domingo, 29 de octubre de 2017

Ernesto Che Guevara. El mito de una época.



Javier Ortiz Aguilar


La llamada Guerra Fría surge en 1954 y concluye en 1968. Este conflicto entre Estados Unidos y la URSS, se promueven guerras localizadas en regiones estratégicas como en Oriente, con el fin de amenazar al mundo socialista, y el Medio Oriente, para asegurar el control de las principales reservas petroleras, desatándose en el mundo capitalista y el mundo socialista una persecución feroz en contra de la disidencia, levando así a la humanidad “al borde de la guerra”. El temor mundial se incrementa al demostrarse que ambas potencias cuentan con suficientes ojivas nucleares para destruir todo vestigio de vida. Por otra parte, las naciones derrotadas en la Segunda Guerra Mundial, compiten por el dominio de los mercados internacionales con sus vencedores. El Aggionamiento de la Iglesia católicaobliga la revisión del compromiso cristiano y por ello, un sector religiosose une con los movimientos populares.En ese contexto, los movimientos de liberación nacional y la lucha por la paz se apoderan prácticamente de los cuatro continentes, anunciando con ello una nueva época. Esos movimientos se manifiestan en la exigencia de una incipiente sociedad civil, demandas de los trabajadores, en luchas políticas por la emancipación de las naciones, y en guerrillas rurales y urbanas.
          En todas las agitaciones subyace el deseo de la paz, justicia y  libertad. Sólo así se explica la unidad de sectores pertenecientes a distintas tradiciones, ideologías y compromisos políticos en contra de totalitarismos políticos y de mercado, una voluntad que se objetiva en una juventud culta, idealista y desinteresada, hay otras, que por supuesto si las había, eran simples “argucias de la razón” para utilizar la conocida expresión de Hegel.
          La coincidencia entre un tiempo romántico, que compromete a los jóvenes con ideales superiores coincide con la presencia de una personalidad especial de Ernesto Guevara de la Serna. El pasa su primera infancia en una familia acomodada, culta, y con una tradición de izquierda militante, Ese contesto le permite formarse integralmente. La decisión de estudiar medicina surge cuando experimenta la muerte de su abuela, y esa experiencia lo lleva a dedicarse a curar a su semejante, la medicina al servicio de los semejantes. Aquí hace coincidir su formación científica con la vocación de escritor, de crear realidades con la idea de solidaridad, y posteriormente el compromiso con los demás. Así surge un hombre multidimensional, con un carácter que vence sus limitaciones provocadas por el asma, que madura en una época crítica, en un mundo en transición y con un pueblo donde surgían diversas y contradictorias alternativas, cristianos, liberales, y la diversidad de marxismos.
          Esta convergencia entre el espíritu de una época y la personalidad de un mito crea las condiciones para la construcción de un mito, que coincide con las expectativas de una juventud deseosa de romper con una conducta social, orientada por el utilitarismo; condición necesaria para el sostenimiento de autoritarismo en la ciencia, las conductas sociales, las expresiones artísticas y en la misma organización revolucionaria. En pocas palabras, existe una coincidencia por liberar la praxis en todos los niveles de la existencia humana., un cambio real digno de aspirar será cuando en las calles se instale lo extraordinario. De manera directa, la transformación social sería real cuando la vida cotidiana cambiara de raíz. Por ello el lema que conmovió la conciencia en el mundo: “seamos realistas, pidamos lo imposible”
          El Che se convierte en la figura icónica de este ideal de los tiempos de crisis. Esta figura, que no es ficción, sino construcción, empieza construirse, con aquel acontecimiento real o retórico, que narra Ernesto Guevara en su texto La Guerra Revolucionaria en Cuba: Guevara se integra como Médico del grupo expedicionario que llega a la isla en el barco Granma en 1956. Pero al ser herido, no puede llevar el maletín de médico y el fusil. Guevara se decide por el fusil. Sus convicciones su congruencia y carácter, lo llevan al grado de comandante. Además, la toma de Santa Clara decide el triunfo de la revolución. Pero el mito se consolida con la renuncia a los cargos, y compromisos con la revolución cubana y a su “condición de cubano” para integrarse a combatir el imperialismo en donde sus esfuerzos de luchador sean reclamados
          Después de varios intentos llega a Bolivia para cohesionar la guerrilla revolucionaria, pero se encuentra con la oposición de las fuerzas que se suponía deberían estar en el mismo frente. Aún solo resiste la embestida del sistema en todos los frentes, Ahí termina la vida de una esperanza, pero se consolida un mito, Mito que sigue funcionando, aún en aquellos, que desconocen el intento más serio de una revolución auténtica.
          El mundo vive otra época. Otros sectores son los sujetos del cambio, y por ello nuevas percepciones y proyectos están en juegos. Por tanto, esas personalidades que juegan un papel central en la lucha por el futuro. ¿Habráentonces las condiciones para desmontar el mito del Comandante latinoamericano, con el fin de que emerja una historia inmediata, que nos ubique en la nueva realidad, con el fin de lograr un cambio real?

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