¡OH, MADRECITA!
Por Fernando Hernández Flores
Tú que me brindas
mucha ternura con tanto amor.
Tú que me has dado
la palabra y el corazón.
No quiero que sufras.
¡Mi dulce madre, mi dulce voz!
Mi alma era piedra
ahora, ya no.
Eres mi madre
quién me ha cuidado
y mal me he portado.
Una gran verdad
me has compartido
más mi ignorancia y prontitud
me enajenaron y destruyeron.
Bien lo sabías
más no encontraste como decirme
y esa era causa, de que sufrías.
Hoy te considero
soy el culpable
un egoísta
soy de lo peor.
Y sin embargo
no soy el mismo
porque he cambiado
te adoro y valoro.
¡Oh, madrecita!
Gracias por ser
mi inspiración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario