Luis Bello Estrada
La diferencia entre el rey y el
gobernante es que el segundo manda obedeciendo a los ciudadanos que obedecen mandando.
Aristóteles
La llamada Reforma Educativa 2013 marca
un antes y un después del ser docente en México, el sexenio que la impuso ignorando
y calumniando a los mentores ahora concluye. Un juicio al modelo y su reacción se
hacen imprescindibles ya sea por el deseado cambio de régimen hacia el 2018, o
por su funesta permanencia. En cualquier resultado la acción de los profesores
mexicanos de cooperación con un nuevo modelo afín, o de resistencia ante la permanencia
del actual, serán de primer orden para el futuro de la educación en México. Es necesario
analizar, ante la conformación del nuevo orden socioeconómico el tipo ideal de educador
que México demanda, además, que sea congruente con la modernidad democrática. El
momento histórico demanda un profesor que atienda principios, políticas y
acciones desde su práctica docente e ideologíca[1].
Ese mentor se define aquí como docente intelectual, e implica cinco condiciones
primordiales: 1) Identidad con la política, 2) Conciencia y crítica de la realidad
social, 3) Portador de la cultura, 4) Ejercer profesión de estado y 5) Habla y
acción democrática.
Antes de abundar en dichas condiciones se
aclara que “intelectual” es un adjetivo que predispone a la palabra
“inteligente”. Todo docente que se precie de serlo sabe que no tiene alumnos “inteligentes”
como tampoco los tiene “tontos”, sino que las condiciones sociales,
educogénicas de sus familias y sus tradiciones les dan cierta habilidad
académica que les permite en el ambiente escolar manejarse mejor a unos que a otros.
Del mismo modo, no se implica que le falte inteligencia o intelectualidad a los
docentes, sino que tienen que desarrollar habilidades no cultivadas por ahora. La
idea de usar el intelecto o ser intelectual se relaciona con la de pensar y razonar,
lo que desde luego son condiciones naturales y cotidianas de cualquier persona,
pero aquí se refiere a un tipo particular de pensamiento y racionalidad afín a
la filosofía.
1) Identidad con la política
Se opina de manera diversa de la
palabra “política”, normalmente negativa, y hasta se le manipula, pero todo
docente debe de reconocer que su primera y más importante obligación es hacer
política, según la refiere Aristóteles en su Ética Nicomáquea como: “El mayor bien para la mayor cantidad de las
personas” cuando ocurre la política se logran procesos de bienestar social, siendo
éste no sólo paralelo, sino convergente con el bienestar individual, entonces una
sociedad consciente de sus derechos y obligaciones, redunda en beneficio de
docentes y alumnos. La educación siendo el subsistema
social más igualitario aglutinó los elementos para que naciera la política. Los
pensamientos e ideologías comunitarias[2]
como las liberales[3] convergen en el valor de
la educación. La educación en unidad con la política ha sido esencial en la
construcción de la cultura y por lo tanto del humanismo, Ello nos ofrece el
mejor ideal de vida. El descuido de su interacción genera problemas sociales, más
aún cuando la política es subordinada por la economía de mercado, la educación
es reducida a la instrucción que se circunscribe en capacitación para el
trabajo y subordinación al orden que estructura la economía mundial, en otras
palabras competencias para la vida y el trabajo[4].
En
el deterioro de la política por el autoritarismo neoliberal, los primeros que
padecen son los docentes, ejemplo de ello es la condición punitiva, el acoso
laboral y el menosprecio hacia los maestros que surge de la Reforma Educativa
2013. El neoliberalismo redistribuye los recursos restringiéndolos a quienes menos
tienen y entregándolos a quien más rico es, el pueblo y la mayoría de los trabajadores
y sus familias padecen, en los alumnos escasean recursos, oportunidades y libertades
tales como nutrirse o estudiar, así la permanencia en la escuela y el desempeño
bajan y la deserción se incrementa, por lo que la ausencia de la democracia y
la política afecta directa e indirectamente a los maestros.
Bajo esas circunstancias el docente intelectual
es primero y antes que nada un político que combate prácticas excluyentes, enemigo
del modelo económico neoliberal y de quienes lo promueven. Neoliberalismo y
corrupción se apoyan con tecnologías
digitales, enajenan personas presentándoles un único modelo de vida posible.
Modelo que redefine la forma de hacer riqueza y su distribución, en este
sentido Giovanni Sartori advierte de la inminencia del Homo videns que subordina al Homo
sapiens, traslada a la humanidad de seres sapientes o pensantes a autómatas
sometidos a las pantallas del televisor, del ordenador, de las tabletas y de
los llamados teléfonos inteligentes, en este sentido el consorcio GAFA (Google,
Aple, Facebook y Amazon) ha sido denominado como el “nuevo imperialismo
cultural americano”, éste desarrolla un nuevo paradigma de vida que replantea
nuestra formación y atenta contra la educación; porque prevalece y redefine
valores de economía de mercado en contra de los valores humanos. La acción
política del docente intelectual se hace forzosa para entender y restaurar la
educación; definida como el desarrollo del espíritu con un carácter humano, y
contrario a las formas de exclusión contra la clase trabajadora.
Hacer
política dentro de su salón de clase o escuela pudiera resultar confuso para la
generalidad de los docentes, por lo que se aclara que no se trata de promover
partidos políticos, ni personajes con esas pretensiones, sino de fomentar entre
los alumnos el diálogo, el debate, y el pensamiento crítico, que lleva al
juicio político. Fomentar la filosofía socrática que implica el analizar y
dudar de todas las cosas. Además de hacer política con los alumnos es
importante desarrollarla con padres, colegas, vecinos, directivos y otras autoridades.
El hacer política para el docente suele confundirse con buscar posiciones de poder
en la administración escolar, en sindicatos o en partidos políticos, todo ello
puede ser válido si se persiguen acciones políticas legítimas, sin embargo hoy
en día prevalecen administraciones escolares impositivas y autoritarias, así
como sindicatos charros, por ello es muy difícil que posiciones disidentes
democráticas accedan a ellas, o desde ahí se puedan promover cambios
sustanciales al estado actual de las cosas.
El
artículo tercero de la Constitución Política Mexicana define que el criterio de
la educación “Será democrático,
considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen
político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico,
social y cultural del pueblo…”. Así el docente intelectual hace al régimen político
desde sus prácticas democráticas, lo hace por convicción personal y filiación
profesional. El libro La República de
Platón es el primero de la Filosofía Política, pero a la vez es el libro más
valioso de la educación. J. Jacobo Rousseau, John Dewey, Giovanni Sartori, o el
mismo Platón son tan politólogos como educadores. Cada clase, de cada día debe
ser una proclamación de la política. Las sesiones cotidianas se sustentan en la
ciencia y la ciencia suprema o episteme
suprema es precisamente la ciencia política.
2) Conciencia y conocimiento de la realidad
social
Leer el contexto implica habilidades
que no necesariamente han sido desarrolladas ni en maestros en formación ni en
los que están ya en servicio, desde luego existen asignaturas de conocimiento
del medio y afines, la opinión y apariencia generalizada es la de que infantes
y adultos entendemos lo que vemos y las cosas no son tan simples. Se acostumbra
a ver el mundo social y natural desde una sola perspectiva, la corriente
sociológica del funcional estructuralismo que además se maneja como objetiva e desideologizada.
Por otra parte en nuestra condición tanto subdesarrollada, como premoderna
mucho de lo que vivimos se define desde la moral judeo cristiana. No es raro
que los ahorros de todo un año de una comunidad rural se emplea para fiestas
patronales en vez de emplearlas para servicios que mejoren las condiciones de vida
de la comunidad. De todo ello el modelo económico actual oculta la realidad de
las relaciones laborales, la distribución de los recursos e inclusive lo que es
bueno y lo que no, el homo videns se
circunscribe a las imágenes virtuales y no piensa más allá, la persona funciona
solo como receptor y maquilador de la información que aparenta ser la “buena”,
se le impide un análisis y un juicio tanto crítico como político.
El
modelo capitalista y sus estructuras emergentes como el GAFA son factores de marginación,
pobreza y corrupción en cada país, así como de una lógica formativa contraria a
la educación. Hacen ver y creer que el estado de las relaciones sociales y
económicas son el resultado del consenso y de una manera correcta, equilibrada
y ecológica de vida. Se interpreta que los procesos son justos y funcionan
bien, cuando la realidad es otra, es contraria y en el fondo es inhumana. Habrá
que considerar el crecimiento de la migración nacional y mundial, de la pobreza
y del crimen así como el despojo social y la contaminación de la naturaleza en
nombre del “desarrollo económico”. Un ejemplo, es que en octubre del año 2017 se
contabilizó como el mes más violento, con más asesinatos de los últimos 20 años
en México, de lo cual los analistas reconocen una espiral criminal que se
incrementará mientras no cambie el estado de las cosas. Esa confusión que nos
hace considerar lo malo como bueno es el resultado también de medios masivos de
comunicación que no informan (es decir desinforman) o peor aún malinforman
(mienten la realidad). Desde luego hay prensa como la revista Proceso, y el periódico La Jornada que entre otros mantienen
independencia de los grupos de poder en México. Sin olvidar a la heroica Carmen
Aristegui, a la que cada mexicano le debe demasiado en materia de promoción de
la democracia.
Los
medios de comunicación facciosos, como su falta de ideología no permiten el
desarrollo de la conciencia crítica, anulan el juicio crítico y abortan el
juicio político, por ello muchos de los que dicen ser docente críticos, sin una
ideología definida, solo repiten opiniones y apariencias fabricadas por el
poder. Un ejemplo en el ámbito de la defensa de la profesión docente y de la
educación pública es la Coodinadora Nacional de Trabajadores de la Educación o
CNTE, la cual con muchos maestros ultrajados, heridos y hasta muertos contuvo
efectos lesivos de la Reforma Educativa 2013. Sin embargo, los medios de
comunicación, el grueso de la población e inclusive docentes la identifican como
el desprestigio del gremio. Es decir se culpabiliza a las víctimas y no se les
reconoce su heroísmo, nadie mejor que ellos para defender lo comunitario, los derechos
y la dignidad del trabajador de la educación. Una CNTE democrática y no alineada
al poder autoritario no cabe en la lógica del gobierno neoliberal, ni de los espacios
antidemocráticos del país, por ello personajes ilustres como el galardonado
escritor Paco Ignacio Taibo II, la reivindica coreando en sus conferencias “Aquí
y ahora con la coordinadora”.
El
docente intelectual reconoce en la imposición de un modelo económico la
exclusión de la libertad y de la libre determinación del pueblo, por lo que ve
al mundo presente con sus contradicciones, desde la pedagogía crítica estudia a
Antonio Gramsci, Paulo Freire o Henry Giroux. Desde las teorías marxistas, consigue
una conciencia de clase y una ideología, tiene claro que no desea una escuela encargada
de reproducir las desigualdades sociales y de mantener el statu quo. Trabaja y lucha por la escuela que transforma la
realidad social exclusora, de pobreza, marginación y violencia que padece
México. El docente intelectual conoce y desarrolla el método del materialismo
dialéctico con el que él mismo y sus alumnos identifican mejor los perjuicios,
injusticias y deshumanización del modelo de economía clásica liberal, reconoce en
sus condiciones de alta y creciente desigualdad como doblemente nocivas y
corruptoras.
El
conocimiento de la realidad es sesgado por nocivos medios masivos de
comunicación pro capitalistas, por pensamientos pre modernos del judeo
cristianismo y por otros sistemas enajenantes. No obstante, ellos no afectan ni
quebrantan al docente intelectual ya que cuenta con bases firmes en su pensamiento
crítico e ideología, en la historia del colonialismo español, del imperialismo
norteamericano, y de las actuaciones en México de la CIA, del FMI, de la OCDE y
de Mexicanos Primero, todas ellas de corte oligárquico y antidemocrático. El
docente intelectual reconoce las virtudes de la democracia, del valor de la política
y de la cultura; como una sociedad donde se le debe poner un freno a las
desigualdades sociales, lo cual es la más profunda evidencia de la falta de
democracia.
3) Portador de la cultura
Desde la antropología, se ha sesgado el
sentido de la palabra cultura:
Hoy estamos acostumbrados a usar la
palabra cultura, no en el sentido inherente a la humanidad heredera de Grecia,
sino en una aceptación mucho más trivial que la extiende a todos los pueblos de
la tierra, incluso los primitivos. Así, entendemos por cultura la totalidad de
manifestaciones y formas de vida que caracterizan un pueblo. La palabra se ha
convertido en un simple concepto antropológico descriptivo (Jaeger, 2012. p. 6).
Con
falta de autocrítica y de otredad, Occidente
ha sumado diferentes cosmovisiones, en el afán de ser incluyente ha resultado solipsista.
Prácticamente se termina definiendo la cultura como “Todo lo hecho por el
hombre”, lo que resulta falso por, al menos, tres razones; 1) Diversos pueblos,
y en particular Oriente no se asumen como poseedores de alguna cultura, ni tienen
una traducción para ese vocablo, ello porque no tienen alguna idea afín y así la
definición de cultura no puede considerarse con la universalidad que se maneja.
2) En Occidente donde se acuña ese vocablo muchas cosas como la quema de libros
que hiciera Hitler de ninguna manera se le puede calificar como cultura, sino
todo lo contrario, como un acto de barbarie, de totalitarismo y de
deshumanización y 3) Cuando algo lo es todo, entonces no es nada en particular
y no nos sirve para explicar las cosas.
Gabriel Zaid (2017) refiere un rosario
de términos como cultura nacional, cultura universal, cultura particular o
cultura de sociedad avanzada, cultura (sola), culturas (con s) inclusive habla de
la cultura animal. Hay hasta 160 definiciones del término cultura, pero para el
docente intelectual la definición que se requiere dicta desde la paideia que cultura es “todo aquello
hecho por el hombre, pero que además lo humaniza”. De esta manera el proceso de
humanización siendo propio de la visión occidental especializa la definición de
cultura y la asigna en una cosmovisión particular, así, en contra de lo
habituado, se segrega la idea de cultura a los olmecas, mayas, mexicas y toda Mesoamérica,
ellos en conjunto crearon elementos que hoy, desde occidente, reconocemos como
humanizantes, sin embargo será degradarlos al interpretarlos con nuestros
actuales códigos, por ello es menester acordar que la cultura es exclusiva de
occidente, como el ideal griego de la formación humana, de acuerdo con Jaeger.
Partiendo
de la idea de que la cultura se define como un proceso de humanización de las
personas, el docente intelectual es en esencia un “cultivador de la cultura” que
se reconoce en el pueblo griego clásico. El pueblo heleno aportó el conocimiento
de las leyes que gobiernan la íntima naturaleza humana. Sin embargo, en el
devenir de la historia de Occidente se ha perdido y cambiado mucho de su sentido.
Nos referimos a que macedonios, romanos y judeocristianos aprovecharon los
aportes de Occidente pero contravinieron elementos fundacionales claves. Por
ejemplo, la ética socrática la convirtieron en moral judeo cristiana, es decir,
cristianizaron a Sócrates y con ello mantuvieron el oscurantismo desde el siglo
V hasta la Revolución Francesa, y en Latinoamérica la premodernidad aún
perdura.
Durante
el oscurantismo la escolástica colocó las revelaciones cristianas como esencia
de la razón y la verdad, con ello cambió el paradigma antropocéntrico y de
desarrollo del logos que habían
logrado los griegos y regresó a un tipo de teocentrismo mitológico. Del mito de
Zeus se pasó al mito de Cristo y en particular en México al mito de la
Guadalupana. Hace apenas dos siglos con la ilustración, la modernidad, y el
desarrollo impetuoso de la ciencia resurgen los postulados del helenismo con
una clara pretensión de humanismo. Sin embargo, en el mismo siglo XX se
desarrollan concepciones erradas del tren occidental, por ejemplo el holocausto
y el totalitarismo soviético, son aparentes legados de la modernidad y de occidente,
pero, en realidad han traicionado los principios fundadores de esta cosmovisión
y por ello no forman parte de la cultura. Bajo esta lógica es menester
reconocer la cultura, en esencia, en su origen; particularmente en la paideia socrática,
también la sofista, en la primera se advierten los ideales y virtudes que nos dieron
origen, que nos vieron nacer y que definen ahora nuestro destino.
Cuando
Sócrates, el más sabio y humilde de entre los atenienses, explicó ante sus
pares, que su sabiduría superior consistía en un sólo conocimiento “yo solo sé
que no sé nada” refirió el elemento de mayor identidad del hombre, con las
leyes que gobiernan su íntima naturaleza humana; la inconformidad. El hombre es
inconforme por naturaleza y la filosofía es la materia que da sentido a esta condición.
Desde ahí la paideia socrática y la filosofía
se colocan en el pináculo del docente intelectual y el tipo de cultura que
reconoce es la constituida por los tres grandes creadores del pensamiento
occidental; Sócrates, Platón y Aristóteles, previo a ellos, Homero y Hesíodo
respectivamente le enseñan la emancipación y la domesticación inmersa en su
labor docente. Los trágicos Esquilo, Sófocles y Eurípides, los
historiadores Herodoto y Tucídides, así como otros creadores de este
pensamiento particular que hoy corre por lo más profundo de nuestro entender del
mundo, de nuestra cosmovisión.
Sócrates
es condenado a muerte por “pervertir a la juventud y por impiedad” este
personaje que no acepta el orden establecido “que cuestiona el orden existente”
apela a la transformación como motor de la educación legítima y abraza a la
emancipación como esencia de la íntima naturaleza humana. Lo natural en el
hombre no es someterse a la realidad sino descubrir, crear, dar vida y erotismo.
Freire refiere que las personas no son seres de adaptación sino de
transformación. El pueblo y el docente mexicano han sido excesivamente
domesticados, la emancipación que complementa esa condición educativa debe de privilegiarse
para con ello superar el sometimiento espiritual que se padece, la dependencia
y la exclusión. Contra ello el docente intelectual puede hacer frente a las
injusticias, entre ellas al neoliberalismo, a la desigualdad y a los
imperialismo comerciales actuales, construyendo una práctica educativa
filosófica y democrática acompañado de la cultura. Nietzsche en Sobre el porvenir de nuestras instituciones
educativas da más luces sobre el estudio de la cultura cuando en dicha obra
la legítima como Filología.
4) Ejercer profesión
de estado
Sócrates, prototipo de la paideia socrática nunca cobró por
enseñar, cuando lo condenaron a muerte por “pervertir a la juventud e impiedad”
le ofrecieron que él conmutara su sentencia de muerte por otro castigo, él
refirió que lo que merecía era que el Consejo del Areópago o estado ateniense
pagara sus alimentos y su casa. Lo congruente para quien educa haciendo justos,
buenos y bellos a los habitantes de una ciudad es, desde luego, cobrar un
salario a la ciudad o estado. Es por ello que a los docentes se les ha de retribuir
su servicio con un salario, el docente intelectual, al igual que Sócrates, busca
hacer de sus alumnos embriones de justicia, de congruencia y de bienestar
social que redunde en bienestar de cada habitante de la ciudad. Así la labor
del educador rebasa los cánones de otras profesiones, hace ciudadanía y estado,
con ello humaniza. Dado que hoy México y el mundo padece más por sus ausencias morales
y éticas que por bienes materiales, se requiere priorizar el objetivo
humanizante.
El
docente de educación pública básica en México tiene una doble condición kratos y demos, por un lado es gobierno
y poder, funcionario de la clase política, pagado y al servicio del estado, y
por el otro, dada la cercanía de su labor con la gente del pueblo, él mismo es
pueblo, además lo es por su histórica adscripción al lado de las causas
sociales. Así, el docente comparte con el demos
sus problemas y aspiraciones y por ello de manera natural iguala su destino.
Los profesores ejercen un amplio poder como individuos y como gremio, el
docente intelectual es un trabajador que tiene clara su función en torno a una profesión
de estado, es el más importante recurso y símbolo de la res pública, la cosa pública, del interés mismo del pueblo, su
salario viene del erario público y su arte, la educación, constituye la apuesta
más valiosa de la sociedad para superar los individualismo estériles, los
dogmas, la desigualdad y la ausencia de fraternidad.
Uno
de los más valiosos maestros e intelectuales con quien contamos en México, el
Doctor Lorenzo Meyer declaró “Los intelectuales de derecha, si es que tal cosa
existe”. Con esta expresión refiere que la derecha o quien acepta las
diferencias sociales como algo inevitable, está ausente de intelectualidad. Es
decir, define que esta ideología no piensa inteligentemente. La derecha por
antonomasia es excluyente, cuida el statu
quo, es miope a lo social y no reconoce la necesaria equidad para el bienestar
social, solo se aboca a la comodidad individual y familiar, no reconoce la convergencia
de esos tipos de bienestar. Es decir, que la derecha no entiende que su
particular o personal bienestar será el fruto del bienestar de su entorno comunitario,
por lo tanto es apremiante que lo público sea fortalecido. Lo privado deberá
ser limitado para evitar segregar, tarde que temprano la persona que privatiza
lo público padecerá la exclusión en la que ella misma participó, aún sin ser
consciente.
El
docente intelectual, reconoce que los recursos públicos son susceptibles de mal
manejo o corrupción, pero sabe que en el sector privado la corrupción se
triplica. Se sabe e identifica con el pueblo, se suscribe a lo social y por lo
tanto vota por el demos, por la
democracia y por la izquierda. Es liberal ideológico[5],
crítico y emancipado de conservadurismos y derechas gubernamentales o de
deidades, asume como forma de pensamiento la laicidad, la racionalidad
científica y la democracia dialógica. Los espacios públicos como su aula, la
escuela, las calles, o los parques urbanos los valora en alto grado. Si tiene
algún culto religioso dogmático lo asume en espacios privados, ello por el
hecho de que las religiones nunca han unido a la humanidad, sino que la han
separado y por ellas se han permitido los actos más inhumanos y crueles según
lo narra Saramago en El factor dios,
así nuestro docente intelectual practica una especie de “religión” que glorifica
a lo humano, por ello a la duda y a la inconformidad. La adscripción a lo
humano se reconoce en Nietzsche cuando proclama “Yo amo a los hombres”, en Así habló Zaratustra.
El docente intelectual tiene la misión
de legitimar al estado. El estado moderno se hace real a través de él, reconoce
el poder de la democracia ahí emanada. En perjuicio del docente la cúpula
sindical corrupta como el gobierno ilegítimo y autoritario lo pretenden
cooptar. Sin embargo, él tras haber leído de Étienne
de La Boétie El discurso de la servidumbre
voluntaria,
les podrá desenmascarar y rechazarlos, como lo hará con el régimen neoliberal
que hace prevalecer el interés del capital por sobre el interés de lo humano.
Lo humano es su principio, piensa que forma parte del gremio de funcionarios
públicos más numeroso y más poderoso para hacer los cambios necesarios que la
sociedad demanda, está en contacto directo con el pueblo, vive sus condiciones
y padece sus luchas, el docente intelectual es el que tiene claro que unido y
organizado puede desterrar la desdicha y la violencia que aqueja a su nación.
5) Habla y acción democrática.
El género Homo se hizo sapiens gracias al habla. El poder de la
palabra, del diálogo y la comunicación son superiores para la construcción de lo
humano y su preservación. Diálogo y democracia disienten del dogma y gestan el logos:
Fruto de la democracia que se había
iniciado en el siglo V a. C., el diálogo supuso la eliminación del lenguaje
dogmático. La verdad se desvelaba no en el imperio del sacerdote o el rey, sino
en la coincidencia de los hombres, en el enfrentamiento de sus opiniones, en
las que no había en principio, nadie que administrase ese discurso, que lo
impusiese desde el espacio privilegiado de un monólogo sin respuesta (Lledó,
2015, p. 14).
El docente intelectual comprometido con
el desarrollo del espíritu con carácter humano promueve el diálogo y con ello
aleja a su comunidad del dogma que divinizó deshumanizando a las personas y que
hoy en día amenaza con mantener a los hombres separados de la vida
democrática.
No obstante la importancia y el valor
del diálogo y del debate, éste se obstaculiza con barreras definidas como
antidialógicas. Esas barreras surgen cuando las personas o las instituciones
imponen posiciones de poder al margen del valor de los argumentos. Los argumentos
válidos deberán junto con el diálogo definir las decisiones de los colectivos.
Regularmente las madres y padres de familia se sienten antagónicos con los
docentes de sus hijos, el docente con su director y supervisor. El sistema
educativo mexicano, por ahora, evalúa punitivamente a sus trabajadores. Así en
general se puede afirmar que está roto el diálogo. Los maestros hasta hoy no
han sido escuchados y urge que se organicen para que su voz sea atendida. Las
escuelas normales, semilleros de mentores tienen un compromiso histórico en el sentido
de hacerse escuchar y hacer que los docentes de México sean escuchados.
El profesor es un individuo que
profesa, es decir, dice lo que piensa a los demás, debate con el pueblo y de lo
público, Así desarrolla su criticidad y autocrítica, con esa acción define su
preocupación ética por su entorno, y se define como factor de compromiso,
acción de interés público y transformación. No es coincidencia que crímenes
atroces como el de Ayotzinapa o el de Nochixtlan estén enmarcados con mentores
como víctimas,. El docente intelectual reconoce en la isegoría al sistema en el que todos hacen uso de la
palabra de igual a igual, en ello reconoce su mayor posibilidad de crecimiento
intelectual y democrático atendiendo la otredad. Propicia el diálogo
igualitario entre sus alumnos, entre sus alumnos y él, en sus colectivos
sindicales y académicos lucha porque su ética y los principios democráticos
prevalezcan, con ello propicia la mirada colectiva, la toma de acuerdos y
reconoce y valora con amplitud las visiones públicas de sus pares. Así también
censura la ignorancia y toda acción exclusora de algunos colegas
antidemocráticos.
El docente intelectual reconoce el
valor de hablar de opiniones y apariencias, la doxa,
pero mejor aún propicia la dialéctica o diálogo científico, con la que se
construye una verdad objetiva, científica y consensada definida como epistémica.
Para lograr explicar su verdad el docente intelectual está equipado con una ideología
en favor de lo social, conciencia, cultura, profesionalismo y amor por la
democracia y la política; es decir reconoce el poder superior del pueblo. Por
encima de autoritarismos, retóricas e imposición del poder injusto, propicia el
habla informada como la más poderosa oportunidad para la supresión de
injusticias. El docente intelectual reconoce el habla y el diálogo como el medio
idóneo y poderoso para la transformación de las condiciones adversas de la
sociedad, su acción comunitaria y por supuesto para la educación que implica
humanización.
Así, tiene en alta estima el habla, la
lectura y la escritura, reconoce que ellas han protagonizado la transformación
de las condiciones socavadas a los grupos o personas vulneradas. El peso de la
palabra es inconmensurable; el habla permitió el paso del mito al logos, ese fue el gran avance de la
cultura que crearon los griegos. Con el logos
o palabra tanto hablada como escrita surgió una verdad antropocéntrica o epistémica que “mató a los dioses”;
quitó el poder político a teocracias, y lo entregó a las personas que radican
en el demos. El poder o gobierno (kratos) tránsito del aristos, representante de Dios, al demos, definido por los ciudadanos, de
la conciencia e interés individual del monarca el poder ahora es del ciudadano
de la polis. Así se revitalizó el interés
social, colectivo y público, y con ello la democracia hubo de definir ciudadanías.
Hoy el paso de vasallos sin derechos, al de ciudadanos queda como
responsabilidad precisamente de los docentes.
El habla cotidiana griega potencializó
su valor mediante la mayéutica socrática, que Platón convierte en dialéctica y
que constituye la esencia del método científico moderno. El docente intelectual
tiene en alta estima al habla, a la comunicación, y a la dialéctica; reconoce
en la Teoría de la Acción Comunicativa
o TAC de Jürgen Habermas el método efectivo y eficiente de hacer a la comunidad,
a su vez con Ramón Flecha se observa en el Aprendizaje Dialógico la forma más
original y efectiva de lograr transformación social por medio de la institución
escolar. Así, se logran aprendizajes efectivos, solidarios y útiles para la
estructuración de una sociedad más humanizada o mejor educada. La espiral de
violencia que vive México en la segunda década del siglo XXI solo podrá ser superada
con comunicación y acuerdos, no más violencia, imposición y militares en la
calle. Habla y acción democrática de los docentes es la vía para reconstruir el
tejido social.
El docente intelectual identifica que
la Reforma Educativa 2013 no se preocupa por las necesidades de los niños de nuestro
país, sino que está destinada a atender los intereses económicos neoliberales, promueve
desigualdad de oportunidades de las escuelas públicas, instruye a los infantes en competencias
del interés de grupos empresariales capitalistas. Ven a los niños mexicanos como
futuros trabajadores, mano de obra barata que no desarrolle un espíritu con
carácter humano, sin posibilidad de inconformarse, ni de cuestionar su forma de
vida. Por ello dicha reforma evita la Filosofía, la Política y la Sociología Crítica,
y promueve una perspectiva domesticadora de las almas de infantes y de los jóvenes
mexicanos. Lo mismo intenta con los docentes; hacerlos callados, sumisos y
obedientes a la imposición de deshumanizadoras normas laborales disfrazadas de idoneidad
y de calidad.
El docente intelectual atestigua
inconforme, que los actores de su gremio no fueron convocados para desarrollar
dicha reforma, y que el modelo educativo que de ahí surgió fue elaborado por tecnócratas
eficientista que no reconocen la diversidad socio económico mexicana, ni a los
grupos marginales, indígenas, y pobres, pero sobre todo no diseñan atendiendo
el principio epistemológico de la educación. Atiende dicha reforma de acuerdo a
organismos económicos privatizadores internacionales como la OCDE, y nacionales
como Mexicanos Primero que manipulan la opinión pública e imponen una manera de
ver el mundo ajena a los valores comunitarios mexicanos, y al negarlos excluye
la identidad nacional que nos da sentido a lo mexicano y a sus tradiciones.
El docente intelectual atestigua que la
Reforma Educativa 2013 deteriora la ya de por sí incipiente ciudadanía
mexicana. Que se requiere construir una sociedad moderna con libertad, igualdad
y fraternidad, reivindicando la modernidad democrática, ello desde la escuela
básica y normal, donde la democracia sea aplicada como la oportunidad de
disentir, de formar juicios críticos, de debatir y de reflexionar acerca del
orden actual. Que la educación como paideia
socrática engendrará al guerrero de la filosofía política que priorice
necesariamente el bienestar social. Que la educación, a través de los
profesores, debe crear individuos exigentes de derechos y comprometidos cívicamente,
lo cual suprimirá el autoritarismo. El docente intelectual educado en la virtud
de la justicia se constituye como ciudadano y contagia su ciudadanía a los
suyos, reivindica la educación legítima basado en la virtud humana.
Post
Data: Esta
densa lectura invita y reclama el leer diversos libros, algunos citados aquí, disfrutar de los autores del helenismo,
así mismo escribir lo que se piensa y publicarlo, así como discutirlo públicamente,
reivindica la Historia, la Filosofía y sobre todo la Política y al docente como
actor central del devenir educativo de México. Fue hecho con la pretensión de
redefinir al docente necesario para los cambios sustantivos de la lastimera
situación que padece el país. El autor es docente de la Benemérita Escuela
Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” y pretende discutir el presente
material para enriquecerlo y corregirlo. Sin más que decir, se lo dedica a los
docentes que padecen la injusticias del sistema por sus actos heroicos en
defensa de la educación pública y el normalismo.
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[1]
La actividad docente ideológica es comunmente censurada, por considerarse
sesgada de la objetividad. Sin embargo, desde la corriente de pensamiento del
materialismo se afirma que la ideología siempre está presente en el
pensamiento, considerándose imposible la desideologización.
[2]
Centradas en el bienestar común, comunismo, socialismo, o economía de
bienestar.
[3]
Centradas en las libertades individuales, la libre competencia y por lo tanto
en el estado al margen de la economía.
[4]
Este enfoque (competencias para la vida y la profesión) prioriza el permanecer
en el mercado con ganancias por medio de la eficiencia y talento de la persona.
Con ello el paradigma de competencia subordina al paradigma de convivencia y
pervierte el sentido epistemológico de la educación.
[5]
El liberal ideológico refiere a quien no se deja dogmatizar, el liberalismo
económico, en contrasentido apela al
capitalismo y a la libertad económica para explotar a los trabajadores y
consumidores.
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