Por: Juan Francisco Gaspar Velazco
En este texto se escribirán tres apreciaciones sobre tres definiciones del término educación; el propósito de este trabajo está en comprender que la educación no es un concepto estático y por ello no se puede afirmar que ya todo está dicho. Se expondrá como idea central lo expresado por Heidegger “la obsesión por las modas ”, nos será de utilidad porque en el actual escenario es común el hecho de retomar corrientes que han sido poco reflexionadas y no han pasado por el crisol de la realidad, simple y llano se aplica el modelo: dando como resultado un maquillado sistema educativo.
La primera apreciación en la que nos centraremos, dicta que la educación es toda actividad éticamente valida que acompaña la búsqueda de la realización humana, lo contrario sería un absurdo. Este punto fue expresado por Javier Galdona en su ensayo Educación y valores. De acuerdo con esta definición diremos que guarda un carácter humanista, dado que en los antes citados subyace un principio “la educación es la base de la realización del hombre”. Se entiende el termino hombre como un ser autónomo y libre de tomar decisiones particulares, colectivas y definitivas, agregando que el quehacer educativo es un trabajo trascendental, es la actividad que proporciona a los individuos las armas con las que enfrentaran la vida; por tal motivo el no percatarse que la educación actualmente no forma sujetos autónomos y críticos es grave, pero el darse cuenta del problema y no enfrentarlo conlleva a una condena ética por motivo de que esto representa un atentado contra la vida, ya que la carencia de libertad en las decisiones de los hombres conduce a una crisis y a una hecatombe de la humanidad.
La segunda apreciación es tomada de la obra de Paulo Freire quien en su trabajo se dedica a reflexionar sobre la realidad histórica de la sociedad, en que la educación sea un hecho de vida en donde se vislumbran dos aspectos: uno corre en el sentido de buscar que la enseñanza conduzca a la utilización de las herramientas en la vida cotidiana y que a su vez esto sirva para resolver problemas constantes del devenir humano; no debemos entender a Freire en términos simples, cuando él habla de problemas constantes no se refiere a la tarea de cambiar un foco o de prender una maquina, su reflexión está inclinada a la resolución de los problemas que existen en la estructura de un sistema, los cuales afectan de manera importante a quien se educa. La democracia es un problema que aqueja al estudio de esta autor, presenta a la educación como una senda que nos dirija hacia un futuro democrático. Es aquí donde podemos decir que una de las tareas que la actual educación ha olvidado es la de formar a individuos capaces de elegir con la mente y no con el estomago.
Esta segunda cuestión tratada puede ser cuestionada dado a que mucho del trabajo intelectual de Freire está realizado y pensado en la sociedad brasileña y por tal motivo mucho del estudio Freiriano está regionalizado. Esto puede debatirse y por ese conducto contradecir debido a que en la historia se ha visto y en particular en la historia latinoamericana que se ha retomado el pensamiento educativo y pedagógico brasileño para minorizar el problema de alfabetización; Europa, en particular en Francia se retoma el pensamiento del autor mencionado para alfabetizar a los obreros lográndose esto por medio de la televisión: en América Latina podemos citar los casos El Salvador, Chile y México, en el caso mexicano podemos hablar del INEA instancia que logra importantes avances: el problema particular de México será motivo de otro ensayo.
La tercera apreciación le atañe hablar sobre la cuestión social y lo expresa de la siguiente manera. La tradición es la transmisión de valores, conductas y formas de conducta social en niños o jóvenes que comienzan a experimentar la vida de grupo, esto fue expuesto por Roger Abaud en la obra Didáctica de las ciencias sociales. En esta tercera cuestión lo que nos inquieta es el pensar a la educación en colectividad, es decir, no puede existir una educación formal homogénea[1]. Dado que no existen grupos iguales, podremos encontrar semejanzas las cuales pueden ser extremas o cercanas; pero no existe una medición que nos permita encontrar ciertos equilibrios. Un elemento que en este tercer punto debe tomarse en cuenta reside en que el conocimiento cada vez se enriquece, la ciencia avanza y ante estos aspectos no se nota una preocupación por la actualización en lo intelectual, lo que existe dado por las modas son actualizaciones burocráticas y estas no muchas veces resuelven problemas.
Cuando el autor nos habla de valores de primera mano debemos percatarnos que el término valor es genérico, lo que para una generación es valiosa no podemos afirmar que sea para las demás, esto en relación a los valores universales, por ejemplo el respeto. Las preguntas en las que debemos enfocarnos son: ¿a qué?, ¿de quién, para quienes? De no tomarse en cuenta esto podemos caer en lo arbitrario y hasta en lo absurdo. Se debe considerar que Abaud está pensando a la educación en sociedad de donde se adquiere formación y quienes la conforman también la forman; dicho de otra manera los grupos y la sociedad se integran por individuos valiosos y que en ella ponen en práctica sus actitudes y esto da como resultado un círculo educativo.
En las líneas que conforman este texto y en las tres ideas aquí tratadas existe un hilo conductor, es el de ver a la educación como algo vivo. En la primera idea lo vivo lo notamos en que se piensa a la educación como actividad, o sea como un quehacer interactivo, en la segunda vimos al hecho educativo como acción practica y en la tercera hablamos sobre la importancia de la educación en sociedad; en los tres momentos cobró importancia el ser de hombre y el quehacer de este, por tal motivo nos queda el trabajo de seguir pensando que la educación por definición es un acto humano y aquí me permito tomar esta idea de Adelina Zendejas Presidenta Nacional de la Academia Mexicana de la Educación quien afirma que la tecnología sirve en el aprendizaje, pero no sustituye ni al alumno y ni al profesor.
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