Gustavo Cadena Mathey
Querido Gus: Cuando supe lo de tu hijita, mi corazón se
estremeció, pero confié en Dios y en una oración que el día de ayer casualmente
encontré para pedir por los hijos a La Virgen del Socorro, sé que tu hijita
regresó con ustedes, las oraciones de todos los que te queremos y sabemos de tu
ética profesional, lamentamos el hecho, pero confiabámos en que todo saldría
bien. Extensivo a tu familia, están en el corazón de todos los hombres de buena
voluntad. Con afecto: Nina Salguero.
Buen día apreciado lector:
Desde el viernes 30 por la tarde, cuando pensaba sobre qué
escribir para este lunes, a propósito de mi cumpleaños y de tantos amigos que
me felicitaban, encontré en la red un pensamiento de una venezolana sensible
que escribió sobre el paso de los años:
“Cuando los años cierren mi memoria, ¡aún así, siempre habrá
algo que me llevará hasta ti; y en ese instante ¡mis labios pronunciarán tu
nombre!”.
Pensaba insistir sobre esa emocionante sensación que nos
abriga al cumplir años, describirla. Pero entonces definí que más emoción
proiporciona, tener amigos de a deveras que te recuerden en fecha tan especial,
por eso cada vez que llega ese día, para este reportero resulta muy especial,
pero tan especial que uno se pasa la jornada tratando de agradecer a través de
la red de redes, o llamadas personales que emocionan aún más, a mi familia
dispersa por el mundo, a los numerosos amigos que suelen recordarme con
generosidad y me desean toda clase de parabienes. Si, en verdad es algo super.
Por la noche salí con mi esposa a celebrar. Como a las doce
y media empezó la pesadilla. Alguien nos avisó de inmediato: “¿Llamo al celular
de…, es usted la mamá de…?, aquí tengo…”. De volada atravesamos la ciudad para
llegar con el providencial mensajero. De entrada vi en el lugar una prenda de
mi hija y a pesar del estremecimiento que impactó mi cuerpo me contuve.
Platicamos los detalles de cómo se los habían llevado. Eso fue clave.
Con mi otra hija nos pasamos toda la noche y la madrugada
enviando mensajes y su foto por las redes, hablando por teléfono y recibiendo
la solidaridad del gremio y los amigos. Sobre todo, rezando.
Fueron largas horas de angustia pero también de esperanza,
porque María del Angel y Nery son dos jóvenes trabajadores, buenas personas,
nobles, que no le hacen mal a nadie y que solo habían salido con algunos amigos
a celebrar el cumpleaños de mi hija que fue el 27.
Quienes los raptaron deben tener algo de buenos
sentimientos, los llevaron a un lugar quién sabe dónde, los trataron bien, los
interrogaron sin amenazas y luego de tres o cuatro horas los llevaron a un
lugar y los soltaron.
A las cuatro y media supimos la buena noticia, fuimos por
ellos y empezamos el nuevo ritual de la acción de gracias.
Dice la Primera Lectura en la misa dominical (gracias Padre
Suazo por su apoyo) “yo haré correr la paz sobre Jerusalem como un río. Y la
gloria de las naciones como un torrente desbordado”. Ya en el Evangelio, se
relata que Jesús dijo a los apóstoles; “cuando entren en una casa digan: “que
la paz reine en esta casa” y si ahí hay gente amante de la paz, el deseo de paz
de ustedes se cumplirá”. Así lo creo.
Todos los mexicanos, los veracruzanos, los acayuqueños,
todos somos amantes de la paz, en Xalapa, en Acayucan, en todo Veracruz
queremos vivir en paz. Que en su casa y en todos los hogares de Veracruz haya
paz. Gracias de todo corazón a quienes trajeron la paz al hogar de este
reportero.
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