lunes, 23 de julio de 2018

Anochecer


Manuel Gámez Fernández


Lo que uno puede hacer si el día termina
Como imaginar un sol cayendo
Pensar en la neblina que te arropa
Escuchar sonidos de campanas –riendo-
Y todo el ser cobijado en el pensamiento
El día se muere e inicia otro vuelo
Flota una luna blanca de plata
Malestar de hojalata
Sueles creer que mueres y vives
Sueles tener miedo y ríes
El bálsamo que te untas en el sexo
Te suda en los ojos
Y no te deja expresarte
Sueñas de nuevo
Se divierte el alma y el cuerpo expira
Tu corazón violento se retira
Tu sangre se intoxica
Los sueños se viven como realidades
Y se confunde el mar con el desierto
Todos vamos al mismo lugar
Todo es incierto
Todo es el huracán de Mocambo
La línea del horizonte en San Bernardino
Las neblinosas veredas del cerro del Borrego
El río Coatzacoalcos desolado, muerto, asesinado
La fragua sigue causando incendios
Mata vuelos, calcina ríos
Sin embargo las piedras viven
Dejan destellos, hablan, enseñan
Dicen su historia y la transmiten
Y de cada piel se nutre el día
Resurge la existencia –se insulfa la vida-
Solo, asolado y asoledado
Solo en el averno inventado por la soledad
En sí amartillado por el día y la noche
Hasta ser masa de maíz original
Muñequito de totomoxtle
Lo que llena con sabor a sol
Lo que clava con agujas de cristal el sentimiento
Es el amor a la vida sin cadenas
El amor a tus propias vidas
El amor a tus egos
El amor a tus amorosos seres eternos
Los que no puedes borrar de tu mente
Los que te inundan el cerebro
Los que mágicamente recuerdas -y pides verlos-
Así la vorágine te atrapa y silencia
Corre a dormir contigo, te seduce, te canta
Y tú gozas con ello
Entonces vuelas
Y le dices al viento tus secretos mundanos
Te conviertes en pájaro, eres Nahual
Contemplas el mundo sin límites
Eres pato, conejo, paloma, gavilán, hormiga, gallina ciega
Y te mueres en el fondo de la poza
Y escuchas entre sueños
“Dios te salve María”
“Padre nuestro que estás en los cielos”
Y te miras de nuevo
En ese espejo esférico
Que son tus ojos dormidos
Mirando hacia tu propio centr

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