sábado, 15 de enero de 2022

CASI CENICIENTA

 

 

Para mi Amiga Azul Yuzuru

Por su cumpleaños 20

 

-¿Mamá por qué no tengo chambelanes?

-Porque estamos en Pandemia hija

Oído en la Colonia Guerrero

 

         A pesar de la modernidad y ahora de La Pandemia, para muchas mujeres cumplir 15 años y tener su respectiva fiesta; sigue siendo el primer evento importante de sus vidas.

         Porque según la muy mexicana tradición; cuando una niña llega a esa edad pasa automáticamente a ser una señorita; como la fábula de la oruga y la mariposa

         Para Vianca Lizette Hernández Hernández no fue la excepción, aunque los suyos fueron unos bastante peculiares casi sacados del Cine Mexicanos en una película dirigida por el “Perro Estrada”

         Primero en vez de celebrárselos el 25 de enero del 2017 o el fin de semana más cercano; por diferentes razones lo hicieron el sábado 24 de diciembre del 2016; cuando apenas tenía 14 años.

         Luego confiadas a que la iglesia donde se celebraría la misa; estaba a cinco minutos caminando de su casa; tomaron las cosas con demasiada serenidad y calma.

         La fueron a peinar a un salón que estaba a media hora de su casa y por lo elaborado del peinado; los del salón de belleza se tardaron más de lo debido y ahí empezaron las prisas para todas las mujeres de la familia que la estaban ayudando.

         Regresaron a su casa a las 11:00 y la misa era a las 12; el problema era que Vianca no se había puesto el vestido para no arrugarlo. Se trataba de uno clásico de estas fiestas color verde menta.

         Los zapatos de tacón o zapatillas en vez de ser blancas o un color pastel que fuera de acuerdo con el color del vestido; eran negros, como si se tratara de una quinceañera darketa.

         Por fin las tías, primas y su mamá habían conseguido que luciera muy bonita como si fuera literalmente una princesa de cuento de hadas o salida de una película de Disney.

         El problema que cuando todas vieron el reloj ya eran 12:05 y la misa tenía corría el peligro de cancelarse; si el cura no veía presente a la festejada y la diera por terminada.

         En su desesperación porque eso no sucedería todas salieron corriendo de la casa incluyendo la quinceañera que se le olvidó ponerse unos tenis o zapatos más cómodos para llegar a la iglesia y lo hizo con las zapatillas puestas.

         Llegó a las 12:10, pero en la última escalera antes de entrar al templo perdió la zapatilla derecha y por fortuna; su progenitora iba detrás de ella y la puso recoger.

         Cuando el cura daba las primeras palabras de la ceremonia; su mamá se acercó molesta; cuando su hija ya estaba sentada frente al altar le puso la zapatilla en el pie derecho y antes de irse a su lugar; en tono de reproche le dijo a:

Vianca Lizette Hernández Hernández:

“¿Quién te crees…

Cenicienta?”

La Casa de Las Lunas

22:00 – 23:00 p.m.

1/I/2022

 

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