Rosalinda Castro Guzmán
Desperté hoy con el entusiasmo a
flor de piel. Quería que pasaran muchas cosas agradables durante el transcurso
del día.
En esta ocasión si planeé lo que
haría con mi gran amigo, principalmente aprovechar los momentos de charla para
seguir aprendiendo de su sabiduría innata, llena de chispazos literarios y
anecdóticos.
Muy temprano nos encontramos en
el punto acordado; estaba lloviendo en un hermoso día de enero, cuando el frío
de la ciudad vuelve más húmedo y acogedor los espacios cerrados llenos de calor
humano. Los dos teníamos el deseo de tomar un café caliente en ese momento,
pero acordamos que mejor almorzaríamos en Chinatlán del Maíz, el lugar escogido
con anterioridad.
Lo escuché con atención y
empatía cuando me compartió sus proyectos a corto y mediano plazo. me pareció que estaba por iniciar un periodo
de muchas más satisfacciones en su vida, ya que su trayectoria de Doctor le ha
dejado una muy buena siembra de experiencias y aprendizajes, que ahora son un
banco de saberes listos para retribuirlos a la comunidad.
Mi
amigo irradiaba una luz muy especial en su mirada cuando me platicaba las
etapas y estrategias de trabajo que tiene contempladas para desarrollar su
futuro trabajo. Para mi fue un momento mágico.
Fueron
aproximadamente 40 minutos de recorrido. Ya conocía Chinatlán del Maíz, he ido
en otras ocasiones. Es un poblado campestre donde su gente se dedica a elaborar
productos de barro, están conectados con la madre tierra y saben moldear muy
bien el recurso que les proporciona ésta, con mucha bondad; cazuelas, ollas,
platos, vasos, jarritos decorados con grecas que los adornan dándoles su toque
único y ancestral.
Durante
el recorrido previo a nuestro destino, mi observador amigo se percató de que su
automóvil llevaba una llanta pinchada por un clavo, pues ella iba muy baja. Así
que nos dirigimos a una vulcanizadora ubicada en Las Arboledas. Mientras
reparaban la llanta, me acordé gratamente de una salida a carretera que tuve
con mi familia en el vehículo que manejaba mi padre, en esa ocasión hacía mucho
calor y fue un poco incómodo hacer una parada obligatoria. Hoy fue diferente,
el frío arreciaba y el talachero se mojaba realizando su oficio con gusto y
prestancia. No cabe duda de que, cuando se requiere de un servicio con urgencia
se agradece más la habilidad y la actitud con que prestan sus servicios las
personas.
Regularmente
me gusta ir escuchando música durante el viaje. En esta ocasión no hizo falta,
nunca dejamos de platicar sobre diversos temas, reímos, compartimos silencios que
ayudaron a armonizar el ambiente, y contemplamos el paisaje cargado de color
verde con sus muy variadas tonalidades, para llegar a la clínica de salud
pasamos por un río que llevaba una buena cantidad de agua, casas pequeñas en la
construcción y muy grandes en sus jardines, los colores que resaltan eran los
rojos y anaranjados encendidos, vivos y alegres, uno que otro perrito, cabritos
y borregos, algunos caballos de un café obscuro trás corrales construidos con
madera. Personas trabajaban afanosamente y cuidadosamente sus hortalizas para
poder comercializarlos después. “No hizo falta la música”. Se percibe una calma
reconfortante en el ambiente.
La
clínica se ubica en un área despoblada, las casas más cercanas están a una
distancia considerable. Nos atendió la directora con muy amable actitud, fue
muy rápido y muy concreto lo que se trató, no se necesitó de una larga espera,
ni una extensa charla para que nos abriera un espacio para realizar la
capacitación planeada con la comunidad rural existente en Chinatlan del Maíz.
Se agradece la disposición y la colaboración entre niveles ya que el propósito
del servicio es el mismo, la atención a pacientes con características muy
especiales, creencias, valores, hábitos y una calidad de vida que está basada
en el cuidado de su entorno y la sencillez en su forma de vida.
Lo
que seguía no lo esperábamos, y bien dicen que la sorpresa llega en cualquier
momento, mantenerse atentos a lo que se escucha y se siente puede anticipar los
momentos extraordinarios. Bien, cuando nos disponíamos a buscar donde almorzar,
vimos mi acompañante y yo, un ser que atravesaba el camino enfrente de
nosotros, iba con cierta rapidez, pero aun así se hacía visible. era un
hombrecito de piernas largas y cabeza pequeña, unos brazos que es difícil
describir, llevaba rodando una esfera plateada muy brillante que a simple vista
despedía una energía de alta vibración. Abruptamente logró frenar el vehículo
para intentar entender lo que estábamos viviendo, Nos volteamos a ver sin decir
palabras solamente atinamos a salir del automóvil para seguir al “chico”
caminando, iba tan rápido que por poco lo perdemos de vista. Como estaba
lloviznando la tierra se tornaba resbalosa y hacía la travesía más difícil, iba
curveando y en ascendencia rumbo al cerro que enmarca a la comunidad.
Conforme
nos fuimos internando nos acompañaron sonidos emitidos por el viento y la
lluvia sobre las hojas, las ramas de los árboles, nuestros pasos y el chasquido
de los charcos en la tierra mojada, ahora cada que cuento .esto me pregunto
¿por qué no sentimos temor de lo que podía suceder?, ¿por qué nos atrajo tanto
una situación que de entrada podría ser amenazadora?, definitivamente el
hombrecillo o la esfera contaban con un fuerte magnetismo, nos atrajo sin poder
rendirnos.
Recuerdo que la vereda se hizo
más angosta y empinada. Seguimos sin hablar, solamente de vez en cuando
cruzábamos nuestras miradas y continuamos escalando, llegando a un entronque ya
lo habíamos perdido de vista, y nuestra percepción estaba disminuida. Mojados y
aturdidos nos dimos la media vuelta para retornar donde había quedado el
vehículo, pero de forma inmediata se empezó a escuchar una conversación grupal
que entendíamos perfectamente, sin ver quienes hablaban nos quedamos inmóviles
y escuchamos lo siguiente:
-Algo está sucediendo-
- ¿A qué te refieres?-
-Tuve que salir con la esfera
plateada, algo me anunció desde temprano-
-Es imposible, los niños están
en casa cuando llueve, hay menos movimiento y menos luz.
-
Lo quería controlar, pero fue mucho más grande lo que experimenta, hoy detecto
la esfera, como una energía menos
densa y que no proyecta energías baja-
-
¿Y tú sabes a qué se debe? -
-
¡Vi dos seres que También me vieron! Me han seguido hasta acá-
-Eso
no puede ser, por aquí no hay humanos dispuestos a disfrutar y apreciar las
relaciones entre ellos, con la naturaleza y los animales-
-Si
los hay, pero aún no están tan conscientes del efecto que provoca la energía
despedida por el amor-
-¿Qué
hacemos?-
-
Yo sugiero que nos acerquemos y les comuniquemos lo que ya tiene tiempo tenemos
disponible para que lo oigan-
-Los asustaremos, nos temen,
porque piensan que no somos iguales a ellos-
MI
amigo y yo estábamos petrificados No sé él, pero yo quería huir. Qué podíamos
esperar. que nos sucediera en esa fría y
húmeda mañana, realmente no sabía si soñaba o estaba despierta pues la
experiencia era abrumadora. En el siguiente instante recapacite y logré
reformular mis pensamientos y con más aplomo decidí esperar a ver que seguía.
En
lo que lo cuento aparecieron más hombrecillos frente a nuestros ojos, entre
todos cargaban la esfera plateada que seguía vibrando ya con un pequeño sonido
perceptible que era armonioso y dulce, se acercaron y nuevamente con un
lenguaje entendible nos comunicaron lo siguiente.
❏ Que
existe una consciencia individual, otra colectiva, luego una planetaria y
finalmente una cósmica (todas se sincronizan).
❏ El
amor es la energía verdadera del universo, si la reconocemos y la practicamos
sabremos la verdad de nuestra existencia y nos sentiremos libres.
❏ El
equilibrio universal es resultado de un proceso material, mental y espiritual.
❏ La
madre naturaleza es nuestra mejor maestra. (Siempre dispuesta a dar)
❏ Los
sentimientos y emociones de temor, sufrimiento, reclamo, rencor, reproche e
indiferencia cierran la emanación de energía positiva y vibraciones altas en
nuestro entorno.
❏ Los niños
y los seres que experimentan amor verdadero son los que enseñan a amar, y son
imprescindibles para la incorporación de un nuevo ser en la sociedad y en la
transformación de una mente cósmica sin apegos. (Su energía es alta).
❏ Ya es
momento de enseñar y aprender más con el corazón que con la razón.
Sería
falso decir que tal como lo estoy compartiendo ahora en este momento lo
entendí, Mi amigo y yo solo escuchamos a este grupo de “personitas
universales”, sin intercambiar palabras; cuando concluyeron lo que nos tenían
que decir se dieron la vuelta y desaparecieron entre los árboles sin dejar
huellas. Nosotros descendimos del cerro
y nos dirigimos al automóvil completamente callados, tomados de la mano y con
una sensación de agobio y confusión.
Fuimos
a desayunar en una casita donde habitaba una familia sencilla y trabajadora.
Todos sus miembros, con el deseo de servir amablemente, iniciaron una plática
donde nos narraron que la delincuencia está presente en la comunidad, y que
cada día se presentan más eventos extraordinarios paranormales que atemorizan a
la población, visualizan y escuchan energías atrapadas en el tiempo de períodos
muy fuertes de dolor y violencia en Chinatlan del Maíz, personajes ahorcados en
los árboles durante el periodo revolucionario, quejidos de La Llorona, entre
otros.
Pasaron
días para que pudiéramos retomar en la conversación: la experiencia de la esfera plateada y los “seres cósmicos”,
fue difícil ordenar las ideas y los recuerdos pero lo logramos, nos sentimos
muy afortunados y comprometidos con el mensaje recibido, lo que sigue es darlo
a conocer y actuar ¡ahora!.
Esta comunidad es muy especial y
su gente también, por algo estos seres cósmicos transitan por sus caminos.
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