jueves, 14 de octubre de 2021

La comunidad afromexicana: desafíos del ayer y hoy


Johan Israel Ferrer Bernabé

Cuando escuchamos que se habla de discriminación y desigualdad, estamos acostumbrados a pensar que son conceptos que sufren, principalmente, las mujeres, las personas con distinta orientación sexual, la “población más vulnerable” (la más pobre), personas con alguna discapacidad o por su origen racial. Ahora bien, hay un pequeño sector de la población nacional, que no por ser menor en cuanto a número de integrantes, deja de ser importante: la comunidad afromexicana. Esta es una comunidad que, si bien puede ser pequeña, es parte importante de la historia nacional y, además, ha contribuido en gran medida en el desarrollo de nuestra cultura. No obstante, ha sido una comunidad que se ha visto casi en el olvido, un sector cuyos integrantes sufren una discriminación y una desigualdad que bien puede ser mayor frente a otros grupos (como los que se mencionaron al principio). Por ello, en este trabajo me propongo recabar y analizar algunos datos que nos permitan entender un poco el por qué de esta situación y, a la vez, que éstos nos sirvan como punto de reflexión para que así se puedan dejar a un lado los prejuicios hacia este grupo y, para darles el reconocimiento social que merecen.

Hablar de la historia de esta comunidad, es remitirnos a una historia de esclavitud, en la que las personas de origen africano eran comercializadas por todo el mundo, así, sin derecho alguno. “Los africanos eran traídos como esclavos y vendidos en América  para ser utilizados posteriormente como cosas o mercancías –no como personas- en diversas tareas, tanto domésticas como en las minas o en el trabajo agrícola y ganadero” (Cárdenas, 2012). En la Nueva España no fueron la excepción, y se empleaban, principalmente, en las labores mencionadas en la cita, siendo así que ocupaban uno de los lugares más bajos dentro de las castas establecidas en ese momento. Y ante este hecho, sería normal que el trato que recibieran fuera menospreciable, pues, además de que eran originarios de un país de esclavos, habían llegado a un país donde había culturas establecidas que, por tanto, se podrían considerar como natales: los africanos tampoco gozaban de esto.

No obstante, si bien no son una raza originaria, lo cierto es que han formado parte de la historia (han contribuido a su desarrollo) desde que esto era la Nueva España, y cuando México se abrió paso como nación independiente.

La herencia colonial, el clasismo, la misoginia, y un temor general hacia el otro son algunos de los factores sociales y culturales que han impedido la construcción de una sociedad igualitaria e incluyente, donde la pluralidad se valore y no sólo se tolere como mal menor o signo de los tiempos (Melgar, 2012, pág. 7).

Bien es cierto que, aunque pueda parecer algo irracional, el hecho de que cuando nosotros vemos a una persona que es distinta a nosotros nos genera un “estigma”, esto es, propiciamos cierto prejuicio hacia alguien, y esto nos hace juzgarlo sin tener más fundamento que una simple opinión (Rodríguez Zepeda, 2007: 325–354). La discriminación a los afromexicanos se basa en ello, pues el simple hecho de que sean de descendencia africana, nos hace catalogarlos como “los negros”; comunidad que, al tener menos oportunidades, no se le puede ver como igual y, en otro caso más grave, lleva a emitir mensajes raciales: y esto no sólo se remite a un plano individual, sino que atañe a toda la comunidad, fenómeno reflejado a lo largo de su historia.

“Actualmente, la región en la que se concentran estas poblaciones es la denominada Costa Chica de Guerrero y en la región de la costa de Oaxaca […]. En México de acuerdo con datos del INEGI, el 1.16% de la población nacional se identifica como afromexicana” (Cultura, 2019). Como se mencionaba al principio, esta comunidad es pequeña en cuanto a número de integrantes, pues apenas alcanzan el millón 381 mil, 853 personas, y están concentrados, en su mayoría, en los estados de Guerrero, Oaxaca y Veracruz.

El que estén distribuidos en esta zona del país (pues son pequeñas comunidades que están casi internadas en la costa) es el factor principal que hace que estén más lejos de las zonas más habitadas y, por tanto, no cuenten con los principales servicios públicos, como lo son: ayuntamientos, escuelas, centros de salud o instituciones de seguridad. Hecho que marca un cierto retroceso, porque no pueden acceder de manera tan fácil a los bienes garantizados a la población.

Para ejemplificar esto, con base en un mini documental realizado por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, se da el testimonio de Bertoldo Godofredo Narváez Mariano, activista habitante de Santiago Tapextla, Oaxaca, en el que hace mención a esa desigualdad en la que viven los afromexicanos:

El indígena tiene una Procuraduría indígena, es la defensa de la raza indígena. En una ocasión vivía una pareja indígena acá, de la cual se iba a aliviar la señora: llega la unidad médica y la ven, ya se iba a aliviar, pero estaba mal; la vinieron a traer en helicóptero y se la llevaron a Jamiltepec al hospital grande. En cambio, se enferma una negra y la tuvimos que llevar (porque estaba el agua fría, honda) a Cuajinicuilapa para que la atendieran. Entonces no se preocupan por los afromestizos. (UAM-Iztapalapa, 2017,  8:20).

Éste testimonio nos hace ver dos cosas; la primera, en efecto, los afromexicanos no cuentan con los servicios públicos más indispensables en los lugares en los que viven, y esto los hace trasladarse a otras localidades para que puedan ser atendidos; la segunda, de hecho, incluso hay una mayor preferencia por los indígenas que por los afromexicanos. Pues, aunque la población indígena también se encuentre en circunstancias marginales, la comunidad afromexicana está peor, porque su lucha apenas está comenzando, para que se les brinde el trato igualitario que merece cualquier persona.

Y, si bien ya se ha trabajado en la reforma al Artículo 2 de la Constitución, donde se reconoce a los pueblos y comunidades afromexicanas (Cámara de Diputados , 2019), es claro que no basta con hacer mención de que se les ha reconocido constitucionalmente, si en la realidad vemos que esta comunidad sigue viviendo bajo las mismas condiciones de desigualdad que las ha mantenido marginadas, y que no les ha permitido siquiera disfrutar de los servicios a los que todos los individuos deberían tener derecho, como lo son: la educación, la salud y su bienestar.

Así pues, se puede llegar a la conclusión de que, a pesar de que ya han pasado casi 500 años de la llegada de los primeros africanos a estas tierras, en la actualidad, los descendientes de esos esclavos siguen viviendo bajo condiciones (si bien ya no de una esclavitud) de marginalidad, reflejo del olvido en que se les tiene.

Asimismo, también es claro que cada individuo debe dejar de lado cada uno de sus prejuicios sobre esta comunidad, pues, aunque haga falta mucho por trabajar en el aspecto infraestructural, es cierto que desde el plano individual se puede hacer bastante para ir generando un cambio como sociedad en la que todos, al menos en lo que se refiere en tanto a personas, nos demos cuenta que por muchas diferencias físicas que podamos tener, todos somos iguales en nuestra naturaleza de seres humanos.

Fuentes de información

Cámara de Diputados . (20 de junio de 2019). Cámara de Diputados . Obtenido de Cámara de Diputados:    http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/Boletines/2019/Junio/28/1888-La-Camara-de-Diputados-reconoce-a-los-pueblos-y-comunidades-afromexicanas

Cárdenas, J. (26 de abril de 2012). MEXICO NEGRO A.C. Obtenido de MEXICO NEGRO A.C.: http://mexiconegroac.blogspot.com/2012/04/la-mascara-de-la-historia-los-pueblos.html

Cultura, S. d. (29 de mayo de 2019). GOBIERNO DE MÉXICO . Obtenido de GOBIERNO DE MÉXICO: https://www.gob.mx/cultura/articulos/los-pueblos-afromexicanos-y-el-reconocimiento-de-su-diversidad

Melgar, L. (2012). Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género. Suprema Corte de Justicia de la Nación; Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; Instituto Electoral del Distrito Federal, México.

Rodríguez Zepeda, J. (2007). “Igualdad y no discriminación: dilemas conceptuales de la acción afirmativa”. En J. Rendón Alarcón (Coord.), Filosofía política: sus clásicos y sus problemas actuales, Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, México, pp. 325 – 354.

 UAM-Iztapalapa (UAMVIDEOS), (11 de julio de 2017). “Somos afromexicanos” [archivo de video]. Recuperad https://www.youtube.com/watch?v=OHlWGA0zfiY

                                                  


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