Octavio García Mundo“El Faraón”
El profesor García Mundo nació en Minatitlán, Ver. en
1943; su mamá decía que había nacido el 30 de enero y su acta de nacimiento el
2 de febrero, por lo cual celebraba sus cumpleaños desde el 30 hasta el 2 de febrero,
victoria de los rusos sobre los nazis en Stalingrado y quizá por eso le gustaban
mucho las fiestas y decir ¡salud¡ Al poco tiempo su familia se trasladó a
Acayucan, donde vivió parte de su infancia. Su padre Salvador García Jiménez
estudio por correspondencia la carrera de Contador privado e inglés y armado
con esos conocimientos se aventuró con la familia a la ciudad de México, donde
Octavio cursó la escuela primaria y aprendió a jugar futbol.
El padre no tuvo mucho éxito en el trabajo y
regresaron a Acayucan, donde Octavio estudió la escuela secundaria y sobre todo
se destacó como jugador de futbol en un pueblo donde casi no se conocía ese
deporte. Para burlarse de la religión de su madre y un poco la de él, lo
apodaron “Faraón”, que con el tiempo se transformó de burla a una forma de reconocimiento y fue conocido en
el pueblo más como faraón que como Octavio. Como su mamá quería siguiera
estudiando y no había preparatoria en Acayucan, le consiguió un trabajo de
velador y cobrador en un taller de torno y soldadura con un “hermano” de la
religión evangelista profesada por su mamá. Rogelio Vivas era dueño de ese
taller: “Talleres Vivas” de Coatzacoalcos, Ver. Así pudo cursar la
preparatoria, en la escuela nocturna “Miguel Alemán”, no en 3 años sino en 4
por sus problemas con el latín, lo cual anunciaba sus problemas con lenguas
extranjeras.
Como todos los fines de semana regresaba a Acayucan,
continuó jugando futbol y por otro lado profundizando su amistad con Orlando
Guillén Tapia, quien lo impulsó en la lectura de poesía, de política y sobre
todo de la revista “Siempre” y a participar en la elaboración de periódicos
estudiantiles; esas lecturas lo iniciaron en sus simpatía por las causas
populares, las cuales se profundizaron con la relación “amorosa” que tuvo con
una muchacha llamada Arminda, norteña, de San José del Oro, Chihuahua, la cual
llegó al pueblo con su familia y no obstante tener una hermana más bonita,
quizá por la inseguridad de Octavio, se acercó a ella y le echó novio, pero
como era dos o tres años mayor que él, no lo aceptó y prefirió hablarle de cine.
Cuando él le platicó de su admiración por Lawrence de Arabia, ya que había
visto esa película, ella se la explicó con otra visión: que el tal Lawrence de
Arabia no era un héroe, sino un espía inglés que había organizado el
levantamiento árabe en contra del Imperio Otomano, no para conseguir sus
independencias, sino en realidad para debilitar a los otomanos enemigos de los
ingleses y dividir a los pueblos árabes y hacerlos presas fáciles del
colonialismo; esta lección de historia, piensa fue muy importante para su vida.
Más que velador en los Talleres Vivas, fue cobrador,
por lo cual se enteró de la enorme diferencia entre lo que cobraban por los
trabajos realizados en el taller y lo pagado a los obreros: torneros y
ayudantes, lo cual provocó un intento de huelga de los trabajadores y tal ves su salida del taller lo cual se
juntó con sus deseos de abandonar ese trabajo sin mucho futuro y mejor seguir
estudiando. Como no tenía dinero para emprender el viaje a la Universidad, sus
compañeros de trabajo, hicieron una “coperacha” para costear su traslado a la Universidad.
El primer intento para estudiar la Universidad fracasó, ya que al llegar a la
ciudad de México para tratar de ingresar a la UNAM, se quedó con sus compañeros
a las puertas de la terminal de Balbuena, viendo pasar los aviones, que sólo
habían visto en el cine, lo cual facilitó les robaran sus maletas y tuvieran que regresar a Acayucan. El segundo
intento fue más cerca, a la Universidad Veracruzana en Jalapa. Una cantinera le
había aconsejado, a petición suya, que
estudiara para maestro, quiso inscribirse en la Facultad de Pedagogía, pero
como muchos querían ingresar a la misma no alcanzó cupo y se inscribió en la Facultad
de Historia, 1967-1970. Sus amigos más cercanos fueron desde ese tiempo, además
de Orlando Guillen, Javier Ortiz, Pedro Martínez y Filemón Lagunes. Tuvo la
suerte de que el curso de Historia de África lo impartiera, no un antropólogo,
sino una profesora invitada de El Colegio de México. La profesora Celma Agüero,
la cual lo deslumbró por sus conocimientos y sobre todo por su enfoque de la
historia de África desde la visión de los africanos y no desde la visión
europea de África. La maestra Celma lo impulsó a solicitar una beca para
estudiar en El Colegio de México, la cual ganó y se inscribió en el Centro de
Estudios Orientales en el Área de Medio Oriente donde la profesora Celma Agüero
y otros profesores ya pensaban en Estudios de Asia y África del Norte, es decir
un Medio Oriente Cultural, no geográfico, que se extendía hasta África del Norte y en crear el Centro de Estudios de
Asia y África, por lo cual la tesis que escribía Octavio trataba de comprender
y explicar la diferencia del militarismo latinoamericano con el militarismo
nacionalista de Nasser en Egipto. Realizó la maestría de 1971 a 1974. Para celebrar
sus 50 años y fortalecer su trabajo docente, estudió la maestría de Docencia
Universitaria en la Universidad Iberoamericana de Puebla de 1992 a1994.
En 1974, cuando todavía estudiaba en El Colegio de
México, la profesora Amelia Velázquez directora de la Facultad de Historia de
la Universidad Veracruzana lo invitó a formar parte del cuerpo docente de dicha
Facultad, trabajó como maestro de tiempo completo de 1975 a 2012. Como asesor de
medio tiempo en la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 301-Jalapa, Veracruz
de 1990 a
2008. Asesor Técnico Pedagógico en el Área de Ciencias Sociales del
Departamento de Escuelas Secundaria Generales de la Secretaría de Educación
Pública en Veracruz, 1982-1988. Le interesa de manera principal la historia
social y económica contemporánea, siglos XX y XXI, dentro de esa gran temática,
en orden de importancia: estudios de afrodescendientes, historia de África, historia
del Gran Medio Oriente y teoría de la historia.
Ha publicado: El
Movimiento Inquilinario en Veracruz, 1922, México, Sepsetentas, 1976.Diagnóstico de conocimientos de alumnos de
Secundaria en la ciudad de Xalapa, (coautor), Jalapa, Veracruz, Universidad
Veracruzana, 1984.Ciencias Sociales 1,
cuaderno de trabajo, (coautor), Jalapa, Veracruz, Jimargs Editor, 1987.El Apartheid y Sudáfrica, 48-51, en
revista del 4° Aniversario del Instituto Veracruzano de Cultura, Veracruz, Ver.
1991. Migración de afroveracruzanos de
Coyolillo, Veracruz a los Estados Unidos, 327-341, en José Monzón
(coordinador), El caribe Mexicano y otros Caribes, Memoria del XIII Congreso de
la Asociación Mexicana del Caribe/UAM, México, 2006.Continuidad africana en Veracruz, caso Coyolillo, 120-129, en
Aguilar, Cándido et al (coordinadores), Clamores y Atisbos. Acercamientos
paralelos a Alto Lucero, Edición de los coordinadores, 2009. Herón Proal y la utopía, 37-61, en Félix Báez-Jorge (coordinador),
Personajes Populares de Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz/ Universidad
Veracruzana/ Comisión Organizadora para la Conmemoración del Bicentenario de la
Independencia Nacional y del Centenario de la Revolución Mexicana, Jalapa, Ver,
2010. Colaborador de la revista Tlanestli
Por su aportación a los estudios afrodescendientes fue
designado por el gobierno del Estado de Veracruz ganador de la Medalla “Gonzalo
Aguirre Beltrán”, en su emisión 2003. El profesor Octavio García Mundo, ingresó
como miembro de número a la Academia Mexicana de la Educación, A. C. Sección
Veracruz, en 1990
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