domingo, 18 de octubre de 2020

El paso del tren


Carlos Bernal Romero

 

Algún día le ganaré el paso al tren

Memorias de un microbusero

 

         Algo sucede en la mente de los automovilistas (el 99.99% hombres) que al estar cerca de las vías del tren y escuchar el silbato de que está por pasar; le quieren ganar el paso y aceleran.

         Hasta ahora nadie ha podido lograrlo. Es más ni el mismísimo David Silva en “¡Esquina bajan!” (Alejandro Galindo Amezcua 1948) en su papel del chofer de autobús; Gregorio del Paso.

         Ernesto Mendoza Hernández desde chico tuvo problemas económicos, los cuales propiciaron que dejara de estudiar y terminara con muchos trabajos la primaria.

         La pobreza de la familia hizo que abandonara los estudios y tuviera la necesidad de aportar dinero para el mantenimiento de la misma que era numerosa.

         En total la conformaban 10 integrantes (Sus padres y siete hermanos) de edades muy diferentes, pero con la misma estrechez económica que él, que era el mayor.

         Así desde los 12 años desempeñó varios  oficios, permitidos y no por la Ley del trabajo infantil; las cuales le generaban mucho o poco dinero; dependiendo del lugar.

         Hasta que a los 18 años encontró un trabajo estable; contratándose como chofer de una de las tantas líneas de microbuses que abundan el Estado México.

         Ernesto era un conductor atípico: Bien vestido; amable con los pasajeros; escuchaba la música a un volumen normal, pero sobre era muy respetuoso para conducir.

         En el 2020 a los 21 le  ofrecieron más dinero para manejar en otra línea; aunque no estaban las unidades en tan buenas condiciones; aceptó porque ya se había casado y era padre de una niña.

         Continuaba siendo un chofer serio; sin embargo, empezó a tener varios incidentes de tránsito, debido a las fallas mecánicas de las unidades que manejaba.

         Hizo los reportes correspondientes, pero al ver que eran completamente ignorados;  decidió no quedarse más y adecuarse a sus condiciones actuales de trabajo.

         Un día a mediados de octubre del 2020; se levantó con una hiperactividad bastante rara y completamente inusual para su tranquila personalidad.

         Su ruta iba del Municipio de Cuautitlán de Romero Rubio en el Estado de México a la estaciøn del Metro Politécnico del Distrito Federal  el cual había cubierto infinidad de veces.

         De pronto al acercarse a las vías del tren y  oír el silbato del de la maquina anunciando su paso, un torrente de adrenalina se apoderó de todo su cuerpo y aceleró para ganarle la carrera.

         El motor y el microbús se detuvieron a la mitad de las vías y cuando rezaba resignado el choque con todas sus consecuencias:

         Ernesto Mendoza Hernández:

         Se despertó sudando.

La Casa de Las Lunas

22:00 – 23:00 p.m.

17/X/2020

 


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