El martes 14 de marzo fue un día triste para el Maestro Wilfrido Sánchez
Márquez ante la irreparable pérdida de su señora esposa profesora
Celia Sánchez Reyes con quien compartió su vida durante cerca de
setenta años, tan triste y lamentable para él, que el profesor falleció a un poco
menos de una semana: el siguiente lunes 20, paradójicamente fecha oficial
de conmemoración del natalicio del Benemérito de las Américas don Benito
Juárez García uno de los héroes nacionales y guía espiritual del maestro Willy.
Su lamentable deceso es equiparable a la desaparición de una biblioteca
por dos razones, entre otras: pérdida del cúmulo de conocimientos plurales,
patrimonio que en mínima parte legó publicados en: tres tomos de su obra
Militancia magisterial, Tehuantepec Apuntes históricos, Carlos A. Carrillo
en su contexto social e histórico, Alfabetización Funcional, Adragogía y
Educación Permanente, artículos en la columna Sociedad y educación en Diario de Xalapa y más de cincuenta colaboraciones en Tlanestli.
La otra razón por lamentar es la extinción de su vasta experiencia cultural,
ideológica y magisterial, insustituible, compartida en su entorno familiar,
amistoso y social, en sus charlas, diálogos y convivios a las que convocaba con
cualquier motivo y desde cualquier trinchera: festejos de la Vela Istmeña, Día
del maestro, su cumpleaños, homenajes y aniversarios de Martí, Fidel Castro y
revolución cubana, 16 de septiembre, Todosantos, preposada u otra festividad,
ello abriendo puertas de su casa, las de la Academia Mexicana de la Educación
en su gestión como presidente, del Instituto Cultural Mexicano cubano Flores
Magón-Mella o de la Comunidad Istmeña Oaxaqueña.
El vacío dejado por el profesor Sánchez Márquez se constatará debido la escases
de personalidades caracterizados por esa congruencia acompañante de
él, entre el sentir, pensar y hacer en cada una de sus dimensiones humanas:
hijo, padre, ciudadano, profesor, líder magisterial, funcionario público, lector,
escritor, amigo, promotor cultural pero principalmente Luchador social:
descansen en Paz su apreciable esposa profesora Celia Sánchez Reyes y el
entrañable amigo Willy.
Márquez ante la irreparable pérdida de su señora esposa profesora
Celia Sánchez Reyes con quien compartió su vida durante cerca de
setenta años, tan triste y lamentable para él, que el profesor falleció a un poco
menos de una semana: el siguiente lunes 20, paradójicamente fecha oficial
de conmemoración del natalicio del Benemérito de las Américas don Benito
Juárez García uno de los héroes nacionales y guía espiritual del maestro Willy.
Su lamentable deceso es equiparable a la desaparición de una biblioteca
por dos razones, entre otras: pérdida del cúmulo de conocimientos plurales,
patrimonio que en mínima parte legó publicados en: tres tomos de su obra
Militancia magisterial, Tehuantepec Apuntes históricos, Carlos A. Carrillo
en su contexto social e histórico, Alfabetización Funcional, Adragogía y
Educación Permanente, artículos en la columna Sociedad y educación en Diario de Xalapa y más de cincuenta colaboraciones en Tlanestli.
La otra razón por lamentar es la extinción de su vasta experiencia cultural,
ideológica y magisterial, insustituible, compartida en su entorno familiar,
amistoso y social, en sus charlas, diálogos y convivios a las que convocaba con
cualquier motivo y desde cualquier trinchera: festejos de la Vela Istmeña, Día
del maestro, su cumpleaños, homenajes y aniversarios de Martí, Fidel Castro y
revolución cubana, 16 de septiembre, Todosantos, preposada u otra festividad,
ello abriendo puertas de su casa, las de la Academia Mexicana de la Educación
en su gestión como presidente, del Instituto Cultural Mexicano cubano Flores
Magón-Mella o de la Comunidad Istmeña Oaxaqueña.
El vacío dejado por el profesor Sánchez Márquez se constatará debido la escases
de personalidades caracterizados por esa congruencia acompañante de
él, entre el sentir, pensar y hacer en cada una de sus dimensiones humanas:
hijo, padre, ciudadano, profesor, líder magisterial, funcionario público, lector,
escritor, amigo, promotor cultural pero principalmente Luchador social:
descansen en Paz su apreciable esposa profesora Celia Sánchez Reyes y el
entrañable amigo Willy.
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