martes, 15 de enero de 2019

- Cuitláhuac García Jiménez - ¿Una luz en la oscuridad?






Columna 33




Por Carlos Lucio Acosta


        
                   VERACRUZ (EUM).- Todavía no amanece como para subir a la báscula los primeros segundos, minutos, horas, días, semanas y meses, las actividades y los respectivos resultados del gobierno del ingeniero Cuitláhuac García Jiménez.
                   Las condiciones políticas, económicas y sociales en que recibe la administración estatal no son un juego de damas chinas entre estudiantes del nivel medio ni exquisito platillo de fresas con crema bañadas con miel de abeja virgen.
                   Los viejos conocedores de los caminos torcidos de la política consideran sobre los métodos más adecuados para conocer las curvas del ajuste y del aprendizaje de todo período de gobierno que inicia, ya sea municipal, estatal o el de la república.
                   Primero, los iniciales tres meses, partiendo del uno de diciembre al último de febrero; segundo, los primeros cien días, comenzando el primero de diciembre y concluyen en los primeros diez días de marzo y, tercero, los primeros seis meses, de diciembre al último día del mes de mayo.
                   No todo lo que brilla es oro.
                   La realidad política y económica de Veracruz no tiene buen semblante hasta este preciso momento.
                   En estos tres tiempos se puede evaluar la habilidad política, capacidad de convocatoria y nivel de influencia del gobernante frente a la figura presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
                   Sin embargo, sí es posible subir a la báscula a los presidentes municipales del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), después de doce meses, un año para ser precisos, de conducir el presente y el futuro de quienes con su voto libre y soberano, encumbraron en el poder durante los próximos cuatro años.
                   En el primer informe de actividades destacan puntos negros en materia administrativa y transparencia, al grado de que en la mayoría de los casos conocidos no asistió un buen número de ediles en señal de protesta y desacuerdo por el manejo de cifras sobre la obra pública realizada.
                   Muchos de estos especímenes no aceptan que si ganaron las alcaldías fue gracias al trabajo de más de 24 años sostenidos por la perseverancia de Andrés Manuel López Obrador y no por el presunto arrastre político que presumen.
                   En los estrechos círculos del poder se habla sobre la posibilidad de que en próximos meses “enfermen” algunos engreídos presidentes municipales por su sobrada y apabullante inexperiencia, falta de tacto político y carencia total de sensibilidad social.
                   No solo ayuntamientos en manos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), marchan en sentido contrario a las manecillas del inalcanzable presidente de los Estados Unidos Mexicanos, sino que en la lista figuran servidores públicos de la competencia.
                   Cierto grupito de alcaldes, síndicos únicos y regidores postulados por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y del Movimiento Ciudadano (PMC), entre otros de los más significados, pretender presionar mediante los argumentos de inseguridad, deuda, desempleo, laudos e impunidad a los apellidos López Obrador y García Jiménez.
                   Lo que no quieren entender estos caballeros de estirpe divina y una que otra dama del más puro rancio abolengo, la existencia de señalamientos y protestas ciudadanas sobre la mala administración de recursos federales y estatales, detectados durante los pasados doce meses de función constitucional.
                   El gobernador, hasta donde se sabe, mandó investigar los niveles de veracidad o mentira de las versiones escritas llegadas a su mesa de trabajo.
                   El jefe del ejecutivo estatal no quiere “dar palos de ciego”, sino por el contrario, documentar los presuntos desvíos de fondos procedentes del erario público para luego solicitar la intervención de la Comisión de Hacienda Municipal del Congreso del Estado, presidida por Augusto Nahúm Álvarez Pellico.
                   En resumen, quienes si pueden tener “cola que les pisen” son los componentes de ese grupito de alcaldes, síndicos únicos y regidores que a simple vista no soportarían la visita del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) y menos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
                   Así que como dicen por allí, aflojando y cooperando, para después alinear por la izquierda, no por la derecha y menos por el centro, ¿de acuerdo?
                  
                  

                  
                   Sólo para tus ojos . . .


                   El presidente municipal de Teocelo, Mario Antonio Chama Díaz, es uno de los contados alcaldes que inició obra pública con recursos propios, lo que pone en alto su capacidad administrativa, habilidad política, vocación de servicio y compromiso social con la población. Bien hecho.


carlos.lucioacosta@rocketmail.com
                  
                  
                  

                  



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