Raúl Ferrer
A Belarmino Castilla
Niño, niño:
si es amarga
esta copa de verdades
que sin
querer derramo aquí,
échame la
culpa a mí.
Si ignoras
que en la lluvia, el sol y el viento
cuaja el
futuro para ti,
que eres
dueño del cielo y de la tierra
que se
encienden y paren para ti,
échame la
culpa a mí.
Si no
supieras distinguir entre una gota
de sangre y
un rabí,
échame la
culpa a mí.
Si te dije
que hay pobres en el mundo
porque
siempre fue así;
que el
girasol que cuida tu vecino
es más flor
que tu mínimo alelí,
y que está
hecha de perdón y olvido
la rosa
blanca de José Martí,
échame la
culpa a mí!
Si te crees
que es toda la victoria
la que a
caballo conquisto mambí;
que esos
héroes que adoran las paredes
sólo flores
esperan desde ahí,
échame la
culpa a mí!
Por todo lo
que ignoro. Sí.
por todo lo
que ignoro,
y por lo que
sabiendo no te di,
aunque tu
mamá te diga que perdones,
échame la
culpa a mí!
1957
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