Raúl Hernández Viveros
En el ensayo “Una
lingúistica mesoamericana”, de Juan A. Hasler, insertado en el número 12 de “La
Palabra y el Hombre”, octubre-diciembre de 1959, abarca la propuesta de un
vasto campo de investigación de ciencias sociales. Sustenta la posibilidad de
relacionar las antiguas concepciones de las
palabras y sus significado en los idiomas indígenas. De tal manera examinar las
metáforas; como por ejemplo “alma piedra”, o bien “alma árbol”. Por otra parte,
Juan A. Hasler defin que: “Nuestro
vocabulario trata de abarcar estos problemas, pero sin resultado. Necesitamos disponer de un mayor número de
vocabularios, de grámaticas y de textos analizados. Para esto hace falta que
los diccionarios que se publiquen enfoquen a los hechos de la cultura local y
no se limiten a un número reducido de vocablos, ejemplo del primer tipo es el
“Huichol” y del segundo “el Mazahua”, ambos publicados por el Sumer Institute y
publicar en multilih todo el material de sus archivos, pues por incompletos que
puedan parecer no dejan de contener datos aprovechales”.
Esta propuesta comprueba
el papel del docente y de la investigación, por parte de un impulsor del
estudio de lingüística en México, que con pocos recursos a su disposición, hizo
una labor fundamental en el campo de la antropología. Por lo cual se insiste en
las afirmaciones de Colin Murray Turbayne: “Todo nuestro conocimiento está
relacionado con los signos”. Aceptamos la presencia de cosas , pero no
llegamos, y tampoco advertir y conocer. Al mismo tiempo lo que se conoce ya no
se nota. “Conocemos una cosa cuando la comprendemos y esto sucede cuando
podemos interpretarla o decir qué significa. Macbeth no sabía que las tres
brujas eran mujeres, porque sus barbas le impedían “interpretar” que lo eran.
Podemos llamar artificiales a los signos inventados por los seres humanos, en
oposición a los naturales. Sin embargo, los objectos naturales no son signos aunque
puedan llegar a serlo. De la misma manera,
las palabras habladas son signos, pues los sonidos emitidos pueden
convertirse en palabras”. Con la comprensión del pensamiento mesoamericano,
Juan A. Hasler estudia el lenguaje común de los pueblos indígenas. Analiza el
significado de algunas palabras y descubre en las significantes qué palabras
distintas tienen cierto parecido en nombres iguales. Los conceptos representan ricas variantes de los
diferentes idiomas.
Juan A. Hasler explica
que: “Para el lego en materias lingüísticas, la simple terminología técnica es frecuentemente causa suficiente
para impedirle la lectura de trabajos glotógicos , tanto porque el enigmático
significado de dichos términos le vedan en realidad la comprensión de tales
trabajos, porque las frases condimentadas con las misteriosas adjetivaciones
resultan en un estilo poco atractivo al que no es especialista y levantan una
barrera afectiva que supera al lingüísta hasta de sus colegas más inmediatos,
que en nuestro campo americanista, son los etnólogos y arqueólogos”.
Efectivamente, estas líneas de introducción a su ensayo “ Una lingüística
mesoamericana”, son suficientes en determinar el hermetismo del estudio. Aunque
en general pueda comprenderse la valiosa e indispensable discusión sobre la
aportación científica involucrada con el conocimiento de idiomas indígenas que
todavía en nuestros días se hablan en diversas zonas de la Republica Mexicana.
Se trata de un estudio erudito que sería conveniente señalar como modelo desde
una perspectiva de proyección científica. El ciclo del trabajo de investigación
distingue el planteamiento de conocimientos acumulados por Juan A. Hasler: las
técnicas de obtención del material la hipótesis que lleva la evidencia del
encuentro de nuevos conocimientos: En la selección del significado de las
palabras indígenas se encuentra la sistematización del material recogido y su
presentación formal en el informe final.
La capacidad para dudar e inquirir la proyección de la investigación que hasta nuestros días funcionan los juicios
y proposiciones , alcanzando toda actividad intelectual. La unidad y
combinación de contenidos en las definiciones de las palabras indígenas establece
el reflejo de la actividad de los seres humanos
que develan con sus idiomas algunos misterios de su pensamiento. También
se busca la precisión de las fuentes de bibliográficas y el trabajo de
observación o encuestas en las regiones indígenas. La investigación concreta su
utilidad en posteriores estudios de la lingüística en México e Hispanoamerica.
El conjunto de datos transmitiron y facilitaron la información científica que
circula como fuente de información bibliográfica. Esta revisión situa las
técnicas de investigación y la mtodología del informe del documental.
La imaginación creativa
de la realidad lleva a la búsqueda de la revisión de textos. La lectura d la edición
de “Cuentos de los hermanos Grimm”, selección
e introducción de Clarissa
Pinkola Estés, ubica en sus páginas 53 cuentos clásicos que se caracterizan por
corresponder a la versión de temas originales, escritos para un público
infantil, pero que plantean temas universales y problemas humanos. Las fuentes
fundamentales del trabajo de la recopilación de Jacob Y Wilhelm Grim
(1785-1863) y (1786-1859). La captura del habla popular que se registra
oralmente permite su conservación hasta nuestros días por la labor de
investigación y traducción de la psicoanalista Clarissa Pinkolsa Estés, las
versiones de Inés Beláustgui y los dibujos e ilustraciones de Arthur Rackman.
Después de la lectura de
la obra “El vuelo de ganso salvaje”, de Joseph Campbell, en la versión castellana en 1998; se logra
obtener rica información en las siguientes recomendaciones: “1. El investigador
que se desee escribir un ensayo monográfico sobre una narración tradicional
(cuento popular, saga, leyenda , anécdota), deberá conocer todas las
versiones (variaciones) impresas e
inédictas existentes, sin importar su idioma . 2) Luego deberá comparar todas estas versiones
cuidadosamente punto por punto, dejando de lado cualquier prejuicio u opinión previa al respecto. 3)
Durante el curso de la investigación, deberá tener siempre presente el lugar y
el momento de aparición de cada una de las versiones. El lugar y el momento de
aparición de cada una de las versiones. El lugar de nacimiento de un determinado cuento, será generalmente,
aquel en el que aparezcan las versiones
mas fecundas, allí donde la estructura narrativa parezca mas consistente y
donde las costumbres y las creencias locales contribuyan a ilustrar el sentido
del relato. Cuanto mas se aleje una historia de su lugar de origen, mayor será el deterioro que experimente”. Con
esta metodología el investigador puede llegar a definir las características de
su proyecto de trabajo o estudio interpretativo. Aunque la misma doctora
Clarissa Pinkola Estés cita un fragmento extraído de su libro:” Mujeres que
corren con los lobos”, editado en 2000.
“Los cuentos de hadas
terminan al cabo de diez páginas, pero nuestras vidas no. Somos colecciones de
varios tomos. En nuestras vidas, aunque un episodio equivalga a una coalición y una quemadura,
siempre hay otro episodio que nos espera y después otro. Siempre hay
oportunidades de arreglarlo, de configurar nuestras vidas de la manera que
merecemos. No hay vidas de la manera que merecemos. No hay que perder el tiempo
odiando un fracaso. El fracaso es mejor maestro del éxito. Presta atención a su
antiguo mensaje. Estamos a su antiguo mensaje. Estamos aprehendiendo lo que son
las pautas perjudicales, para poder seguir adelante con la fuerza propia de
quien puede presentir las trampas, las jaulas y los cebos antes de caer en
ellos o ser aatrapados por ellos. ”
En la observación del
mundo, la narrativa de las experiencias de la vida, no significan nada sin el
poder de la curiosidad por conocr más. La lectura primordialmente siempre
explora en los proyectos y propuestas estéticas de narradores destacados. El
sentido de la fantasía lleva a cabo la
apertura al imaginario colectivo del relato. El narrador acepta el papel de
transformarse en el portavoz de la herencia cultural. Aquella voz que transmiten
los ancianos sabios acerca de acontecimientos que forman los episodios
históricos. Los cuales son trasladados por los cronistas indígenas y españoles,
que pueden llamarse escribanos,
notarios, escritores y autores, quienes desembocan en la limitación única de escribir
lo mejor posible. La originalidad pertenece al pasado. Con la lectura puede
advertirse que el escritor se parece por costumbre a todos los textos sagrados
que los antiguos maestros comunicaron a
sus colegas y discípulos. Lo irracional
y misteriosos puede desplegarse en el esfuerzo de la conciencia por enfrentarse
a la experiencia narrativa es decir, iluminar la lucidez del pensamiento.
La prolongación de la
creación de las cosas está en el acto de la comprensión a través de su lectura.
El enlace de la realidad imaginaria con la realidad vivida depara el llegar a
las alturas del conocimiento del relato, como un viaje exterior e interior de
cada uno de nosotros. La intención cognitiva es el factor primordial del material creativo.
Las narraciones descifran a los hechos y los símbolos, y al comprenderlos se
vislumbran las dudas y preguntas de cualquier intento de narrativa. Vivir y recrear la forma y el
contenido de la lectura de cada relato abre la aproximación a la creatividad, y
esencialmente es un acercamiento al fenómeno literario. El estudio del lado
oscuro de la naturaleza sobresale en la supervivencia del relato. La realidad y
fantasía ofrecen las diversas y ricas propuestas del yo y de todos. La
ficción abre la posibilidad de las
técnicas para comprender el universo sagrado de los dioses aztecas, que se abren hacia el auto-desnudamiento ante
los demás que ahora son los lectores.
En la variedad de seres
fantásticos, se estudian y analizan las estrategias narrativas y conocemos el
dominio de lo maravilloso. La tradición narrativa muestra los ingredientes de
los relatos que se basan en las sensaciones del corazón, lo cual origina el
viaje y el encuentro con el inconsciente inmerso en la naturaleza humana y
religiosa. El sentido certero de la inteligibilidad supera el todo armónico de
la conjunción del pensamiento prehispánico que advierte la oscuridad de las tinieblas en la creación
de las cosas.
Desde la antigüedad se
ocupaba la tinta negra y roja para describir en lo blanco de la hoja de papel,
los ricos y variados aspectos de los códices, o pinturas que hablan y
distribuyen la historia de los cinco soles. Después con la gramática se ensaya
la escritura de la voz narrativa de los protagonistas, que reubica la
expresividad y construye la estructura del edificio de la narración. Esta
función requiere del destinatario que analiza los ritos y leyendas.
Entre las llaves del
relato tiene un papel importante el poder de la memoria y el tiempo. El relato
contribuye a los recuerdos de los seres humanos. Dentro de la cotidianidad
sobresale la operación de descubrir el conocimiento; esta actitud es una virtud
del ser humano. Las posibilidades del relato ofrecen el camino hacia la
aventura del mundo del mito. Con lo cual, comprendemos a nuestros semejantes,
aceptar el espacio de los otros y al mismo respetar el infinito donde está la
esencia de la cosmovisión prehispánica. No obstante, las fronteras, de la
realidad y el sueño, o el logos y el mito van de acuerdo casi de la mano, en un
perfecto balance que es la voluntad de vivir en armonía, y asimilar el paso
efímero de la existenciaEsta ambigüedad forma parte de los mejores fragmentos
misteriosos que hay que ubicar
principalmente en la creación del mundo azteca.
En los episodios el
tiempo deja de existir, y se funde el pasado con el presente, el mañana es hoy,
como acontece con el nacimiento de los primeros dioses, animales y plantas
sagradas. Fuera del tiempo, la memoria guarda secretos a todo tipo de mensajes
que sufren el encantamiento emocional al revivir las pasiones, los conflictos o
las situaciones que tendrán que pasar por la reflexión histórica. La
ambivalencia religiosa deslumbra el terreno de las emociones, y la voz
incorporada en las palabras describen letra a letra la metáfora de las
creencias transforman y dan belleza al sentido religioso.
Con las llaves del
pensamiento, antes de comprobar el sentido de las palabras que están delante de
sus ojos, despierta la emoción de una nueva visión del mundo, sobre lo que lee. En esta visión del relato significa
la creación literaria que recapacita en
la misma recreación del mundo, e intenta explicarnos la función de cada uno de
nosotros. El uso de la voz narrativa
libera a las palabras, y el escritor tiene en sus manos el efecto de darles un
tono, ritmo y definición para poder escucharnos dentro de nosotros mismos. La
máxima expresividad pertenece al momento crítico del sello individual y
personal de los narradores. El sentido fundamental de las palabras será el de
llegar a trascender la intensidad y precisión que reconozca haber llegado al
universo de la literatura. Al juntar las palabras sobre la hoja de papel en
blanco, el misterio de la vida se transforma en una hondura insondable. En el
arte de la narrarrativa azteca hay que estudiar
la tradición oral que lleva a la
comparación con otras obras
monumentales de colecciones de fábulas que se encuentran en la antigüedad de la
India o la China. En la épica griega y
romana y los relatos árabes. La realidad
y la ficción en la aprehensión de todo los que nos rodea y sus
interpretaciones. La variedad estética en las estrategias narrativas y el
dominio de la oralidad. Los ingredientes
que parten de la mitología. El viaje o la salvación y rescate del inconsciente.
La inspiración como sustento de la brevedad existencial. La singularidad de la
precisión. La temática religiosa de la tensión o intimidad. La lucha contra la
oscuridad y el miedo hacia lo desconocido que es la eternidad. La creación de
personajes, ambientes y las formas de hablar. La intuición de mirar al otro
lado de la realidad, y el compartir la
soledad. La sutileza y alusión como ilusión. La sensibilidad de identificar el
mensaje, las señales y destellos de la creación del mundo. El contenido y la forma,
los argumentos de un sistema cognitivo elemental y primitivo, como elemento
del mito.
Para la comprensión de
las frases narrativas por sí solas es necesario comprender el texto narrativo,
e interpretar sobre la coyuntura de plantear una historia apropiada para el
interés de cualquier tipo de lector. A través de la disposición de materiales
narrativos lograr el seguimiento y comprensión de las acciones, pensamientos y
sentimientos que reflejan la materia prima de la historia narrada, que logra la
aceptación significativa de sus últimas concecuencias.
Algunas interpretaciones
tienen como objetivo la articulación de las partes de un texto narrativo pero
no en su conjunto. Louis Mink[1] argumenta que las narrativas
desembocan en sus totalidades, requieren de la actitud en la perspectiva y
naturaleza de los juicios de valor. El descubrimiento de datos, hechos,
informaciones llevan el traslado del conocimiento a los lectores, quienes
reelaboran la escritura con el poder de los significado y los significantes.
Mink insiste que: “Sin embargo, las narrativas contienen indefinidamente
muchas relaciones de ordenación, e indefinidamente muchas formas de combinar estas relaciones. Es
esta combinación a lo que nos referimos cuando hablamos de la coherencia de una
narrativa, o de la falta de coherencia. Es una tarea no resuelta de la teoría
literaria clasificar las relaciones de ordenación de la forma narrativa; pero,
sea cual sea la clasificación, debería estar claro que una narrativa histórica
pretende la verdad no simplemente de cada una de sus aserciones individuales
tomadas distributivamente, sino de la forma compleja de la propia narrativa”.
Michel de Certeau[2] vincula el método científico
con la creación literaria, donde la historia que representa el pasado
corresponde al "rito de sepultura". En este proceso lo que pertenece
al pasado ya está muerto, y el presente en cada instante desaparece como una
metáfora de lo que estuvo vivo. Paul Ricoeur[3] agrega que con la explicación
se destacan los aspectos filosóficos del texto histórico. Lev Smiónovich
Vigotski[4] escribe que: “Es de suma
importancia resaltar el carácter de ultratumba, del más allá que tiene el dolor
de Hamlet, pues todo él es dolor, como la tragedia entera es dolor.” El creador del paradigma socio-cultural, sus
estudios se basan en el lenguaje como una función comunicativa con el entorno
social. Además de regular el
comportamiento y reorganizar la transferencia del conocimiento a través de los
afectos y emociones, se reorganiza la memoria. Distingue la memoria natural y
la memoria indirecta y con estas herramientas i
incorpora la comprensión de las señales y signos en la comprension
significativa, función social, individual, comunicativa, intelectual y simbólica.
A través del habla
social, egocéntrica, e interior, el significado de la palabra constituye la
unidad del pensamiento de las palabras que describe un concepto estableciendo
un acto intelectual. El lenguaje, donde las variaciones del significado de las
palabras se refieren al contenido de la evolución de las diferentes formas del
pensamiento. Vigotsky reconoce tres modalidades en el desarrollo del
significado: Pensamiento sincrético: subjetivo, variable. Complejos: agrupación
de un conjunto de objetos concretos vinculados entre ellos de forma real y
concreta. Dentro de los complejos se encuentran los pseudo-conceptos: que
realizan la función de enlace entre el pensamiento concreto y el pensamiento
abstracto, en una armonia entre la forma y el contenido.
Reinhart Koselleck[5] analiza el tiempo histórico en
el espacio de la experiencia y el horizonte de la expectativa. Desde tiempos
inmemoriales la trasmisión de la historia es a través del lenguaje como primera
interpretación del mundo. Gracias a las traducciones de Ángel María Garibay
Kintana[6], hasta nuestros días llega la
crónica oral de los orígenes de Mesoamérica:
“Descendieron
un día los dioses a una caverna, en donde el Príncipe-Niño estaba yaciendo con
la diosa Flor-Preciosa. De su connubio nació un dios llamado Maíz. Fue
sepultado en la tierra este dios recién nacido y de su cabello brotó el
algodón; de una de sus orejas, una muy buena semilla que es la “cabeza
cabelluda”, y de la otra, una muy bueno que se llama “huevos de pez”, de su
nariz fue formada la planta que llaman chian, excelente para templar los
ardores del estío. De sus dedos, brotó una planta que yace bajo la tierra y es
el camote de sus uñas, el maíz largo, base del humano sustento, y del resto su
cuerpo, mil otros variados frutos, que los hombres siembran cosechan. Por esto
el nombre que lleva aquel dios es de Niño Amado.
Hecho esto, aún dijeron todos los dioses:
Triste vivirá el hombre, si no hacemos para él algo que le produzca alegría. Es
menester crear algo le haga tomar amor a la Tierra, para que cante y baile,
para que nos sirva y alabe. Oyó aquello el dios del Viento, y se puso a cavilar
en donde podría hallar lo que los dioses pedían. Vino a su memoria el recuerdo
de una hermosa doncella llamada Meyahuel. Voló hasta el lugar donde aquella
virgen vivía, unida a otras muchas que una vieja, abuela suya, guardaba. Era
esta muy vieja y rendida por los años. Tenía por nombre Tzitzimitl. Cuando el
dios del viento llegó todas estaban dormidas, pero él fue a despertar a
Meyahuel y le dijo: En busca tuya vengo porque he de llevarte al mundo. La
doncella consintió en ir con él a la
tierra. Entonces el dios del Viento la tomó sobre sus espaldas y bajó con ella
a la tierra.
Cuando tocaron la tierra,
inmediatamente se transformaron en un hermoso y corpulento árbol, que se abría
en dos grandes ramas. Una era el Sauce Precioso, y era la rama del dios del
Viento; la otra era el Árbol Florecido, y era la rama de la doncella. Llegó,
entre tanto, la hora en que la vieja guardiana dejara su sueño. Cuando no vio
junto a ella a su nieta comenzó a dar grandes gritos. Pero la doncella no
apareció. Entonces la vieja abuela, llena de ira, convocó a todas las deidades
que se llaman Tzitzime, y todas ellas unidas bajaron a la tierra en busca de la
doncella y del dios del Viento, que había venido a robarla. Cuando la tierra
tocaron todos aquellos dioses, el árbol se desgajó y una rama cayó hacia un
lado, separada de la otra que cayó al lado opuesto. Cuando la anciana vio la
rama Árbol Florecido, reconoció inmediatamente a su nieta y llena de furor la
destrozó y fue dando a cada deidad una parte de sus miembros. Los dioses los
devoraron. La rama Sauce Precioso, que era la del dios del Viento, no fue
tocada por los dioses, sino que quedó allí abandonada. Cuando los dioses
malévolos regresaron a sus alturas, entonces el dios del Viento recobró su
antigua forma, y comenzó a recoger los huesos de la doncella esparcidos por la
tierra, y los fue enterrando por los campos. De ellos brotó una planta, que
abre sus aspas al viento, y que produce el vino blanco que beben los hombres.
Bueno es y deleitoso, y si embriaga, no es por el mismo, sino por las raíces
que le mezclan y que le dan embriagadora virtud.
-Un día muy de mañana
lanzó el Sol una flecha desde el ciclo. Fue a dar en la casa de los espejos y
del hueco que abrió la roca, nacieron un hombre y una mujer. Ambos eran
incompletos, solo del tórax hacia arriba, e iban y venían por los campos
saltando cual los gorriones. Pero unidos en un beso estrecho engendraron un
hijo que fue raíz de los hombres.
- En el año final en que
la diosa de Falda de Jade fue la que presidía, a causa de la lluvia abundante
se derrumbaron los cielos y muertos todos los hombres, se convirtieron en
peces. Cuando miraron los dioses que los cielos se habían caído, resolvieron
llegar al centro de la tierra, abriendo para ello cuatro caminos subterráneos,
y entrar por estos caminos a levantar los cielos. Para sostener los cielos,
hicieron cuatro personajes cuyos nombres son: Águila que Baja, Serpiente de Navajas
de Obsidiana, Resurgimiento, y el de las Flores Aguzadas. En seguida los dos
grandes dioses, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, se transformaron en dos grandes
árboles: el de Tezcatlipoca se llamaba Árbol de Espejos, y el de Quetzalcóatl
se llamaba Árbol Precioso. Entre estos dos árboles y aquellos cuatro hombres
levantaron el cielo y lo sostienen cual hoy se halla. Cuando caminaban para
unirse trazaron el camino de blancura que ahora admiramos en el cielo.
- Así que el dios del
Espejo Humeante hubo llamado al dios del Viento, vino éste a su presencia. El
dios del Viento era negro, traspasado por una enorme espina, de la cual goteaba
sangre. El dios del Espejo Humeante dijo al dios del Viento: Viento, ve a
través del mar y llega a la casa del Sol. Él tiene, en rededor suyo, muchos
cantores y músicos, muchos que tañen la flauta, que le cantan y le sirven. Unos
de éstos en tres pies, o tienen enormes orejas. Cuando llegues a la orilla del
mar, llamarás a mis servidores y ministros, que se llaman Caña de Concha, y el
otro, Mujer Acuática, y el tercero Monstruo Femíneo de las Aguas. Les mandaras
que se enlacen unos a otros unidos, hasta formar una manera de puente, por el
cual puedas tú pasar a la casa del Sol. Y así puedas traer contigo a los
músicos que vas a pedir al Sol. Vengan con sus instrumentos, para que alegren
al hombre y me sirvan y veneren. Dijo y desapareció de la presencia del
viento.”
Con la mitología azteca a
partir de esta narrativa se inventa el nacimiento de uno de los más importantes
pueblos indígenas prehispánicos. Frente
a los sacrificios humanos la conquista ofrece las posibilidades de
manejar el destino de las nuevas generaciones de indios, criollos, y mestizos.
La barbarie medieval se identifica con las matanzas entre los pueblos originarios
del Nuevo Mundo. Se integran cruzando sus divinidades que se reconocen con las
deidades mesoamericanas.
La transmisión oral
hereda la memoria histórica, y entonces inicia el desenvolvimiento de
instituciones culturales, religiosas y politicas. Por lo cual, resulta
trascendental la lectura del libro Historia
y cultura de México a través del
lenguaje, de Mario Calderón,* ya que ofrece una lectura a través de los lenguajes denotativo y
connotativo. De acuerdo con sus planteamientos con la interpretación de los
nombres propios de los protagonistas de la historia nacional, se pueden descubrir
otras vertientes simbólicas de nuestros héroes, ancianos sabios, que transmiten
su memoria histórica frente a los misioneros emisarios de la palabra divina. El
encuentro entre los sobrevivientes de la destrucción del Tenochtitlán, en el
Colegio de Tlatelolco, coloca el sincretismo cuando Bernardino de Sahagún
ofrece su collar en forma de cruz con la figura de su Dios, y los sabios
aztecas no reconocieron las divinidades de los conquistadores y mensajeros
cristianos.
[1] “Narrative form as a
cognitive instrument”, The Writing of
History: Literary Form and Historical Understanding, ed. Robert H. Canary y Henry Kozicki,
[2] La debilidad de creer, Katz editores,
Argentina, 2006.
[3] Historia y verdad, Ediciones encuentro,
Madrid, 1990.
[4]
Psicología del arte, Barral editores, Barcelona, 1972.
[5] Futuro pasado, Paidós Ibérica, España,
1993.
[6] Épica náhuatl divulgación literaria, UNAM,
México, 1978.
* Ediciones Eón, México, 2010
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