En Homilía previa a transición de Francisco el Papa jesuita sugirió no olvidar que nuestra vida es la empresa más grande, en consecuencia la responsabilidad es inherente y la misión es ser felices, no llegar a la felicidad sino experimentarla cotidianamente aun en las adversidades.
Expresó el argentino Bergoglio que, invariablemente todos de una u otra forma somos amados, admirados. No hay cielo sin nubarrones pero debemos agradecer cada día la existencia.
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