miércoles, 8 de febrero de 2012

Editorial

¡La patria es primero! Pablo Boullosa en su obra: Dilemas clásicos para mexicanos y otros sobrevivientes, entre sus proposiciones, expresa: “Es evidente, entonces, que la educación es una condición de la libertad, porque sin educación se vive permanentemente oprimido. Los pueblos de México e Hispanoamérica se han liberado casi todos, de las peores dictaduras, pero esa liberación está incompleta cuando se vive preso de la ignorancia. Inclusive si se tiene dinero, poder, belleza o doctorado, la falta de conocimientos puede ser una terrible limitación.” Por su parte, en el artículo Max Weber burocracia y educación, publicado en esta edición, el investigador Héctor Martínez Domínguez destaca muy particularmente el proceso de dominación, los tres tipos de dominación legítima; dominación racional, dominación tradicional y dominación carismática, y una de sus conclusiones a la que llega es que aquel que ocupará los lugares más privilegiados del poder, será quien tenga a) Las mejores posibilidades, cualidades para desempeñar un cargo de gobierno. b) Quien pueda coexistir mejor en los reacomodos del poder, c) Quien ofrezca mejores posibilidades de integrar a otras expresiones y formas de trabajo colegiado en todo tipo de decisiones y problemas que se les plantee. El dilema, en consecuencia, se presenta cuando asume el poder alguien con falta de conocimiento, incluso si posee belleza, dinero o doctorado –como sugiere Boullosa. Si bien nadie puede ufanarse de un amplio conocimiento en el universo disciplinario –todólogos-, sí es deseable para el caso en el que se encuentra inmerso el país, que la ostentación de poder recaiga en aquel que posea conocimiento más allá de lo empírico, de su entorno regional –aldeano. La problemática social actual referente a: educación, salud, seguridad, economía, pobreza, ecología…, reclama soluciones, por ende de gente con formación científica, no con educación simulada, tampoco se requiere profesionistas certificados por organizaciones o instituciones que no figuran en los rankings internacionales. El perfil para asumir el poder y conducirnos hacia libertad en todos los órdenes, además de adquirirlo con legitimidad exige conocimiento, ese conocimiento preponderante a todo compromiso político, económico: ya históricamente fue resumido de manera trascendental por Vicente Guerrero ¡La patria es primero!

Gonzalo Aguirre Beltrán: Obra Educativa

En recuerdo de su vida y obra, al cumplirse un año más de su nacimiento* Por Jesús Jiménez Castillo E l análisis de la obra educativa del doctor Gonzalo Aguirre Beltrán es tarea difícil, que requiere de mucho tiempo y gran dedicación, pues la misma comprende prácticamente el análisis de su vida y obra intelectual en conjunto. Por consiguiente, me voy a referir solamente a algunas cuestiones que considero significativas destacar y dimensionar respecto de las aportaciones del doctor en este campo de estudio, por demás fundamental en su pensamiento y en su obra escrita. Son muchos los perfiles que el doctor Aguirre cinceló como estudioso de las ciencias sociales y la medicina; así, se le puede definir como médico, antropólogo, educador, lingüista, historiador, escritor, político, pensador o científico social, entre otros. Si bien se le reconoce primordialmente como antropólogo, este referente hacia su persona lo aceptó el doctor, pero asumiendo el sentido más amplio que se le puede dar a la antropología como disciplina, que es considerarla como la ciencia del hombre. El propio Aguirre Beltrán nos dice: Por definición debería ocuparse del hombre en general, no obstante suele limitarse a observar y reflejar la realidad de un hombre en particular, al que algunas veces llamamos salvaje y otras primitivo, porque lo contrastamos con nosotros mismos que nos consideramos civilizados y sabihondos. En México…, la antropología no se dedica al estudio de los salvajes o primitivos –que no los hay en el territorio- sino fundamentalmente al estudio del indio, es decir, a adquirir conocimiento sobre ese componente de la sociedad mexicana que el dominio colonial colocó en una situación de dependencia y marginalidad de la que aún no sale. Pero la obra del doctor Aguirre, muy amplia en sus temas y campos de estudio, tiene como centro generador de su práctica como científico social y como médico, la investigación antropológica -en el sentido ya mencionado- del indio y el negro, sin excluir la raíz española, pero dando primacía a los dos grupos étnicos aludidos, en virtud de representar a los sectores de la sociedad mexicana más necesitados de atención y apoyo. Con esto queda en evidencia la actitud reivindicativa que de inicio va a definir la personalidad de un ser humano excepcional comprometido con los más desposeídos. La obra educativa de Aguirre Beltrán no se puede comprender en su real dimensión sin tomar en cuenta su formación intelectual y científica, sobre todo considerando que su tránsito de la medicina a la antropología ha sido percibido por algunos como rasgo de improvisación y falto de formalidad académica. Nada más lejos de la verdad, el doctor Aguirre ha sido uno de los estudiosos más serios en el campo de las ciencias sociales y la medicina, que hurgó en las fuentes más reconocidas de la historia y la teoría de las ciencias sociales, y otras afines, para estructurar las premisas de su pensamiento y obra teórica y práctica. Es un hecho que la formación intelectual de Aguirre Beltrán siguió cominos distintos a la tradición académica. Al inicio de su carrera no se involucró en el estudio de las ciencias sociales, específicamente a la antropología, pues antes cursó la carrera de medicina, profesión universitaria que le proporcionó el rigor metodológico y crítico que es necesario en todo investigador para el cultivo de las ciencias. Y aunque Arturo Warman dice que: Tuvo una sólida formación literaria y humanista, que acaso más influyó el ambiente familiar que su formación escolar. Aguirre aclara, que debe mucho a la lectura de pensadores como Bakunin, Hegel, Marx, y Alhtuser, al reconocer que <>. En su obra se nota también la influencia de Francisco Javier Clavijero, Ricardo Flores Magón, Francisco Flores, Moisés Sáenz, Rafael Ramírez, Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gamio, Alfonso Caso, Juan Comas, Alfonso Villa Rojas, Julio de la Fuente y Ángel Palerm Vich. A lo dicho por los críticos del desarrollo científico e intelectual del doctor Aguirre, opondría, justamente, que ellos se quedaron cortos en su apreciación, pues nuestro homenajeado no sólo realizó estudios como autodidacta, sino, recibió también enseñanzas teórico-prácticas de científicos sociales eminentes como el francés Alfred Metraux y los norteamericanos Melville J. Herskovits, destacado africanista, y el erudito sicoanalista Irving A. Hallowell, así como de Manuel Gamio, pionero de la antropología en México, entre otros, que a lo largo de su trayectoria investigativa le permitieron adquirir un bagaje teórico-metodológico riguroso y sólido, muy superior al de los académicos de marras. Auto declarado positivista, bajo la influencia del pensamiento de Augusto Comte y Gabino barreda, la formación científica del doctor Aguirre Beltrán comprendió, prácticamente, el estudio de los representantes más significativos de las ciencias sociales y áreas análogas, tanto los anteriores a su época como contemporáneos, Noam Chomsky y Thomas S. Kuhn, entre los más recientes. Ni que decir sobre el conocimiento y dominio que tuvo de las corrientes antropológicas que fueron de su interés. Como médico fue un conocedor profundo de la historia de las ideas en el campo de la medicina, que lo llevó a incursionar en el pensamiento clásico de los grandes médicos de la antigüedad, como los griegos Hipócrates de Cos, Claudio Galeno y Dioscórides; los persas Rhazés, Avicena, el filósofo cordobés Averroe; y la obra del traductor italiano Gerardo de Cremona, que convirtió textos médicos árabes al español. Notables son sus lecturas y análisis, serios y profundos, de textos de autores clásicos de la filosofía, como Platón, Aristóteles y Dionisio de Tracia , en quienes realizó pesquisas sobre el estudio del lenguaje, y filósofos del cristianismo como Tomás de Aquino; así como el conocimiento de los filósofos de la Ilustración europea, que tomó como referencia para comprender el fenómeno de la modernidad en América y su historia, entre ellos: Diderot, D’Alambert, Montequieu, Voltaire, Hollbach, Condillac, Rousseau, Condorcet, Buffon, Pauw, Willian Robertson, y los hermanos de origen alemán, Guillermo y Alejandro de Humboldt, filólogo uno y naturalista el otro. Todos ellos citados o examinados en sus obras. Mención especial merece la erudición que muestra en sus obras sobre los teóricos de la educación. Extranjeros como Francisco Ferrer Guardia, Juan Godofredo Herder, Juan Enrique Pestalozzi, Juan Amadeo Fichte, Gregorio Girard, Federico Augusto Froebel, Adolfo Diesterweg, Andrés Bell, José Lancaster y Julio Ferry, entre otros; y pensadores y pedagogos nacionales como Francisco Javier Clavijero, Ignacio Manuel Altamirano, Joaquín Baranda, padre fundador de la escuela pública en México, y al que el doctor Aguirre expresa encendidos elogios; otros son Justo Sierra, Enrique Laubscher, Enrique C. Rébsamen, Luis A. Bauregard y Carlos A. Carrillo, que le sirvieron de valiosos referentes para el análisis e interpretación de la historia de la educación nacional. Pero no sólo fue un hombre dedicado a las ciencias y las humanidades, también se dio tiempo para saber de arte y literatura. En algunos de sus libros menciona el amplio conocimiento que tenía sobre la poesía y literatura hispanoamericana. Sobre el particular vale una anécdota ocurrida durante una de las visitas que le hice, privilegiando la confianza y amistad que cultivamos en los últimos años de su vida. En esa ocasión me platicó, a propósito de la reciente aparición de la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, que conocía todo lo más importante de la literatura hispanoamericana, pero que sus intereses literarios se habían quedado estancados en la década de los sesentas, en virtud de sus ocupaciones científicas. Aprovechando el momento, le pregunté sobre la posibilidad de que Octavio Paz recibiera el Premio Nobel, me contestó que para él quien merecía ser galardonado con ese premio era Juan Rulfo, quien había sido su colaborador cuando fungió como director del Instituto Nacional Indigenista, y por quien profesaba un gran respeto y admiración a su obra. Menciono esta anécdota porque lo revela como un hombre conocedor de su tiempo y nos permite acercarnos a una parte íntima del doctor Aguirre Beltrán como ser humano, que lo fue de manera insigne. La obra educativa del doctor comprende, además de lo escrito en sus libros –casi en todos aborda inevitablemente el tema de la educación-, el resultado de sus ideas aplicadas en el ejercicio de la función pública, proponiendo la creación de nuevas instituciones y medios para la enseñanza y difusión del conocimiento. Sirva a manera de ejemplo, la fundación de los centros coordinadores indigenistas, la creación de facultades e institutos en la Universidad Veracruzana; y la publicación de la colección Sep Setentas, siendo subsecretario de cultura de la SEP, y La Palabra y el Hombre, revista emblemática de la Universidad Veracruzana, creada durante su rectorado. En su obra teórica y aplicada tienen un lugar especial estudios sobre la educación y la familia, los niños, los adultos y el desarrollo de la comunidad. Sobre las ideas pedagógicas de Aguirre Beltrán, Marcelo Ramírez, amigo del autor de este trabajo, y una de las personas más cercanas en los afectos y obra intelectual de nuestro homenajeado, escribió un largo y elaborado ensayo en el cual se ocupa del pensamiento del doctor sobre el tema. En dicho escrito podemos leer lo siguiente: Ahora bien, ¿en que sentido puede hablarse de una antropología pedagógica de Gonzalo Aguirre Beltrán? Una primera respuesta diría simplemente que él ha escrito algunas obras dedicadas ex profeso a analizar el fenómeno educativo en la situación intercultural, poniendo en juego las categorías del pensamiento antropológico, pero tal respuesta, correcta sin duda, sería insuficiente para explicar el alcance de nuestro propósito. Consideramos que no podemos dispensarnos el esfuerzo de revisar aquellos trabajos estrictamente antropológicos, a modo de hacer visible aunque sea sólo en la medida necesaria, la estructura general de la doctrina de nuestro autor. En otros términos, un conocimiento mínimos de las tesis y postulados doctrinarios que se encuentran en la base de la obra de Aguirre Beltrán, se hace imprescindible para iluminar su teoría pedagógica tal como el mismo nos la ha dado a conocer. Otro campo del conocimiento que recibió atención especial de don Gonzalo, fue el relativo a la educación superior. Siendo rector de la Universidad Veracruzana, escribió el libro La universidad latinoamericana, el cual recoge sus ideas en torno a la institución de enseñanza superior y lo esencial de lo dicho en sus discursos como rector. Llama la atención la seriedad, responsabilidad y profesionalismo con que desempeñó el cargo al frente de nuestra Máxima Casa de Estudios. Su mayor preocupación era el desarrollo de las funciones sustantivas universitarias, lo cual lo impelía a visitar de manera permanente los diferentes centros de trabajo y, sobre todo, estar presente en los inicios y fines de cursos para tomar la palabra y establecer un vínculo directo con la comunidad académica. Para muchos, yo incluido, la Universidad Veracruzana vivió durante el rectorado de Gonzalo Aguirre Beltrán el mejor momento de su historia. Una síntesis de la concepción que él tenía de la universidad como centro de la más elevada cultura, quedó plasmada en la opinión vertida en su libro sobre la naturaleza y propósito de la autonomía universitaria. La autonomía, sin embargo, no se evalúa por el derecho irrestricto o limitado que las universidades tienen para darse su propio régimen de gobierno, para elegir sus propias autoridades, nombrar sus docentes e investigadores y seleccionar sus estudiantes. Tampoco se mide por el número mayor o menor de la representación estudiantil en el cogobierno ni por la cuantía de sus fondos propios o la administración de los ajenos sin extraña fiscalización. Todo ello es secundario o derivado, lo importante, lo que define la autonomía es el grado de respeto que, el poder público, los grupos de presión y los universitarios mismos, tengan por la triada de libertades básicas –se refiere a las funciones de docencia, investigación y difusión-, ya que de su ejercicio depende la efectiva autonomía de la universidad. Para finalizar, solo quiero agregar que la obra de Aguirre Beltrán, toda ella, por su carácter de teoría emergida genuinamente de la práctica de la antropología, representa una valiosa aportación para la fundamentación epistemológica de las ciencias sociales, pues integra disciplinas afines y esenciales para el estudio del fenómeno social. * Texto leído en el auditorio de la Biblioteca “Gonzalo Aguirre Beltrán”, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Sede Xalapa, dentro del marco conmemorativo del 25 aniversario de la fundación de la Academia Mexicana de la Educación, Sección Veracruz, al rendirle un homenaje al doctor Gonzalo Aguirre Beltrán con motivo de cumplirse, el día 20 de enero de 2008, un centenario de su nacimiento, y reconocer en él a uno de los científicos sociales, integrante de dicha institución, que ha dado prestigio y luz a la ciencia y la cultura universales.

POEMAS RÚSTICOS

Poemas de Manuel José Othón A manera de prólogo AL LECTOR Creo que todo el que se consagra seriamente a una labor intelectual, llegada la ocasión está obligado a presentar al público su obra, para que la aproveche, si digna es de aprovecharse, o para que la desdeñe, si debe ser despreciada por insuficiente y baladí. Fiel a mis principios, juzgo que es ya tiempo de cumplir este deber, puesto que he traspasado, con mucho, la mitad del camino de la vida. Abordo, pues, la tarea, y doy comienzo con el primero de los cuatro volúmenes de que consta mi obra lírica; que si Dios me concede calma y espacio, continuaré publicando la serie de mis trabajos de otro género. Desde mi adolescencia compongo versos; pero hace más de veinte años he sacudido o, al menos, he procurado sacudir todo ajeno influjo. La Musa no ha de ser un espíritu extraño que venga del exterior a impresionarnos, sino que ha de brotar de nosotros mismos para que, al sentirla en nuestra presencia, en contacto con la Naturaleza, deslumbradora, enamorada y acariciante, podamos exclamar en el deliquio sagrado de la admiración y del éxtasis, lo que el padre del género humano ante su divina y eterna desposada: Os ex ossibus meis et caro de carne mea! Por otra parte, el artista ha de ser sincero hasta la ingenuidad. No debemos expresar nada que no hayamos visto; nada sentido o pensado a través de ajenos temperamentos, pues si tal hacemos ya no será nuestro espíritu quien hable y mentimos a los demás, engañándonos a nosotros mismos. Pero no basta con esto. Es necesario considerar en el Arte lo que es en sí: no sólo una cosa grave y seria, sino profundamente religiosa, porque el Arte es religión, en cuanto Belleza y en cuanto Verdad, y uno de los vínculos, acaso el más fuerte, que nos liga con la eterna Verdad y con la Belleza Infinita; porque, en suma, el Arte es Amor, amor a las cosas que están dentro y fuera de nosotros. Por esta causa paréceme que el ideal estético de todas las épocas, y especialmente de la actual, es que el Arte ha sido y debe ser impopular, inaccesible al vulgo. Cuando más se ha extendido o se extienda su culto, será porque el vulgo ha ido o irá ascendiendo, abandonando, por lo mismo, su naturaleza; mas no porque el arte baje, pues es imposible que pierda su sustantividad. Esto no quiere decir que el artista deba producir sólo para los iniciados en las fórmulas técnicas del procedimiento: se debe componer, pintar, esculpir para todos los espíritus finos y ya sensibilizados que forman una porción de inteligencias educadas, de almas accesibles y apercibidas a recibir y retener la impresión estética. Y en los momentos presentes esas inteligencias, esas almas no son tan raras como se cree, pues abundan, casi puede decirse, sobre todo en los grandes centros de civilización donde la vida moderna ha hiperestesiado los nervios y los espíritus. Fuera de allí es preferible que nadie (hablo del vulgo, del vulgo vestido, entiéndase bien) absolutamente nadie comprenda a los artistas a tener la irreparable desgracia de saber que una estrofa, una melodía, un cuadro o un bloque nuestros, están en los labios, en los oídos, en la memoria, en la oficina o en el boudoir de damas frívolas, de letrados indoctos, de escritores ignaros y de jóvenes sentimentales, susceptibles de conmoverse hasta las lágrimas, ante las insipientes manifestaciones de un arte espurio. Estos son mis principios y esta mi teoría estética que he creído deber apuntar de paso y en compendio, porque tal vez servirá de disculpa a lo exiguo, débil y deficiente de mi labor; pues tengo que agregar a lo ya dicho, que el Arte no puede, no debe ser tomado como pasatiempo, ocio o distracción, sino que hay que consagrar a él todas las energías del corazón, del cerebro y de la vida. Y esto, desgraciadamente, no ha podido ser para mí, por más que la voluntad y la inclinación han sobrepujado, a las veces, el límite de mis aptitudes y rompido, casi siempre, la argolla de hierro de mis necesidades. Sólo, sí, diré que todos los cantos que publico y publicaré, los he sentido, pensado y vivido muy intensamente y han brotado de las hondonadas más profundas de mi espíritu. Si la forma no corresponde a la pasión, será porque mi molde es muy estrecho y muy frágil, y ha estallado cuando quise vaciar en él mis sensaciones. Consagro este primer volumen de mis obras líricas a la capital del Estado de Jalisco, porque en ella están vinculadas las más hondas afecciones de mi alma, pues de sus hijos he recibido, hasta hoy, los pocos bienes y las únicas grandes satisfacciones que han alegrado mis días. Cuando se publicaron en revistas y periódicos los poemas de esta colección, aparecieron todos dedicados a mis amigos más queridos. Hoy suprimo las dedicatorias en el libro, pero no los nombres en mi corazón y en mis recuerdos. Dejo solamente aquellas necesarias para la inteligencia del poema, que son como parte integrante de su materia y de su forma. Y con esto acabo, encomendándome a la gracia del lector, que, si la de Dios no me falta, he de dar fin y remate a la tarea que me impongo, si no para mayor gloria del Arte, sí para perpetuo descanso de mi ánima. INVOCACIÓN No apartes, adorada Musa mía, tu divino consuelo y tus favores del alma que, nutrida en los dolores, abrasa el sol y el desaliento enfría. Aparece ante mí como aquel día primero de mis jóvenes amores y tu falda blanquísima con flores modestas u olorosas atavía. ¡Oh, tú, que besas mi abrasada frente en horas de entusiasmo o de tristeza, que resuene en tu canto inmensamente, tu amor a Dios, tu culto a la Belleza, alma del Arte, y tu pasión ardiente a la madre inmortal Naturaleza!

EN DEFENSA DEL NORMALISMO

Wilfrido Sánchez Márquez Academia Mexicana de la Educación El 14 de julio de 1789, el pueblo francés, cansado de la explotación y el menosprecio de que era objeto y de la miseria y marginación en la que vivía por obra y gracia de sus opresores (aristocracia, nobleza, clero y ejército) en un acto histórico de rebelión popular, asaltó y tomó por la fuerza de “La Bastilla” símbolo del poder imperial. Este hecho, marcó el inicio del derrumbe del régimen feudal, de la monarquía absolutista, del estado-iglesia y el surgimiento de un nuevo régimen social cuyos principios fueron: igualdad, libertad y fraternidad entre los ciudadanos, gobierno republicano, separación entre la iglesia y el estado, garantías individuales, y educación popular, laica, racional, gratuita y obligatoria. “La Revolución Francesa no fue solamente una revolución política; fue una revolución social en el mas amplio sentido del término; afectó la vida religiosa, las instituciones económicas, los idearios de la educación. En su proceso destructivo y violento, fue creando bases políticas de un nuevo concepto de instrucción pública…” (Historia General de la Pedagogía.-Francisco Larroyo.) En Aquel tiempo, Voltaire combatía directamente a la Iglesia y Condorcet decía: “Un pueblo educado por sacerdotes nunca puede ser libre”. Al Pasar la rectoría y el control de la educación de manos del clero a las del Estado, surgió de inmediato la necesidad de formar maestros preparados adecuadamente para cumplir con el mando constitucional establecido por el nuevo régimen social, el nuevo estado de derecho emanado de la Asamblea Legislativa Revolucionaria. Ante la urgencia de disponer de maestros para impartir la nueva educación como servicio público, el pedagogo revolucionario José Lakanal formuló un proyecto de ley sobre educación que lleva su nombre, el que fue aprobado por el Congreso el 17 de marzo de 1794. La iniciativa más importante de esta ley fue la creación jurídica de las escuelas normales. Sobre este particular se dijo a los asambleístas: “Al ser los primeros en decretar las escuelas normales, habéis querido crear con anticipación un gran número de maestros capaces de ser los ejecutores de un plan que tiene por objeto la regeneración del entendimiento humano, en una república de veinticinco millones de hombres a quienes iguala la democracia”. De este modo, surgen las escuelas normales y el cuerpo de principios que las rigen: el normalismo. Ellas no solamente producen profesores o instructores, sino maestros para fines predeterminados por el nuevo régimen social y fomentar la práctica de la democracia. Antecedentes de las escuelas “normales mexicanas. Normales Lancasterianas. “Las primeras escuelas “normales” fueron llamadas lancasterianas; la primera de ellas fue creada en 1822 a inciativa del periódico “El Sol”. La característica principal de su sistema de enseñanza –el mutuo- era la preparación de jóvenes alumnos como profesores (monitores).” “En el estado de Veracruz, por decreto número 23 del 24 de julio de 1826, del gobernador Miguel Barragán, se dispuso “una escuela normal para formar maestros del arte lancasteriano” Es conveniente dejar en claro que las escuelas “normales lancasterianas# nunca tuvieron relación con las escuelas normales originales surgidas de la Revolución Francesa y de la Ley Lakanal de 1794. En 1871, “La Voz de la Instrucción” revista editada por don Antonio P. Castilla, al hablar de las escuelas normales (lancasterianas) expresó: “Seanos permitido hacer algunas observaciones del estado que hoy guardan en la República los pocos y muy malos establecimientos, en lo general, que existen de este género. Sin duda alguna, la palabra normal ha sido y sigue siendo para muchas autoridades un nombre vano y sin sentido ni aplicación porque, considera genuina significación, otras serían las escuelas normales en los Estados que las han iniciado…. Las muy pocas que hemos tenido la oportunidad de conocer con este nombre, son una verdadera burla a esta institución; esencialmente nocivas a los Estados que las mantienen: mucho mejor sería no tener nada…” Cuatro años después, Díaz Covarrubias al hablar de las normales existentes afirmó: “Este total de ocho Escuelas Normales que existen en la República, darían mejores frutos si su organización y su plan de enseñanza correspondiera verdaderamente a su nombre; pero lejos de suceder así, sus condiciones de existencia y sus programas de estudio dejan mucho que desear…” La Revolución de la Reforma y la educación liberal en México. Lo que sucedió en Francia a fines del siglo XVIII se repitió en México 75 años después. No obstante que el pueblo mexicano había conquistado la Independencia Nacional (1810-1821), durante treinta años continuó existiendo en el país independiente, el mismo régimen social prevaleciente durante la dominación española. Con el fin de derrumbar la dictadura oprobiosa del Gral. Antonio López de Santa Anna, el 1°. De marzo de 1854, el pueblo mexicano inició en Ayutla, Gro. un movimiento revolucionario conducido por Don Juan Alvarez, cuyos postulados fueron: Separación de la iglesia y el estado, gobierno federal republicano, libertades ciudadanas y garantías individuales, fin a los privilegios de clases y castas y educación pública, laica, racional, popular, gratuita y obligatoria. La primera escuela normal en México con espíritu normalista. Dos acontecimientos de la mayor importancia constituyeron el preámbulo de la fundación de la primera escuela normal mexicana con las características bien definidas de las normales surgidas de la Revolución Francesa. Un de ellos fue el Congreso Pedagógico de 1873 convocado por el Gobernador del Estado don Francisco Landero y Cos; y el otro, el proyecto de la Ley Orgánica de Instrucción Pública elaborado por dicho Congreso y convertido por la Legislatura del Estado en la Ley Núm. 123 o “Ley Landero y Cos” el 1° de agosto del mismo año. El Art. 100 de este ordenamiento legal, a la letra dice: “Para la formación de buenos profesores de instrucción primaria se establecerá en el Estado una Escuela Normal, cuya organización será objeto de una ley especial”. Trece años después de haber sido expedida la Ley Landero y Cos, el Gobierno del Estado cumplió el compromiso contraído e el Art. 100. “Fue en la Escuela Normal Primaria del Estado de Veracruz. (1886) Allí las ciencias pedagógicas y la práctica escolar, aunadas a los nuevos objetivos y a los ideales liberales, recibieron amplia atención. Nuevos rumbos se abrieron para la educación normal del país; culminaron así, con Laubscher y con Rébsamen, los afanes entusiastas de quienes desde lustros atrás pugnaban por una auténtica reforma educativa en el país.” (Angel J. Hermida Ruiz) El parentesco entre las escuelas normales surgidas de la Revolución Francesa y la Normal Veracruzana de 1886 lo estableció claramente y sin lugar a dudas el Gral. Juan de la Luz Enríquez, Gobernador de la Entidad, cuando propuso, en el año de 1886, a la H. Legislatura del Estado, la fundación de este centro formador de docentes: “Francia, en medio de su grandiosa revolución que produjo el nuevo derecho público, adoptó también el feliz pensamiento de las escuelas normales, y dentro del siglo actual (XIX), los demás países civilizados se apresuraron a erigirlas en su suelo, procurando con empeñoso afán a mejorarlas progresivamente”. La lucha por la escuela normal y el normalismo en el estado de Veracruz. El maestro Octaviano Corro, en su libro “La Enseñanza Normal en Veracruz” nos dejó el siguiente testimonio: “Apenas iniciaba su fecunda tarea la Escuela Normal del Estado, cuando el elemento retardatario inició una ofensiva calumniosa, ofensiva constante para desprestigiar al naciente centro de cultura; de hereje se tildaba al Gobernador; de impío al Director; pero a pesar de todo, la institución seguía su marcha firme en su credo liberal.” El ilustre maestro veracruzano José Luis Melgarejo Vivanco expresó de manera contundente: “Los ataques contra la Normal, contra Enríquez, menudearon;…la verdad histórica es que quien se puso a la cabeza de los ataques contra la Escuela Normal fue el clero, le siguieron los ricos, y en general, la reacción. A todo ello, el Gral. Enríquez dijo: “NO ME DESLIENTAN LOS ATAQUES DE LOS HOMBRES DE ESPÍRITU OPACADO QUE SE CONSIDERA DAÑADOS PO LA ESCUELA NORMAL EN SUS PARTICULARES INTERESES; NI DE AQUELLOS ESPÍRITUS MEZQUINOS QUE VEN LA PROPAGACIÓN DE ENSEÑANZA POPULAR LA PÉRDIDA DEL PREDOMINIO QUE HAN EJERCIDO TANTOS AÑOS, PREVALIDOS DEL OSCURANTISMO DE LAS MASAS.” La lucha emprendida por la reacción conservadora llegó a ser muy enconada. Sobre este incidente, el maestro Manuel C. Tello, en su libro “La Obra Educativa de D. Enrique C. Rébsamen y sus discípulos” relata: “La designación del pedagogo Enrique C. Rébsamen como Director de la Escuela Normal fue objetada desde luego por el H. Ayuntamiento de Jalapa, cuyos miembros expresaron su decisión de renunciar en masa si no era revocado el nombramiento extendido a favor de un extranjero de ideas liberales; y el general Enríquez manifestó su decisión de estar dispuesto a aceptar las renuncias si así era necesario y que antes de modificar su determinación, apoyaría a Rébsamen y confiaría en él para implantar la reforma escolar a que aspiraba el Partido Liberal Mexicano.” Los acontecimientos históricos mencionados, revelan que el normalismo mexicano y el veracruzano, desde sus orígenes, han sido objeto de los más malintencionados y recalcitrantes ataques provenientes de los conservadores del siglo XIX; después, de los contrarrevolucionarios del siglo XX; y ahora a principios del Siglo XXI, del gobierno retardatorio, neoliberal y testaferro del imperialismo internacional, con la complacencia y la complicidad de los dirigentes corruptos y corporativistas del gremio magisterial.

REFUGIO DEL EXTRAÑO

Aurora Ruiz Vásquez No sé cómo me llamo, me dicen Ben y acudo cuando me gritan y me ordenan que desaparezca. Mis hermanos me temen, no me respetan aún siendo el mayor, pues dicen que cuando me encolerizo me transformo en una fiera, un monstruo y corren a esconderse, o me apedrean. Mi padre es un tirano, sumido en su embriaguez, al que poco veo, sólo cuando me azota por haber derramado la sopa, y eso que no como en el comedor con toda la familia. En sus ojos de fuego demuestra que estorbo. Me tratan como a un extraño por que soy diferente. Los vecinos se me quedan viendo, sin hablar y me rehúyen, murmuran, considerándome idiota o loco. Mi madre es la única que me quiere, aunque no lo demuestra por temor, pero yo lo sé, tal vez esconda algún pecadillo de juventud porque siempre está triste. Al fondo de la casa, hay unos cuartos oscuros vacíos, sin puertas ni ventanas, llenos únicamente de polvo, telarañas y ratones. Dan hacia la vereda que conduce al centro del pueblo. Allí me refugio en soledad todo el tiempo y respiro la paz, entre escombros y cachivaches viejos –con razón los llaman los cuartos de los espantos. (Pienso… pero ¿puedo pensar?); todo olvido al momento, las imágenes se borran y confunden, mis palabras salen atropelladas con voz ronca, los movimientos son toscos e incontrolables y mis facciones diferentes; además, soy feo, me siento feo e inútil, sin embargo, soy superior, único, algo me distingue de mis hermanos a los que no comprendo, por lo que los evito, y me paso las horas platicando con el sol, las estrellas y una voz que me sale de dentro y es mi amiga –el otro y lo otro– reímos juntos a carcajadas, paseamos por las noches cuando escapamos de mi cárcel sin rejas, jugamos a las escondidas, cazamos ratones, y soñamos con nuestra riqueza, mientras todos duermen. Ellos me tildan de parásito, demente pisoteándome sin piedad, pero ya verán, que algún día me liberaré, correré a otros mundos y los veré como hormigas venenosas, entonces gozaré de mi superioridad que me distingue y enorgullece como ser humano diferente, distinto, que no hace mal a nadie. Por lo pronto, seguiré mi vida solitaria en el laberinto de cuartos sucios que me cobijan, y donde se incuban sentimientos de odio hacia todos; ya los astros se encargarán de vengar mi soledad y sensibilizar los corazones de los que se creen perfectos. Por lo pronto, me complace correr, jugar, trepar a los árboles aún con dificultad y desde arriba, reír a carcajadas del mundo. que me distingue como ser despreciable sin que tenga culpa alguna. El energúmeno de mi padre gozaría si yo desapareciera, pero aunque estoy enfermo, el médico dice que viviré muchos años, los suficientes para enterrar a todos, nunca se sabe…,sin embargo, me siento cansado y desearía dormir, dormir para siempre. Una noche fría, _el padre de Ben completamente ebrio_, tropezó con su hijo entre la maleza del patio de la casa y éste lo ayudó a llegar a sus habitaciones colocándolo en la cama y regresó a trepar a su árbol preferido, que estaba frente a los cuartos; allí le gustaba agazaparse horas enteras como las gallinas que buscan una rama para dormir, El sueño lo venció y cayó al suelo entre las piedras que le hirieron la cabeza y un fierro puntiagudo como espada filosa, se le clavó en el pecho; empezó a sangrar en forma abundante, hasta quedar inconciente. Así pasó toda la noche y Ben fue encontrado al amanecer, enroscado como un gato, ya sin vida, con inexpresión en el rostro.

MAX WEBER: BUROCRACIA Y EDUCACION.

Por: Héctor Martínez Domínguez Encontramos en este pensador alemán, no solamente la erudición, profundidad y preocupación de tratar con gran detalle y desenvolvimiento toda una serie de temas de las ciencias sociales mismas que, desarrolla de una manera magistral, pedagógica en sus diversos libros y tratado “Economía y Sociedad.” sobre La Teoría de las Ciencias Sociales los temas que tratan son el conocimiento Objetivo de las Ciencias y las Políticas Sociales; El Significado de la Libertad de Valorización de las Ciencias Sociológicas y Económicas; en el libro El Político y el Científico los contenidos son: La Política como Vocación y La Ciencia como vocación . Otro gran aporte a las ciencias políticas y sociales son los estudios sobre la organización estatal, la burocracia, la dominación y los diversos tipos de dominación. En este artículo habremos de destacar particularmente el proceso de dominación, los tres tipos de dominación legitima; dominación racional, dominación tradicional y dominación carismática. La dominación legal tipo puro mediante cuadro administrativo burocrático, como las principales formas de dominación. Mismas que se pueden contrastar con los procesos de dominación y búsqueda de la legitimidad que hoy viven las diversas sociedades modernas. Desde siempre han sido interesantes los procesos de control y dominación, en las más diversas sociedades, más si nos referimos a las sociedades de clases, desde las más antiguas hasta las más modernas. Nos encontramos con la existencia de aparatos u órganos del estado, encargados de implementar los mas diversos, evidentes o sofisticados mecanismos de dominación, mediante las diferentes vías ya pacificas o de fuerza y violencia cuando fuese necesario. Tales sistemas de dominación expresan los intereses de las clases dominantes, sobre el resto de la sociedad o clases dominadas, que muchas visiones tratan de presentar como el dominio de un grupo de hombres, sobre los demás. El dominio se logra no solo con el exclusivo uso de la fuerza, sino también en el plano ideológico, legal y de coerción fundamentalmente y la amenaza latente que ese grupo dominante tiene los mejores guerreros o mejor dicho es el único que tiene guerreros, las armas, en este caso las mejores armas, esta bien pertrechado y organizado y defenderá sus intereses y privilegios que le dan las armas y la seguridad de su posición en esa sociedad. Por tal motivo actuará de forma constante y permanente, como corresponde a un órgano de estado. Cuyo propósito e preservar desarrollar y ampliar ese estado, en ese momento histórico que te corresponde vivir. “Debe entenderse por dominación la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos). No es, por tanto, toda especie de probabilidad de ejercer”poder o influjo sobre otros hombres. En el caso concreto esta dominación (autoridad), en el sentido indicado, puede descansar en los mas diversos motivos de sumisión: desde la habituación inconsciente hasta lo que son consideraciones puramente racionales con arreglo a los fines. Un determinado mínimo de voluntad de obediencia, o sea de interés (extremo o interno) en obedecer, es esencial en toda relación autentica de autoridad. (1) Weber, Max. Economía y Sociedad. FCE. 4a. Reimp. México, 1979 p.170 Para Max Weber no toda dominación se sirve del medio económico y toda dominación tiene un fin económico, efectivamente el no nos habla de manera explicita de esa veta que mueve también que es la política, la persuasiones prestigio, la aceptación sicológica para hacer aceptados esos mandatos; disposiciones o leyes, con un cierto grado de aceptación o resignación este ejercicio de dominio requiere de un cuerpo especializado, que implemente organice o dirija toda esa serie de trabajos, tareas y actividades tendiente presentar a la sociedad su trabajo como algo necesario y que siempre ha estado presente e indispensable en la conducción de esa o esas sociedades. Pues ellos le dan dirección y sentido a esa sociedad y la habrán de conducir por el mejor camino posible, de tiempo completo de manera profesional, de vivir de y para realizar esas actividades que le son inherentes a la función de dominio. “No toda dominación se sirve del medio económico. Y todavía menos tiene toda dominación fines económicos. Pero toda dominación sobre una pluralidad de hombres requiere de un modo normal (no absolutamente siempre) un cuadro administrativo; es decir, la probabilidad, en la que se puede confiar, de que se dará una actividad dirigida a la ejecución de sus ordenaciones generales y mandatos concretos, por parte de un grupo de hombres cuya obediencia se espera.” (2) Ibid. p. 170 Weber nos habla de las principales características de los hombres encargados de ejercer este dominio, así como de su lealtad y apego al detentador del poder ya por su cercana, costumbre y compartir intereses, valores y la satisfacción de ejercer ese poder y estar por encima de la sociedad. “Este cuadro administrativo puede estar ligado a la obediencia de su señor (o señores) por la costumbre, de un modo puramente afectivo, por intereses materiales o por motivos ideales (con arreglo a valores). La naturaleza de estos motivos determina en gran medida el tipo de dominación.” (3) Ibid. p. 170 Impulsados por intereses materiales y políticos que eufemísticamente Weber llama racionales con arreglo a fines, intereses utilitarios, etc. Ahora bien en el proceso dominación se busca hacerlo mas llevadero, atractivo o a fin, es decir se busca que su permanencia y aceptación adquiera y desarrolle una mejor carta de naturalización que lo vuelva legitimo. “De acuerdo con la experiencia ninguna dominación se contenta voluntariamente con tener como probabilidades de su persistencia motivos puramente materiales, afectivos o racionales con arreglo a valores. Antes bien, todas procuran despertar y fomentar la creencia en su legitimidad.” (4) Ibid. p. 170 Siendo estos procesos de búsqueda de legitimidad, procesos dinámicos que se hirán transformando según las condiciones y necesidades de esta legitimidad en el ejercicio de dominación. Max Weber señala las distintas clases de dominación; según sus pretensiones típicas de legitimidad a saber. 1. La legitimidad de una dominación tiene una importancia que no es puramente ideal, aunque no sea más por el hecho de que mantiene relaciones muy determinadas con la legitimidad de la propiedad. 2. Sin embargo, el concepto de una relación de dominación no excluye naturalmente el que haya podido surgir por un contrato formalmente libre; así en la dominación del patrono sobre el obrero traducida en las instrucciones y ordenanzas de su trabajo o en la dominación del señor sobre el vasallo que ha contraído libremente el pacto feudal. 3. La legitimidad de una dominación debe considerarse sólo como una probabilidad, la de ser tratada prácticamente como tal y mantenida en una proporción importante. Ni con mucho ocurre de la obediencia a una dominación esté orientada primariamente (si siquiera siempre) por la creencia en su legitimidad. La adhesión puede fingirse por individuos y grupos enteros por razones de oportunidad, practicarse efectivamente por causa de intereses materiales propios, o aceptarse como algo irremediable en virtud de debilidades individuales y de desvalimiento. 4. Obediencia significa que la acción del que obedece transcurre como si el contenido del mandato se hubiera convertido, por sí mismo, en máxima de su conducta, y eso únicamente en méritos de la relación formal de obediencia, sin tener en cuenta la propia opinión sobre el valor o desvalor del mandato como tal. 5. Desde un punto de vista puramente psilocólogico la cadena causal puede mostrarse diferente; puede ser, especialmente, el inspirar o la endopatía. Esta distinción, sin embargo, no es utilizable en la construcción de los tipos de dominación. 6. El ámbito de la influencia autoritaria de las relaciones sociales y de los fenómenos culturales es mucho mayor de lo que a primera vista parece. Valga como ejemplo la suerte de dominación que se ejerce en la escuela, mediante la cual se imponen las formas de lenguaje oral y escrito que valen como ortodoxas. Los dialectos que funcionan como lenguajes de cancillería de una asociación política autocefalea, es decir, de sus señores, se convierte en su forma de lenguaje y escritura ortodoxa y han determinado las separaciones irracionales (por ejemplo, Holanda y Alemania). 7. El que el dirigente y el cuadro administrativo de una asociación aparezca según la forma como servidores de los dominados, nada demuestra respecto del carácter de dominación. A partir de las agudas observaciones que Max Weber realiza sobre la dominación de tipo legítima señala tres tipos puros de dominación legítima. El fundamento primario de su legitimidad puede ser: 1. De carácter racional: que descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer autoridad (autoridad legal). 2. De carácter tradicional; que descansa en la creencia cotidiana en la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer la autoridad (autoridad tradicional). 3. De carácter carismático: que descansa en la entrega extra cotidiana a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella creadas o relevadas (llamada) (autoridad carismática). Donde el concepto carisma (gracia) se ha tomado de la terminología del cristianismo primitivo. LA DOMINACION LEGAL CON ADMISTRACION BUROCRATICA Max Weber dice “Partimos aquí intencionalmente de la forma de administración específicamente moderna, para poderla contrastar después de las otras. La dominación legal descansa en la validez de las siguientes ideas, entrelazadas entre si: Que todo derecho, “pactado u otorgado”, puede ser estatuido de modo racional – racional con arreglo a fines o racional con arreglo a valores (o ambas cosas) con la pretensión de ser respetado, por lo menos, por los miembros de la asociación, y también regularmente por aquellas personas que dentro del ámbito de poder de la asociación (en las territoriales: dentro de su dominio territorial) realicen acciones sociales o entren en relaciones sociales declaradas importantes por la asociación”. (5) Ibid. p. 173. Weber al igual que Roseau cree en la existencia de un contrato social surgido de la aceptación y en el acuerdo de quien ejerce el dominio y los dominados donde ambas partes se reconocen su personalidad y su papel en esa sociedad. El papel de gobernantes y gobernados así sus derechos y deberes. Estableciéndose un derecho mismo que habrá de establecer un sistema de disposiciones y un camino plagado de dificultades, siendo un verdadero laberinto apto para especialistas en el derecho. “Que todo derecho según su esencia es un cosmos de reglas abstractas, por lo general estatuidas intencionalmente; que la judicatura implica la aplicación de esas reglas al caso concreto,; y que la administración supone el cuidado racional de los intereses previstos por las ordenaciones de la asociación, dentro de los limites de las normas jurídicas y según principios señalarles que tienen la aprobación o por lo menos carecen de la desaprobación de las ordenaciones de la asociación “(6) Ibid. p.p 173 y 174. El gobernante, el que se encuentra al frente del poder, también está sujeto a un derecho que en base al cumplimiento de ciertas reglas y requisitos le permite detentar un poder y ejercerlo no solo de la forma personal sino impersonal la que le otorgan el marco legal. “Que el soberano legal típico, la persona puesta a la cabeza, en tanto que ordena y manda, obedece por su parte al orden impersonal por el que orienta sus disposiciones. Lo cual vale para el soberano legal que no es funcionario, por ejemplo: el presidente electivo de un estado” (7) Ibid. p. 174 En este marco legal el gobernado cumple y ajusta su conducta al derecho y trata de no infringir la ley y hacerse acreedor a una pena. Ajusta a sus actos a las costumbres, necesidades y hábitos de esa sociedad. Que tal como se expresa habitualmente el que obedece solo lo hace en cuanto miembro de la asociación y solo obedece al derecho. Como miembro de la unión, del municipio; de la iglesia; del estado: ciudadano. En ese contrato social se dan las normas y los presupuestos en los que se desarrolla y establecen sus funciones el gobernante su papel de representante, de depositario del mandato es decir que recibe la encomienda de cumplir con determinadas obligaciones y deberes que le otorgan los gobernados. Su relación con los gobernados se hará principalmente de forma impersonal a partir de las leyes y disposiciones que correspondan lo cual le permite una mejor aceptación de los gobernados. “Domina la idea de que los miembros de la asociación, en tanto que obedecen al soberano, no lo hacen por atención a su persona, sino que obedecen a aquel orden impersonal; y que solo están obligados a la obediencia dentro de la competencia limitada, racional y objetiva, a el le otorgada por dicho orden. Las categorías fundamentales de la dominación legal son, pues: 1. Un ejercicio continuado, sujeto a ley, de funciones, dentro de 2. Una competencia, que significa: (a) Un ámbito de deberes y servicios objetivamente limitado en virtud de una distribución de funciones, (b) Con la atribución de los poderes necesarios para su realización, y (c) Con fijación estricta de los medios coactivos eventualmente admisibles y el supuesto previo de su aplicación. Una actividad establecida de esa suerte se llama magistratura o autoridad. (8) Ibid. p. 174 Weber distingue varios poderes como el: estado, la iglesia, ejércitos y partidos políticos como detentadores de poder, así como una división de poderes el ejecutivo a cargo de el presidente de la republica y el gabinete ministerial; el legislativo encargado de formular leyes a cargo de los diputados y senadores y el judicial encargado de la impartición de la justicia división de poderes que hoy priva en la mayoría de los estados. “Autoridades en este sentido existen, lo mismo que en el estado y la iglesia en las grandes explotaciones privadas, ejércitos y partidos. Una magistratura en el sentido de esta terminología es el presidente electivo de la republica (o el gabinete ministerial, o los diputados por elección). Estas categorías no nos interesan, sin embargo, ahora. No toda magistratura poseen en igual sentido poderes de mando; pero esta separación no interesa aquí.” (9) Ibid. p.174 Las sociedades y los gobiernos se organizan de manera jerárquica, de quien detenta mas poder y a quien le corresponde hacer tal o cual función por eso existe un escalafón o un sistema de promoción. En cuanto al sistema legal también es jerárquico, existen leyes fundamentales como la Constitución General de al República, leyes secundarias y reglamentos. “El principio de jerarquía administrativa o sea la ordenación de autoridades fijas con facultades de regulación e inspección y con el derecho de queja o apelación ante las autoridades superiores por parte de las inferiores. La cuestión de si la instancia superior puede alterar con otra más justa la disposición apelada y en qué condiciones en este caso, o si para ello ha de delegar en el funcionario inferior, tiene muy distintas soluciones”. (10) Ibid. p. 174 La aplicación de las leyes y normas corresponde a un grupo selecto de especialistas, con una formación profesional, seleccionado y sometido a pruebas y concursos. Este personal burocrático o funcionarios, también guardando sus actos a las leyes de funcionarios o servidores públicos. “Su aplicación exige en ambos casos, para que se logre la racionalidad, una formación profesional. Normalmente sólo participa en el cuadro administrativo de una asociación el calificado profesionalmente para ello mediante pruebas realizadas con éxito; de modo que sólo el que posea esas condiciones puede ser empleado como funcionario. Los funcionarios forman el cuadro administrativo típico de las asociaciones racionales, sean éstas políticas hierocráticas, económicas (especialmente, capitalistas) de otra clase.” (11) Ibid. pp. 174 y 175. Las carreras burocráticas se construyen con gran esfuerzo y empeño por ello la importancia del mérito. De quien merece estar en la cúspide o en los peldaños más altos de la estructura burocrática. “ En el caso más racional no existe apropiación de los cargos por quien los ejerce. Donde se da un derecho al cargo (como, por ejemplo, entre los jueces y actualmente en partes crecientes de la burocracia y el proletariado) no sirve generalmente a un fin de apropiación por parte del funcionario, sino de aseguramiento del carácter puramente objetivo (independiente), sólo sujeto a normas, de su trabajo en el cargo.” (12) Ibid p. 175 Siendo las carreras burocráticas de una gran competencia, tanto en el expediente de cada funcionario se anotan sus méritos y aciertos como sus errores y deslices. También mostrará ser imprescindible pues su ausencia lo hará sentir. “Rige el principio administrativo de atenerse al expediente, aun allí donde las declaraciones orales serán de hecho la regla o estén hasta prescritas; por lo menos se fijan por escrito los considerandos, propuestas y decisiones, así, como las disposiciones y ordenanzas de toda clase. El expediente y la actividad continuada por el funcionario hacen que la oficina sea la médula de toda forma moderna en la actividad de las asociaciones.” (13) Ibid. p. 175 Por su papel destacado de la burocracia, le permite concentrar y acaparar información de todo tipo, así como funciones, las cuales le dan la facilidad de concentrar y acumular poder, desarrollando una estructura propia, misma que le permitirá ocupar los lugares más privilegiados del poder. De quien tiene las mejores posibilidades, cualidades para desempeñar tal o cual cargo de gobierno. Quien puede coexistir mejor en los reacomodos del poder, quien ofrece mejores posibilidades de integrar a otras expresiones y formas de trabajo colegiado en este tipo de decisiones y problemas que se les plantee. “El tipo más puro de dominación legal es aquel que se ejerce por medio de un cuadro administrativo burocrático. Sólo el dirigente de la asociación posee su posición de imperio, bien por apropiación, bien por elección o por designación de su predecesor. Pero sus facultades de mando son también competencias legales. La totalidad del cuadro administrativo se compone, en el tipo más puro, de funcionarios individuales monocracia en oposición a colegialidad”. (14) Ibid. pp. 175 y 176. Como podemos ver Weber gracias a su trabajo en la alta burocracia, pudo observar el fenómeno de la burocracia, sus características y su relevante papel en el ejercicio del poder público. BIBLIOGRAFÍA: Weber, Max. Economía y Sociedad. FCE. 4a. Reimp. México, 1979 pp. 1237

Alicia, tú también.

Por: Samuel Nepomuceno Limón Alicia era una niña como todas, curiosa. Le gustaban las flores y los animales domésticos. Había nacido al interior de una familia que con ella recibía su primer descendiente. La madre prodigaba a quien hasta el momento era hija única las atenciones en que llegan a convertirse aquellos sueños de su niñez, cuando cuidaba sus muñecas y jugaba con ellas. Tenía un especial cariño a la pequeña y ponía lo que estuviera de parte suya para que su esposo, ella y la niña constituyeran un grupo feliz, integrado y saludable. El padre, hombre joven también, había encontrado trabajo como supervisor en una pequeña factoría y en la atención de sus labores se iba una parte importante de su tiempo. Amaba a su esposa y lo colmaba de dicha el tener una heredera en quien volcar su incipiente cariño de padre primerizo. Tal información la tendría el maestro después, cuando tuvo una conversación con la madre de Alicia, en un momento en que no estaba presente la pequeña. Todo estaba bien en la niña, salvo las manos: los dedos de ambas tenían una extraña forma de doblarse. O, mejor dicho, no se doblaban del todo más que en la parte donde se unen con el carpo de la mano. Permanecían extendidos, y en vez de tender a conformar una curvatura hacia la palma, la primera articulación parecía ir en sentido contrario, como si la flexión se hiciera hacia fuera. La segunda articulación tenía un aspecto normal, pero la propia configuración impedía a la mano cerrarse en un puño. Dicha circunstancia ocasionaba que tareas sencillas tuvieran un grado de dificultad mayor que para el resto de las personas. A partir del día en que Alicia tomó conciencia de que sus manos eran distintas intentaba esconderlas a los extraños. No las mostraba en público y parecía estar al pendiente de los ojos de los demás para tratar de descifrar las reacciones que en las otras personas causaba el descubrir su extraña conformación digital. Con todo, Alicia era feliz en el seno familiar. Ahí recibía la comprensión y el apoyo de sus padres. Su preocupación se incrementó cuando tuvo que ser matriculada en la escuela primaria. En la época en que trascurre esta historia se acostumbraba aplicar a los alumnos de primer grado una prueba, a manera de pronóstico, que proporcionara algunos indicios de las potencialidades de los chicos para el aprendizaje de la lectura y la escritura. Para ello, el primer día laborable del curso se citaba a una cantidad reducida de niños a fin de que la aplicación del test se hiciera de manera individual. Al aula sólo ingresaban el maestro y el niño que iba a ser examinado. Alicia, con sus limitaciones, tenía una forma particular de sostener el lápiz al escribir, lo que le permitía manejarlo de una manera aceptable. La mayor dificultad pareció llegar cuando hubo que resolver el subtest consistente en hacer dos cortes en una hoja de papel. Debía dividir la hoja con las tijeras siguiendo el centro de dos caminos trazados con líneas continuas: uno en forma de ondas y otro que seguía el mismo dibujo pero con trazos rectos. Un avanzar con un ir y venir hacia los lados hasta llegar al otro extremo de cada caminito. La niña tomó las tijeras con la seguridad de quien ya antes ha hecho cortes con ellas. Realizaba la tarea con notoria timidez, ante lo cual el maestro la animaba para continuarla. Al contrario de lo que es común, Alicia colocó la herramienta dirigida hacia su propio brazo, y con los dedos pulgar e índice de la mano derecha la accionaba. Así cortó, y el resultado dio positivo cuando, a solas y más tarde, el maestro calificó las respuestas de las pruebas aplicadas en el día. Desde el momento en que la niña tomó las tijeras depositadas a un lado de la hoja de prueba constantemente levantaba la vista para buscar lo que expresaba el maestro con sus gestos o miradas acerca de lo que él estaba contemplando. Lo mismo hizo al llegar a la primera curva del trazo y el maestro la animó para seguir adelante. La atención del maestro se avivó a partir del momento en que Alicia había entrado al salón y trataba de esconder las manos. Cuando descubrió de qué se trataba, tomó la decisión de no hacer comentario alguno a fin de no aumentar la inquietud y vergüenza que ya demostraba tener la pequeña. Toda la sesión dedicada a la prueba transcurrió con normalidad, y al concluir, Alicia se retiró después de preguntar qué día iniciaban las clases de todo el grupo. Una vez que hubo recibido respuesta, saludó y se retiró. Y así llegó el primer día de clases. Era habitual en la escuela que los escolares formaran en el patio antes de entrar a sus salones. Ese día, la directora dio la bienvenida a todos los niños, saludando de manera especial a los pequeños que se incorporaban al plantel por vez primera. Les dio un mensaje de esperanza y optimismo. Ya dentro del aula, se apreciaba el bullicio natural de las conversaciones surgidas del encuentro entre amigos y vecinos. Alicia, desde su sitio, parecía preguntarse qué hacía ahí en medio de tanto niño. Lo que se veía en su rostro era angustia. Angustia de no saber cómo comportarse en un medio que aún le era desconocido. Angustia al ignorar qué conductas se esperaban de ella, no poder prever la reacción de sus compañeros, desconocer de qué críticas o burlas podría ser objeto por parte de ellos, de cómo iba a transcurrir la jornada escolar, que en ese momento parecía que no tendría fin… Mientras los demás disfrutaban de sus útiles escolares recién comprados e intercambiaban comentarios sobre alguna novedad relativa al salón de clases o el uniforme que portaban, Alicia estaba atenta a todo: al grupo, a su vecina de mesa, el maestro, el misterioso pizarrón, y parecía buscar la puerta, por si hubiera que salir huyendo del aula. El maestro inició las labores con un saludo para quienes, después de egresar del jardín de niños, ingresaban a una escuela que iba a ser un poco diferente. La sonrisa de su rostro estaba dirigida a brindar una actitud amistosa y de confianza, de compañerismo y mutua colaboración. Se percató del estado emocional de Alicia. La niña, silenciosa, parecía estrujar una mano con la otra debajo de la mesa, en espera de la reacción de alguien que se percatara de la forma de sus dedos. —A ver, vamos a hacer un primer ejercicio para relajar los brazos. ¡Todas las manos, arriba! Casi de inmediato el salón se vio poblado de manos en alto oscilando de derecha a izquierda y dedos al aire abriéndose y cerrándose. La única que permanecía sin haberse movido era Alicia. —¡Todos! Tú también, Alicia. La pequeña, abriendo mucho los ojos, inició un movimiento ascendente de sus brazos. Despacio, como si avanzara a trompicones. —¡Arriba, más arriba, Alicia! Poco a poco se escuchó un murmullo admirado de los demás niños. —¡Mira cómo tiene las manos! —¡A ver…? Incluso algunas boquitas se abrían del asombro al contemplar algo así quizá por vez primera en su existencia. —¡Muy bien! Ahora, todos los brazos hacia adelante… Hacia arriba… Otra vez hacia adelante… ¡Muy bien! El ejercicio duró otros minutos más. Al poco, los niños reían con sus propios errores al realizar algunos movimientos equivocados. Después, se pasó a otra actividad colectiva. Con el paso de los segundos, que se convirtieron en minutos y después en horas, la curiosidad había quedado satisfecha y pronto las miradas e intereses tomaban otras direcciones. Ni una sola palabra acerca de la condición de las manos de Alicia había salido de labios del maestro. Ni una sola pregunta. Ésa la reservaría para más tarde, al hablar con la madre en busca de información sobre la situación de la niña en casa y de los familiares con ella. Así se enteraría de algún dato que tomar en consideración en el trato cotidiano en el aula con la niña. Con el transcurso de esa primera jornada escolar, las distintas actividades y juegos eclipsaron el interés y curiosidad que había suscitado la pequeña en sus compañeritos del primer grado. Al paso del tiempo, Alicia fue integrándose al grupo, participando en las labores de equipo, y todos la aceptaron como una amiga más en quien confiar, a quien querer y con la cual jugar. Ya no volvió a sentirse una extraña. Era como todos los demás. Ahora era uno de ellos.

Carta a Pablo Neruda*

Por: Alicia Soto Palomino Xalapa, Ver. A 29 de mayo de 2009. Estimado Pablito, quiero compartir contigo lo siguiente: Recuerdo que era adolescente y no sabía distinguir claramente entre la realidad, la fantasía, el amor y las vivencias… Fue una tarde de primavera cuando recibí uno de tantos libros que enriquecieron aquella etapa tan avasalladora. La lectura y el amor, ¡Qué combinación tan fantástica! Vienen a mi memoria los poemas de amor y combate, las canciones de la Nueva Trova y lo más memorable: un libro ¿Cómo olvidar esas letras tan cargadas de experiencias, caricias, sensualidad y pasión? En donde el autor, menciona su primer amor, las correrías, desamores, conocimientos sobre la cultura, políticas y formas de vida distintas en cada continente. Al tener en mis manos un volumen con pasta blanca y rugosa, letras doradas y negras, con olor especial que aunque haya pasado un cuarto de siglo aún se conserva y sigue siendo uno de mis libros preferidos. Su título: Confieso que he vivido de Pablo Neruda. Desde el primer momento en que me lo regalaste se convirtió en mi mejor libro, al leer algunas frases como la siguiente: “Nunca pensé, cuando escribí mis primeros solitarios libros, que al correr de los años me encontraría en plazas, calles, fábricas, aulas, teatros y jardines, diciendo mis versos. He recorrido prácticamente todos los rincones de Chile, desparramando mi poesía entre la gente de mi pueblo” [1]. “En las tardes, al ponerse el sol, frente al balcón se desarrollaba un espectáculo diario que yo no me perdía por nada en el mundo. Era la puesta del sol con grandiosos hacinamientos de cobres, repartos de luz, abanicos inmensos de anaranjado y escarlata”.[2] Desde ese momento el mundo, la poesía y el amor se volvieron mi inspiración. Cada día aprecio los colores, imágenes de las montañas, las nubes, las aves, todo se convierte en una gran sinfonía de colores que se anexa a mi contemplación y apreciación de la vida, la lectura y la fantasía. Actualmente soy promotora de lectura y al compartir el placer que proporciona la lectura me hace sentir feliz, por eso, queridos amigos, busquen su libro, su lectura, su amor platónico que se haya escondido tras las letras que un autor plasmó pensando en ti, posible lector o amor. El tiempo pasó, quien me regaló el libro quedó sólo es mis recuerdos, pero tú, sigues estando a un lado de mi cama, te puedo tocar, oler, gozar las veces que desee y sigo siendo Alicia en el país de las maravillas. [1] Neruda, Pablo: Confieso que he vivido, Edit. Seix Barral, México, 1984.p.321. [2] Op.cit.pp.61-62. Carta de Alicia Soto Palomino *Participación en el concurso Carta a un libro realizado por el comité de la 20ª Feria Nacional del Libro Infaltil y Juvenil, Xalapa 2009 con el cual ganó el primer lugar.

La historia de las historietas, caricaturas o “monitos” en el México

Por: Dante Octavio Hernández Guzmán 1ª parte La historieta, cómic, monitos o muñequitos, como también se las llama, tienen una gran importancia en México, estimándose que en su edad dorada (los años 40 y 50), una sola de sus revistas podía alcanzar una tirada diaria de 350.000 ejemplares (con dos ediciones dominicales) y dado que un mismo ejemplar era leído en término medio por cinco individuos, permitieron que por primera vez entre cinco y diez millones de mexicanos compartiesen "en sincronía los mismos deleites culturales". Todavía en 1989, mantenían la capacidad de lectura de un 61 % de la población y constituían el 80 % de las publicaciones periódicas, aunque poco después el propio cómic mexicano (el creado por los autores nacionales) entraría en un período de crisis que dura hasta la actualidad. En cualquier caso, México ha sido el máximo productor de Occidente, en términos cuantitativos. Algunas tradiciones precolombinas, a la que pertenece el Códice Nuttall en escritura mixteca1 y ciertos catecismos náhuatl del siglo XVI, pueden ajustarse la definición de historieta pero dado que "la prefiguran por el lenguaje, pero no por el sistema de reproducción y tampoco por los destinatarios",2 no son consideradas como tales por todos los teóricos, ya que muchos consideran la historieta como un producto cultural de la modernidad industrial y política occidental que surgió en paralelo a la evolución de la prensa como primer medio de comunicación de masas, y buscan la primera historieta entre las reproducidas en ella. La primera historieta publicada en la prensa mexicana es "Rosa y Federico. Novela ilustrada con-temporánea" de José Tomás de Cuéllar/José María Villasana, que vio la luz en el periódico de breve vida La Ilustración Potosina en 1869.3 Otros autores como Jesús T. Alamilla, Daniel Cabrera, Jesús Martínez Carrión, Alejandro Casarín, Constantino Escalante, Juan Gaitán, Rudolph Müller, Noé y sobre todo Santiago Hernández, también desarrollan posteriormente historietas breves donde satirizan a los políticos y a la sociedad del país en general. Durante el Porfiriato (1876- 1911), período de estabilidad y mucho progreso económico en el país, se desarrolla en la prensa del país una nueva historieta de divertimento, más neutra políticamente, obra de autores como Carlos Alcalde, Ernesto García Cabral, Rafael Lillo, Eugenio Olvera, José Clemente Orozco, Santiago R. de la Vega y Julio Ruelas. A causa de la Revolución mexicana, prolifera al mismo tiempo una historieta politizada y belicosa, generalmente conservadora, en la prensa, destacándose series como "Sisebuto" (1909-10), de Pérez y Soto y personajes como Panchito el corto, de Alcalde y Olvera al que el estudioso Armando Bactra considera "nuestro The Yellow Kid autóctono."5. La primera serie periódica de monos fue distribuida, sin embargo, a partir de 1880 por la cigarrería "El Buen Tono" que inserta en cada cajetilla la "Historia de una mujer", una serie de 102 litografías ejecutadas por el pintor catalán Eusebio Planas.4 Posteriormente, también se publican series en la prensa como Don Chepito de José Guadalupe Posada y Aventuras de un tourista (1903-04), de Martínez Carrión, ambas con protagonista fijo. Las historietas publicitarias de "El Buen Tono" ser-ían continuadas a partir de ese mismo año por Juan Bautista Urrutia. McCloud, Scott en Cómo se hace un cómic: El arte invisible, Ediciones B. Barcelona, 1995, pp. 19 a 20, basándose en las interpretaciones del arqueólogo mexicano Alfonso Caso. Bartra, Armando en Piel de papel. Los pepines en la educación sentimental del mexicano, para la Revista latinoamericana de Estudios sobre la Historieta, vol 1, no. 2 (junio de 2001), p. 67. Cardoso Vargas, Hugo Arturo en Rosa y Federico. Novela ilustrada contemporánea, para la Revista latinoamericana de Estudios sobre la Historieta,, vol 2, no. 8 (diciembre de 2002), pp. 240-252. Borí, S. Tres maestros del lápiz de la Barcelona ochocentista: Padró, Planas y Pellicier. Ed. Milla ([La Neotipia]). Barcelona. 1945. Manual de apoyo para el taller Escrito por Raúl Cabello Sánchez. p. 31. En 1922, Juan Bautista Urrutia crea a "Ranilla", un rechoncho fumador que pronto protagoniza sus propios cuadernillos, convirtiénse en el primer personaje auténticamente popular de la historieta mexicana. El "Buen Tono" se asocia con la Cervecería Moctezuma de Orizaba y así los personajes de Urrutia, que siempre se meten en problemas, los resuelven fumándose un cigarro de "El Buen Tono" o bebiendo una cerveza Moctezuma6. Se puede consultar el diario mexicano El Universal Gráfico, de 1927 hasta mediados de la década de 1940 y algunos de los periódicos orizabeños de esa época. Desde principios de siglo, se hace notar la influencia de la historieta moderna estadounidense, surgiendo las primeras series mexicanas con globos de diálogo, líneas cinéticas y onomatopeyas dibujadas, que además se basan argumentalmente en las yanquis: Las aventuras de Adonis (1908) de Rafael Lillo y Macaco y Chamuco, aventuras de dos insoportables gemelos (1912) de M. Torres. A fines del siglo XIX, se empezó a tratar de hacer caricatura política en los periódicos en México, en algunos casos constaba de dos o tres imágenes, pero en la mayoría eran de una sola. Las primeras historietas datan de fines del siglo decimonónico, pero periódicamente empezaron a aparecer en los periódicos a partir de 1908 siendo la que se reconoce como la primera historieta mexicana “Las aventuras de Adonis”, original de Rafael Lillo, quien trabajaba para Rafael Reyes Spíndola y que es publicada por primera vez el 5 de julio de 1808, esta serie se editó durante 6 meses y consta de 25 episodios. En 1911 Reyes Spíndola publicaba un suplemento dominical en su periódico “El Imparcial” con historietas a todo color y globos con mensajes en el estilo de los comic’s norteamericanos como The Yellow Kid, del diario neoyorquino “New York World” editado por Joseph Pulitzer. Posteriormente existieron varias tiras de historietas que aparecían en distintos periódicos como la de “Mamerto” que se cree que fue donde vio y sacó su personaje Cantinflas. Uno de los de mayor difusión fue el periódico “El Buen Tono” que incluía historietas en sus contenidos. En la segunda década del siglo ya hay varios suplementos dominicales con sección de monitos, muchas de ellas basadas en series estadounidenses, que empiezan a presentar un amplio abanico de personajes típicos mexicanos como los charros aunque todavía se ignora a los pueblos autóctonos7. Son Don Catarino y su apreciable familia y Chon y Smith, ambas creadas en 1921 por el guionista Carlos Fernández Benedicto para El Heraldo de México, a las que seguirán Mamerto y sus conocencias (1925), El señor Pestaña (1927), Adelaido el conquistador (1928) y Segundo I, Rey de Moscabia (1934) en El Universal8 periódico éste que las había encontrado gracias a un concurso convocado ex profeso9. Otra serie destacada es Chicharrín y el Sargento Pistolas, publicada desde 1936 en el diario Excélsior10. De Valdés, Rosalva en "La historia de los comics mexicanos: El progreso de la industria y de la aceptación del arte gráfico-narrativo" para la Historia de los Comics, volumen IV, fascículo 43, Editorial Toutain, Barcelona, 1984, pp. 1199 a 1204. Idem Ibidem Ibidem Pero es hasta la década de 1930 a 1940 cuando inicia el crecimiento de las historietas en México, surgen las primeras revistas de historietas como “Paquín” (1934) con historietas algunas en serie otras unitarias extranjeras de corte infantil editada por Francisco Sayrols que según la dirigía “a personas entre 100 meses y 100 años de edad”. Debido al éxito y a la competencia con otros títulos en 1937 la editorial se vio obligada a sacar un nuevo título al que nombró: “Paquín Chico”. Pero vayamos por partes, tras la estela del rotundo éxito de la revista Paquín (Editorial Sayrols 1934-1947), que publicaba sobre todo material estadounidense en diferentes formatos, otros empresarios privados se lanzarían a la conquista del mercado nacional lanzando otras revistas misceláneas como Paquito (Editorial Juventud, luego Panamericana, 1935), Chamaco (Publica-ciones Herrerías 1936-1957) y, con dirección de Ramón Valdiosera Berman, Pepín (Editorial Juventud, luego Panamericana 1936-1958), que cuentan con tiradas de más de medio millón de ejemplares e historietas predominantemente mexicanas, como A batacazo limpio, Rolando Rabioso de Gaspar Bolaños, Los Supersabios de Germán Butze o Adelita y las guerrillas de José G. Cruz. La Secretaría de Educación Pública y varias asociaciones católicas también editan sus propias revistas. Determinadas características apartaban a los "pepines" (pues así se conocía coloquialmente a todas estas revistas) de los estándares del cómic internacional Su formato extremoso: 28 por 43 centímetros, los grandes, y 12 por 15, los chicos; su impresión en una sola tinta, con frecuencia sepia o verde; su proclividad al mediotono y al collage; su frenético ritmo: algunos aparecían todos los días y dos veces los domingos; su carácter misceláneo y finalmente su creciente orientación al público adulto. Ya en la siguiente década tendrá lugar la edad de oro del cómic mexicano. Memín Pinguín (1945) de Yolanda Vargas Dulché y Sixto Valencia, La Familia Burrón (1948) y Los Superlocos de Gabriel Vargas, entre otros ejemplos, dan testimonio de ello. En el cultivo del grafismo realista destacan Adolfo Mariño Ruiz y José G. Cruz que cultivan el western y el melodrama respectivamente. En este último subgénero, la revista más popular es Lágrimas, Risas y Amor, cuyas historias serían adaptadas a cine y televisión. Y es que "la historieta del medio siglo no puede dilucidarse sin ubi-carla en su circunstancia, sin rastrear influencias, préstamos y traslapes de otros medios", porque era ""parte indisociable de un continuo transmediático formado por el cine, la radio, la música grabada y en menor medida la menguante revista teatral". En 1949 se funda también la Editorial Novaro, cuya gran innovación será la introducción del formato estadounidense del "comic book". Pronto se dedicará a difundir material de importación estadounidense por toda Latinoamérica y España, complementándolo con cómics de producción autóctona y finalidad didáctica como Vidas Ejemplares (1954), Vidas Ilustres (1956), Leyendas de América (1956), Tesoro de Cuentos Clásicos (1957), Epopeya (1958) o Lectura para Todos (1959). Se convirtió así en el sello "más prolífico e importante de cuantos se han dedicado a la historieta en México y, por extensión, en todos los países de habla castellana". De los clásicos norteamericanos que introducen están Roy Rogers, Hopalong Cassidy, Gene Autry y su esposa Dale Evans, El Llanero Solitario y su inseparable Toro, todos de corte vaquero; los Halcones Negros, con reminicencias de la guerra de Corea son 7 paramilitares que vuelan en pro de la justicia y son de varias nacionalidades, posteriormente editorial la Prensa sacó a los Halcones Negros con otros nombres de sus protagonistas y distinto dibujante y Novaro produjo El Halcón Negro con el dibujante original y argumentista; Lorenzo y Pepita de corte familiar pero típica familia de clase media americana; Archi y sus amigos; Supermán, Batman, La Liga de la Justicia con ellos y además La Mujer Maravilla, Linterna Verde, Atom, Flecha Verde, Acuamán y otros héroes de ciencia ficción; pero no podemos dejar de lado las delicias de los niños de mi época: Las Aventuras de Walt Disney, con sus personajes: Mikey Mouse, Pato Donald, Daisy, Mimí, Tribilín, Pluto, Clarabella, Rico Mac Pato, la Abuela Pata, Ganso Coco y un sin número de personajes creados por el ingenio de Disney y su equipo de colaboradores. Por otra parte tenemos también de Warner Bros. A: Bugs Bunny, Porky y sus amigos, El Corre Caminos, Pato Lucas, etc.También el sello La prensa produce varias historietas como la de Clásicos Ilustrados, que tienen gran aceptación dentro del público juvenil y adulto. Mención aparte sería La Pequeña Lulú y Tobi, Archi y sus amigos que todavía existen las versiones en inglés, Lorenzo y Pepita, y otros que hicieron las delicias de los niños de mi generación. Ya en los años 50, surgen nuevos formatos, como la historieta novelada de ancho lomo, que pre-senta relatos completos de 250 o 300 páginas, y temáticas diversas (policiacas, de amor, vaqueros, etc.), como las revistas de contenido erótico editadas por Adolfo Mariño Ruiz, las historietas de vidas religiosas y las protagonizadas por luchadores, como "Santo, una revista atómica", obra del José G. Cruz, que también edita Currito de arrabal. En 1956, los esposos Yolanda Vargas Dulché y Guillermo de la Parra fundan también su propia editorial, dando origen finalmente al Grupo Editorial Vid. En 1935, el Coronel García Valseca editor del periódico deportivo ESTO, sacó una revista llamada “Paquito”, cuyo tiraje llegó a alcanzar los 320 mil ejemplares diarios, misma que dejó de publicar en 1954. Un poco después de la publicación de “Paquito”, García Valseca editó “Pepín” que traía las series internacionales de comic’s como Dick Tracy, Mandrake El Mago, Terry y los Piratas, entre otras. A esta revista coloquialmente se les llamaba “pepines” y su lema era: “Pepín El chico más famoso del mundo”. En 1936, aparece la revista “Chamaco” nombre que se le asigna por el apodo de su editor, Ignacio Herrerías, su costo inicial fue de 10 centavos llegando a costar den los años cuarenta 25 centavos. Fue la cuarta revista de historietas en México de carácter de producción industrial y la primera con un tamaño de cuarto de tabloide formato inusual en México; después de lanzar “Chamaco Chico”, la revista se convirtió en semanal, posteriormente la publicaron dos veces por semana, después tres, hasta llegar a ser las publicaciones diarias, lo que para variar y mejorar la oferta para los mexicanos, lo imitaron las demás publicaciones. Para 1939, nace “Rolando Rabioso” queriendo parodiar el nombre de la épica novela de caballería Orlando el Furioso, su autor fue Gaspar Bolaños, que con el tiempo se consideró un homenaje humorístico a los libros de caballería, en la historieta el príncipe Rolando es fielmente acompañado de su escudero “Pitoloco” que en las primeras versiones era llamado “Velocípedo”. Es una clara sátira de la historieta de Hal Foster “El Príncipe Valiente” que fue llevada al cine con la actuación de Robert Wagner en el papel del príncipe; la historieta se mantuvo hasta la muerte de su creador en el año de 1972, siendo la única que escribiera y además durante años apareció en el suplemento dominical de Excélsior en forma de entregas por semana al igual que muchos comics norteamericanos. Otra historieta mexicana que fue un éxito fue la de “Los Supersabios”, creación de Germán Butze, con las historias de sus personajes Panza, su mamá Doña Pepita, el Abuelo, los científicos e inventores jóvenes Paco y Pepe, Polita la novia de Panza, y su archienemígo “El Médico” Solomillo, se publicaba inicialmente en el año de 1953 en fascículos quincenales, posteriormente se editaron semanariamente. Después de la muerte de su autor, editorial Joma la reimprimió entre 1969 y 1972, igualmente para el periódico Novedades en 1978. Una historieta sin parangón, es la publicada por Gabriel Vargas quien es considerado como “el mejor historietista de México de todos los tiempos”, nos referimos a “La Familia Burrón”, que es un retrato de la familia mexicana de clase media baja que vivía en las colonias populares de la ciudad de México entre los años 40 y 50 del siglo pasado. Las historias narradas han deleitado a más de tres generaciones de mexicanos con sus personajes: Don Regino, Borola, sus hijos: Macuca, Regino Chico y Foforito, sus familiares y amigos: Doña Cleta Tacuche, Avelino Pilongano, Ruperto Tacuche, El Tractor, entre otros. A la fecha se han vuelto a publicar en colecciones de pasta dura. Una serie de atracción para el género femenino fue “Lágrimas y Risas” en la que se desarrollan historias desfilando varios personajes y nombres como: Rarotonga, El pecado de Oyuki, Carne de ébano, Sangre Esclava, Yesenia y muchas más, siendo algunas llevadas a la televisión como El Pecado de Oyuki con Ana Martin (1988) producida por Televisa y Yesenia con la fallecida Fanny Cano y Jorge Lavat producida por Valentín Pimstien para Telesistema Mexicano en 1970. Se efectuó una segunda versión en 1987 con los papeles protagónicos de Adela Noriega y Luis Uribe producida para Televisa por Irene Sabido. Pese a la fiebre que la historieta provocó entre los años treinta y cuarenta, su auge disminuyó pero en años posteriores resurge nuevamente a partir de 1960. Una revista que cambió el tipo de personajes justicieros fue “El Santo” creada por José G. Cruz a partir del personaje del luchador, a quien el historietista lo convierte en héroe, este personaje es imaginado por José Guadalupe Cruz y realizado por José Trinidad Romero, quienes por primera vez utilizan la técnica mixta de dibujo y fotomontaje, creando junto al Santo otro personaje que es media novia, media amiga y media protectora Kira la maga. La serie de historietas se editó en el año de 1952 cuando Santo era un luchador de renombre y dio pauta para la idea de la proyec-ción de la imagen de “El Enmascarado de Plata” en el cine, filmándose 53 películas con las aventuras del luchador enmascarado, una anécdota es que inicialmente quisieron llevar al cine la película “El Enmascarado de Plata” con el luchador El Médico Asesino –lo que mencionamos más adelante-, pero dicha película no tuvo éxito, aun la pasan por televisión en los días que exhiben películas de luchadores. A la fecha la Leyenda de El Santo continúa gracias a la conservación del mito al través de su hijo y la mercadotecnia creada en torno a la figura. Aunque hubo una época en que se hicieron dos revistas del Santo al separarse José G. Cruz y El Santo, por lo que aparecía una imagen de El Santo con una “S” en la frente de la máscara, pero sin éxito, desapareciendo al poco tiempo del mercado. Actualmente existe la edición de 19 ejemplares que editó El Hijo del Santo y que los venden en su Boutique de El Santo ubicada en la Colonia Roma y otra que tiene en el Aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México, presentándola en el congreso internacional del comic celebrado en el año de 2010 en el Word Trade Center de la ciudad de México. Ha filmado dos películas: EL Santo y El Hijo del Santo. El Enmascarado de Plata debió debutar en el cine en 1952. En aquel año, la popularidad de la lucha libre en México iba en aumento gracias a las primitivas transmisiones de este deporte-espectáculo por la televisión. Al mismo tiempo, las historietas protagonizadas por Santo, el En-mascarado de Plata -impresas en papel color sepia- invadían los puestos de revistas de todo el país y vendían miles de ejemplares cada semana. Pocos años después, el tiraje de las aventuras de Santo llegaría a más de un millón de revistas semanales. El 14 de enero de 1952 comenzó el rodaje de la primera cinta mexicana ambientada en los cua-driláteros: La bestia magnífica (Lucha libre), melodrama del director Chano Urueta, protagonizado por Crox Alvarado, Wolf Ruvinskis y Miroslava. Ese mismo año se filmaron tres películas más sobre la lucha libre: El luchador fenómeno, comedia de Fernando Cortés protagonizada por Resortes; Huracán Ramírez, de Joselito Rodríguez, con David Silva como el luchador enmascarado; y El Enmascarado de Plata, serie de episodios dirigida por René Cardona y escrita por Ramón Obón y José G. Cruz, este último el ya mencionado creador de la famosa historieta protagonizada por el Santo. Debido a circunstancias poco precisas, Santo no fue el protagonista de El Enmascarado de Plata y su personaje fue interpretado por el también famoso luchador El Médico Asesino. De las cuatro películas mencionadas, El Enmascarado de Plata fue la que sentó las bases para el desarrollo del género de luchadores en el cine mexicano. Con sus rostros ocultos detrás de máscaras, los prota-gonistas de las cintas de luchadores se convirtieron en campeones de la justicia, al más puro estilo de algunos super-héroes de los comics norteamericanos como El Fantasma (The Phantom), personaje enmascarado que luchaba infatigablemente contra el mal, creado por Lee Falk en la década de los treinta. En sus aventuras, los enmascarados se enfrentaron por igual a psicópatas asesinos que a mons-truos del espacio, maléficas hechiceras, gángsters internacionales, mujeres-vampiro, momias sedientas de venganza, científicos enloquecidos o contra todos a la vez, siempre buscando el triunfo de la ley y la justicia. El anhelado debut cinematográfico de Santo ocurrió en 1958 con dos películas filmadas en Cuba y producidas por los hermanos Rodríguez: Santo contra el cerebro del mal y Santo contra los hom-bres infernales. A pesar de la inmensa popularidad del personaje, los productores aún no creían que pudiese convertirse en un imán de taquilla, por lo que la realización de ambas cintas denota un enorme descuido y grandes dosis de improvisación. Como mera curiosidad, cabe señalar que el rodaje culminó un día antes de que Fidel Castro entrara en La Habana y declarase el triunfo de la Revolución. Es de mencionar que en Francia las películas filmadas por El Santo se han conver-tido en películas de culto por lo ¿mal hechas con la idea que fueron intencionalmente sus de-fectos llevados a la cinta. Una publicación que cambió el concepto de aventuras fue la revista “Chanoc”, es la historia que se desarrolla en las playas mexicanas del pacífico en un utópico pueblo llamado Ixtac, donde un joven pescador y su padrino llamado Tsekub Baloyán se ven constantemente envueltos en diversas aventuras. Esta historia inicialmente fue creada por Martin de Lucenay y el historietista Ángel Mora. A la muerte de Lucenay después de haber editado 17 números, Pedro Zapiain Fernández continúa la historia cambiando el personaje de Tsekub por uno más caricaturesco ya que en las primeras revistas aparece como un hombre viejo y serio. Aparece por primera vez en octubre de 1959 durando su publicación veinte años, en los años setenta se hicieron varias versiones en el cine, actuando como “Chanoc” Andrés García, en otras uno de los hermanos Gurza interpreta el papel del Chanoc sin éxito, el papel de Tsekub lo hizo un decadente Germán Valdés “Tin Tán” en las cintas “Chanoc en las Garras de las Fieras” (1970), “Las Tarántulas” (1971) y “Chanoc contra el Tigre y el Vampiro” (1971). Otra revista mexicana de un místico superhéroe fue “Kalimán” cuyo lema era: “El hombre increíble”, creada por Rafael Cutberto Navarro y Modesto Vázquez González, inicialmente se hicieron guiones radiofónicos con gran éxito de las transmisiones, siendo en el año de 1965 que se deciden a elaborar la historieta que dura 26 años sin interrupción con ediciones hepdomadarias que sumaron 1351 números, su guionista fue Víctor Fox. Kalimán inició como un programa de radio el 16 de septiembre de 1963. Las series se siguen transmitiendo por RCN (Radio Cadena Nacional) en México, D.F. y en otras estaciones de provincia en México y otros países. A la fecha, son más de 30 series con miles de capítulos de media hora que han sido transmitidos. En principio, Radio Cadena Nacional, S.A., bajo la dirección de Rafael Cutberto Navarro Huerta, produjo la serie. Los actores y reparto fueron: el célebre Luis Manuel Pelayo en la voz de Kalimán,

LA OBESIDAD, ENEMIGO A VENCER.

Por: Benito Carmona Grajales México y los Estados unidos son los países que compiten por los primeros lugares en padecimientos crónicos desde que comenzó el auge por la industria alimenticia. Los padecimientos cardiovasculares que afectan al cerebro y al corazón, la diabetes, el cáncer y, sobre todo, la obesidad son las principales causas de muerte porque nos falta una cultura de la alimentación. a.- Definición. El gran diccionario enciclopédico ilustrado de Selecciones del Readers Digest, en su tomo ocho, define la obesidad: “del lat. obesitas, atis, excesiva acumulación de grasas en el cuerpo. Y las clasifica en: endócrina, cuando es producida por el mal funcionamiento de alguna glándula endócrina. Endógena, cuando es originada por alteraciones en el metabolismo. Exógena, cuando es producida por el exceso alimentario.” El diccionario de medicina define la obesidad de la siguiente manera: “Del lat, obesus, gordo, de ob, frente a y endere, comer. Hipertrofia del tejido celuloadiposo que se extiende a todo el organismo; pero, más manifiesta al nivel del tejido celular subcutáneo, en donde el desarrollo del tejido adiposo puede llegar a constituir una verdadera monstruosidad. Las causas de la obesidad son muy variables (continúa la definición de este diccionario): neuroartritismo bajo sus diferentes modalidades (retardo de la nutrición, trastornos de la digestión, de la oxidación celular, de los centros nerviosos bulbares), insuficiencia de las glándulas endócrinas, etc.” La resistencia a la insulina, que es la causa de la diabetes, también lo es de la obesidad y de la hipertensión arterial. El problema crece porque la obesidad induce a la resistencia o rechazo de las células a la insulina y, ésta, alienta a la obesidad. En su mayoría, los males tienen círculos viciosos que los hacen crecer y dificultan la sanación. Así, vemos que la obesidad también tiene sus efectos sobre el sueño. El obeso puede despertar, sin saberlo, más de cien veces en la noche; por eso, para quien ha tenido tantas interrupciones del sueño, es normal que durante el día necesite reponer las horas que no se ha podido dormir. Es la causa por la que solemos ver a los gorditos durmiendo en horas en las que deberían de estar activos. Además, aunque no se la pasen durmiendo, buscan actividades cómodas, donde no haga falta el ejercicio. Esta inactividad o estilo de vida sedentaria, genera más obesidad. Debemos romper esos círculos viciosos para mantener o recuperar un auténtico bienestar. Como decimos vulgarmente, si caemos en el bache de la obesidad, habrá consecuencias graves: La asfixia mientras se duerme, fatiga en el día, infartos que pueden llegar hasta con un simple bostezo, o no poder tomar alcohol ni cenar demasiado sin correr el riesgo de muerte súbita. Sí, no lo olvidemos: Entre más dejemos anidar la obesidad en nuestro cuerpo, más difícil será sacarla. Si la resistencia a la insulina es la causa que la glucosa no pueda alimentar a las células de los tejidos y se quede en la sangre, esto puede desencadenar híper glucemia; sobre todo, si la ingesta de carbohidratos es abundante. Ahora ¿Cuáles son las consecuencias de la hiperglucemia? En primer lugar, aumentar la toxicidad de las grasas, intensificar los procesos de oxidación, lesionar las células endoteliales y las mismas células productoras de insulina. El aumento de triglicéridos (recordemos que son grasas) delata la merma de lipoproteínas protectoras antioxidantes de alta densidad, lo que llamamos colesterol bueno. Mientras tanto, con el exceso en el consumo de carbohidratos refinados, el hígado produce colesterol malo (de baja densidad) La abundancia de insulina aumenta los depósitos de grasa abdominal y torácica produciendo diabetes, hipertensión, excesos de ácido úrico, fibrinógeno y ateromas. Las plaquetas de estos últimos, al desprenderse de las paredes de las arterias, producen trombosis o infartos. Por otro lado, la grasa en exceso genera inflamación. Las células del tejido adiposo son las causantes de enfermedades como las cardiopatías, cáncer y Alzheimer. Estas células, las del tejido adiposo, también tienden a captar el ácido araquidónico, que es el compuesto básico de las hormonas proinflamatorias. Así, el mecanismo producido por ese ácido que se inicia como defensa de nuestro organismo, se transforma en nuestro enemigo si continúa almacenándose; pues terminará generando la producción local de eicosanoides proinflamatorios y, por consiguiente, de más citoquinas inflamatorias, conocidas como interleuquina-6 (IL-6) y factor de necrosis tumoral. Si las citoquinas del tejido grasoso pasan al torrente sanguíneo provocan una cascada de respuestas inflamatorias adicionales por todo el cuerpo. De esta situación se vale la metástasis, característica principal de los tumores malignos. Relación obesidad-insulina-glucosa. Para el no obeso, pero más para el obeso, no queda otra alternativa: darle la batalla a las grasas. La mejor forma de perder el exceso de grasa y de reducir la inflamación es la reducción en la ingesta de calorías, porque entre más calorías se ingiera, más hambre se tiene, por el bajón pasajero de azúcar en la sangre. El cerebro es un devorador de glucosa. Utiliza más del 60 % de la glucosa de la sangre. Cuando bajan los niveles de ésta, las personas se sienten mal, con dificultades para razonar y con un hambre disparada. En estos casos, lo que hace la mayoría es consumir grandes cantidades de hidratos de carbono. Así, el cuerpo se siente mejor; pero se está preparando para otro bajón de glucosa en la sangre porque estos mismos hidratos de carbono han provocado aumento de la secreción de insulina que reducirá espectacularmente los niveles de glucosa en las próximas horas. Si esto continúa, habrá acumulación de grasa provocada por la insulina. La insulina conduce la glucosa hacia el hígado para reserva. El glucagón libera esas reservas cuando lo pide el cerebro. Como lo hemos dicho antes, los hidratos de carbono necesitan de la insulina y estimulan su secreción, mientras que ciertas proteínas hacen lo mismo con el glucagón. La insulina y el glucagón, estando equilibrados, conducen a un control del apetito y hacen que ceda la obesidad disminuyendo el peso corporal. Así, bajando la ingesta de hidratos de carbono, se reduce la superproducción de insulina y entre menos insulina, menos azúcar conduce la sangre y menos hambre se tiene, reduciendo, de este modo, los riesgos de inflamación. La energía del cuerpo se produce por dos combustibles: los carbohidratos y las grasas. Los mejores hidratos de carbono son los que encontramos en los vegetales y en las frutas; los peores hidratos de carbono y que hay que evitar son los refinados, productos de la industria, como galletas, pan, refrescos, pastas, chocolates, azúcar, papas fritas, churros, tortillas de maseca u otras harinas de las que se ha extraído el germen y otras fibras. Los carbohidratos refinados tienen una mayor carga glucémica y provocan obesidad, por su alto contenido de ácido araquidónico y por bajar el metabolismo; además, producen inflamación. Las carnes rojas y las yemas de los huevos hay que consumirlos con moderación, porque producen ácido araquidónico; por eso, si queremos consumir grasas, que son también combustibles del cuerpo y que proporcionan energía, nada mejor que las contenidas en el pescado y en el aceite de oliva, o las del aguacate. Además, el ácido graso decosahexaenoico del pescado, de acuerdo a estudios realizados en la Universidad de Louisiana, con tan sólo 1.8 gramos al día, durante doce semanas, reduce la resistencia a la insulina en más de un 60 % en pacientes con sobrepeso. Las grasas que más dañan al organismo son las que se almacenan alrededor de los órganos abdominales, como el hígado, los riñones y la vesícula biliar. ¡Alerta! Más que las grasas que ingieres directamente, las que más te enferman son las producidas por el hígado por el exceso de carbohidratos refinados y la acción de la insulina. Es preferible consumir grasas naturales como la del aguacate que no se acumulan en el organismo, las células las asimilan fácilmente y le dan energía. Recuerda, la insulina sí engorda. ¿Cómo ocurre lo anterior? Es fácil de entender: Los hidratos de carbono refinados, esto es, los producidos por las industrias alimentarias o procesadas, ya unidos con la insulina, se transforman en glucosa que va a dar casi directamente a la sangre; el hígado convierte esta glucosa en la grasa que más se acumula. Los carbohidratos no procesados por la industria no corren la misma suerte; su proceso dentro del organismo es más lento y el cuerpo los aprovecha en su alimentación celular. Por eso es muy recomendable aumentar el consumo de frutas y verduras, porque la glucosa de éstas, al llegar a tocar las puertas de las células, junto con la insulina, tienen más aceptación; si hubiera rechazo de la insulina, éste sería menor que cuando se trata de carbohidratos refinados como el de la azúcar, el pan, las galletas y las pastas que no tienen un origen integral. Algunas frutas, como los mangos y los plátanos, tienen un alto contenido de carbohidratos; no dejes de consumirlos, pero hazlo con moderación. Lo mismo ocurre con algunos tubérculos como las papas, los camotes, las yucas y las zanahorias; disfrútalos en porciones moderadas. La herbolaria tiene algunas respuestas para las personas que han decidido disminuir su talla: El nopal, con su alto contenido en fibra ayuda a eliminar grasas; es importante que su consumo forme parte de la dieta familiar y que no se catalogue como un remedio, sino como un alimento más. Las hojas del guarumbo (hormiguillo o chancarro), en cocimiento, también eliminan las grasas; se toman dos tazas, una en la mañana y otra por la tarde, antes de los alimentos. La jamaica, en infusión, disminuye el hambre. El cocimiento de las semillas de papaya movilizan las grasas tomándose una taza diariamente; el mismo efecto se produce con la ingestión de una taza diaria del cocimiento del sasafrás. Si combatimos la obesidad, estamos en la batalla contra el peor enemigo de la salud: Recuerda que debes afilar muy bien tus armas, que son: una buena alimentación, ejercicios y tranquilidad, inmersos en una actitud que habrá de forjarse en la disciplina de una nueva cultura. Que nadie te convenza. Convéncete a ti mismo: Si decides bajar tu talla, no olvides la siguiente trilogía: Hay que pensarlo, hay que decirlo y, sobre todo, hay que hacerlo. La mayor felicidad no es la que se conquista con el triunfo, sino la que se va encontrando en cada momento de la lucha. No esperes que todo se resuelva de la noche a la mañana. Ten paciencia. “El que persevera alcanza”. “Poco a poco se va lejos”. Las abejas, en cada vuelo, llevan una pequeñísima gota del néctar de las flores; sin embargo, algún día se llena el panal. Así, tú también podrás saborear la miel de tus esfuerzos. No te excedas en esfuerzos, pero haz algo cada día. Hasta la próxima, decídelo desde ahora, mañana puede ser tarde. Yo sé que sí se puede. Benitocarmona52@hotmail.com

El cuarto

Por: Ariel López Alvarez Enero 2012 Preámbulo Esta es la historia de un solo día de mi vida. Memoria de un solo día es esto. He de llegar hoy a una noche de manos asfixiantes, y mis temores se irán acrecentando. Cuando algo malo pasa, nada impide que algo más malo pueda suceder. Cierto, uno mismo se empobrece; uno mismo se enriquece. Afortunadamente, como no estoy cerca de Dios, no soy de los que interesan al Diablo. ¿Y si el cumplimiento de mis sueños fuere el anuncio de mi destino? Primera parte He tenido un sueño, y por eso todo esto. Aunque, tal vez estoy perdiendo la razón. Hacer cosas como las que me he propuesto, sí que estoy loco. Nadie piense que ésta narración de una tragedia o de una catástrofe; por lo contrario, tampoco mi vida ha sido una comedia. Se aleja de todo ello y pudiera ser eso mismo. Es difícil que la vida de alguien alcance a ser una de esas historias memorables que se han escrito para regocijo de la posteridad. Ora bien, sé que existe el mal, pero al Diablo no se le debe tentar porque respinga. El mortal no tiene por qué averiguar de esas cosas existentes en el arcano. No debe hurgar por ahí. ¿Tendrá algún caso espulgar en sus profundidades y, como alguien dijera, intentar comprobar que la muerte sea el mejor invento. No, mejor hubiera utilizado mis monedas en comprarme algo de comer, y no para adquirir un par de serpientes que, hasta eso, me salieron casi regaladas. Seguramente, por estas laderas de la condenación me hubieram salido gratis de haber tenido el tiempo de buscarlas con mi amigo Sóstenes; sin embargo, las he pagado a un zarrapastroso nada más por la prisa de tenerlas pronto. Y no he querido darme la oportunidad de pensarlo. Así deben ser las grandes decisiones que impregnan de emoción la vida. Ahora las veo. Están preciosos los crótalos de estas maestras de la emboscada. Mis horrorosas alimañas tienen lozanía de los estupendos ejemplares. No necesitarían luz para localizarme en la oscuridad de una noche sin luna, si sus impulsos fueran esos. Quién sabe si, como dicen, también puedan seguir rastros olorosos. ¿Qué tal si su progenitora -¡Qué digo!- no las haya enseñado a trepar? Aunque puede que no hubiera sido necesario el adiestramiento, imagino que por naturaleza se las ingenian para moverse en toda clase de terreno. A mi amigo Sóstenes le gusta verlas cuando atacan ratones. Dice que se lanzan por su parte frontal; quesque elevan el cuello en preparación del lanzamiento y adoptan una postura más o menos en forma de letra ese. Yo le he dicho a Sóstenes que eso se me hace que no es del todo cierto, que seguramente siempre las ha visto atacar de izquierda a derecha. Él se ríe, sin entender del alfabeto. Bueno, no sé si para jugar conmigo Sóstenes dice que es probable que si una cascabel llegara a mordernos no inyectaría veneno. ¿Será esa una forma en que las serpientes demuestran sus afectos cuando quieren? Busqué nauyacas antes de decidirme por mis cascabeles, de aquellas repulsivas cuatro narices. Nada de ellas por aquí, parece que son más díficiles de conseguir por estas tierras. En fin, he tenido un sueño, y por eso todo esto. Segunda parte Nada hay en esto lugares donde hasta los perros están a la zaga de que las personas defequen para comer. Por si nadie entendiera las voces de mi doble sentido, no me refiero a que las personas defequen antes de comer. Para colmo, a la distancia todo igual, nada se mueve. En el horizonte de todos los días lo único que se aprecia es el polvo, seguido de polvo. Es un espacio sin tintes de la naturaleza. No obstante, hoy se mira algo distinto en la lejanía. Disculpen mi lenguaje, más que estar falto de templanza, creo que estoy confundido en más de una cosa, y es que tampoco me ha dejado en paz la imagen de un nauseabundo chifladillo que acabo de ver. El aspecto de ese vergonzante deplorable parecía anunciar su muerte. ¿Cómo puedo pensar que ese desvalido de la calle tendría algo más que la muerte como destino? ¿Eso sería un destino? No, no lo creo. Para mí, el destino supone la existencia de otras posibilidades, donde la que estaba anunciada se cumple, entre todas las demás. ¿Qué habrá para mí en los límites de la vida? ¡La buenaventura! Algo grande tenía que suceder hoy. A pesar de la lejanía del pueblo, escuho los gritos de júbilo, la algarabía de todos afuera. Un año sin llover se ha visto recompensado por un diluvio que llenará todas nuestras pilas y veneros pueblo abajo. En tanto aquello alegra a todos, yo mismo, sin auxilio de nadie, soy el que me emprobezco dentro de mí. Vuelvo a mi estrecho mundo. No soy ningún suicida. No quisiera causarme daño adrede. Deseo averiguar si existe el destino o nuestro mundo al azar. No he gastado en balde unos pesos, que a últimas sería lo de menos. No identifico a las personas de los diálogos de mis sueños, pero los eventos han ocurrido tal cual los recuerdo. Ya sucedió que Sóstenes me hablo de los cascabeles; los cien pesos que me regaló mi tía; el indigente sin destino; el zarrapastroso que me ofreció en venta las víboras. Todo, todo, ha ido ocurriendo con una precisión tal que mis manos han sudado en lo seco de estas tierras. Entonces, sé que habrá serpientes en mi último camino, y si hubiera destino tengo la oportunidad de ir a su encuentro. Tercera parte ¡Dios, cuán valioso has sido para enriquecer mis escritos y qué poco vales para mí cuando escribo en serio! En fin, hoy aparecieron nubes en el cielo de estas tierras, donde nunca llueve. A nadie previne. Ni Sóstenes lo sabe, menos con sus decires aquellos como el de “Ir contra el destino es vanidad”. Ya me he encerrado en el cuarto, y no hay nadie más. Tiré las llaves a lejos de la única ventana, y bajé su cortina. Me he quedado solo con la luz de un quinqué que apenas me deja escribir en este breve tiempo. Solté las cascabeles entre las hojarascas que distribuí esta mañana por el piso de madera. Frondas que traje de muy lejos hace días, en saco de yute, con la intención de escuchar cualquier desplazamiento. ¿Confuso alguien por no saber que pasa? Pudiera ser que alguna apreciación desde un mundo distino al mío estuviera alerta, aguzando su juicio a mi favor o en mi contra. No lo juzgaría mal, cuando yo he sido el lector saco de debajo de la pesada marga de mis adentros discernimientos que atosigan el texto, y los párrafos que devoro van proporcionándome algo que, gradualmente, delinea las personalidades de los protagonistas de mi lectura. De repente, me doy cuenta que no es más el autor, que yo estoy ahí. ¡Que barbaridad, me pierdo con facilidad en menudencias!, continúo. Ya la oscuridad en los alrederores es tal que igual daría abrir la ventana. La mecha del quinqué no da para mucho, y el negro de las palabras que se distinguían en la blancura de estas hojas empieza a confundirse con los grises de la insuficiente luz. Me sofoca el calor. Respiro profundo ahora que escucho la cercanía de una cascabel. Que nadie dude que quisiera abandonar esta empresa; pero, alejado que siempre he estado de Dios, mi vida sería insoportable. Tengo que saber si existe el destino. Yo vivo mi tragedia y afuera se vive la alegría. Llueve a cántaros y la bulla de todos no tiene límites. La lluvia amenaza con romper mis láminas y las goteras se han hecho mis compañeras. Constantes y sin ritmo se estrellan en el piso. Filtran polvo del techo y terminan siendo polvo en un piso tapizado de polvo. El miedo me domina. No tengo pensamientos claros. He esperado varias horas. Escribo perplejo después de que una cascabel cruzó por mis pues; así, como en mis sueños, sin herirme. Pero empiezan a suceder cosas extrañas, siento el trepidar de la tierra, como si alguna portentosa bestia jalara de cadenas. Eso no estaba en mis sueños. Apenas parece que entiendo un signo: del candil se eleva un humo que es la hebra de mis ilusiones esfumándose y anunciándome que soy un tallo de raíces dentro de la tierra, que ha de ser jalado por ella. A esa bestia de las cadenas le ha de interesar mi vida mientras sea vida. Mis ojos sin vista nada han de ser; como nada han de ser mi nariz, mi lengua, mi piel y mis oídos sin las percepciones del exterior. ¡Ay de mí! Ya no escucho la algarabía de nadie afuera; en cambio, las paredes de madera empiezan a ceder a la bestia y las cascabeles buscan refugio cerca de mí. No cascabelean, intensifican el paso de aire por sus narices para producir el raro sonido de toda serpiente. Esto ya pasa de un reto de la inteligencia. ¿Será que ésta es una bestia o es la manifestación física del mal? En la vida, se apuesta mucho a cosas que no valen tanto; nosotros las hacemos demasiado valiosas y luego, desencadenadas de sus males, no las podemos parar. Por fin se ha interrumpido el torrencial, pero yo no puedo salir; mis pies son de plomo. La bestia empieza a devorar todo. Nos hundimos sin remedio. El animal sigue golpeando y jala para sus adentros. ¡Voy hacia él, y paredes y techos se vuelcan hacia mí! Afuera una muchedumbre armada se escucha. ¿Vendrán en mi contra? A la bestia no le importa, me sigue jalando hacia sus adentros. ¡Me hundo! Éstos no eran mis sueños. ¡¿Dónde la vida se hace destino?! La incertidumbre No recuerdo bien, tal vez me golpeé la cabeza. Nunca solté mis escritos, de eso sí estoy seguro. Fue lo único que sentí que poseía. En todo momento me prendí de mi texto como si fueran fuertes ramas de un árbol. Ahora me encuentro a salvo. Sóstenes me ha dicho que debajo de mi casa las lluvias crearon tal corriente que, cual barranca que era, todita se la llevó. Pero aunque aseguran que el diluvio fue el causante de todo, yo no estoy seguro. Ahí, algo más pasó.