EL
CANTO, LA MÚSICA Y EL RITMO AL BAILAR, FUERON LA ALEGRÍA DEL XIII ENCUENTRO DEL
HUAPANGO EN COLATLÁN, EN EL MUNICIPIO DE IXHUATLÁN DE MADERO, VERACRUZ, MEX.
Benito Carmona Grajales.
El
pueblo de Colatlán se vistió de música, colorido y alegría al llevar a efecto
su tradicional “Cascada del huapango” los días 27 y 28 de
diciembre. Todo enmarcado en su tradicional Expo feria Colatlán 2014.
Antes
de este encuentro comenzaron a llegar, tanto los visitantes, como los
familiares que hacía tiempo no convivían con sus coterráneos por tener
actividades fuera del terruño. Desde ahí, la alegría se fue haciendo patente en
un ambiente de fiesta. Los comerciantes van cubriendo de colores las calles y
la plaza del pueblo con sus productos y artesanías. El zacahuil junto con toda
la gastronomía regional inunda de atractivos olores que mueven el apetito. Hay
música de violín que brota de los patios y avenidas; la jarana y la quinta
huapanguera funden sus ritmos entre risas y abrazos de amigos y familiares.
Colatlán
es un valle regado por el río El
Aguacate cuyas cascadas le dan sabor a los cerros y armonía al paisaje. Los
sembradíos de milpa, potreros y naranjales matizan de verdor envolviendo al caserío
que semeja un colmenar viéndolo desde cualquier cerro de los muchos que rodean
al poblado. Quien visita estos lares no se queda con las ganas de probar aunque
sea un traguito de su aguardiente, totalmente artesanal, fabricado con
fermentos de pilón y que le han dado al pueblo fama en toda la República.
Este
año las festividades de la fiesta fueron patrocinadas por diversos organismos
gubernamentales y comités de feria como SECTUR, CDI, SEDESOL, IVEC, CONACULTA
Y, sobre todo, las autoridades municipales y el comité de Feria. Sin embargo,
cabe aclarar, la fiesta se hace con todos los que asisten y los pobladores que
ríen, cantan y bailan al son del huapango. Claro, no falta el tradicional palo
volador con sus danzantes universales de Papantla.
A
las 6 de la tarde de los días 27 y 28 comienza el encuentro del huapango, pero
antes ya se dieron otras actividades como talleres de violín, quinta
huapanguera y jarana huasteca; Hay presentaciones de baile de diversos grupos
locales o visitantes, conferencias de diversos temas y la espectacular
actuación de los Voladores de Papantla.
Comienza
el Encuentro de Huapangueros, las melodías encienden la euforia tanto de
ejecutantes como del público. Antes ya hubo un registro de los tríos que
participan. Los sones como El Querreque, arrancan los aplausos por sus versos
de picardía que cada grupo le acomoda a su gusto, se escucha La Azucena, El Huerfanito,
El Hidalguense, Las tres huastecas, La Acamaya, El Caimán, Rogaciano el
huapanguero, La presumida, entre otros sones ya clásicos o de los nuevos que se
van produciendo.
La
tarima se va llenando de bailadores que gozan de este doble espectáculo de
música y cantos junto con el ritmo que dejan los zapatos en la madera. La noche
no alcanza y hay que seguir al otro día.
Como
siempre, la participación de tríos huastecos fue muy nutrida. El distrito
Federal fue quien envió a mayor número de embajadores. Se tuvo la participación,
tanto de músicos como de parejas que bailaban, de San Luis Potosí, de
Querétaro, de Guanajuato, de Puebla, de Tamaulipas; claro, los grupos huastecos
de Veracruz, el estado anfitrión, también fue muy copiosa, destacando todos por
su maestría en la ejecución.
La
música huasteca casi siempre ha sido representada por grupos de hombres. En los
últimos tiempos la presencia de la mujer se ha ido destacando cada día más. En
este encuentro la mujer tuvo una presencia ejemplar. El trío Ixhuatlán, formado
por las hermanas Arredondo acompañadas por su hermano en la quinta, desataron
la emoción y los aplausos del público que se emocionaba en cada momento. Es
justo mencionar, también, la entusiasta presencia de Las Palomitas de la Sierra,
trío integrado por las hermanas Julieta, Tulia y Patricia González Oviedo que,
desde el Estado de Guanajuato, llegaron para aumentar el entusiasmo y la
alegría de los bailadores y espectadores. Sus voces en plena armonía con el
violín, la jarana y la huapanguera dieron una muestra magistral en este género
de sones. La región aportó la música de Chapopote, de Álamo, Tepetzintla, entre
otros. Córdoba y Tampico también
estuvieron presentes.
Las
Hermanas Valdés, que desde Pánuco han llevado sus coplas y cantares a varios
países del mundo, después de haber recibido un reconocimiento de manos de las
autoridades y de los organizadores, arrancaron los aplausos con sus trovas
acompañadas por el Trío Colatlán.
Después
de esta fiesta, al retornar a sus hogares, cada uno de los asistentes lleva un
sabor de boca que huele a paisaje, a jovialidad, a música y alegría. Y la
invitación explícita para no faltar a la próxima Cascada del Huapango, porque
Colatlán, en Ixhuatlán de Madero es, ante todo, amabilidad y cortesía.
benitocarmona52@hotmail.com
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