jueves, 16 de marzo de 2017

Contra la Corriente


A la memoria del Dr. Oseas Camarillo (mi hermano)

Tito Domínguez Lara
Sábado 31 de diciembre de 2016
Este 27 de diciembre  en la mañana, falleció Oseas Camarillo  López. Se fue tranquilo, leyendo se quedó dormido para siempre. Colaborador de este Diario que formaba parte de la corriente (minoritaria), crítica  e intransigente al  gobierno y al sistema. Nacimos políticamente bajo la influencia de la Revolución Cubana, también con el Dr. Alfredo Zárate Mota; éste asesinado en 1974 junto con otros cinco compañeros en Nepantla, Estado de México, por la Dirección Federal de Seguridad (la policía política del gobierno de Luis Echeverría y  comandada por Miguel Nazar Haro). Alfredo y su movimiento son los precursores del Movimiento Zapatista (EZLN). Por Oseas tuvimos la oportunidad  de acercarnos más a la literatura, los discursos de Fidel Castro y conocer a través del consulado cubano lo que pasaba en la isla. Defendimos  modestamente  la Revolución Cubana, acosada e invadida por mercenarios apoyados por Estados Unidos en abril de 1961 en Playa Girón. Cuando el general Lázaro Cárdenas se aprestaba para partir a la isla en su defensa; no fue necesario, en tres días de combate la liquidación de los invasores fue fulminante y total
Con Alfredo ya cultivábamos una amistad desde la preparatoria aquí en Xalapa, conocimos a Oseas  en una asamblea de estudiantes donde se trataban problemas internos de la escuela, nos gustó su discurso directo y combativo, por lo que hicimos contacto con él, un año después ocuparíamos la mesa directiva de estudiantes. En congresos estudiantiles universitarios, Oseas destacó siempre por su combatividad y claridad en su discurso. Por él y a través del Dr. Librado Trujillo, tuvimos la oportunidad de conocer y dialogar con el general Heriberto Jara, y en una ocasión  fuimos invitados a una reunión amistosa con el general Cárdenas, ahí mismo en la casa del general Jara.
Oseas hizo el internado en el  hospital “Colonia”, entonces de los Ferrocarriles Nacionales.  En el año de 1963 a Alfredo y un servidor, nos tocó enfrentar medidas que afectaban a los estudiantes de medicina, tales como maestros faltistas, falta de material  para la impartición de clases, aumento de cuotas de inscripción y otros dos o tres puntos más. La dirección que ocupaba el Dr. Horacio Díaz Correa, no cedió a nuestras  peticiones y la asamblea resolvió por mayoría, hacer la huelga y que los que estuvieran de acuerdo firmaran los cinco puntos petitorios, así firmamos 512  y solo ellos podía entrar al edificio de la escuela. Debo aclarar que nunca pedimos la renuncia del director, ni éste se presentó al diálogo, el Dr. Horacio Díaz renunció a su puesto. Hubo diálogo respetuoso con el gobernador Fernando López Arias, el rector Fernando Salmerón y con el diputado local Beto Ávila. Y quien  sufrió la represión, acusado de director intelectual del movimiento fue Oseas, que lo hicieron preso en la Ciudad de México.
Gracias a  Oseas que por su excelente papel como interno, hicimos nuestro internado en ese mismo hospital “Colonia”.  Al final del año de 1964, Oseas como residente y Alfredo y yo como médicos internos, nos tocó el principio del Movimiento Médico, cuyo fin, inicialmente, fue la solidaridad con los residentes del Hospital “20 de Noviembre”, que les negaban su aguinaldo por lo que se declararon en asamblea permanente y en un arranque de torpeza y autoritarismo, el director del ISSSTE, un doctor De la Cueva cesó a más de 200 residentes y ahí prendió el Movimiento de los Médicos de 1964–65 que hizo historia, porque revolucionó y dio orden a la formación de especialistas y hubo mejoras salariales, sobre todo para los médicos de base del IMSS. A Oseas como dirigente destacado, le costó su salida del hospital y ser fichado para que no ingresara a ningún otro hospital, razón por la cual  se fue a hacer la especialidad de cardiología a Cuba que ejerció hasta su muerte en la ciudad de Huatusco.
Seguidor de la idea del Dr. Ignacio Chávez: “El que solo sabe de medicina, ni medicina sabe”.  Practicó la docencia por más de 30 años a 40 generaciones, en la escuela preparatoria de Huatusco, impartiendo materias de química y física, destacando la importancia del valor revolucionario que tiene el estudio, no para obtener una calificación, sino para adquirir una ideología crítica ligada a la sociedad. Con esa filosofía ejerció la docencia. El día del sepelio los estudiantes, maestros y algunos ya profesionistas le rindieron un homenaje.
Los lectores del Diario saben de su ideología y posición crítica al gobierno y al sistema, no es un desconocido. Siempre defendió con franqueza y abiertamente sus ideas. Por eso siempre polémico y consecuente en un medio donde la apatía y la despolitización a veces desespera.  Alguna vez se preguntó y me preguntó: ¿“Vale la pena seguir escribiendo como mula de noria sobre lo mismo, repetir al infinito los desmanes de los gobiernos sin que llegue la respuesta contundente  del pueblo que más los sufre? Le decía que ya hay respuestas que el camino es largo y que aunque  todavía insuficientes y desarticuladas las luchas y protestas son permanentes y que en algo podemos ir armando nuestras convergencias y en él estaba haciendo su parte su parte y así lo hizo hasta su muerte. Su actividad política no lo separó de sus hijos, formó a sus diez hijos como  buenos profesionistas y ciudadanos críticos.

Indudablemente que nos hará falta, que sentimos su partida con pesar y con tristeza, pero nos queda su ejemplo.

Permanencia conceptual


                                                                                                           José Vitelio García
Actualidad de Carlos A. Carrillo y Manuel García Morente
Muchos conceptos de los postulados universales que integran el corpus de las ciencias siguen vigentes aún en el devenir del tiempo. Tal es el caso de las ideas de Don Carlos A. Carrillo, pedagogo mexicano, y de Don Manuel García Morente, filósofo español. A pesar de su existencia en siglos pasados XIX y XX, sus conceptos en pedagogía y en filosofía, respectivamente, siguen siendo infrangibles y deberían ser considerados por quienes ejercen la docencia en la actualidad.
A menudo encontramos compañeros profesores que con expresión desdeñosa se refieren a principios y teorías que ellos consideran pasadas de moda. ¡Eso era antes! ¡Ya no sirve! ¡Lo actual es distinto!
Sin embargo, olvidan que las ciencias en general, entre ellas la pedagogía, conservan postulados universales que son valederos en la actualidad, independientemente de la época en que fueron formulados por conspicuos investigadores y teóricos de la educación.
Por eso nos atrevemos ahora a rememorar algunos pensamientos sueltos que sobre la moral expusiese en su tiempo el eminente maestro Don Carlos A. Carrillo.{1}
«Enseñanza moral. Educación moral. He aquí dos cosas muy distintas. Un hombre puede saber muy bien todas las reglas de la moral y ser un redomado bribón.
A la sociedad poco le interesa que yo conozca a las mil maravillas todos mis deberes, si nunca los cumplo.
La sociedad tiene, pues, derecho de exigir a la escuela que haga de los niños hombres honrados y virtuosos, aunque no sean pozos de ciencia moral.
Enseñar la moral es bueno, es necesario sin duda; pero no es bastante: la escuela no llena su misión, sino educando moralmente al niño.»
Si a estas consideraciones básicas, hechas por un pedagogo, quien distingue entre enseñar y educar, agregamos algunas reflexiones filosóficas del profesor universitario Don Manuel García Morente{2}, veremos porque Carlos A. Carrillo tenía razón.
Para García Morente los valores se descubren al igual que las verdades científicas. Pudiese acontecer que en cierto tiempo el valor no fuese reconocido como tal, hasta que alguien o algunos hombres tuviesen la posibilidad de intuirlo y entonces lo descubren en el sentido pleno de la palabra. El valor no se manifiesta como algo que antes no era y ahora si lo es, sino como algo que antes no era intuido y ahora es intuido.
Los valores no son cosas, tampoco son impresiones puramente subjetivas. Los valores no tienen la categoría de los objetos reales, ni de los objetos ideales. Las cosas son, las impresiones también, pero «los valores no son, sino que valen». Cuando decimos que algo vale, no decimos nada de su ser, decimos que no es indiferente. La no indiferencia constituye así una variedad ontológica que contrapone el valor al ser.
El valor es no ser indiferente, pero debemos precisar que la cosa que vale no es por eso ni mayor ni menor que la que no vale. Poseer valor no es tener una realidad entitativa más ni menos, sino simplemente no ser indiferente, tener ese valor.
El valor no es un ente, sino siempre algo que se adhiere a un objeto y por consiguiente es una cualidad.
Los valores no se pueden demostrar, lo único que puede hacerse es mostrarlos. Advertimos así que por su estructura ontológica los valores son valentes y no son entes, son cualidades extrañas a la cantidad, al tiempo y al espacio, por esto último, son absolutos.
García Morente, acerca de los valores, nos dice además que todo valor tiene su contravalor, esto quiere decir que en la entraña misma del valer está contenido el que los valores tengan polaridad; un polo positivo y un polo negativo.
Finalmente, como los valores son modos del valer y las cosas son modos del ser, es lógico que exista una multitud de ellos. Al ser modalidades de la no indiferencia, se conforma una trama de sus relaciones mutuas. Unos con respecto a otros se pueden ordenar estableciéndose así una jerarquía entre ellos.
En la práctica podemos encontrar: valores útiles (adecuado, inadecuado; conveniente, inconveniente), valores vitales (fuerte, débil), valores lógicos (verdad, falsedad), valores estéticos (bello, feo; sublime, ridículo), valores éticos (justo, injusto; misericordioso, despiadado), valores religiosos (santo, profano), etc.
Y por qué toda esta digresión, si empezamos hablando de las ideas pedagógicas de Carlos A. Carrillo acerca de los valores morales y proseguimos con las disquisiciones filosóficas de Manuel García Morente.
Pues, porque nuestra meta es llegar a concatenar la parte aquella en que el pedagogo asienta que la moral no es cuestión de enseñanza, sino de educación, lo que el filósofo expresa de otra manera, los valores morales no se pueden demostrar, lo único que puede hacerse es mostrarlos para que alguien los haga propios. Y en el caso del quehacer docente, el maestro no puede quedar satisfecho con sólo informar sobre los valores morales, políticos, etc., sino que debe formar, educar, inducir a sus alumnos a la vivencia dentro de un entorno, en un ambiente de práctica de los valores. En la clase, dentro del grupo, en el trato con sus compañeros, con otros grupos dentro de la escuela, se debería inducir y proyectar una conducta permeada con los valores que trasciendan hasta su ámbito familiar y comunitario.
La escuela debe educar a las generaciones en formación, moldeando su voluntad para que motu proprio se conduzcan positivamente en la esfera de los valores (hodegética).
Hasta aquí conjuntamos el pensamiento de dos grandes pensadores, uno mexicano, otro español, sus ideas, sus conclusiones, sus teorías, siguen siendo válidas, aún en nuestros tiempos.
Nota
{1} Carlos A. Carrillo. Eminente maestro veracruzano. Nació en Córdoba, Ver. el 27 de julio de 1855 y murió en la ciudad de México el 3 de mayo de 1903.
{2} Manuel García Morente. Filósofo español (1886-1949), nació en Arjonilla (Jaén), España. Decano de la Facultad de Filosofía en Madrid hasta la Guerra Civil. Transterrado hasta Argentina fue catedrático en la Universidad de Tucumán. Murió en Madrid.



.Jorge Luis Borges :   ¿Autor de <<las palmeras salvajes>>?  (*) Francisco Humberto SoteloN o recuerdo cómo cayó en mis manos la novela Las Palmeras Salvajes (editada en 1940 por la Editorial Sudamericana. El original, The Wild Palms, se publicó un año antes, por la editorial Random House). Lo que sí recuerdo con precisión fue la leyenda impresa en la portada: traducción de Jorge Luis Borges. Lejos de pensar que se trataba de una cuestión de “marketing” ––como observaron algunos críticos–– tal leyenda se convirtió en un acicate para su lectura. ¡Vaya! –exclamé–– ¡aparte del gozo de leer otra novela de Faulkner (unos años antes había leído Santuario, Sonido y Furia, Absalón, Absalón y Luz de Agosto) tendré el gusto de hacerlo a través de la pluma de Borges! En ese momento no se me ocurrió  ––ni remotamente–– la pregunta que me hice poco después (y que aún no he logrado despejar): ¿cómo es posible que el autor de Ficciones haya decidido traducir a un escritor tan distante de sus favoritos (Swinburne, Coleridge, Stevenson, etc.), que no guarda vínculo alguno con sus obsesiones por la eternidad, los laberintos, las paradojas, la literatura fantástica, etc.? Al igual que la mayoría de los lectores “ingenuos y sentimentales “, estaba convencido de que la mejor traducción es aquella que proviene de un brillante escritor. En el caso que nos ocupa, simplemente pensé : “Borges traduce bien porque es Borges”.   Tal supuesto, desde luego, tiene su fundamento. Tal como escribe María Elena Bravo :  “Esto que puede causar gracia ocurre con mayor frecuencia de la que se cree: ¿qué traductor, por abnegado y sabio que fuera, podría superar a un artista en comunión con otro?”  1   Más adelante volveremos sobre esto.   *  *  * Una vez que me adentré en la lectura de Las Palmeras Salvajes, lo primero que me llamó la atención fue que en ella no aparecen dueños de plantaciones, granjeros, gambusinos, contrabandistas, cazadores, y otros personajes característicos del condado de Yoknapatawpha (la región mítica de Faulkner). En su lugar nos encontramos con protagonistas urbanos, que merodean en ciudades como Chicago, New Orleans, San Antonio, Texas,  y en escenarios como Utah y el delta del Río Mississippi.    En la novela se intercalan dos relatos, uno, que lleva el título del libro, y otro que intitulado “El Viejo” (alusión al río Mississippi, donde transcurre la acción).    En el relato The Wild Palms aparece una pareja de amantes (Harry Wilbourne y Charlotte Rittenmeyer) en pugna con el mundo y consigo mismos, en una relación que llega a extremos delirantes de destrucción. Ella, madre dos niñas, abandona al marido –por cierto, con la complacencia de éste–, una vez que conoce a Harry, un oscuro pasante de medicina que trabaja como interno en un hospital de New Orleans. Mientras que ella se distingue por su temperamento violento, casi salvaje y, sobre todo, por su obsesiva y frenética ansiedad de amor, él es un individuo inseguro, débil de voluntad, incapaz de corresponder a los reclamos y exigencias de su pareja. Charlotte busca, desesperadamente, escapar de la soledad, creyendo que esto sólo es posible a través del amor, aunque sea el amor ilícito. Harry, en uno de sus monólogos, piensa: “Hay algo en ella que no quiere a nadie ni a nada…Ella está sola. No solitaria, sola”. En cierta ocasión él le dice:  ––Entonces no crees en mí; en quien confías es en el amor. A lo que ella responde: –Sí, es el amor. Dicen que el amor muere entre dos personas. Eso no es cierto. No muere. Lo deja a uno, se va si uno no lo merece bastante. No muere: uno es el que muere. Es como el océano: si uno no sirve, si uno empieza a apestar en él, lo escupe en alguna parte para que se muera”. Aunque Harry está consciente de que la aventura con Charlotte no presagia otra cosa que un desastre, se deja arrastrar por ésta.  El relato comienza justamente cuando ella está a punto de morir desangrada, por un intento de aborto, en el que se involucra Harry en un principio, arrepintiéndose a última hora. En la otra historia, El Viejo, se describen las peripecias de un convicto que obtiene fugazmente su libertad a condición de que rescate a una mujer que yace en un promontorio para escapar a la inundación del Río Mississippi (hecho real que se suscitó en mayo de 1927). Aquél estaba condenado a quince años de prisión por conato de robo en un tren.  Es una especie de Quijote engolfado por la lectura de folletines por entrega (con héroes como los Diamond Dick y Jesse James). Un buen día decide actuar como los héroes de sus lecturas, proponiéndose asaltar un tren, con tan mala suerte que es arrestado en cuanto sube al coche del expreso, donde se encontraba la caja fuerte. Lejos de sentirse molesto o indignado contra sus captores y el fiscal que lo condena, dirige las aristas de su ira contra los autores de los folletines, por no haber tenido la honestidad de brindarles a sus lectores algo así como una patente de corso que les asegurara salir indemnes de los intentos de imitar las acciones de los protagonistas. Pero sus desventuras no terminan ahí :  a pocas semanas de su reclusión se desborda el Río Mississippi, provocando un vendaval que amenaza con engullir a los convictos y a las autoridades de la prisión.   Nuestro hombre (al que conocemos con el nombre del “penado alto”, para diferenciarlo de los otros convictos) se ve de repente remando en un esquife junto con uno de sus compañeros de prisión, quien desaparece de golpe, devorado por el furor de las aguas. La vertiginosidad en que transcurre el relato propicia no pocas veces que el lector no esté en condiciones de discernir si está escuchando las desventuras del convicto en primera persona (hablando con sus compañeros de prisión, una vez que termina el desastre) o si más bien está siguiendo paso a paso las maniobras que despliega el protagonista con tal de librar los cientos de obstáculos que encuentra en su periplo. Cuando menos espera, el convicto se tropieza con la mujer a la que se le pide rescatar, sin advertir la “deforme hinchazón de su vientre”. Pese a que ella se convierte en una carga, él cumple al pie de la letra su propósito de salvarla. En ningún momento se establece algún tipo de vínculo emocional entre ambos : él se limita a seguir esquivando las aguas enfurecidas, cual si ella fuese sólo una sombra o un bulto. No sabemos cuántos días y noches transcurren hasta que logran arribar a tierra : es entonces cuando él escuchar el  primer vagido del niño. Una vez a salvo, el convicto y la mujer pasan unos días trabajando en un aserradero. Creyendo las autoridades del penal que aquel ha decidido fugarse lo detienen, agregando otros diez años a su condena.  *      *     * Ahora bien :  ¿hay algún vínculo entre ambos relatos? La respuesta es muy difícil. No faltó algún crítico que aventuró la hipótesis de que el relato “El Viejo” lo escribió Faulkner sólo con el propósito de que The Wild Palms no pareciera una novela corta, cuestión que en ese tiempo no era muy bien vista en el mundo literario:  se pensaba que toda novela digna de este nombre tenía que distinguirse por un robusto número de páginas. Michael Millgate ––uno de los críticos más lúcidos de Faulkner–– considera que sí hay vínculos. Escribe al respecto: “Sea cual fuera la historia de la novela, ésta debe ser discutida e interpretada tal como se encuentra publicada, y es evidente que el método estructural de Faulkner nos obliga a reconocer ciertos pa ralelos y ciertas inversiones de tipo temático y narrativo entre una y otra parte de la obra. Wilbourne y el Reo Alto parten de situaciones similares :  ambos se encuentran seguros y contentos, aunque no exactamente felices, en las sencillas, espartanas, ordenadas, casi monacales y controladas vidas del hospital, por un lado, y de la cárcel, por el otro…Tienen aproximadamente la misma edad ––Wilbourne tiene veintisiete, y el reo unos veinticinco–, y al comienzo de sus historias ambos han abjurado del sexo, el reo por necesidad, y Wilbourne por lo que quiere considerar necesidad; sin embargo, circunstancias insólitas… conducen a ambos al rompimiento con la vida acostumbrada y el inicio, en compañía de una mujer extraña, de una aventura extraordinariamente variada y violenta”  2    Todo indica que sí existen paralelismos o, si se quiere, cierto contrapunto. En ambos relatos tenemos a dos individuos arrostrados por el torbellino del destino, teniendo a su lado a sendas mujeres, embarazadas, por cierto. Charlotte decide abortar debido a su visión trágica, desgarrada, de la vida. La otra –cuyo nombre nunca sabemos–– es una mujer llena de energía y de fuerza, que decide parir pese a todas las adversidades que se le presentan (comenzando por la inundación). Los protagonistas masculinos ––pese a sus diferencias––  son seres desarraigados, sin un ancla que les permita sostenerse frente al vendaval del destino. Por momentos parecen creer (sobre todo Wilbourne) que las mujeres que los acompañan les permitirán superar sus debilidades, sus infatuaciones pero, lejos de ello, se percatan que son incapaces de comprenderlas 3 . El título original que intentó darle Faulkner a la novela fue “Si te olvidara, Jerusalén…” (frase tomada del Salmo 137, 5), pero al parecer no fue del agrado de los editores, quienes prefirieron el de The Wild Palms, decisión afortunada si tomamos en cuenta que las decenas de alusiones a las palmeras distan mucho de ser simples referencias del paisaje, sino más bien se antojan testigos mudos del drama que envuelve a los protagonistas. Véanse, por ejemplo, frases como estas :  “Pudo oír ahora el chocar de las palmeras invisibles, el salvaje ruido seco que hacían”, “pudo oír las palme
ras susurrando y silbando otra vez como estuviera tiñéndolas un soplador de arena…”, “pero después de todo la memoria podía vivir en las viejas entrañas jadeantes: y ahora la tenía a mano, irrefutable y clara y serena, mientras la palmera golpeaba y murmuraba, seca y salvaje”.  *     *    * Al despertar de la lectura de Las Palmeras Salvajes ––y digo esto porque la novela me dejó quasi hipnotizado– me asaltó de nuevo la interrogante:  ¿Cómo es que Borges decidió traducir una obra tan alejada de su mundo, resplandeciente de orden y perfección? (Aun no me acuciaba la duda: ¿tendría algo que ver su versión con la belleza de la prosa que rezuma la novela? Sobre esto volveremos más adelante). Tal interrogante no era casual: la novela es realmente terrible, tan terrible o más que Absalón, Absalón y Réquiem por una Monja,  obras en las que Faulkner llega a extremos inauditos en lo referente al descenso a las profundidades oceánicas de las degradación, sin que percibamos, desde luego, el menor atisbo de desprecio a la condición humana : por el contrario, pareciera que a medida que nos acerca al infierno más nos aproxima a la redención, sobre de las criaturas más débiles y exánimes. Así, al final de Sonido y Furia, al hacer referencia a los personajes, escribe Faulkner :  “Estos otros Compson eran negros :  T.I. (Beale Street), Froney, Luster, Dilsey … Ellos perduraron”.      En lo que sería una apoteosis de la redención, en  el último párrafo de Las Palmeras Salvajes, Wilbourne exclama: “Entre el dolor y la nada, prefiero el dolor” (Borges traduce pena en lugar de dolor). En términos parecidos, uno de los personajes de la novela Una Fábula (1950), piensa: “… si ellos sufrían no era por la humillación sino simplemente a causa del dolor, cuya única alternativa era la nada y, entre el dolor y la nada, sólo los cobardes eligen la nada”. ¿Podemos imaginar a Borges inmerso en esa obra, máxime tomando en consideración el rechazo que experimentaba hacia la novela como género literario? 4 . “En la época en que tradujo Las Palmeras
Salvajes –observa Leah Leone–– Borges había comenzado a publicar sus famosas Ficciones, como Pierre Menard, autor del Quijote, en 1939, y Tlön, Uqbar, Orbis y Tertius, y las Ruinas Circulares, en 1940; con estos cuentos inicia una estética que privilegia la trama por encima de todo, empleando a sus personajes como funciones narrativas, objetos necesarios para llevar a cabo la acción, no sujetos con los que un lector pueda identificarse”  5 . Esa observación –interesantísima, por lo demás– incrementa nuestra curiosidad acerca de los motivos que llevaron a Borges a traducir The Wild Palms, obra que, a diez años de su publicación, se contaba entre las nueve novelas acusadas de obscenidad por el Estado de Pennsylvania en 1948.  Y, como todo mundo sabe,  el escritor argentino no se caracterizaba, precisamente, por su ausencia de pudor, rasgo que heredó de su madre, cuyo puritanismo victoriano era proverbial. Algunos críticos (entre ellos la citada Leah Leone) comentan que Borges tradujo el libro simplemente por motivos económicos, ya que en esos años sustentaba su sueldo traduciendo ––para la editorial Sudamericana––  novelas inglesas y francesas (de autores como Herman Melville, Henri Michaux, André Gide y Virginia Wolf. Tal versión me parece poco creíble: hasta donde llega nuestra información, el autor de Ficciones no era precisamente un individuo al que afligiesen las penurias económicas dado que provenía de una familia acomodada  6 . Aún en el supuesto de que sí enfrentase ese tipo de problemas, ¿acaso no tuvo la posibilidad de traducir otras obras de Faulkner más accesibles y, sobre todo, menos controvertidas? Si tomamos en consideración, asimismo,  las complejidades técnicas de The Wild Palms – mismas que dificultan enormemente su lectura––  más aumenta nuestra curiosidad acerca del por qué Borges decidió traducirla. Él mismo, en una reseña publicada en la revista El Hogar (1939), se quejó de sus “incómodas y exasperantes novedades técnicas”, por lo cual calificó a esa novela “como la menos apta para conocer a Faulkner”  7 .
Entonces, de nuevo nos preguntamos, ¿por qué la tradujo? La respuesta que dan algunos críticos a ese ––por el momento no encontramos otro vocablo más adecuado–- enigma es “edípica” :  ¿por qué decimos esto? ¡porque le atribuyen a la madre de Borges haber sido la verdadera responsable de la traducción!,  cuestión que desliza éste en su Ensayo Autobiográfico 8 . A nuestro parecer el gran error en que incurren dichos críticos es tomar en serio lo que dice Borges, perdiendo de vista que  éste solía divertirse –de manera ingeniosa, desde luego– a costa de todo mundo y de sí mismo.  Georg Steiner, tal vez el crítico más inteligente de nuestro tiempo, señala que la fabulosa erudición de Borges lo llevan a un “desdén por lo establecido” :  “Sea cierto o no que esté «puesto ahí simplemente como una especie de broma privada», el tejido de alusiones bibliográficas, etiquetas filosóficas, citas literarias, referencias cabalísticas, acrósticos matemáticos y filológicos que pueblan los relatos y poemas de Borges es evidentemente crucial para su manera de experimentar la realidad” 9 . El relato Pierre Menard, autor de El Quijote –sobre el que volveremos más adelante–-  es un ejemplo de esa “broma privada”. Y, a veces, no pocas de sus afirmaciones  rozan el chiste, como leemos en su Ensayo Autobiográfico : (p. 239): “Cuando más tarde leí Don Quijote (en castellano) me pareció una mala traducción”  10 .  Una forma de constatar lo que dice Steiner es revisando los escritos de Borges en los que, no propiamente hablando se desdice de determinados juicios o afirmaciones sino, más bien, los torna más problemáticos o complejos. Así, por ejemplo, no deja de asombrarnos los comentarios que escribe sobre Faulkner en su libro Introducción a la Literatura Norteamericana, mismos que contrastan con  las opiniones que expresó acerca de The Wild Palms en la revista citada. En dicho libro describe a Faulkner como “un hombre de genio, si bien de genio deliberado y casi perversamente caótico”. Y agrega una observación desconcertante : “El ímpetu alucinatorio de Faulkner suele no ser indigno de Shakespeare. Un reproche fundamental cabe hacerle. Diríase que Faulkner considera que a este laberíntico mundo corresponde una técnica literaria no menos laberíntica” 11 . Nos preguntamos en voz alta: ¿constituye el comentario anterior una crítica o un homenaje a Faulkner?... Más allá del reproche acerca de su “técnica literaria laberíntica”, ¿no erige un pedestal al escritor norteamericano al decir que “su ímpetu alucinatorio no es indigno de Shakespeare?” …El simple hecho de compararlo con éste, ¿no implica un reconocimiento inequívoco a su talento? No era, por cierto, la primera vez que Borges exaltaba la figura de Faulkner, en medio de aparentes cuestionamientos. Así, comentando la novela ¡Absalom, Absalom!, en el misma revista El Hogar (22 de enero de 1937) escribió : “Sé de dos tipos de escritor: el hombre cuya central ansiedad son los procedimientos verbales; el hombre cuya central ansiedad son las pasiones y trabajos del hombre. Al primero lo suelen denigrar con el mote de «bizantino» y exaltar con el nombre de «artista puro». El otro, más feliz, conoce los epítetos laudatorios «profundo», «humano», «profundamente humano» y el halagüeño vituperio de «bárbaro». El primero es Swinburne o Mallarmé; el segundo, Céline o Theodore Dreiser. Otros, excepcionales, ejercen las virtudes y los goces de ambas categorías. Victor Hugo anota que Shakespeare contiene a Góngora; podemos observar que también contiene a Dostoievski... Entre los grandes novelistas, Joseph Conrad fue acaso el último a quien le interesaron por igual los procedimientos de la novela, y el destino y el carácter de las personas. El último, hasta la aparición tremenda de Faulkner (…) Faulkner gusta de exponer la novela a través de los  personajes. El método no es absolutamente original –-El  anillo y el libro de Robert Browning (1868) detalla el mismo crimen diez veces, a través de diez bocas y de diez almas-–,  pero Faulkner le infunde una intensidad que es casi  intolerable. Una infinita descomposición, una infinita y  negra carnalidad hay en este libro de Faulkner. El teatro es  el estado de Mississippi: los héroes, hombres  desintegrados por la envidia, por el alcohol, por la soledad,  por las erosiones del odio (…)¡Absalón, Absalón! es equiparable a El sonido y la furia.  No sé de un elogio mayor”  12 . ¿Se observa el reconocimiento al  talento de Faulkner, pese al aparente desdén? Estamos lejos de insinuar que en ese tipo de ambigüedades o contradicciones subyace la clave que orilló a Borges a traducir The Wild Palms, empero, pensamos que nos proporcionan elementos valiosísimos para pensar, al
menos,  que estaba muy lejos de ser sincero en sus afirmaciones respecto a las “exasperantes e incómodas novedades técnicas”’ de esa novela, y en general respecto a la obra de Faulkner.   *  *  * Pero bien, volviendo a la traducción borgeana de The Wild Palms, ya es del conocimiento público que la misma fue muy aplaudida en Latinoamérica, sobre todo por parte de autores como Juan Carlos Onetti, Gabriel García Márquez, José María Arguedas y Guillermo Cabrera Infante. Nadie cuestionó la traducción, dándose por hecho que era impensable la posibilidad de que existiera otra mejor, del mismo modo –– guardando las distancias–– que nadie, hasta el momento, ha osado cuestionar la traducción de Julio Cortázar de las Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. No fue sino hasta 1978 que Emir Rodríguez Monegal, en su biografía de Jorge Luis Borges 13 , lanzó la “provocación” de sostener que Las Palmeras Salvajes era mejor que The Wild Palms. Desde luego, tratándose de un crítico tan inteligente, no somos tan ingenuos como para pensar que lo dijo en serio: obviamente lanzó un “guiño” destinado al mismo tiempo   a aplaudir y cuestionar la traducción. Curiosamente tal “provocación” fue tomada en serio por algunos críticos, entre ellos María Elena Bravo y Frances Aparicio, quienes en sendos escritos –aparecidos, respectivamente, en 1985 y 1991– afirmaron que  en efecto Borges había mejorado el estilo del original, corrigiendo “las torpezas de la prosa de Faulkner de las que tantos críticos se habían quejado”  14 . Estamos convencidos de que Borges habría prorrumpido una sonora carcajada de haber escuchado tal comentario. Ciertamente –todo parece indicar-- decidió crear su propia versión de The Wild Palms (realizando una operación muy parecida a la que despliega en su celebérrimo relato Pierre Menard, autor del Quijote 15  con la diferencia, desde luego, de que no se limitó a “reescribir” –palabra por palabra– una novela idéntica a aquella, sino una que fuese más afín a sus inclinaciones artísticas, empero, sin pretender ––y en esto discrepamos de Rodríguez Monegal (más allá de su “provocación”)— elaborar una obra “superior” a  aquélla.  En ese sentido, fue totalmente fiel a su idea de que toda traducción implica una re-creación, idea que desarrolló en algunos de sus escritos más polémicos. Así, en su ensayo “las versiones homéricas” escribe: “Ningún problema
tan consustancial con las letras y con su modesto misterio como el que propone una traducción. Un olvido animado por la vanidad, el temor de confesar procesos mentales que adivinamos peligrosamente comunes, el conato de mantener intacta y central una reserva incalculable de sombra, velan las tales escrituras directas. La traducción, en cambio, parece destinada a ilustrar la discusión estética” 16 .   De ahí que no nos sorprenda que en no pocas ocasiones altere el original, sobre todo cuando considera necesario “corregir” el exceso de fuerza y “virilidad” de Charlotte, y el exceso de pasividad y de falta de carácter y energía de Wilbourne, dado que ello alteraba los papeles tradicionales del hombre y de la mujer 17 . También decidió suprimir palabras  que quizás ––pensó— resultaban inapropiados o demasiado vulgares. Lo primero que advirtieron los críticos fue la supresión del vocablo  “shit” en la última línea del relato El Viejo, misma que equivale en castellano a “carajo”, o “demonios”.  Se trata del párrafo donde el convicto exclama: “Women…shit!”  (¡Mujeres….carajo!). Borges se limita a traducir:  “¡Mujeres!...Hay varias interpretaciones al respecto. Algunos sostienen que Borges suprimió tal palabra por razones de puritanismo. Otros piensan que se debió más bien al hecho de no haberse basado en el original, editado por Random House, sino en la edición inglesa realizada por la editorial Chatto & Windus, en la que se eliminaron  diversos vocablos (como shit) considerados como “malsonantes”. En no pocas ocasiones corrige olímpicamente párrafos enteros. Así, en un pasaje de The Wild Palms, un personaje (Mc Cord) dice: “Si me toca la desgracia de tener un hijo, yo mismo lo voy a llevar a una limpia y bonita casa de putas cuando cumpla 10 años” (If I am ever unlucky enough to have a son, I’m going to take him to a nice clean –whore-house myself on his tenth birthday).  Borges traduce : “Si me toca la desgracia de tener un hijo….” ( Como puede observarse, ¡se devora varias líneas!). Los ejemplos mencionados, aunque sean los que más resaltan a simple vista, no son sin embargo los que más desnaturalizan el texto original. Las alteraciones más notables (que por lo general se pasan por alto) las encontramos en los pasajes en los que Faulkner irrumpe o se entromete en el pensamiento de los personajes. Véase, por ejemplo, el pasaje (casi al final de la novela) en el que el doctor que atiende a Charlotte –– cuando está a punto de desangrarse–– le recrimina a Wilbourne su parti
cipación en el aborto (aunque a última hora  decida echarse atrás). Éste reconoce su culpa, lo que cual propicia que el aquél exclame: –––¿Qué? ––(dice el doctor) . ¿Usted, usted mismo? Pero yo creí que usted era el…. Eso traduce Borges. En el texto original Faulkner escribe:  –– What? He said. You? You did it? ¿Yourself? But I thought you where the…. Enseguida el autor se entromete, sustituyendo el pensamiento del doctor:  I thought you where the lover was what he meant (Yo creí que usted era el amante eso fue lo que pensó).  Y prosigue el doctor :  I thought you were the one who  -aquí lo interrumpe el autor-- : because what he was thinking was This is too much!  There are rulest! Limits To fornication, adultery, to abortion, crime and what he meants (esto lo dice el autor como si lo pensara el doctor) was to that of love and passion and tragedy which is allowed to anyone to anyone last he because as God has suffered likewise all that Satan can haven known. Borges, en lugar de permitir que el autor se entrometa en la conciencia de los personajes, traduce como si todo el tiempo fuesen ellos quienes estuviesen pensando. Como puede verse, Borges no se limita a traducir literalmente, sino interviene cual si fuese el autor. ¡Y vaya que lo logra! De este modo, en síntesis, Borges escribió una novela intitulada Las Palmeras Salvajes, muy parecida –pero a la vez distinta–– a The Wild Palms, de William Faulkner.  ¿Por qué decimos que “distinta”? Porque las “complejidades técnicas” que desdeña Borges no son –perdón por la redundancia— simples cuestiones “técnicas”, sino una expresión inequívoca de las exasperantes angustias o vivencias de los personajes, o una expresión –como escribió Albert  Camus, refiriéndose al estilo de Faulkner- del “jadeo del sufrimiento” ( 18 ).  Escribe al respecto :  “El estilo de Faulkner, con el aliento entrecortado, las frases interrumpidas, retomadas y prolongadas repetidamente; las incidencias, los paréntesis y las cascadas de oraciones subordinadas, nos proporciona un equivalente moderno, y en absoluto artificial, del parlamento trágico. Es un estilo que jadea, con el jadeo mismo del sufrimiento. Una espiral, interminablemente devanada, de palabras y frases, transporta a quien habla a los abismos de los sufrimientos amortajados en el pasado” 18.  En cierta ocasión Jean Paul Sartre escribió :  “Toda técnica encierra una concepción” 19 .    Esto es válido para Faulkner :  sus “complejidades técnicas” encierran una visión trágica, desgarrada. En ese sentido, su prosa “caótica” o “exasperante” –al decir de Borges- no es casual : tiene que ver con el interior de sus personajes. En ese sentido, pues, es absurdo sostener que Las Palmeras Salvajes es “superior” a The Wild Palms. Cierto : si nos limitamos a la belleza de la prosa, o, si se quiere, a  la  ausencia de las “exasperantes complejidades técnicas” que predominan en la segunda, tal vez no pocos lectores  (sobre todo de nuestro hemisferio) prefieran la primera. Empero, pienso que está muy lejos de la profundidad y del sentido trágico del original. Con ello estoy muy lejos de sugerir que Borges traicionó a Faulkner : no, de ningún modo…Simple y sencillamente pienso que decidió escribir, reitero,  una novela más acorde con su visión acerca de la novela y de la traducción. NOTAS (*)  Este trabajo forma parte del segundo tomo del libro Faulkner entre Nosotros, en preparación. (1)  Bravo, María Elena, “Nadie traduce como Borges”,  En  “Borges, traductor :  el caso de The Wild Palms, de William Faulkner”, en Insula 40 (462), págs.11, 12. 2 Millgate,  Michel, Prólogo a Las Palmeras Salvajes, en William Faulkner, Obras Completas, Editorial Aguilar, España, 2004, Tomo IV, pág. 281. 3 Faulkner fue muy renuente respecto a la relación entre ambas historias.  La única vez que habló al respecto ––hasta donde llega nuestra información—escribió : “Aquello era una historia: la historia de Charlotte Rittenmeyer y Harry Wilbourne, que lo sacrificaron todo por el amor y después perdieron eso. Yo no sabía que iban a ser dos historias separadas sino después de haber empezado el libro. Cuando llegué al final de lo que ahora es la primera sección de Las Palmeras Salvajes, comprendí súbitamente que faltaba algo, que la historia necesitaba énfasis, algo que la levantara como el contrapunto en la música. Así que me puse a escribir ‘El Viejo’ hasta que Las “Palmeras Salvajes volvió a ganar intensidad. Entonces interrumpí ‘El Viejo’  en lo que ahora es su primera parte y reanudé la composición de Las “Palmeras Salvajes hasta que empezó a decaer nuevamente. Entonces volví a darle intensidad con otra parte de su antítesis, que es la historia de
un hombre que conquistó su amor y pasó el resto del libro huyendo de él, hasta el grado de volver voluntariamente a la cárcel en que estaría a salvo. Son dos historias sólo por casualidad, tal vez por necesidad. La historia es la de Charlotte y Wilbourne….” . Citado por Silvia Graciela Domínguez en “Faulkner, Las Palmeras Salvajes”, en Tantalia, La Palabra en el umbral, 11/04/2016. 4  Según Herbert E. Craig, “la oposición de Jorge Luis Borges a la novela como género fue explícita, además de implícita”. Y cita, al respecto, una confesión de éste en su  Ensayo autobiográfico : “En el decurso de una vida dedicada principalmente a los libros he leído pocas novelas, y en muchos casos sólo un sentido del deber me ha permitido llegar a la última página. A la vez, siempre he sido un lector y un relector de cuentos”. Vid. Herbert E. Craig,  La novela de Proust / Ts’ui Pên, según Borges, https://www.borges.pitt.edu/sites/ default/files/Craig.pdf. 5  Leah Leone, “Faulkner, Borges, and the translation of The Wild Palms: the evolution of Borges’s theory concerning the role of the reader in the game of literatura”. En  The free library, http://www.thefreelibrary.com/Faulkner,+Borges,+and+the+translation+of+The+Wild+Palms%3A+the...-a0212034109 6 Vid. Rolando Costa Picazo, Jorge Luis Borges, Breves datos biográficos.  http://www. palermo.edu/ACI/trabajos/Rolando-Costa-Picazo.pdf. 7 Cita tomada de Charles Hatfield, “El silencio es elocuente”, en Bar, Buenos Aires Review, http://www.buenosairesreview.org/ es/2015/07/el-silencio-es-elocuente/.   La frase completa es la siguiente: “En las obras capitales de Faulkner –en Luz de agosto, en El sonido y la Furia, en Santuario– las novedades técnicas parecen necesarias, inevitables. En The Wild Palms son menos atractivas que incómodas, menos justificables que exasperantes”. El  Hogar,  mayo 5,  1939, 8 Es el caso, por ejemplo, de  Douglas Day, en “Borges, Faulkner, and the Wild Palms”,  VQR, A National Journal of Literature & Discussion, Volume 92/3, summer, 2016.     En su “Autobiographical Essay” (dictado  en inglés a su colaborador y traductor Norman Thomas di Giovanni durante los primeros meses de 1970, y publicado por The New Yorker en septiembre de ese mismo año), Borges escribió, refiriéndose a su madre : “Desde que aprendió el inglés a través de mi padre, casi todas sus lecturas han sido en esa lengua. Después de la muerte de mi padre, como era incapaz de fijar la atención
en la página impresa, tradujo La comedia humana de William Saroyan para lograr concentrarse. La traducción encontró editor, y por ese trabajo recibió un homenaje de una sociedad armenia de Buenos Aires. Más tarde tradujo algunos cuentos de Hawthorne y uno de los libros sobre arte de Herbert Read. Hizo también algunas de las traducciones de Melville, Virginia Woolf y Faulkner que se me atribuyen”. http://www.ignaciodarnaude.com/textos_diversos/Borges,Autobiografia(1899-1970).pdf 9  Georg Steiner, “Tigres en el Espejo”, incluida en Extraterritorial, trad. de Edgardo Russo. Madrid, Siruela, 2002. http://borgestodoelanio.blogspot.mx/2015/09/george-steiner-tigres-en-el-espejo-1970.html 10 Borges, Jorge Luis, Ensayo Autobiográfico, Op. Cit., Pág. 239 11  Jorge Luis Borges, Introducción a la Literatura Norteamericana, Emecé, Argentina, 1997, págs.. 80, 81. La primera edición de este libro fue en 1967 (las cursivas son nuestras). 12 Vid., http://jorgeluisborges.gipuzkoakultura.net/jorge_luis_borges_faulkner_eu.php (las cursivas son nuestras). 13  Emir Rodríguez Monegal, Borges: una biografía literaria. Fondo de Cultura Económica, México, 1987, Colección Tierra Firme. 14  Cita tomada de Leah Elizabeth Leone, en Op. Cit. 15  Escribe Beatriz Sarlo que en Pierre Menard,  “Borges destruye, por un lado, la idea de identidad fija de un texto; por el otro, la idea de autor; finalmente, la de escritura original”. Vid.Borges, un escritor en las orillas, Seix Barral,  Argentina, 2003, pág. 71.   Ana Gargatagli y Juan Gabriel López comentan :   “Contradiciendo todas las convenciones, Borges se niega a otorgar primacía alguna al original y lo relega, al igual que en la confusión de identidades entre autor y personajes, a ser un elemento más en la ronda de posibilidades a lo largo del tiempo y el espacio. Hablando del Vathek de Bedford, dirá: “El original es infiel a la traducción”. Vid. “Ficciones y teorías en la traducción: Jorge Luis Borges”, en Guix Livivs N°1, 1992, pp.57-67.    Leah Leone observa: The most salient aspect of “Pierre Menard, Author of the Quixote” is precisely this: that reading is more central to a text’s intellectual “life” than its writing and that, consequently, a reader is more important to a text than its writer.
16 Jorge Luis Borges, Discusión, Alianza-Emecé, España, 1986, pág. 89. 17  Al respecto, Leah Leone escribe  que en Las palmeras salvajes Borges intervino sobre todo en el dibujo de los personajes, cuyas personalidades, tan radicalmente fuera de la norma sexual, le habrían parecido demasiado increíbles o demasiado inapropiadas. Los protagonistas, Harry y Charlotte, mostraban características estereotípicamente atribuidas al otro sexo, pues él es pasivo y dependiente y ella brusca y voluntariosa. Esta inversión de los roles tradicionales fue eliminada en la traducción; la técnica más notable para reafirmar la heteronormatividad de los personajes es el intercambio en el diálogo de los personajes de modo que Harry dice las cosas más directas y Charlotte las más pasivas. A través de este intercambio, Borges logró normalizar las subversivas representaciones de género de Faulkner y todas las repercusiones psicológicas que implicaban, a la vez que desplazó el texto de una historia de amor trágico a un cuento detectivesco. Con Harry ocupando su rol tradicional de hombre, Borges se sintió libre de agregar elementos de violencia y suspense que le eran vedados con una mujer como la persona dominante de la pareja.  Op. Cit. 18  Nos basamos en la edición de The New American Library, New York and Toronto, USA, 1968.  Se supone que la misma reproduce fielmente la edición original de 1939, de Random House, 1939. 18 Camus, Albert, Camus, Albert, Théâtre, récits, nouvelles, La Pléiade. Hay una versión al español de dicho ensayo, publicado por la Gazeta de la Universidad Veracruzana, abril 2002, Nueva época, No. 52. Camus escribió esta reflexión a propósito de su adaptación teatral de la novela de Faulkner Réquiem por una monja. 19  Sartre escribió : “Salta a la vista que la metafísica de Faulkner es una metafísica del tiempo (…) El pasado nunca está perdido —por desgracia—, está siempre presente, es una obsesión. No se evade del mundo temporal sino por medio de los éxtasis místicos (….) Para Faulkner, hay que olvidar el tiempo (…) Me temo que lo absurdo que encuentra Faulkner en la vida humana lo haya puesto él en ella de antemano. No es que sea absurda, pero tiene otra absurdidad (…) La desesperación de Faulkner me parece anterior a su metafísica; para él, como para todos nosotros, el porvenir está cerrado”. Vid. Sartre, Jean Paul, “A propósito de El Sonido y la Furia, la temporalidad en Faulkner

Fidel murió cuando él i la naturaleza quisieron i no cuando los gringos deseaban


Oseas Camarillo López
| Ex Nihilo Nihil Sábado 3 de diciembre de 2016

Si nosotros hubiésemos vivido en la época de la independencia de México, o sea, en 1810, hubiéramos vivido los aconteceres actuales i opiniones encontradas sobre la muerte del licenciado Fidel Castro Ruz. ¿Qué pensaba el virrey de aquella época con respecto de los líderes de la independencia de México, o sea, Hidalgo, Aldama, Abasolo, la corregidora Morelos, etcétera? Pues esos gobernantes de la denominada Nueva España vertían sus palabras, frases i oraciones en contra de los que encabezaron dicho movimiento. Lo mismo sucede cuando los jefes emancipadores que ha habido en diferentes pueblos, como en Sudamérica en la misma época de Hidalgo, como: Bolívar, Sucre, San José de San Martín, O`Higgins, José Martí, etcétera. Los gobernantes poderosos vertieron expresiones negativas contra todos los libertadores de nuestras naciones; o sea, que los poderosos que tienen en un momento el poder económico lanzan vituperios i escarnios contra los hombres que encabezan movimientos revolucionarios en pro de las clases desprotegidas; lo mismo puede decirse de los detractores de Jorge Washington, padre de la independencia de los EEUU. O sea, el Imperio inglés también lanzó diatribas contra dicho independentista. Por lo anterior vemos que extrapolando las épocas, ahora con el fallecimiento del señor Fidel Castro encontramos las mismas contradicciones entre los que hemos admirado al combatiente de la Sierra Maestra i los poderes económicos i de comunicación que existen en los EEUU en los países desarrollados i en nuestro país. Los ricos i los menos informados despotrican contra el jefe de la Revolución Cubana, Televisa es un medio de comunicación que encabeza sus críticas negativas en contra del comandante, o sea, como siempre “ven la paja en el ojo ajeno sin ver tremendo tronco en los suyos”; los noticiarios i programas como “la hora de opinar” se llena la lengua o mejor dicho la boca para despotricar contra el sistema social cubano, como siempre, hablan de la falta de la libertad de expresión en la isla i de lo cuidadoso que es el sistema de inmigración cubano. Pero les decimos; comparen con datos estadísticos la situación socio económica política de Cuba con México; según la UNICEF, Cuba es el único país del mundo subdesarrollado donde ningún niño muere por hambre; el nivel de estudios por grado escolar es mejor en Cuba que en nuestro pobre país. Hay más médicos por habitante en la Isla Roja del Caribe que en México; la medicina preventiva es más exitosa en Cuba que en nuestro pobre México. En la isla caribeña no existe el plagio de seres humanos, en México somos campeones en esto. En México tenemos libertad por tener miedo a salir a deshoras a carreteras i no así en Cubita la bella. Hay más fosas clandestinas en México que en otras partes del mundo. El robo, la extorsión son ya delitos que se han radicado en nuestro país. Allá no existen en gran cantidad los niños pidiendo caridad i sin escuela. Los limosneros en Cuba casi no existen, aquí abundan. Aquí en México fallece gran cantidad de habitantes por falta de atención. Allá no se ve este problema. En síntesis, viendo la pirámide de Maslow, Cuba tiene mejor desarrollo social que nuestro pobre México. Aquí el gobierno que han encabezado priistas i panistas son lacayos del gobierno de los EEUU. Si Trump nos insulta, el gobierno mexicano en tono blandengue contesta. Allá mientras el señor Fidel estuvo sano i ahora con el señor Raúl Castro han demostrado que es un país soberano, independiente, contestatario a cualquier ofensa que hicieron los 10 presidentes de EEUU en contra de Cuba. Sin embargo, la demostración máxima de lo que es una simbiosis entre pueblo i gobierno en el sentido de solidaridad, fue el llamado “Periodo Especial” cuando el pueblo cubano pasó una terrible crisis alimentaria, pero salieron de ella. Esto que mencionamos es prueba fehaciente del estoicismo de un pueblo que cree en su gobierno i que un gobierno cree en su pueblo. Fidel Castro murió cuando él i la naturaleza quisieron i no cuando a los EEUU se le dio la gana.

sábado, 14 de enero de 2017

Editorial


No al vandalismo sí a la dignidad nacional


Nadie defenderá lo que cada uno nosotros no sea capaz de defender por sí mismo, ni en lo individual ni en lo colectivo. Libertad y justicia se han erigido en ideales del ser humano y en aras de alcanzarlos la sangre ha corrido alrededor del planeta. La nación, nuestro México, se ha construido utilizando a la gente más desvalida quienes dentro de su ignorancia ofrendaron su vida en busca de la Independencia nacional hace más de dos siglos y participando en la Revolución Mexicana en 1910 desprendiéndose de este último hecho histórico, la Carta Magna que cumplirá un centenario este año de haber sido promulgada, violada y modificada infinidad de ocasiones, adecuada a intereses mezquinos de pequeños grupos de poder, quedando sólo algunos vestigios de los ideales que le dieron nacimiento. Los beneficios de estos eventos heroicos, estoicos, significativos, los hemos vivido, quizá también olvidado y con ese propósito se rescatan: gozamos de libertad e independencia gracias e ellos.
Recursos naturales y servicios han representado resultado de logros nada gratuitos. Negociaciones dolorosas para expropiación petrolera, desprendimientos entre iglesia y Estado, constitución empresas, patrimonio nacional: PEMEX –SE INSISTE-, Ferrocarriles Nacionales, Comisión Federal de Electricidad han sido sin duda, instituciones al servicio del pueblo, con alto costo social, político, económico, organismos originados, visualizados en necesidades, reclamadas entre otras expectativas para disminuir pobreza, marginación, ignorancia, creando niveles de vida dignos. En ellos han invertido recursos naturales, humanos, económicos del país. Las reservas no son inagotables requieren administración responsable.

Gobernados y gobernantes no son ni deben ser antagónicos, debe converger el interés social hacia un desarrollo económico, pero también un desarrollo social acorde a la situación prevaleciente en la nación hoy más que nunca, cuando la amenaza del presidente del país del norte establece el ejemplo: pugnará por políticas nacionalistas, para muestra el caso Ford Motor Company, porqué en cambio México se vende al mejor postor y lo peor vendido por aquellos que no son propietarios de él. La unidad nacional a través de acciones pacíficas, certeras, inteligentes posibilita mantener no únicamente la dignidad, también y lo más saludable: independencia, libertad, en consecuencia mayor justicia social. No a la violencia, no al vandalismo, no a estrategias pueriles, sí al aprovechamiento de capacidades y recursos de los mexicanos.

Las humanidades digitales y el oficio del historiador en México en la actualidad


Gerardo Yorhendi Ceballos Marín

La ciencia histórica siempre se ha desarrollado en unambiente multidisciplinario, en donde los historiadores crean y construyen conocimiento histórico retomando diversas fronteras metodológicas, innovando nuevas aportaciones e interpretaciones de los hechos históricos, de las concepciones de la sociedad y del pensamiento histórico, en este sentido,el historiador en la actualidad se enfrenta con una diversidad de recursos digitales para publicar sus avances de investigación, el cual, algunos desconocen y en el peor de los casos, los historiadores tienen apatía por el uso de las tecnologías de la información para uso didáctico y mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En la actualidad, el oficio del historiador ha dado una vuelta de 180 grados, esta necesidad de los historiadoresde publicar sus propuestas de investigación en beneficio de la sociedad, se ha vuelvo indiscutiblemente necesario, y que a pesar de las problemas existentes para incorporar las TIC en la educación actual, en este caso como instrumento para facilitar el proceso de edición y manejo de información, así como de estrategias de divulgación y de publicación de los resultados, coadyuva para publicar y difundir el trabajo académico de los historiadores.        
Entremos en tema, el historiador-docente o el historiador-investigador formado en los años 90´s es un inmigrante digital, en aquel entonces, la revolución digital estaba empezando a detonar y existía pocos o nulos centros de capacitación para enseñar a navegar adecuadamente en el internet. Los años 90´s fue una etapa muy difícil para impulsar proyectos educativos en donde se permitiera el uso de la navegación en la internet y de la búsqueda de la información a través –en ese entonces- de la web 1.0, de esta manera, damos cuenta que las políticas públicas educativas tenían la responsabilidad de impulsar proyectos para el uso de la web 1.0 a través de los modelos educativos actuales en México.
En el caso de los historiadores de los años 90´s en México, tenían la obligación y necesidad de incorporarse a centros de capacitación para el conocimiento, utilización y creación de recursos digitales complementando su labor académica como historiador/docente o historiador/investigador, debemos mencionar, que las universidades públicas –en ese entonces- no proporcionaban esa capacitación, esto obligaba al historiador, a buscar por su propia cuenta, dicha capacitación o en caso contrario, las instituciones universitarias creaban convenios con empresas especialistas del sector privado para dicha labor.    
Ahora bien, es pertinente la siguiente pregunta ¿Para qué capacitar a los historiadores en el ámbito digital? este planteamiento es la justificación del tema en cuestión.
Los historiadores nativos digitales de principios del siglo XXI ya estaban revolucionando la nuevas funciones académicas del historiador mediante la web 2.0, a pesar de ello, todavía existían muchos huecos que rellenar; en primer lugar, la poca capacitación de los historiadores inmigrantes digitales; en segundo lugar, la poca creatividad y planeación para desarrollar y aplicar los proyectos educativos digitales de los historiadores nativos, es decir, dentro de los años 2000 al 2010 –diez años aproximadamente-fue una época de experimentación de proyectos pilotos, fue una época de transición precaria en el ámbito de proyectos históricos digitales dentro de las universidades públicas del país, mencionemos un ejemplo, los repositorios institucionales digitales de las universidades publicas tuvieron su lanzamiento en los primeros años del siglo XXI con la web 2.0, en los últimos tres años existen alrededor de 50 repositorios –de diversa índole-- en la república mexicana con estándares de alta calidad de edición, impacto y científica.
De esta manera, damos cuenta que estos dos problemas no se podían soslayar, y necesariamente la urgencia de coadyuvar en la capacitación, planeación de proyectos educativos, y así, transformar el oficio del historiador para la mayor profesionalización de futuros historiadores en México y ofrecer nuevas alternativas del oficio y de abrir el campo profesional del historiador en la actualidad.    
El problema fundamental que exponemos a continuación es sobre la formación de los estudiantes de historia, de esta manera, planteamos la siguiente pregunta ¿En realidad las facultades de historia del país están formando verdaderos profesionistas de la ciencia histórica? al parecer la pregunta queda muy abierta y ambigua; en primer lugar, cada universidad pública del país es autónoma, se rige por su propio estatuto de pertenencia y laboral  para estudiantes y académicos de cada institución; en segundo lugar, cada universidad se rige por su propio sistema o modelo educativo universitario, esto radica de varios factores: del contexto social, cultural, geográfico, político y económico, perodesde una amplia perspectiva histórica, los programas académicos de las facultades de historia del país, están quedando obsoletas, y para contrarrestar esta problemática, mediante el diálogo y la adecuada comunicación en un ambiente académico, se tendría que pensar en reestructurar los programas académicos y pensar en incluir materias de innovación interdisciplarias, es decir:incorporar nuevas materias teóricas de diversas fronteras científicas-metodológicas; materias opcionales técnicas de innovación, creatividad, profesionalización de divulgación de las ciencias y de las artes, así como seminarios de investigación de frontera y epistemológicas, emprendimientos de proyectos históricos-culturales para el beneficio de la sociedad local y regional; de la creación de redes sociales a nivel estatal, nacional e internacional sobre nuevos proyectos creativos de investigación y divulgación; de la creación de asociaciones civiles para la discusión y promoción de la historia, en general, de la creación de proyectos que necesite cada región y en beneficio social.
Ahora bien, resulta pertinente la siguiente pregunta ¿Cómo lograr estas propuestas?  en primer lugar, existen desafíos que habrá que pensar y uno de estos desafíos radican principalmente en la falta de creatividad y practicidad en cada proyecto histórico, no debemos de descartar, la falta de precisión en los planteamientos del problema de cada investigación, este es el principal desafió que tendrá que superar cada historiador, no así,es importante mencionar, que la articulación de las tecnologías de la información y el oficio del historiador, está en su primera etapa, habrá que esperar y en su momento, las oportunidades de trabajo aumentará con la implementación de proyectos digitales entre la docencia, la investigación a través de metodologías de la computación combinándolas con el arte, para desarrollar, promocionar la historia en la actualidad, con valor agregado, con sentido ético, ecopedagógico e innovador.
Tenemos que fortalecer los programas curriculares de las facultades de historia del país ¿Cómo? desde sus propias circunstancias históricas de cada institución a través de sus políticas públicas educativas estatales, de sus modelos educativos universitarios, de las autoridades educativas, alumnos, empresarios, gobiernos estatales y de todos los gremios productivos, es decir,mediante el diálogo, buscar alternativas y las posibilidades para alcanzar la necesidad histórica que reclama la sociedad y que habrá que atender.     


POLÍTICA EN LA PERIFERIA, EL DEBATE DE LAS IDEAS


Jesús Jiménez Castillo
Celebro con profundo agrado la invitación que nos han hecho las autoridades de esta institución para presentar el libro del maestro Marcelo Ramírez, titulado “Política en la periferia, el debate de las ideas”. Esta obra es un testimonio muy importante de las tareas que se realizan en este Centro Regional de Educación Superior “Paulo Freire”, cuya rectoría está, precisamente, a cargo de nuestro autor, con el apoyo de un equipo de trabajo altamente calificado que hace posible su funcionamiento, principalmente la participación entusiasta de su director académico, maestro Reynaldo Ceballos Hernández.
La presentación que hacemos del libro del maestro Marcelo, más que un acto promocional, constituye un acto académico, pues la elaboración y edición de este libro: “Política en la periferia”, no se pueden disociar de las actividades educativas que se han venido realizando en la institución que hoy nos cobija. En este sentido, las funciones de enseñanza, investigación y difusión del conocimiento, alcanzan su mayor concreción en la producción de obras que, como los libros, sintetizan ese propósito.
Sabemos que las ideas y contenidos de los documentos escritos, y así lo reconocen los estudiosos, es la puerta más amplia para ingresar al mundo en que vivimos, es la manera de realizar un acercamiento al devenir existencial de la vida humana. Sin libros, sería difícil entender el ser histórico que conforma nuestra naturaleza: el pasado, las vivencias, las relaciones, los valores, las esperanzas, creencias, conocimientos, incluso el sentido de la propia vida y la edificación de nuestra cultura. Por eso, en mi opinión, es importante y trascendente la producción de libros.   
La colección “Kairos, textos de cultura, política y educación”, a la que pertenece el libro del maestro Ramírez, es parte del proyecto editorial que desarrolla la Dirección Académica del CRES “Paulo Freire”, y cuya finalidad es difundir, entre los jóvenes estudiosos y los amantes de la cultura, una serie de textos, incluido el que ahora presentamos, sobre diversos campos del saber, que contribuyan a la comprensión de las grandes transformaciones culturales del hombre contemporáneo, empezando por su educación.
En relación con la obra del maestro Marcelo Ramírez, podemos decir que es un hombre que ha dedicado su vida a la realización de una tarea intelectual y de participación en nuestra vida social, que comprende campos del saber, para él para él esenciales, que tienen como referente la educación, la filosofía y la política. Y asumidas estas actividades como una forma de ver, experimentar y orientar el curso de su vida; como una práctica del existir humano y su finalidad principal: aprender y saber para la vida. Marcelo Ramírez representa el arquetipo del hombre congruente y coherente con su ser y pensamiento. Sus obras no son propuestas proselitistas o idealistas, sino, una forma de ver el mundo desde una perspectiva ética y de compromiso consigo mismo. En ello radica su valor y virtud.
Justamente, a propósito de las ideas del maestro Ramírez, quiero mencionar lo dicho por la filósofa alemana, Hannan Arendt, en uno de sus escritos sobre Sócrates, en él se refiere a la alegoría expresada por Hegel en su Filosofía del derecho: “la lechuza de Minerva levanta su vuelo solamente al caer el crepúsculo”. El filósofo, asienta Arendt, aplicó erróneamente dicha alegoría para sugerir la concepción de la filosofía como el estudio o indagación de lo acontecido, es decir, como una idea de la filosofía de la historia. No obstante, lo inadecuado de la figura literaria en cuestión, es una bella alusión a la sabiduría, y la traigo a colación porque, precisamente, el maestro Marcelo es un hombre que ha alcanzado la madurez de un intelectual experimentado y sabio. Sus escritos son el resultado de muchos años de vivencias y estudios que le dan una solidez a sus ideas y forma acabada a su pensamiento. 
En su libro se percibe el interés por uno de los grandes temas de nuestro tiempo, el fenómeno de la modernidad como problema esencial del mundo occidental. Marcelo Ramírez asume el significado del concepto como una característica de los nuevos tiempos, opuestos a lo antiguo, a aquella época en que el principio del conocimiento y la ciencia era el dogma. Lo moderno ahora se percibe como lo secular, lo que complementa al ser humano sin desligarlo de sus creencias. En sus escritos el maestro Ramírez nos aproxima a lo inteligible y develamiento de lo superpuesto a las esencias de la realidad mundana. Para el maestro Marcelo lo moderno comienza en la vida seglar, en el actuar apoyado en la razón, en la búsqueda de un conocimiento que tenga como punto de partida la ciencia, en su dimensión abarcante; es decir, la consecución de la verdad a través de la solidez interna de las ideas y su relación pertinente con lo material y lo espiritual.
La obra escrita de Marcelo Ramírez, se agrupa en torno a la producción de ensayos, artículos y libros, en los que trata con meridiana claridad temas de cultura, educación, filosofía, literatura, teoría política, axiología, democracia y la idea de modernidad. Su larga experiencia como académico, político y funcionario, le permite analizar con sentido crítico el acontecer político y social de nuestra época, tal como lo muestran sus diferentes obras. Y como lo podemos constatar en el contenido del libro “Política en la Periferia: el debate de las ideas”.
             En toda su obra, y también en el libro que hoy presentamos, la cuestión de los valores se erige como el referente principal de las ideas expresadas, pues el comportamiento social de nuestro tiempo se desarrolla en un proceso de contradicciones que afectan, desafortunadamente, la paz y tranquilidad de los seres humanos. Como hombre de partido, y sin renunciar a sus ideas políticas, los valores son una constante en su obra, misma que sobrepone a los intereses particulares o convenencieros. En este contexto, se debe destacar su gran capacidad de análisis crítico, basado en el razonamiento y relación lógico-argumentativa de los campos sujetos a estudio.
            Uno de los textos que le dan verdadero sentido a la crítica Política y a las ideas del maestro Marcelo, es su referencia a la hibrys, que en el pensamiento griego aludía a la transgresión de los límites impuestos por los dioses, como la única manera de hacer cosas trascendentes. En este sentido, y en esta época, nuestro autor la justifica como una forma de romper reglas para realizar grandes obras. Y así ha sido a lo largo de la historia, como el mismo lo señala. Sin embargo, no es válida cuando prevalece el oportunismo y el beneficio interesado en lo particular, que es lo que ocurre, lamentablemente, en la mayoría de los casos.
            Muchas cosas más se pueden decir de la obra del maestro Marcelo Ramírez, pues son varios los textos que integran el libro: “Política en la periferia: el debate de las ideas”.  Para los interesados, es un documento que aborda cuestiones de política, procesos electorales, democracia y cultura, partidos políticos y poder; así como, la referencia a diferentes personajes que han sido protagonistas de la historia de nuestro tiempo, como Jesús Reyes Heroles, Saddam Hussein, Pinochet, Michell Bachelet, el Papa Francisco, Sartre, Frantz Fanon y el Dalai Lama entre otros. Su lectura, además de interesante, es muy conveniente para los estudiosos de estos temas.
Muchas gracias
3/12/2016





Reflexiones en torno a las leyes para las personas con discapacidad


Alberto Rafael León Ramos

El estado mexicano cuenta con un sinfín de leyes que procuran el bienestar de los ciudadanos.  Se puede considerar a México como un país democrático en tanto legisla para salvaguardar los derechos de los individuos.  El poder legislativo que recae en el congreso es el responsable de generar, adecuar y reformar leyes para que sean cumplidas; mientras que el ejecutivo tiene que ser el garante de llevar a cabo estas disposiciones en todas las dependencias a su cargo; en  última instancia es el judicial el que aplica aquellas leyes para garantizar el estado de derecho.
Aquí pondré atención específicamente a una ley que se enfoca en proteger a un sector de la población que parece estar olvidado, me refiero a de las personas con alguna discapacidad.   La ley general que se encuentra vigente es la expedida el 30 de mayo del 2015 con una reforma del 17 de diciembre del 2015[1], estas se pueden consultar en el Diario Oficial de la Federación.
La presente ley es de suma importancia ya que protege el derecho de las personas con discapacidad en muchos rubros, por ejemplo: salud, educación, deporte, cultura, asistencia social, trabajo, empleo, entre otras. También es garante de que a éste sector de los ciudadanos se les trate con dignidad, equidad, respeto, igualdad, evitando así cualquier tipo de discriminación del cual pudieran ser objeto. En ese sentido  el Estado mexicano es garante de los derechos fundamentales de un individuo que vive en un  país democrático. Pero aquí cabe hacer algunas acotaciones que propiciarán la reflexión.
La ley general expedida  es una guía de lo que se tiene que hacer para que las personas con alguna discapacidad no sean objeto de discriminación, eso es un paso importante en la consolidación del verdadero estado de derecho, pero por otro lado  tiene pequeños detalles que señalar. De ello se puede mencionar que se insta a las dependencias del ejecutivo a generar programas para la inclusión de las personas con alguna discapacidad en la vida social, en el trabajo, así como en la salud; esto tiene que ver directamente con las secretarias de gobierno; es precisamente aquí donde la ley parece tener un freno. Esta observación va en el sentido porque muchas instancias gubernamentales no tienen conocimiento de la ley ni tampoco cuentan con programas o campañas que lleven a los ordenamientos, con lo cual la aplicación de aquella ley pierde fuerza. Estos casos son realmente lamentables.
Vayamos un poco más a nivel de “tierra”. Por ley toda dependencia de gobierno debería contar con accesos, rampas, señaléticas o instrumentos para el apoyo de las personas con alguna discapacidad, es decir,  debería contar el edificio público con rampas de acceso perfectamente señaladas, placas con la información de la dependencia en braille e incluso  con elevadores para aquellas personas que visitan las instalaciones en silla de rueda o muletas, pero en la realidad vemos que no es así.  Entonces surgen diversas preguntas ¿por qué la ley no se aplica en las dependencias gubernamentales? ¿Quién debe vigilar el cumplimiento de dicha ley? ¿Por qué el estado es omiso en su aplicación?
Ahora bien, en el Estado de Veracruz se tiene la ley de integración para personas con capacidades diferentes del estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, publicada en la Gaceta Oficial el día 11 de febrero de 2005[2]. En dicha ley también se legisla sobre temas relativos a la salud, deporte, cultura, trabajo, entre  otras cosas, de los veracruzanos.  Esto fue un gran avance en materia de derechos humanos para los grupos vulnerables de nuestro estado, por lo cual es un acierto para el poder legislativo.
La comentada ley tiene algunos detalles que llaman la atención, por ejemplo; en materia de salud menciona que es el DIF, la secretaria de salud son las encargadas de llevar las políticas públicas para garantizar el acceso a éste derecho universal a las personas con capacidades diferentes, difundir programas para su desarrollo, proporcionar asistencia, elaborar programas y planear acciones, etcétera.  Pero no especifica montos o porcentajes que deban destinarse específicamente a éste rubro, dejando a consideración de la secretaria destinar el monto que crea conveniente; ahí cabe señalar un gran problema, pues se ha visto que la mayoría de las veces el porcentaje que se le dedica a ese sector ciudadano no alcanza a cubrir las necesidades de dichos individuos, por lo que  en la practica la ley fracasa rotundamente.
Una observación más. En el rubro de educación especial. La ley menciona que la Secretaria de Educación tiene el deber de instrumentar programas, campañas, captar recursos y definir políticas que garanticen la igualdad de derechos de las personas con capacidades diferentes, pero de la misma forma no específica cómo, cuánto y dónde; aunque se puede objetar con razón que no es menester de la propia ley marcarlo, ya que es a consideración del gobierno en turno. A esto se puede objetar que en los últimos años no se le ha dado atención a este grupo vulnerable de ciudadanos en lo más mínimo.
En ese tenor, la Secretaria de Educación a través de la dirección general de educación especial sólo implementa dos servicios (USAER Y CAPEP)[3] y cuenta con un Centro de atención múltiple (CAM) para la atención a niños en edad escolar que necesitan atención especial ya que tienen algún tipo de discapacidad. Aunque es un esfuerzo bien intencionado aún no se tiene el potencial necesario para atender a todos los niños que asisten a escuelas de gobierno. He aquí otra grieta que la propia ley no contempla.
Hasta aquí se han mencionados  pequeñas cosas a tomar cuenta y que seguramente llevaran a la reflexión al estimado lector. Pero no es el caso solamente evidenciar las flaquezas de las leyes mexicanas.
Para terminar éste artículo quiero mencionar una fundación que tiene por objetivo fundamental prestar ayuda a las personas con alguna discapacidad. Fundación Edna Quiroz A.C. es una organización que nace de la sociedad civil para ser un instrumento de apoyo, orientación e información a las personas que cuentan con algún familiar que tenga discapacidad, es presidido  por la maestra Rosa Isela Quiroz Acosta[4].  El objetivo de la fundación es brindar apoyo socioeducativo, psicológico, psicopedagógico  y fisioterapia a niños, adolescentes  y adultos para mejorar su calidad de vida.
Sirva éste artículo para dos cosas: generar reflexión en torno a estos temas y dar a conocer a ésta asociación que  dignifica los derechos de las personas discapacitadas.



[1] Consultar la ley en la siguiente dirección electrónica:  https://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/558c2c24-0b12-4676-ad90-8ab78086b184/ley_general_inclusion_personas_discapacidad.pdf
[2] Se puede consultar en la siguiente dirección electrónica:  http://docs.mexico.justia.com.s3.amazonaws.com/estatales/veracruz/ley-de-integracion-para-personas-con-capacidades-diferentes-del-estado-de-veracruz-de-ignacio-de-la-llave.pdf
[3] CAPEP: Centro de atención psicopedagógica de educación preescolar.
USAER: Unidad de servicios de apoyo a la educación regular.
[4] Fundación Edna Quiroz a.c., a cargo de la maestra Rosa Isela Quiroz Acosta,  2843186 y 2291174718, Facebook Fundación Edna Quiroz a.c. y correo  edna.asociación@gmail.com