Carlos González Guzmán
El platillo volador se bamboleó lentamente y se quedó quieto sobre el terreno plano.
Sus luces blancas encendieron y apagaron brevemente y todo se quedó en silencio.
La tarde era templada por un ligero viento fresco.
Seldon Hary envió la señal de llegada a la Tierra y se dispuso a realizar su tarea.
Era su primera visita, lo único que sabía era que esa estrella tenía cada vez más problemas; el aire estaba siendo enrarecido por gases, los ríos y mares estaban muriendo por tanta contaminación, el deshielo era alarmante, los cascos polares tenían herbicidas, el suelo había cambiado su aspecto natural por áreas pedregosas como en la que se posó, los alimentos naturales prácticamente habían desparecido. Desde su llegada había visto basureros dispersos por todo el planeta.
Echó un rápido vistazo a la pantalla de control y comprobó que la comparación de esta situación con el reporte anterior del año 1500, de acuerdo con el tiempo terrestre, a los humanos les habían bastado 500 años para llegar a ese caos.
Según los datos, en este tiempo todo había iniciado con la revolución científica, la acumulación de poder, la conquista de océanos y territorios, aparición del capitalismo y posterior inicio de la extinción masiva de plantas y animales. Lo anterior influyó para que la evolución humana siguiera su ruta a partir del diseño inteligente y no de la selección natural.
Había fundamentos para terminar con la raza humana y habitar esa antigua estrella ahora transformada en asteroide con otro tipo de seres que fueran menos depredadores, más armónicos con el planeta.
Estimó la situación a partir de los datos repasados, e imaginó su informe final.
Su evaluación se veía más como trabajo de rutina, que de investigación y seguimiento. Parecía que no había nada interesante que esperar de la valoración.
Presionó un botón y en la pantalla apareció una Tabla cuadriculada, en el centro de la tabla aparecía la imagen de la Tierra como vista desde un satélite.
La Tabla estaba formada por columnas encabezadas de izquierda a derecha por tipos de humano a evaluar: Adulta, Adulto, Muchacha, Muchacho, Niña, Niño.
Las filas de las columnas indicaban de la parte superior a la inferior rasgos como: Mentalidad, Corazón, Vocabulario, Amor, Carácter, Impulsos, Comportamiento, Odio, Reacciones, Tristeza, Expresiones, Intenciones, Sueños, Esperanzas, Valores básicos, etc.
El evaluador pulsó otro botón y la cuadrícula de la Tabla se empezó a llenar rápidamente de símbolos.
Cada columna resumía, en la parte inferior, los calificativos en un símbolo distinto, y posteriormente hacía encender una luz de color en el cuadro correspondiente a cada sumatoria.
En la pantalla se prendían y apagaban luces amarillas, verdes, azules, naranjas, el parpadeo del tablero parecía un juego infantil.
Cuando el periodo de 500 años de evaluación del ser humano concluyó, la pantalla emitió un ligero zumbido.
El proceso se modificó.
Ahora cada cuadricula de la Tabla iba desapareciendo y se transformaba en un símbolo un poco más complejo. A su vez cada símbolo se aglomeraba con otro y formaban palabras que al final se agruparon para crear un pequeño texto.
Un párrafo no mayor a 50 palabras.
Éste resumía la valoración y destino del humano en su propio planeta.
Seldon revisó el contenido y agregó al inicio el nombre de su superior y al final el suyo.
Pulsó un pequeño cuadro negro y el informe fue enviado, apagándose posteriormente la pantalla.
Había pasado solo una fracción de tiempo.
El solitario navegante tomó nuevamente el mando.
Al frente en la pantalla aparecía ahora un plano sideral cuajado de estrellas, planetas, soles y galaxias.
El viajero pulsó los botones como si fijara una ruta y movió una pequeña señal apuntándola a un sitio.
El ovni se elevó unos cuantos centímetros, comenzó a bambolear dando círculos lentamente primero y de pronto sus luces giraron cada vez más rápido hasta formar una línea gruesa blanca en el medio del platillo. Había traspasado la barrera del sonido. Un segundo después había desaparecido del sitio por la velocidad alcanzada, como si fuera un acto de magia.
Se desplazaba a la velocidad de la luz, y se alejó hasta volverse un punto en el infinito y desparecer.
La tarea había concluido, el viaje de retorno a casa había iniciado.
A años luz de distancia, en la pantalla del superior apareció el informe:
VOMIZ AKASY
Mientras los niños conserven en su corazón el amor a la familia, el respeto y cariño a sus maestros, la amistad y lealtad a sus amigos y el amor a la naturaleza, este planeta tiene la esperanza de recuperarse en el futuro.
SELDON HARY
PLANETA TIERRA.
Inicio viaje de retorno.