José Luis Miranda
Rosario
Tienes del mundo la
exquisita redondez que me llama
y del bosque tienes
el verde reflejo de los ojos
tienes encendido
candil en pulposos labios rojos
y tienes la oscura
noche entre las piernas, hecha llama
Tienes entre dientes
una aprendida sonrisa de ama,
y en tu cuerpo tienes
piel infértil del cielo, despojos
con los que se nutre
mi delicada pasión: arrojos
tardíos: arrestos de
épico lince que en vejez ama
Tengo para el pez de
tu sonrisa, humores de agua fresca,
para tu noche oscura…
pequeña, luminosa estrella,
y para tus pulposos
labios… iluminada yesca
No hay noche como la
tuya, luminosa, negra, bella,
En ella me pierdo,
marinero; entre copiosa pesca,
soy pez escriba que
en tus rizos negros va dejando huella.
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