Columna 33
Por Carlos Lucio Acosta
VERACRUZ (EUM).-
Todavía no amanece como para subir a la báscula los primeros segundos, minutos,
horas, días, semanas y meses, las actividades y los respectivos resultados del
gobierno del ingeniero Cuitláhuac García Jiménez.
Las condiciones
políticas, económicas y sociales en que recibe la administración estatal no son
un juego de damas chinas entre estudiantes del nivel medio ni exquisito
platillo de fresas con crema bañadas con miel de abeja virgen.
Los viejos
conocedores de los caminos torcidos de la política consideran sobre los métodos
más adecuados para conocer las curvas del ajuste y del aprendizaje de todo
período de gobierno que inicia, ya sea municipal, estatal o el de la república.
Primero, los
iniciales tres meses, partiendo del uno de diciembre al último de febrero;
segundo, los primeros cien días, comenzando el primero de diciembre y concluyen
en los primeros diez días de marzo y, tercero, los primeros seis meses, de
diciembre al último día del mes de mayo.
No todo lo que
brilla es oro.
La realidad política
y económica de Veracruz no tiene buen semblante hasta este preciso momento.
En estos tres
tiempos se puede evaluar la habilidad política, capacidad de convocatoria y
nivel de influencia del gobernante frente a la figura presidencial de Andrés
Manuel López Obrador.
Sin embargo, sí
es posible subir a la báscula a los presidentes municipales del partido
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), después de doce meses, un año
para ser precisos, de conducir el presente y el futuro de quienes con su voto
libre y soberano, encumbraron en el poder durante los próximos cuatro años.
En el primer
informe de actividades destacan puntos negros en materia administrativa y
transparencia, al grado de que en la mayoría de los casos conocidos no asistió
un buen número de ediles en señal de protesta y desacuerdo por el manejo de
cifras sobre la obra pública realizada.
Muchos de estos
especímenes no aceptan que si ganaron las alcaldías fue gracias al trabajo de
más de 24 años sostenidos por la perseverancia de Andrés Manuel López Obrador y
no por el presunto arrastre político que presumen.
En los estrechos
círculos del poder se habla sobre la posibilidad de que en próximos meses
“enfermen” algunos engreídos presidentes municipales por su sobrada y apabullante
inexperiencia, falta de tacto político y carencia total de sensibilidad social.
No solo
ayuntamientos en manos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena),
marchan en sentido contrario a las manecillas del inalcanzable presidente de
los Estados Unidos Mexicanos, sino que en la lista figuran servidores públicos
de la competencia.
Cierto grupito
de alcaldes, síndicos únicos y regidores postulados por los partidos
Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución
Democrática (PRD) y del Movimiento Ciudadano (PMC), entre otros de los más
significados, pretender presionar mediante los argumentos de inseguridad,
deuda, desempleo, laudos e impunidad a los apellidos López Obrador y García
Jiménez.
Lo que no
quieren entender estos caballeros de estirpe divina y una que otra dama del más
puro rancio abolengo, la existencia de señalamientos y protestas ciudadanas
sobre la mala administración de recursos federales y estatales, detectados
durante los pasados doce meses de función constitucional.
El gobernador,
hasta donde se sabe, mandó investigar los niveles de veracidad o mentira de las
versiones escritas llegadas a su mesa de trabajo.
El jefe del
ejecutivo estatal no quiere “dar palos de ciego”, sino por el contrario, documentar
los presuntos desvíos de fondos procedentes del erario público para luego
solicitar la intervención de la Comisión de Hacienda Municipal del Congreso del
Estado, presidida por Augusto Nahúm Álvarez Pellico.
En resumen,
quienes si pueden tener “cola que les pisen” son los componentes de ese grupito
de alcaldes, síndicos únicos y regidores que a simple vista no soportarían la
visita del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) y menos de la Auditoría
Superior de la Federación (ASF).
Así que como
dicen por allí, aflojando y cooperando, para después alinear por la izquierda,
no por la derecha y menos por el centro, ¿de acuerdo?
Sólo para tus
ojos . . .
El presidente
municipal de Teocelo, Mario Antonio Chama Díaz, es uno de los contados alcaldes
que inició obra pública con recursos propios, lo que pone en alto su capacidad
administrativa, habilidad política, vocación de servicio y compromiso social
con la población. Bien hecho.
carlos.lucioacosta@rocketmail.com
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