Jesús Jiménez Castillo
Academia Mexicana de la Educación,Sección, Veracruz
El 20 de enero
de 1908 nació en Tlacotalpan, Veracruz, Gonzalo Aguirre Beltrán, uno de los
científicos sociales más importantes que ha dado nuestro país. Al cumplirse un
año más de su nacimiento, es oportuno recordarlo como un ser humano
excepcional, que realizó un trabajo científico eminente y llevó a cabo una vida
ejemplar.Para las nuevas generaciones, que hoy conviven en un contexto social
definido por una severa crisis de valores, con escasas oportunidades de
desarrollo y realización, tener un acercamiento a la vida y obra de un
personaje que,con trabajo arduo y constante, logró alcanzar elevadas metas en
los campos de la ciencia, la educación y la cultura, puede servirles de
estímulo y modelo a seguir.
El doctor Aguirre
Beltrán, por su amplia trayectoria profesional, fue reconocido como médico,
humanista, antropólogo, educador, lingüista, historiador, escritor, político,
pensador y crítico social, entre otros epítetos. Sin embargo, congruente con su
invariable honestidad intelectual, él solo aceptó modestamente la denominación
de antropólogo social, pero en el sentido más amplio que se da a la
antropología como disciplina: la ciencia del hombre; y afirmaba: la
antropología “Por definición debería ocuparse del hombre en general, no
obstante, suele limitarse a observar y reflejar la realidad de un hombre en
particular, al que algunas veces llamamos salvaje
y otras primitivo, porque lo
contrastamos con nosotros mismos que nos consideramos civilizados y
sabihondos”. La obra del doctor Aguirre tiene como centro de referencia el
estudio del indio, del negro y la población con raíz española, dando primacía a
los dos primeros grupos étnicos aludidos, por ser los sectores de la sociedad
mexicana más necesitados de atención y apoyo.
Aguirre Beltrán tuvo una
sólida formación literaria y humanista, que debe mucho a la lectura de
pensadores como Bakunin, Hegel, Marx, y Althusser, al reconocer que “penetraron
muy hondo aquellas lecturas y condicionaron mi vocación como humanista y como científico
social”. En su obra aparece también la influencia de Francisco Javier
Clavijero, Ricardo Flores Magón, Francisco Flores, Moisés Sáenz, Rafael
Ramírez, Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gamio, Alfonso Caso, Juan Comas,
Alfonso Villa Rojas, Julio de la Fuente y Ángel Palerm, entre otros. Su
formación teórico-práctica la recibió de científicos sociales destacados como
el francés Alfred Metraux y los norteamericanos Melville J. Herskovits, ilustre
africanista, el erudito sicoanalista Irving A. Halliwell, y Manuel Gamio,
pionero de la antropología en México, entre otros.
Auto declarado
positivista, bajo la influencia de Augusto Comte y Gabino Barreda, su formación
científica comprendió el estudio de los autores más sobresalientes de las
ciencias sociales, incluyendo a contemporáneos como Noam Chomsky y Thomas S.
Kuhn. Fue un estudioso del pensamiento de los médicos de la antigüedad, como
los griegos Hipócrates de Cos, Claudio Galeno y Dioscórides; los persas Rhazés,
Avicena y el filósofo cordobés Averroe; conoció la obra del traductor italiano
Gerardo de Cremona, que convirtió textos médicos árabes al español; así como
autores clásicos de la filosofía, comoPlatón, Aristóteles, Dionisio de Tracia y
Tomás de Aquino, y filósofos de la Ilustración:Denis Diderot, D’Alambert,
Montesquieu, Voltaire, Hollbach, Condillac, Rousseau, Condorcet y Buffon. Y
para investigar el fenómeno de la modernidad en América, se aplicó en el
estudio de los ingleses Cornelius de Pauw, William Robertson y los hermanos de
origen alemán, Guillermo y Alejandro de Humboldt.
Amplias fueron sus
lecturas sobre las obras de teóricos de la educación de otros paises: Francisco
Ferrer Guardia, Juan Godofredo Herder, Juan Enrique Pestalozzi, Juan Amadeo
Fichte, Gregorio Girard, Federico Augusto Froebel, Adolfo Diesterweg, Andrés
Bell, José Lancaster y Julio Ferry, entre otros; y de pensadores y pedagogos
nacionales como Francisco Javier Clavijero, Ignacio Manuel Altamirano, Joaquín
Baranda, padre fundador de la escuela pública en México, y al que el doctor
Aguirre expresa encendidos elogios; otros fueron Justo Sierra, Enrique
Laubscher, Enrique C. Rébsamen, Luis A. Bauregard y Carlos A. Carrillo, que le
sirvieron de valiosos referentes para el análisis e interpretación de la
historia de la educación nacional. Pero no sólo fue un hombre dedicado a las
ciencias y las humanidades, también se dio tiempo para saber de arte y
literatura. En algunos de sus libros menciona el amplio conocimiento que tenía
sobre la poesía y literatura hispanoamericana. Como difusor de la cultura,siendo subsecretario de cultura de la SEP, promovió la publicación de la colección Sep Setentas, y La Palabra y
el Hombre, revista emblemática de la Universidad Veracruzana, creada
durante su rectorado.
Entre los numerosos cargos que ocupó, destacan los de Rector de la
Universidad Veracruzana, Diputado del Congreso de la Unión, Delegado de la SEP
en Veracruz, Director del Instituto Indigenista Interamericano, Subsecretario
de Cultura Popular y Educación Extraescolar de la SEP, Director del Instituto
Nacional Indigenista e Investigador del Sistema Nacional de Investigadores; así
mismo, perteneció adiversasinstituciones científicas, educativas, culturales y médicas,
y a consejos consultivos de organismos gubernamentalese instituciones académicas.
Recibió premios y distinciones sobresalientes a nivel estatal, nacional
e internacional, destacando, entre muchos otros: el premio Bronislaw MalinowskiWard,
en Antropología Aplicada, al antropólogo más destacado a nivel internacional; Presea
Manuel Gamio al mérito indigenista, INI; Premio Nacional de Ciencias y Artes en
Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, Presidencia de la República; Doctorado
honoris causa, Universidad Veracruzana; Universitario Sobresaliente, UNAM; Premio
Nydia y Avelino Montes de Historia y Filosofía de la Medicina; y la Medalla
Belisario Domínguez,otorgada por el por el Senado de la República.
Fue pionero en la apertura
de nuevos campos de investigación y práctica antropológica sobre estudios
afroamericanos, luchas agrarias y formación de los grandes dominios
territoriales. Destacó en la construcción del paradigma integrativo del indio
en México y otros países de Mestizoamérica.La producciónbibliográfica de
Aguirre Beltrán -de gran valía teórico-práctica-, elaborada casi toda con fines
de enseñanza, fue abundante.Sus libros (más de 20) y artículos y ensayos (más
de 300) han sido reproducidos por distintas editoriales y revistas nacionales,
latinoamericanas y europeas. Algunos de sus textos son:“Antropología médica, Sus desarrollos teóricos en México” (1940), “La
población negra de México” (1946), “El proceso de aculturación” (1957), “La
universidad latinoamericana y otros ensayos” (1961), “Medicina y magia” (1963),
“Regiones de refugio” (1967), y
“Crítica antropológica: hombres e ideas, Contribuciones al estudio del
pensamiento social en México” (1990). El “Fondo de Cultura Económica”,
editorial mexicana, publicó sus obras completas.
El legado intelectual del doctor Aguirre Beltrán es invaluable por su
alcance y profundidad en la vida cultural de México. En Veracruz se reconoce lo
realizado durante su desempeño como rector de la Universidad Veracruzana y como
Delegado general de la SEP. Desde este puesto promovió la fundación de la
Escuela Normal de Tuxpán, Veracruz (CREN), en 1978. Y en apoyo al desarrollo
educativo y cultural de esa institución, el Dr. Aguirre Beltrán decidió
presentar en la propia escuela normal, el 21 de septiembre de 1994, su libro “El pensar y el quehacer
antropológico en México”, acto académico en el cual
participaron, además del autor, el Profesor Rafael Arriola Molina, el maestro
Pericles Namorado Urrutia y quien esto escribe.
Para finalizar este breve texto, retomo las palabras del maestro Marcelo
Ramírez R., alter ego del doctor
Aguirre -de quien fue amigo y colaborador gran parte de su vida-expresadas el
pasado mes de octubre en la Escuela Normal de Tuxpan, al celebrarse un año más
de su fundación:“Durante el régimen
del presidente Luis Echeverría Álvarez, siendo el doctor Aguirre Beltrán
Subsecretario de Cultura Popular y Director del Instituto Nacional Indigenista,
tuvo lugar la más vigorosa actividad del indigenismo con la multiplicación de
los Centros Coordinados Regionales, que pudieron cubrir un considerable número
de regiones de refugio. Gonzalo Aguirre Beltrán pudo ver así la culminación de
un propósito por el que luchó sincera y apasionadamente, pero no escapó a su
percepción crítica la crisis que se avecinaba y que estaría determinada por la
desintegración de los Estados nacionales, así como por el debilitamiento de los
ideales de progreso y justicia que animaron los proyectos políticos del mundo
moderno… En cuanto a la experiencia del indigenismo que tuvo en Gonzalo Aguirre
Beltrán al último y sin duda al más brillante de sus exponentes, será
indispensable revisarla para aprender de ella y no retroceder a posiciones que
el indigenismo había superado. Desde mi personal punto de vista, esa
posibilidad únicamente podrá darse con la Reforma Integral del Estado Mexicano
que organice a la sociedad mexicana bajo un nuevo pacto social.”
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