lunes, 3 de febrero de 2020

La esfera plateada de Chinatlan del Maíz




Rosalinda Castro Guzmán

Desperté hoy con el entusiasmo a flor de piel. Quería que pasaran muchas cosas agradables durante el transcurso del día.

En esta ocasión si planeé lo que haría con mi gran amigo, principalmente aprovechar los momentos de charla para seguir aprendiendo de su sabiduría innata, llena de chispazos literarios y anecdóticos.

Muy temprano nos encontramos en el punto acordado; estaba lloviendo en un hermoso día de enero, cuando el frío de la ciudad vuelve más húmedo y acogedor los espacios cerrados llenos de calor humano. Los dos teníamos el deseo de tomar un café caliente en ese momento, pero acordamos que mejor almorzaríamos en Chinatlán del Maíz, el lugar escogido con anterioridad.

Lo escuché con atención y empatía cuando me compartió sus proyectos a corto y mediano plazo.  me pareció que estaba por iniciar un periodo de muchas más satisfacciones en su vida, ya que su trayectoria de Doctor le ha dejado una muy buena siembra de experiencias y aprendizajes, que ahora son un banco de saberes listos para retribuirlos a la comunidad.

         Mi amigo irradiaba una luz muy especial en su mirada cuando me platicaba las etapas y estrategias de trabajo que tiene contempladas para desarrollar su futuro trabajo. Para mi fue un momento mágico.

         Fueron aproximadamente 40 minutos de recorrido. Ya conocía Chinatlán del Maíz, he ido en otras ocasiones. Es un poblado campestre donde su gente se dedica a elaborar productos de barro, están conectados con la madre tierra y saben moldear muy bien el recurso que les proporciona ésta, con mucha bondad; cazuelas, ollas, platos, vasos, jarritos decorados con grecas que los adornan dándoles su toque único y ancestral.

         Durante el recorrido previo a nuestro destino, mi observador amigo se percató de que su automóvil llevaba una llanta pinchada por un clavo, pues ella iba muy baja. Así que nos dirigimos a una vulcanizadora ubicada en Las Arboledas. Mientras reparaban la llanta, me acordé gratamente de una salida a carretera que tuve con mi familia en el vehículo que manejaba mi padre, en esa ocasión hacía mucho calor y fue un poco incómodo hacer una parada obligatoria. Hoy fue diferente, el frío arreciaba y el talachero se mojaba realizando su oficio con gusto y prestancia. No cabe duda de que, cuando se requiere de un servicio con urgencia se agradece más la habilidad y la actitud con que prestan sus servicios las personas.

         Regularmente me gusta ir escuchando música durante el viaje. En esta ocasión no hizo falta, nunca dejamos de platicar sobre diversos temas, reímos, compartimos silencios que ayudaron a armonizar el ambiente, y contemplamos el paisaje cargado de color verde con sus muy variadas tonalidades, para llegar a la clínica de salud pasamos por un río que llevaba una buena cantidad de agua, casas pequeñas en la construcción y muy grandes en sus jardines, los colores que resaltan eran los rojos y anaranjados encendidos, vivos y alegres, uno que otro perrito, cabritos y borregos, algunos caballos de un café obscuro trás corrales construidos con madera. Personas trabajaban afanosamente y cuidadosamente sus hortalizas para poder comercializarlos después. “No hizo falta la música”. Se percibe una calma reconfortante en el ambiente.

         La clínica se ubica en un área despoblada, las casas más cercanas están a una distancia considerable. Nos atendió la directora con muy amable actitud, fue muy rápido y muy concreto lo que se trató, no se necesitó de una larga espera, ni una extensa charla para que nos abriera un espacio para realizar la capacitación planeada con la comunidad rural existente en Chinatlan del Maíz. Se agradece la disposición y la colaboración entre niveles ya que el propósito del servicio es el mismo, la atención a pacientes con características muy especiales, creencias, valores, hábitos y una calidad de vida que está basada en el cuidado de su entorno y la sencillez en su forma de vida.

         Lo que seguía no lo esperábamos, y bien dicen que la sorpresa llega en cualquier momento, mantenerse atentos a lo que se escucha y se siente puede anticipar los momentos extraordinarios. Bien, cuando nos disponíamos a buscar donde almorzar, vimos mi acompañante y yo, un ser que atravesaba el camino enfrente de nosotros, iba con cierta rapidez, pero aun así se hacía visible. era un hombrecito de piernas largas y cabeza pequeña, unos brazos que es difícil describir, llevaba rodando una esfera plateada muy brillante que a simple vista despedía una energía de alta vibración. Abruptamente logró frenar el vehículo para intentar entender lo que estábamos viviendo, Nos volteamos a ver sin decir palabras solamente atinamos a salir del automóvil para seguir al “chico” caminando, iba tan rápido que por poco lo perdemos de vista. Como estaba lloviznando la tierra se tornaba resbalosa y hacía la travesía más difícil, iba curveando y en ascendencia rumbo al cerro que enmarca a la comunidad.

         Conforme nos fuimos internando nos acompañaron sonidos emitidos por el viento y la lluvia sobre las hojas, las ramas de los árboles, nuestros pasos y el chasquido de los charcos en la tierra mojada, ahora cada que cuento .esto me pregunto ¿por qué no sentimos temor de lo que podía suceder?, ¿por qué nos atrajo tanto una situación que de entrada podría ser amenazadora?, definitivamente el hombrecillo o la esfera contaban con un fuerte magnetismo, nos atrajo sin poder rendirnos.

Recuerdo que la vereda se hizo más angosta y empinada. Seguimos sin hablar, solamente de vez en cuando cruzábamos nuestras miradas y continuamos escalando, llegando a un entronque ya lo habíamos perdido de vista, y nuestra percepción estaba disminuida. Mojados y aturdidos nos dimos la media vuelta para retornar donde había quedado el vehículo, pero de forma inmediata se empezó a escuchar una conversación grupal que entendíamos perfectamente, sin ver quienes hablaban nos quedamos inmóviles y escuchamos lo siguiente:

-Algo está sucediendo-

- ¿A qué te refieres?-

-Tuve que salir con la esfera plateada, algo me anunció desde temprano-

-Es imposible, los niños están en casa cuando llueve, hay menos movimiento y menos luz.

         - Lo quería controlar, pero fue mucho más grande lo que experimenta, hoy detecto la          esfera, como una energía menos densa y que no proyecta energías baja-

         - ¿Y tú sabes a qué se debe? -

         - ¡Vi dos seres que También me vieron! Me han seguido hasta acá-

         -Eso no puede ser, por aquí no hay humanos dispuestos a disfrutar y apreciar las relaciones entre ellos, con la naturaleza y los animales-

         -Si los hay, pero aún no están tan conscientes del efecto que provoca la energía despedida por el amor-

         -¿Qué hacemos?-

         - Yo sugiero que nos acerquemos y les comuniquemos lo que ya tiene tiempo tenemos disponible para que lo oigan-

-Los asustaremos, nos temen, porque piensan que no somos iguales a ellos-

         MI amigo y yo estábamos petrificados No sé él, pero yo quería huir. Qué podíamos esperar.  que nos sucediera en esa fría y húmeda mañana, realmente no sabía si soñaba o estaba despierta pues la experiencia era abrumadora. En el siguiente instante recapacite y logré reformular mis pensamientos y con más aplomo decidí esperar a ver que seguía.

         En lo que lo cuento aparecieron más hombrecillos frente a nuestros ojos, entre todos cargaban la esfera plateada que seguía vibrando ya con un pequeño sonido perceptible que era armonioso y dulce, se acercaron y nuevamente con un lenguaje entendible nos comunicaron lo siguiente.

      Que existe una consciencia individual, otra colectiva, luego una planetaria y finalmente una cósmica (todas se sincronizan).
      El amor es la energía verdadera del universo, si la reconocemos y la practicamos sabremos la verdad de nuestra existencia y nos sentiremos libres.
      El equilibrio universal es resultado de un proceso material, mental y espiritual.
      La madre naturaleza es nuestra mejor maestra. (Siempre dispuesta a dar)
      Los sentimientos y emociones de temor, sufrimiento, reclamo, rencor, reproche e indiferencia cierran la emanación de energía positiva y vibraciones altas en nuestro entorno.
      Los niños y los seres que experimentan amor verdadero son los que enseñan a amar, y son imprescindibles para la incorporación de un nuevo ser en la sociedad y en la transformación de una mente cósmica sin apegos. (Su energía es alta).
      Ya es momento de enseñar y aprender más con el corazón que con la razón.

         Sería falso decir que tal como lo estoy compartiendo ahora en este momento lo entendí, Mi amigo y yo solo escuchamos a este grupo de “personitas universales”, sin intercambiar palabras; cuando concluyeron lo que nos tenían que decir se dieron la vuelta y desaparecieron entre los árboles sin dejar huellas.  Nosotros descendimos del cerro y nos dirigimos al automóvil completamente callados, tomados de la mano y con una sensación de agobio y confusión.

         Fuimos a desayunar en una casita donde habitaba una familia sencilla y trabajadora. Todos sus miembros, con el deseo de servir amablemente, iniciaron una plática donde nos narraron que la delincuencia está presente en la comunidad, y que cada día se presentan más eventos extraordinarios paranormales que atemorizan a la población, visualizan y escuchan energías atrapadas en el tiempo de períodos muy fuertes de dolor y violencia en Chinatlan del Maíz, personajes ahorcados en los árboles durante el periodo revolucionario, quejidos de La Llorona, entre otros.

         Pasaron días para que pudiéramos retomar en la conversación: la experiencia  de la esfera plateada y los “seres cósmicos”, fue difícil ordenar las ideas y los recuerdos pero lo logramos, nos sentimos muy afortunados y comprometidos con el mensaje recibido, lo que sigue es darlo a conocer y actuar ¡ahora!.

Esta comunidad es muy especial y su gente también, por algo estos seres cósmicos transitan por sus caminos.


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