santos óleos, no una, sino muchas veces, pero tú y ellos saben que no servirá de nada, es solo para calmar el pánico que hace presa a tu alma ante el momento que todo lo define. Mueres enfermo, padeciendo el desahucio, las complicaciones inmunológicas, los terribles efectos secundarios de las curas que prometieron alargar tu vida, tus órganos se van apagando uno a uno, tus facultades van perdiendo el brillo que las caracterizaba, tus líquidos y efluvios son colectados en bolsas plásticas con ese hedor a muerte que tanto te repugna. Dime si en este momento, antes de que te apliquen una nueva inyección para calmar los dolores insoportables que padeces, vale la pena que me digas que no te pueden quitar lo bailado, ¡ah! los viajes por el mundo, los maravillosos palacios que te recibieron, las paradas militares en tu honor, las limousines, los títulos honorarios, los pisos de los hoteles cinco estrellas, las fastuosas cenas de Estado... dime ahora que vomitas la papilla de auyama que te tratan de dar las enfermeras, si era de eso de lo que se trataba la vida, pues ese brillo y el oropel ya no están entre los monitores y máquinas de resucitamiento que te rodean, esas marchas y aplausos ahora son tonos y alarmas de sensores que regulan tus signos vitales que se hacen más débiles. ¿Puedes escuchar al pueblo de tu país afuera de tu cuarto?... debe ser tu imaginación o los efectos de la morfina, no estás en tu patria, estas en otro lado, muy lejos, entre gente que no conoces... sí, estás muriendo en tu propio exilio, entre una banda de pilluelos a quienes les has tratado de entregar tu propio país, tus últimos momentos los pasarás entre chulos y estafadores, entre tu corte de aduladores que solo te muestran afecto porque les dabas dinero y poder, todos te miran preocupados y con rabia, nunca dejaste que ninguno de ellos pudiera tener la oportunidad de sucederte, ahora los dejas al descampado y tu país al borde de una guerra, ¿Era eso lo que querías? ¿Fue esa tu misión en esta vida? Olvídate del cuento de los pobres, ahora hay más pobres que cuando llegaste al poder, olvídate de justicia e igualdad cuando prácticamente le entregaste el país a una fuerza extranjera que ahora tendremos de desalojar a la fuerza y a costas de más vidas. Tengo la leve impresión que ahora sabes que te equivocaste, creíste en un cuento de camino y te creíste revolucionario, y por ser revolucionario... inmortal, convocaste a tu lado a los muertos, a tus héroes, a esos fantasmas que también creíste con vida, a Bolívar, al Che, a Fidel, al Marx que nunca conociste y que recomendabas su lectura... el andar con muertos te llevó a la magia y a los babalaos, te metiste a jurungar tumbas, y a ofrendarle a una corte de demonios y malos espíritus que ahora te acompañan... ¿Sientes su presencia en el cuarto? Vienen a cobrar, a recoger lo único que tenía valor en tu vida y que tan malamente apostaste por la oscuridad y el mal, tu alma. Bueno, me despido, solo quería que supieras que pasarás a la historia como un traidor y un cobarde, que no rectificaste cuando pudiste, te dejaste llevar por tu soberbia, por tus ideales, por tu ideología renunciando a los más preciado, a tu libertad y a la libertad de los otros, y la libertad nos hace humanos. El Socialismo solo funciona en dos lugares: en el Cielo, donde no lo necesitan, y en el Infierno donde ya lo tienen". ¿Crueldad innecesaria? ¿Está cosechando lo que sembró? Quizá nadie en su sano juicio pueda dar certera respuesta a estas interrogantes, pero si aprender de estas experiencias, como dice el vulgo “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Por un lado los que buscan permanecer en el poder a costa de todo, justificando sus acciones aún las más abominables, ver  en el ocaso de sus vidas de “gigante” que lo único permanente es el cambio, y que aquellos que alguna vez les amaron y les fueron serviles (ser viles); serán sus principales carniceros, y,  por otro lado el juicio de la historia será quien verdaderamente les de su justa dimensión, porque seguramente que el mayor castigo para quien actúa mal será siempre su conciencia (si es que alguna vez, estuvieron conscientes). Lo anterior ya lo probó otro mandatario sureño, que creyó poder eternizarse en el poder Juan Evo Morales Ayma (Orinoca, 26 de octubre de 1959) político, sindicalista, activista y dirigente boliviano de ascendencia aymara, sexagésimo quinto presidente del Estado Plurinacional de Bolivia desde el 22 de enero de 2006 hasta el 10 de noviembre de 2019, luego de presentar su dimisión en medio de intensas protestas,3​4​5​6​ amenazas a su persona, patrimonio y colaboradores, así como la sugerencia del ejército y la policía de hacerlo,​ motivos por los que varios analistas y países de la región denunciaron la existencia de un golpe de estado pese a que Bolivia se vio beneficiada en varios rubros de su economía, educación y otros.​ La historia registra otras dictadutas recientes, la militar de Francisco Franco en España y la socialista de Fidel Castro en Cuba, en las dos sólo con su muerte renunciaron al poder. No cabe duda que el poder obnubila y hace que uno se convierta en el que realmente es. ¿O no? Consideramos que la alternancia con todos sus problemas siempre será mejor para un país como México que ya sufrió dos dictaduras: la del porfirismo y la del priismo, y no deseamos otra más ¡Así o más claro! ¡Claro que sí!
*Presidente del CDN de la Alianza de Organizaciones Democráticas Independientes (ALODI)

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