N-P-424/ENE.018/.
Columna 33
Por Carlos Lucio Acosta
VERACRUZ
(México-EUM).- La idea es simple, digerible.
En el cercano, mediano
o lejano supuesto de que José Antonio Meade Kuribreña, ganara la presidencia de
la república el primer domingo de julio del 2018, habría una sorpresa de
dimensiones mayúsculas en Veracruz.
Se comenta en
cafés cercanos a Palacio Nacional de que el exsecretario de Hacienda y Crédito
Público en el gobierno del polémico Enrique Peña Nieto, inició el tejido de las
redes de la negociación, del pacto, del acuerdo, de la promesa y de la
complicidad con personas y grupos de influencia política, económica y social de
la región.
Los que
presumen saber al dedillo lo que acontece bajo las tibias sábanas blancas del
poder político, aseguran que el candidato de los partidos Revolucionario
Institucional (PRI), Verde Ecológico de México (PVEM) y Nueva Alianza (PANAL),
puso los ojos sobre la tercera potencia electoral del país.
En cierta
reunión de alto nivel y significada discreción, Meade Kuribreña pidió el apoyo
total y absoluto a José Francisco Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de
Hacienda y Crédito Público en el senado de la república, tomando en cuenta que
la entidad dispone de un poco más de ocho millones de habitantes.
La primera
encomienda verbal dictada al joven político y empresario veracruzano, reúne
condiciones de alto riesgo si consideramos que la militancia del Revolucionario
Institucional y la de los partidos aliados, se encuentran severamente
fracturadas por intereses personales y de grupo no satisfechos al pie de la
letra.
El compromiso
consiste en elevar la cifra de votos obtenidos por el aspirante presidencial en
el período comprendido del 2012 al 2018.
Se recordará
que en la contienda de referencia la panista Josefina Vázquez Mota, obtuvo el
primer lugar en sufragios; el priísta Enrique Peña Nieto, el segundo y el
morenista Andrés Manuel López Obrador, el tercero.
El panorama
electoral no se ve del todo bien para los propósitos mediatos del tricolor en
Veracruz, descompuesto por las pésimas administraciones de Miguel Alemán
Velasco, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa.
Los calificados
estrategas de Yunes Zorrilla, auguran de que en el caso de rebasar las cifras
requeridas, la gubernatura para el periódo comprendido del 2018 al 2024, será
de ellos, sólo de ellos y únicamente de ellos.
Pero, agárrense
porque no es todo el apunte. El popular Pepe Yunes estaría tiempo razonable al
frente del Poder Ejecutivo y después de algunos meses, quizá un año,
presentaría licencia al Congreso del Estado para ausentarse por tiempo
indefinido de su responsabilidad constitucional.
Ese movimiento
está bien calculado por el alumno del expresidente Felipe Calderón Hinojosa,
ese personaje que declaró la guerra al narcotráfico hace doce años con resultados
bastante deplorables a las fuerzas armadas y consecuencias mortales a la
población civil.
Yunes Zorrilla
partiría como impulsado por la varita mágica de Harry Potter a la Ciudad de
México, a ocupar una de las más importantes secretarías existentes o, en su
defecto, de reciente creación.
Y, ¿cómo
quedaría el violento y politizado Estado de Veracruz? La respuesta también es
simple, digerible, mecánica, predecible.
En plática
sostenida entre José Antonio Meade Kuribreña, Luis Videgaray Caso y José Yunes
Zorrilla, salió el nombre del inquieto Héctor Yunes Landa, presidente de la
Comisión Anticorrupción y Participación Ciudadana en el senado de la república,
como figura central de la propuesta sucesoria.
El juego está
marcado, al menos en los meticulosos y conocidos análisis de prospectiva,
realizados hasta el momento.
El aspirante
presidencial movió la varita mágica para que la secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP), canalice más de dos mil 500 millones de pesos a la
secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)
y sean manejados con la más nítida transparencia por la delegación en Veracruz.
La idea
central, de acuerdo a la fuente consultada, consiste en poner a trabajar a las
62 delegaciones y representantes de cada dependencia federal en dirección a inducir
el voto del próximo primer domingo de julio del 2018.
Por allí va la
cosa.
Sólo para tus
ojos . . .
Duro paquete
espera a los aspirantes a la gubernatura de Veracruz.
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