Gilberto Nieto Aguilar
Escuchaba por la televisión, hace unos días, los conceptos
sobre la tercera edad de una instancia del gobierno federal. Hablaba de 10.9 millones
de personas con más de 60 años de edad, cincuenta por ciento analfabetas y viviendo
en la pobreza. Varios quizá abandonados por sus familias, sin las atenciones mínimas
para concluir en condiciones aceptables su ciclo de vida.
Poco se elogia a la tercera edad. Considerando que envejecer
es un hecho ineludible, debiera ser un orgullo avanzar por la vida mientras otros
conocidos se van quedando en el camino. Cada año es una batalla que se le gana a
la vida, porque la muerte es la nada. Se vive, se respira, se siente, se piensa,
se llora, se ríe, se recuerda, se ama. Por eso, cada año que se cumple, se gana
para la vida.
La idea que prevalece sobre el envejecimiento resalta
muchos aspectos negativos que no tienen por qué ser lo único que se espera. La vulnerabilidad,
la propensión a las enfermedades, la progresiva marginación y el acercamiento a
la muerte son inevitables, pero una nueva cultura, para el anciano y quien le
cuida, con un enfoque positivo, puede hacer más placenteros y productivos los últimos
años de vida. Contemplar únicamente las pérdidas oscurece las ganancias.
Dice una frase popular
que la juventud se lleva por dentro,
refiriéndose a la actitud. Vivir más tiempo no es, por sí mismo, algo malo. No
hay nada que tenga que funcionar mal o peor en sociedades maduras y más viejas.
Pero la tendencia es resaltar los problemas que surgen con el envejecimiento, y
se calla o se ignora el potencial humano que aparece en ese periodo (Carstensen
y Charles, 2007).
Laura Carstensen y Susan T. Charles (Psicología del
Potencial Humano, editorial Gedisa, Barcelona,
2007, Capítulo 6) nos alientan diciendo que el gran invento de la segunda
mitad del siglo XX, es aquello que ha permitido agregar treinta años al promedio
de vida del ser humano. Es cierto que siempre ha habido personas que alcanzan edades
avanzadas, pero no fue la regla general. Por primera vez en la historia de la especie
humana, la mayoría de los nacidos en el mundo occidental sobreviven hasta la vejez.
Es difícil delimitar la ancianidad o vejez, que bien puede definirse
como un estado del espíritu. Es difícil afirmar cuándo comienza, dado que el
envejecimiento varía de persona a persona. Según la OMS, el envejecimiento no
es simplemente un proceso físico, sino más bien un estado mental en el que se
presencia el comienzo de un cambio progresivo en el ritmo de vida.
Laura y Susan sostienen que con el paso del tiempo los aspectos
emocionales de la vida se aclaran. Las metas pasan desde la búsqueda de
novedades o informaciones hasta la lucha por un significado emocional. De
acuerdo con esta teoría, las personas mayores no están sufriendo ninguna
limitación de sus oportunidades para mantener las relaciones sociales con otros,
sino más bien están invirtiendo tiempo cuidadosamente en la gente que más les
interesa.
La gerontología inició un enfoque positivo sobre la ancianidad. Al
reconocer la homogeneidad del envejecimiento, un buen número de gerontólogos y
psicólogos desarrollistas comenzaron a considerar cómo podían lograr resultados
positivos en la vejez. Estos estudios son muy importantes dado el incremento de
personas mayores, que repercute en la vitalidad de las instituciones sociales y
económicas.
En el área preventiva, los jóvenes deben cuidar
muchos aspectos, sobre todo de alimentación y ejercicio, porque han aparecido nuevos
promotores de muerte prematura, como el estrés, que puede llevar a la persona a
contraer varias enfermedades; o el consumo excesivo de alimentos elaborados y
conservados artificialmente. La diabetes y el cáncer, relacionados con la
obesidad, irrumpen amenazadoramente en el escenario de la salud contemporánea.
Hoy no sólo el anciano piensa en el Azheimer, la
artritis, el cáncer, alguna enfermedad coronaria, la depresión, la diabetes,
los trastornos gastrointestinales, la hipertensión, la osteoporosis, los trastornos
sexuales, la soledad y la incomprensión. Muchas personas de mediana edad ya los
ven como problemas irresolubles de su realidad actual.
gilnieto2012@gmail.com
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