Víctor Manuel Vásquez Gándara
Diego Alejandro
En tu cumpleaños albor existencial deseándote
crezcas tomado de la mano del Creador del universo
“SENSIBLE FALLECIMIENTO DE UN CONOCIDO
COMERCIANTE:
SEL SEÑOR
GÁNDARA DEJÓ DE EXISTIR AYER”
Diario de Xalapa
23 de marzo de 1953
E |
l hombre, desde sus remotos orígenes, recurre a
la memoria y centra su atención en los momentos que se consideran importantes.
Estos recuerdos constituyen los fundamentos de su identidad y de su historia.
Así lo advertimos en todas las culturas del mundo. Pero no solo es el recuerdo
es personal sino también es colectivo.
El recuerdo no es un acto arbitrario, es la expresión de una voluntad de dar
testimonio de esos acontecimientos; pues gracias a ellos se funda la historia
de los pueblos. Toda manifestación cultural recordada, cita el padre de la
historia moderna, Marc Bloch, nos dice algo acerca de nuestro pasado. Esta
información narrada con los códigos lingüístico de la época puede ser un “mito
fundacional” se transforma en “ritos sociales” que van creando unidad y
sentimiento de pertenencia a una cultura. Un rito recurrente es la
conmemoración de los aniversarios de acontecimientos considerados singulares,
adquiriendo significación especial los milenios y centenarios.
La
ciencia histórica anterior a la nueva historia, fundada por Marc Bloch,
centraba su atención en los sucesos extraordinarios, en las biografías de los
grandes hombres, o los descubrimientos científicos, también en los sistemas
filosóficos, las instituciones o las decisiones del poder. Tal parece que la
vida cotidiana, es decir las acciones de
las mayorías, es decir del pueblo, son simples escenarios o recursos literarios
para resaltar aquellos acontecimientos de los poderosos, los triunfadores, los
grandes pensadores. La nueva historia al desplazar la atención a la vida
cotidiana da una valoración a la vida negada, que no es atractiva, pero es la
que realiza los cambios reales.
La
historia anterior al siglo XX, centraba su atención en lo extraordinario, la
biografía de los grandes hombres, los descubrimientos científicos, los sistemas
filosóficos, las instituciones o las decisiones del poder. Por ello fue un
cambio significativo cuando la nueva historia desplaza su atención a la vida
cotidiana, que, aunque es gris tiene una significación fundamental. El
legendario Ernesto “Che Guevara dijo: “las verdaderas revoluciones suceden
cuando lo extraordinario se apodera de las calles”. Y tiene razón si las
grandes decisiones no afectan la cotidianeidad no pasa absolutamente nada. .
Siguiendo
esta idea, la fundación de la pescadería Gándara significa la modernización de
la vida en Xalapa, en nuestra historia
matria, como solía decir el autor de Pueblo en vilo y la microhistoria.
Pues la modernización significa la industrialización y la diversificación del
comercio. Producción y el intercambio son los ejes que crean las sociedades
modernas. Así los obreros, los constructores de las vías férreas, los
pescadores y los comerciantes, recuperan un lugar en la historia de Jalapa
Esta es la razón de recordar el
centenario de Pescadería Gándara (1920 y aniversario luctuoso de su fundador
(1953). Don Clemente, hijo de Carlos Gándara y Aurelia Paredes, a la edad de 65
años sufrió hemorragia cerebral encontrándose en su domicilio, calle Altamirano
número 79, certificando médicamente por Armando Pérez Marín, fungía entonces
como presidente municipal. Luis G. Murillo presidente municipal.
El
comerciante, en términos de aquel tiempo, le distinguió entre otras
habilidades, la visión empresarial incursionando en actividades tan diversas
como elaboración de helados –nieves se les denominaba-, velas, tarjetas
navideñas y compraventa de pescado. Funda entonces la pescadería en el Jalapa
de ayer. Ferrocarriles de México transportaba de los puertos de Veracruz,
Tlacotalpan y Alvarado, frescas variedades de pescados y mariscos... Sólido
cimentó don Clemente su proyecto.
Originario de Teziutlán, Puebla, similar a españoles, libaneses, árabes que
creyeron en Jalapa, seguramente sin conocer su historia del comercio desde la
conquista y encontrar indígenas asentados en los barrios de Techacapan,
Xallitic, Tlalmecapan, Tehuanapan, estableció expendios además de la matriz, en
calle Úrsulo Galván, mercados Jauregui y San José de esta Atenas, en el Mercado
La Victoria en ciudad de Puebla, Landero y Cos en pleno centro del puerto Jarocho permaneciendo
exitosamente actualmente en su domicilio
de Arista. Don Clemente perteneció a esa generación desaparecida: don Teodoro
fundador de los juegos mecánicos “Atracciones Gándara”, Enrique, Inocencio,
Miguel el fotógrafo a quien se debe conservar imágenes mostradas.
La familia Gándara participa en
recreación de cultura alimentaria. Hoy comida rápida: pizzas, hamburguesas,
alimentos procesados, congelados distribuidos por empresas trasnacionales han
modificado también arte culinario. Gándara ofreció pescado y marisco fresco,
frito lo comercializaba con vendedores, calle por calle y lugares estratégicos.
Locales o aledaños, Coatepec, Banderilla…, cuando traslado común se hacía
caminando, aun habiendo autobuses o El piojito. Don Clemente involucró a todos
sus hijos, varones y mujeres, incluso a Enrique, aun discapacitado, su hermano,
formándoles junto a una veintena más o menos de trabajadores, varios de ellos
criados como familiares suyos, alimentándoles y brindando techo: Lolita,
Abdías, doña Concha y sus hijos, doña Delfi, señora exageradamente obesa,
baldada de un pie, capaz de hacer más tortillas que las máquinas actuales
dueña de carisma, bondad inigualable.
Estas mujeres cocinaban hacían quehacer
doméstico. “Cuachirol”, su esposa Zavaleta, el güero “caguamo”, el güero “balín”
y otros más, Rodolfo posteriormente su yerno,
en cultura del esfuerzo. Carlos, Clementina, Esther, Clemente, Dary,
Guadalupe conocida como Yoya y Manuel. De esta generación heredera de un patrimonio más allá del económico, nada
despreciable por cierto, destacaron en ámbito empresarial mayoría de ellos, por
supuesto sobresale Clemente “don Tito” conservando y conduciendo el timón
certero, contra viento y marea siempre de la mano de Herminia, su esposa, hijos
hasta su muerte ocurrida el 23 de agosto de 2009. Acompañaron en el periplo:
Doña Mina, don Arturo y Carmelita padres de Herminia, sus hermanos: Manolo,
Carmelita, y Cristy e hijos, apuntalaron proyecto llegando al centenario.
Clementina en Jalapa mantuvo prestigio del negocio y apellido al final en la
calle de Altamirano número 25 frente al Teatro –cine- Lerdo. Dary emigró a
Cosautlán de Carvajal aportando visión
empresarial y capital heredado constituyéndose en valiosa asesora de don
Antonio Andrade, su esposo de donde empresas exitosas actuales surgieron
cimentadas en aquella experiencia y visión: Café Andrade, Café Moretto,
Restaurante Casa de Campo, y otras empresas ya citadas. Destaca doña Dary en
diferentes aspectos por su altruismo, solidaridad y liderazgo, muy
especialmente por resguardar información, experiencias y conocimientos que a la
postre e invitación de Carlos y quien redacta publicó el libro “Vida lucha
esperanza futuro ¿Quién mató al agresor? Obra autobiográfica fuente informativa
de esta nota. En Puebla doña Esther se establece en mercado la Victoria
llevando nombre y prestigio a ciudad de los Ángeles donde actualmente aún
permanecen: La Costeñita. Manolo se encargó de la pescadería en Ayuntamiento
esquina Úrsulo Galván donde don Clemente poseía varias accesorias. Yoya y
Rodolfo, recordados padres de quien escribe, asignados al mercado Jáuregui,
sufriendo penurias debido al incendio ocurrido en 1952 y formando también en el
oficio a sus tres hijos: Jaime, Carlos. Generación ya desaparecida también.
Carlos fue el primero en descansar en paz, y doña Dary el 24 de octubre 2015,
última en partir, dejando eslabón recibido a primeros nietos del fundador:
Fernando, Elsa Dary, Héctor, Conchita, Luchy, Jaime, Marco Antonio y los demás
ya no le conocieron vivo, sin embargo fue y continua siendo citado don Clemente
por su buen humor, fuerte carácter, sabiduría y fervor hacia la fe cristina
sirviendo en una de las épocas de persecución a católicos existiendo testimonio
en archivos en resguardo del Ayuntamiento de Xalapa. Quien esto escribe nació
algunos meses posteriores al fallecimiento de quien fue su abuelo materno y pisó
suelos mojados de agua proveniente de hielo derretido en la embazadera, así le
denominaban originalmente a la pescadería de Veracruz experimentando esa
impregnación de olor a pesado en los zapatos que le acompañó hasta los años 80
cuando gue último propietario de Pescadería Gándara en esta Atenas Veracruzana.
En aquel 1957 fue llevado a Veracruz por don Arturo Hernández padre de doña
Mina para curse de tosferina. Una de aquellas mañanas en la pescadería humor,
ocurrencia de trabajadores le bañaron con agua fría, obviamente, y tan callado
era ese niño que le bautizaron como Marcelino pan y vino.
Esta remembranza emana de revisión al depurar
hemeroteca documental. memoria de equipos, CD, libros y neuronas sobrevivientes
a casi siete décadas. Se encontraron imágenes referentes, al cumplimiento de
los cien años de la pescadería Gándara. ¿Qué significa la fundación de una
pescadería en los inicios de la pacificación del país en 1920? Un comercio, no
es el único, es precisamente el fortalecimiento del mercado regional de un
producto para alimentación básica y propia de nuestra entidad veracruzana,
simbólica: Estado de mayores litorales. Es necesario, hasta obligado, recordar
su centenario y darle con ello, la historicidad a todos los hombres que pescan,
venden y consumen las delicias del Golfo. Probablemente lo más valioso, allende
al patrimonio económico, esté centrado en formación educativa y oficio
comercial, algunos dando continuidad al proyecto de vida manteniéndole vivo,
vigentes, a don Clemente y pescadería. Pescadería Gándara, restaurantes Villa
Rica, La Costeñita, Casa de campo, Restaurante Andrade. Café Andrade, Grupo
Moretto, Editorial Foro Fiscal.
Reconocimiento
a Clemente “don Tito”, Gándara Bello, Señora Mina, sus hijos: Clemente
(q.e.p.d.), Rey Arturo, Dary Ivonnne, Marco Antonio, Rocío, Marysol, Janeth quienes
asumieron el desafío cumpliendo más allá de lo soñado.
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