Javier Ortiz Aguilar
La llamada Guerra
Fría surge en 1954 y concluye en 1968. Este conflicto entre Estados Unidos
y la URSS, se promueven guerras localizadas en regiones estratégicas como en
Oriente, con el fin de amenazar al mundo socialista, y el Medio Oriente, para
asegurar el control de las principales reservas petroleras, desatándose en el
mundo capitalista y el mundo socialista una persecución feroz en contra de la
disidencia, levando así a la humanidad “al borde de la guerra”. El temor
mundial se incrementa al demostrarse que ambas potencias cuentan con
suficientes ojivas nucleares para destruir todo vestigio de vida. Por otra
parte, las naciones derrotadas en la Segunda Guerra Mundial, compiten por el dominio
de los mercados internacionales con sus vencedores. El Aggionamiento de la Iglesia católicaobliga la revisión del
compromiso cristiano y por ello, un sector religiosose une con los movimientos
populares.En ese contexto, los movimientos de liberación nacional y la lucha
por la paz se apoderan prácticamente de los cuatro continentes, anunciando con
ello una nueva época. Esos movimientos se manifiestan en la exigencia de una
incipiente sociedad civil, demandas de los trabajadores, en luchas políticas
por la emancipación de las naciones, y en guerrillas rurales y urbanas.
En
todas las agitaciones subyace el deseo de la paz, justicia y libertad. Sólo así se explica la unidad de
sectores pertenecientes a distintas tradiciones, ideologías y compromisos
políticos en contra de totalitarismos políticos y de mercado, una voluntad que
se objetiva en una juventud culta, idealista y desinteresada, hay otras, que
por supuesto si las había, eran simples “argucias de la razón” para utilizar la
conocida expresión de Hegel.
La
coincidencia entre un tiempo romántico, que compromete a los jóvenes con
ideales superiores coincide con la presencia de una personalidad especial de
Ernesto Guevara de la Serna. El pasa su primera infancia en una familia
acomodada, culta, y con una tradición de izquierda militante, Ese contesto le
permite formarse integralmente. La decisión de estudiar medicina surge cuando
experimenta la muerte de su abuela, y esa experiencia lo lleva a dedicarse a
curar a su semejante, la medicina al servicio de los semejantes. Aquí hace
coincidir su formación científica con la vocación de escritor, de crear
realidades con la idea de solidaridad, y posteriormente el compromiso con los
demás. Así surge un hombre multidimensional, con un carácter que vence sus
limitaciones provocadas por el asma, que madura en una época crítica, en un
mundo en transición y con un pueblo donde surgían diversas y contradictorias
alternativas, cristianos, liberales, y la diversidad de marxismos.
Esta
convergencia entre el espíritu de una época y la personalidad de un mito crea
las condiciones para la construcción de un mito, que coincide con las expectativas
de una juventud deseosa de romper con una conducta social, orientada por el
utilitarismo; condición necesaria para el sostenimiento de autoritarismo en la
ciencia, las conductas sociales, las expresiones artísticas y en la misma organización
revolucionaria. En pocas palabras, existe una coincidencia por liberar la praxis
en todos los niveles de la existencia humana., un cambio real digno de aspirar
será cuando en las calles se instale lo extraordinario. De manera directa, la
transformación social sería real cuando la vida cotidiana cambiara de raíz. Por
ello el lema que conmovió la conciencia en el mundo: “seamos realistas, pidamos
lo imposible”
El Che
se convierte en la figura icónica de este ideal de los tiempos de crisis. Esta
figura, que no es ficción, sino construcción, empieza construirse, con aquel
acontecimiento real o retórico, que narra Ernesto Guevara en su texto La Guerra Revolucionaria en Cuba: Guevara
se integra como Médico del grupo expedicionario que llega a la isla en el barco
Granma en 1956. Pero al ser herido, no puede llevar el maletín de médico y el
fusil. Guevara se decide por el fusil. Sus convicciones su congruencia y
carácter, lo llevan al grado de comandante. Además, la toma de Santa Clara decide
el triunfo de la revolución. Pero el mito se consolida con la renuncia a los
cargos, y compromisos con la revolución cubana y a su “condición de cubano”
para integrarse a combatir el imperialismo en donde sus esfuerzos de luchador
sean reclamados
Después
de varios intentos llega a Bolivia para cohesionar la guerrilla revolucionaria,
pero se encuentra con la oposición de las fuerzas que se suponía deberían estar
en el mismo frente. Aún solo resiste la embestida del sistema en todos los
frentes, Ahí termina la vida de una esperanza, pero se consolida un mito, Mito
que sigue funcionando, aún en aquellos, que desconocen el intento más serio de
una revolución auténtica.
El
mundo vive otra época. Otros sectores son los sujetos del cambio, y por ello
nuevas percepciones y proyectos están en juegos. Por tanto, esas personalidades
que juegan un papel central en la lucha por el futuro. ¿Habráentonces las condiciones
para desmontar el mito del Comandante latinoamericano, con el fin de que emerja
una historia inmediata, que nos ubique en la nueva realidad, con el fin de
lograr un cambio real?
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario