La libertad de expresión, es y ha sido uno de los reclamos sociales, más aún dentro de esta sociedad de la información y comunicación en la que nos encontramos inmersos.
La información en la actualidad fluye, en los diferentes medios: prensa impresa, radio, televisión y ahora internet, exponiendo a la opinión pública problemas de corrupción, inseguridad, crimen, economía, política…
También las extralimitaciones en la información y comunicación son evidentes, debido, entre otras causas, al mercantilismo, ausencia de ética profesional o sencillamente por tendencias grupales o individuales.
En consecuencia, en el análisis de la información la sociedad debe evaluarla, y uno de los criterios será diferenciar entre los dos tipos de comunicadores con presencia en los medios: periodistas y no periodistas.
Los no periodistas, por denominarlos de alguna manera, son aquellas personas con intereses perfectamente definidos debido a su actividad principal: política o económica. Sin duda, ellos ejercen la libertad de expresión aprovechando los espacios ofrecidos en los medios o con sus propios recursos económicos.
En el caso mencionado, la objetividad de la información es bastante cuestionable en consideración a los intereses representados por ellos, incluso por la propia condición humana.
Dentro de este rubro también se encuentra la sociedad civil, ciudadanos preocupados por problemáticas determinadas, son analistas y desde su perspectiva ofrecen su punto de vista. Análogamente, su óptica en diversas ocasiones es reduccionista, que no sin fundamento por el dominio y conocimiento de su ámbito.
Los periodistas, a su vez, aquellos que han hecho de la información y comunicación su oficio, viviendo de ello y para ello, por lo menos en teoría se deben a la sociedad y la información obedecerá a la objetividad exigiéndoseles profesionalismo.
Precisamente y de manera tradicional el Día de la libertad de expresión se instituyó como una forma de apreciar la labor periodística. Desde el año de 1951 el 7 de junio -siendo presidente de la república Miguel Alemán Valdés-, el Estado a través de sus tres niveles de gobierno, reconoce esta labor galardonando y conviviendo con comunicadores.
La conmemoración del Día del periodista como se le conoce comúnmente, también se lleva a cabo en el seno de una infinidad de organizaciones periodísticas de carácter nacional, estatal y local.
A estos, a los periodistas, por la imparcialidad y objetividad de su criterio, son a los que se ha dedicado el Día de la libertad de expresión. La sociedad exige haya informadores profesionales, pero también sabe reconocerlos.
Si la sociedad reclama información acertada, fidedigna, responsable y el Estado la garantiza en sus artículos 6º y 7º constitucional, entonces el periodista debe ejercer la Libertad de expresión sin cortapisas.
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