Juan Hernández Ramírez
Deja que el cíngulo de amor
enrede de embriaguez nuestro sueño
y que sus espinas nos causen
el dolor de pétalos más ligero.
Te buscaré siempre
en la música de la noche
y en las heridas del día.
Mi cuerpo de labriego,
buscará la media luna
que el mar en sus olas, ha mojado.
Tu cuerpo es de tierra,
sobre ella iré cuesta arriba
y descansaré cuesta abajo
entre los árboles primigenios
donde el viejo mundo
ha creado al hombre.
Deja que el cíngulo de amor
enrede de embriaguez nuestro sueño
y que sus espinas nos causen
el dolor de pétalos más ligero.
Te buscaré siempre
en la música de la noche
y en las heridas del día.
Mi cuerpo de labriego,
buscará la media luna
que el mar en sus olas, ha mojado.
Tu cuerpo es de tierra,
sobre ella iré cuesta arriba
y descansaré cuesta abajo
entre los árboles primigenios
donde el viejo mundo
ha creado al hombre.
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