lunes, 7 de marzo de 2016

La locura es sabiduría mundana, resignación y tolerancia:


Erasmo de Rotterdam


Carlos Alberto Servín Morales

El más grande Humanista del renacimiento y el escritor más agudo y crítico de su tiempo e ingenioso precursor del espíritu moderno.

Erasmo de Rotterdam (1467-1536). Pretendió que reformando gradualmente a la iglesia y a la sociedad lograra humanizarlas donde el hombre sería el máximo.

Sin vocación se ordena el sacerdote en el día y año del descubrimiento de América; Más bien este continente descubre el viejo mundo. Colgó sus hábitos para dedicarse a la cátedra y escribir. Conociendo el pensar de Martín Lutero, Satán para la iglesia, mantuvo con él un fino y único debate (1516) Sobre sus ideas religiosas. Ambos sacudieron las bases dogmáticas del vaticano. Fueron prohibidos por la iglesia católica, inquisitoriamente. Por mutua hermandad y su apellido del latín “Moria” /locura, sátira a las dogmáticas costumbres retrógradas como canto a la libertad, al ingenio, a la rebeldía para atreverse a vivir una cultura libre; humanismo moderno. La sinagoga Portuguesa devela que guardaba la primera traducción al español de esta obra señera del humanista Holandés datando muchos años antes en que oficialmente (1842) se traduce al español después de que desaparece la inquisición y durante el reinado de Isabel II.

Te ofrezco lector estas píldoras Eramistas.

Sé que con ingenio en tus espacios o tiempos libres lograras relacionarlos con la de tu tiempo. Inténtalo y me veré bien servido. (Que algunas personas piensan que no sirve para una mierda)!.

1/ La locura es siempre transparente; no existe en ella daño alguno. (Hoy en Xalapa, Enríquez vi la locura rítmica de dos hombres únicos).

2/ No se puede ocultar por más que se intente; siempre se manifiesta. (Fuera máscaras cristianas y políticas). Proviene del amor propio, del olvido y pereza, de la molicie blanda demencial. El loco es el terrícola (humano) más feliz ignorando lo sucede alrededor suyo.

3/ Con ello el hombre enloquecido adquiere tal poder, elevándolo sobre todo. Dijeme con su libro este humanista:
La locura y la necedad son fuentes de vida. ¿Qué sería de ella sin mínima gota de locura? Sería tristemente aburrida, fastidiosa, desagradable. Ya ni toco el tema de religión y política. Qué flojera!

La vida es locura, y ésta es locura.

El pueblo no soportaría el mal gobernar, el amigo al suyo, el padre al hijo, el profesor al alumno, la mujer al marido, si no untan unas gotas de miel de locura en su convivencia. Solo locos seguiremos soportando la actual inseguridad nacional. ¿Quién es el más cuerdo? ¿El que razona o sigue impulsos? Qué más vale; un corazón seco o un alma sin esperanzas, o alguien lleno de vida, loco, afectuoso, cálido, disfrutando alegre de la vida? De músicos, poetas y locos, todos tenemos un poco.

Febrero/Marzo 2012



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