José Arturo Hernández Ruiz
El profesor Raúl Casas López
nació en la Ciudad de México el 29 de Noviembre de 1931. A la edad de 20 años
inició el aprendizaje del Judo bajo la dirección del sensei Daniel F.
Hernández, y recibió también las enseñanzas del sensei Yoshisaburu Yamasaki, de
quien aprendió la Filosofía del Judo. El 10 de abril de 1961 obtuvo el grado de
Sho Dan en el Colegio Nacional de Cintas Negras bajo un jurado presidido por el
sensei Masao Ichinoe, Hachi Dan, representante del Instituto Kodokan. El 31 de
julio de 1963 recibe el segundo grado de cinta negra, o sea Ni Dan. En 1964, el
judoka Raúl Casas visita a su hermana Yolanda y conoce esta bella ciudad de
Xalapa. Se enamora de su tranquilidad, del carácter de su gente y decide
quedarse para formar un club de Judo para transmitir sus conocimientos. Con el
apoyo de Yolanda y de un grupo de médicos, formó el primer club de Judo en
Xalapa, hasta la fecha llamado Xalapa Judo Kai. Iniciaron actividades en la
calle de Lucio -casa de la familia Acosta- . Luego ocuparon el área de
vestidores de la alberca del IMSS. Posteriormente se pasaron a la calle
Xalapeños Ilustres, en un local del señor Leonardo Dauzón, hasta que llegaron
al gimnasio Allende. Con el tiempo las cosas mejoraron y se cambiaron al
gimnasio anexo al Estadio Xalapeño, donde hasta hace unos meses seguían
entrenando. Con el apoyo de los padres de los alumnos, se formó en 1965, la
Asociación Xalapeña de Judo, y en 1966, ya contando con escuelas de otras
ciudades del Estado, se fundó la Asociación Veracruzana de Judo. Al tratarse de
la primera Asociación en provincia, se cumplieron los requisitos para
formalizar la Federación Mexicana de Judo, de la que fue Vocal, Comisario, Vicepresidente,
Director Técnico y de Grados y Director Deportivo. Desde que se inició de
manera formal el estudio y la práctica del Judo en Xalapa y posteriormente en
el Estado, el profesor Casas siempre estuvo pendiente de llevarnos a competir
"fuera de nuestro gallinero", para foguearnos, para que perdiéramos
el miedo, para que conociéramos qué había más allá del Cofre de Perote. Para
los niños y jóvenes que iniciamos en ese entonces el camino del Judo bajo la
dirección del profesor Casas, estas experiencias fueron inolvidables pues
fueron la base para nuestro deporte y para nuestra vida, como futuros
profesionistas, bajo los preceptos de coraje, valor, honradez, compañerismo.
Aprendimos a caer para podernos levantar. Aprendimos que para triunfar, hace
falta sudar el judogi, hace falta sangrar los nudillos, que si te lastimas,
¡qué importa!. Que aunque saliéramos adoloridos del entrenamiento, al otro día
estábamos de nuevo ahí. El profesor Casas tenía la habilidad de curarnos cuando
nos lastimábamos. Eran comunes las torceduras y luxaciones. El maestro revisaba
por aquí, jalaba un hueso por allá, te amarraba el brazo con la cinta, te
mandaba a descansar tres días y a seguirle. Ya las fracturas tomaban un poco
más, pero siempre regresábamos. El profesor Casas estableció una hermosa
amistad con nuestros padres y obtuvo su apoyo incondicional. A veces los padres
entregaban personalmente los trofeos a los judokas en los campeonatos, lo cual
los hacía doblemente felices. Otras veces los padres se cooperaban o prestaban
sus coches para organizar los viajes a México. Visitamos el gimnasio de Enrique
Llanes, la Unidad Independencia, la Arena México, los estudios de Televisa, en
fin, toda una serie de aventuras que convivieron en los años sesentas El 15 de
Abril de 1973 el profesor Casas recibe el grado de San Dan.
El 13 de Junio de 1977 es
promovido al grado Yon Dan. El 7 de Junio de 1984, recibe el grado Go Dan, ante
un jurado presidido por el Sensei John Osako, Hachi Dan, Director Técnico de la
Federación Internacional de Judo. En 1995, gracias a importantes triunfos, fue
galardonado con el Premio Estatal del Deporte, el profesor Casas como
Entrenador y su hijo Alexandro como Competidor. El 8 de Agosto de 1997 recibe
el grado de Roku Dan, ante un jurado presidido por el sensei Daniel F.
Hernández. -El maestro con quien se inició en Judo-. El profesor Hernández ya
había sido ascendido a Hachi Dan y fungía como Asesor Técnico de la Federación
Mexicana de Judo. El profesor Casas guardaba en su memoria los viajes a Canadá,
E.U.A., Guatemala, El Salvador, Panamá, Colombia, Bolivia, Ecuador, Alemania,
España y Polonia; siempre llevando la honrosa representación de la Federación
Mexicana de Judo o del Comité Olímpico Mexicano. En ocasiones, como Entrenador
o Delegado de la Selección Mexicana; en otra ocasión, como Instructor de un
Curso Especial de Arbitraje en Bolivia; y en otra más, como Director Técnico
Adjunto en el Campeonato Panamericano Juvenil en Cali, Colombia, auxiliando al
Sensei John Osako, Director Técnico de la Federación Internacional de Judo. En
una difícil pero gratificante Comisión del Comité Olímpico Mexicano, como
Entrenador de la Selección Nacional de Ecuador, con vistas al Campeonato
Sudamericano celebrado en Bolivia, afortunadamente con buenos resultados, siendo
hasta ahora único mexicano, actuando como Entrenador de una Selección Nacional
en el extranjero; y en una última, como Representante de México en un Curso de
Entrenamiento Técnico de la Unión Panamericana de Judo realizado en El
Salvador, C. A. En 2014, al cumplirse 50 años de que el profesor Casas llegó a
Xalapa cargado de un deseo enorme de transmitir sus conocimientos, de forjar
judokas, de preparar campeones y de transmitirles la Filosofía del Judo, un
grupo de judokas de todas las generaciones que han pasado por su Dojo,
decidimos reunirnos una vez más para fortalecer la gran familia judoka
veracruzana El Profesor Raúl Casas, con la investidura que su experiencia y su
grado le otorgaba, y como Director Técnico del Xalapa Judo Kai, decidió hacer
un reconocimiento a la labor dentro del Judo, al empeño, al cumplimiento cabal
de la Filosofía del Judo, dentro y fuera del Dojo, a un selecto grupo de
judokas que hace cincuenta años fueron los niños y jóvenes que iniciaron con
él, la creación de lo que es hoy, el Judo en el Estado de Veracruz. Recibir un
grado es, para el judoka, la realización de un sueño, es alcanzar una meta, es
cerrar un círculo. Es recibir en una cinta, el máximo premio al esfuerzo, a las
horas de entrenamiento, por sus luxaciones y fracturas. El Judo se lleva en la
sangre y no hay edad para dejarlo. NI para dejar de aprender. Solo los años
podrán limitar un poco la flexibilidad del cuerpo, pero nunca doblegarán la
mente ni el espíritu. La ceremonia de graduación de los ahora veteranos del
judo fue inolvidable. A través de los años, se formó una gran amistad entre el
Profesor Casas, su familia y sus alumnos (que nunca nos consideramos
ex-alumnos). Esta hermandad fue más allá, pues nuestro sensei fue como un padre
para muchos de nosotros. Tuvo la virtud de hacernos sentir a todos y a cada uno
como el hijo preferido. Vimos en él a un héroe. Nunca pensamos que algún día
nos podría faltar, porque siempre estaba ahí con nosotros, en el tiempo y en la
distancia. El día de hoy lo despedimos, mientras su hijo Raúl pronunciaba
¡Tadase! ¡Rei! todos hicimos el saludo de respeto que hacíamos al iniciar y
terminar nuestra sesión de judo. Con profunda emoción, aplausos y porras
despedimos a nuestro sensei. La familia judoka, seguirá unida, como él nos formó.
Descanse en paz, sensei Raúl Casas López
}Xalapa, Ver. 13 de octubre de
2017
2 comentarios:
En 1974 el sensei Raul Casa fue mi entrenador en el club Go sei khan de coatzacoalcos,Ver. junto con el sensei Tomoyoshi Yamagushi reconocido a nivel mundial durante un periodo de 6 meses previo al campeonato nacional que se celebro en Coatzacoalcos,Ver.. por aquella epoca donde el equipo de novatos nos alzamos con varios triunfos y nos dimos a conocer como una potencia en esta disciplina... atentamente Lic.C Antonio Gómez UScanga
Durante varios años mis hermanos y yo fuimos sus alumnos. Entrenábamos en el gimnasio anexo al estadio xalapeño. Asi mismo estuvimos en varias contiendas en Veracruz, puebla y aqui en nuestra capital.. Gratos recuerdos con el Maestro casas..
Publicar un comentario